Zayn
Quedé en un total estado de shock. ¿Qué había sido eso? ¿Selena? ¿Con tatuajes? ¿Fumando? ¿Bebiendo?
Por Dios.
Mientras conducía hacia mi casa, tenía la cabeza llena de pensamientos confusos y contradictorios. Mi mejor amiga...que ironía, se suponía que la buena era ella, y el malo era yo.
Llegué a casa, y me tiré a la cama, pensando lo placentero que sería desaparecer.
Una voz bastante parecida a la mía, pero más sugerente, me hablaba: ¿por qué te duele tanto que ella no sea lo que pensabas?
Obviamente no era por como se veía. La tinta que había impregnada en su piel hacia que esta se viera más brillante y bonita, más delicada. Apenas la había visto, una fuerte corriente había pasado por las puntas de mis dedos: me moría por recorrer cada uno de las lineas con tinta de su cuerpo. Me moría por preguntarle el significado de todos sus tatuajes, me moría por detallar cada uno de esos, me moría por poder compartir un cigarrillo con ella, por poder besar sus labios llenos de humos, aspirar ese tóxico aire por ella...
¡Un momento! ¡Yo había pensado en besar a Selena! ¿Que mierdas andaba mal conmigo? Seguro es que tenía sueño...
Aunque...sus oscuros labios estaban perfectamente pintados, y enmarcaban de manera perfecta su delicada boca.
Lo mejor sería dejar de pensar en ella. Era raro pensar en besar a Selena...
Pero te gustaría, dijo la sugerente voz en mi cabeza.
Suspiré, me levanté de la cama, entré al baño, y me lavé la cara con agua fría. Me miré al espejo, y me encontré tratando de descubrir que tenía Justin que yo no. ¿por que coño estaba pensando en eso?
Me di unos suaves golpes en las mejillas, y me fui a mi cuarto.
Me volví a recostar en la cama, mojando mi almohada. Cerré los ojos, pero solo dos horas después pude dormirme.
(...)
Decir que soñé con Selena sería muy patético, pero decir que no lo hice, sería una mentira.
Me levanté y entré al baño. Me demoré lo menos que pude, ya que necesitaba confrontar las cosas.
No desayuné, sino que me fui rapidamente a la casa de Selena. Por iMessage le avisé que estaba en camino a su casa. La respuesta fue inmediata, diciendo que estaría abajo. Llegué a la casa blanca, donde una chica con el cabello suelto, en hondas, el rostro sin un rastro de maquillaje, un saco de lana verde y unos pantalones negros. Ella subió el rostro, y quedó viéndome. Me dio una sonrisa tierna, mostrando una gran parte de su hermosa dentadura. Yo la saludé con la cabeza, y ella se acercó hasta donde yo estaba; no me detuve, solo seguí caminado. Ella me seguía. Después de una cuadra de haberla recogido, me detuve.
-wow, pensé que seguirías así hasta el intitulo, joder, Zayn, caminas rapidísi...-
-me vas a explicar unas cosas-
-¿otra vez que esas estupideces?-
Dijo, mientras subía los ojos.
Le agarré la mano, y subí las mangas de su saco, sin llegar a tocarla.
Sus tatuajes quedaron totalmente visibles.
Subí la mirada hasta los ojos de Selena. Sus labios estaban en una linea recta, y sus ojos estaban inexpresivamente fríos.
-habla-
Ella se bajó la manga, y me agarró la mano, luego salió caminando hasta una banca, que quedaba más o menos a dos cuadras del lugar donde estábamos. Me sentó rudamente en la banca, y luego tomó asiento ella.
-¿a quién le has dicho?-
-a nadie...-
-¿me viste en la gasolinera?-
-sí, pero...-
-¿y qué? ¿Qué opinas? ¿Qué soy una hipócrita? ¿Qué es horrible? ¿Qué te he mentido? Pues lo siento, cariño, pero esto viene conmigo-
Sus palabras habían sido frías, mientras salían de su boca.
-¿y bueno? ¿Te vas a quedar como un imbécil ahí parado? ¿Qué quieres? ¿Verlos más? Pues bien-
Ella elevó las mangas, dejando al descubierto la tinta de sus brazos. Ahí estaba de nuevo esa corriente por mis dedos, muriéndose por tocar esas delicadas lineas.
-¿qué más quieres?-
Su expresión era controlada. Nunca la había visto así antes. Me lamí el labio inferior, y levanté mis dedos, para que estos por fin pudieran tocar su piel, pero ella se alejó de manera automática.
-no, no me toques los brazos-
Yo tenía la boca abierta.
-¿por qué?-
-no me gusta-
asentí solo una vez, y la miré a los ojos.
-¿por que un atrapasueños?-
-no te importa-
-todo lo que tenga que ver contigo, me importa-
-lamento decirte, que no debería-
-pero lo hace-
-pues lo siento... ¿qué más quieres?-
Volvió a preguntar. Sacó de uno de sus bolsillos de la maleta, una cajetilla de cigarrillos. Me los tiró y yo los atrapé; me los quedé mirando.
-¡di algo, maldita sea!-
-¿estos no eran míos?-
Sus mejillas se comenzaron a colorear de un suave rosado.
-no tenía mucho dinero ese día...-
-sí...sabía que no los había perdido-
Dije, casi para mí.
-según tenía entendido, tú querías respuestas o algo así-
-exactamente, Marie, quiero respuestas-
Solo usaba su segundo nombre, cuando hablaba en serio.
-pregunta rapido, que hoy estoy de buen genio-
-¿por qué los cubres?-
Ella reprimió una sonrisa irónica.
-¿es en serio? ¿Crees que la niña Harvard puede andar con los brazos tatuados? ¿Crees que mis padres lo aceptarían? ¿Crees que no les avergonzaría que su hija tuviera algo tan horrible?-
Pero si ella era hermosa, y sus tatuajes solo eran algo adicional, los cuales no la volvían fea, sino que la volvían más hermosa; eran una marca personal, algo que la volvía mas única.
-no, no lo aceptarían, nadie lo haría...solo Justin lo hace...-
Dijo ella, respondiéndose a sí misma.
-yo te acepto así...me gustan-
Dije en un suave murmullo.
Si bien lo ignoró, o no lo escuchó, ya que siguió hablando.
-me gusta...me gusta estudiar, y tener buenas notas, me gusta sobresalir...pero no me gusta ser buena...es una fuerte contradicción, que nadie comprende, y nadie respeta...todos solo quieren a una: quieren a la Selena buena, y otros solo quieren a la mala....por eso lo hay-
Yo la queria tal y como era.
-¿algo más?-
-¿qué haces hoy en la noche?-
-estudiar-
Subí una ceja.
-es en serio-
-¿puedo acompañarte?-
-no le vería problema a eso-
Ella subió los hombros, y se levantó. Yo me quedé sentado, ella se volteó un poco.
-por favor, olvídalo, olvida lo que te dije...-
Me levanté y caminamos en silencio hasta el instituto. Resultaba raro que hubiera tanto silencio en nosotros. Por lo general no nos callábamos nunca. Antes de que llegáramos al instituto, ella me acorraló contra una pared y me miró a los ojos.
-juro que si me comienzas a tratar diferente a como lo hacías hace una semana, te mato-
Le di una pequeña sonrisa, y ella me sonrió a su vez, mientras me abrazaba.
Después de eso, las cosas parecieron volver a la normalidad. La quería tanto.
En clase de calculo, ella estaba concentrada en la explicación, mientras yo solo podía mirarla a ella. La forma en la que su lengua quedaba atrapada entre sus dientes, como su cabello estaba recogido en un moño sin orden, atravesado por lápices, como su suéter se movía, y amenazaba con dejar al descubierto su secreto. Sus delicadas piernas estaban cruzadas, y por extraño que sonara, me gustaría tenerlas encima mío. Levanté los ojos hacia su rostro, y vi que ella me había descubierto mientras la observaba. Desvié rápidamente la mirada, y traté de prestar algo de atención, pero el pensamiento de Selena encima de mis piernas, era algo que difícilmente se filtraría de mi mente.
El día transcurrió rápido, y cuando salimos para su casa, todo el camino fuimos hablando de las estupideces, que solo los mejores amigos pueden hablar. Al Selena abrir la puerta, miró hacia los lados, antes de gritar:
-¡mamá! ¡papá!-
Badie respondió.
-oh....hoy tenían esa reunión hasta las doce...¿te molesta que estemos solos?-
-para nada-
Ella me sonrío y entró a la cocina.
-¿te apetece algo?-
-nada, realmente-
-entonces, subiré a estudiar-
Ella subió las escaleras con unos delicados saltitos. Subí detrás de ella, y entré a su cuarto: estaba tal cual lo recordaba.
-¿te molesta si me pongo algo más fresco? Odio los suéteres...-
-para anda-
Ella agarró unos shorts y una camisa de tiras, corta. Entró al baño, y se cambió. Maldita suertuda, ella sí tenía baño propio.
Salió por la puerta, y casi se me abrió la boca. Tenía unos shorts bastante cortos, y una camisa que más que camisa parecía un top, que, gracias a los dioses, no era apretado. Todos sus tatuajes quedaban gloriosamente expuestos. Quería tocarlos. Se veía hermosa.
Se agachó a buscar algo debajo de su cama, y ahora era donde me encantaría que el top fuera pegado, ya que no se le vería nada...pero no lo era. Traté de apartar la vista...pero por favor, soy hombre: su sujetador se amoldaba perfecto a sus pechos, dejándome verlos por primera vez, ya que Selena nunca utilizaba algo que fuera siquiera escotado. Mis ojos estaba excesivamente fijos en ella, en su lunar en el pecho izquierdo y en como su sujetador se movía de manera excesiva, casi dejando que sus pechos quedarán expuestos.
Ella sacó una botella de vodka y me la pasó, quitándome de la mente la imagen que se había creado.
-sirvete lo que quieras, de ahí solo tomo yo, así que no creo que haya problema-
-¿te molesta si fumo?-
Le pregunté yo. Ella movió la cabeza, indicando me que no. Saqué una cajetilla de mi bolsillo, y un cigarrillo de ésta, luego lo encendí, y lo llevé a mis labios. Di una profunda calada, y luego boté todo el humo
Uf, sí que necesitaba eso.
-¿quisieras darme?-
Preguntó ella, de manera casi distraída, mientras parecía revisar algunos apuntes de clases.
Yo le pasé el cigarrillo, y ella dio una calada a su vez, soltando todo el humo que venía después. En su cara se dibujó una obvia expresión de alivio. Ella se levantó de su puesto, y vino hasta donde yo estaba, tirado en el suelo, sentado con las piernas cruzadas. Se puso en frente mío, y dio una profunda calada a mi cigarrillo, luego simplemente soltó todo el humo, en mi cara, de manera lenta. Cuando terminó me sonrío y tendió el cigarrilo.
-gracias-
Dijo. Mientras se levantaba no pude evitar quedarme embobado viéndola. Agarré la botella de vodka y la observé detenidamente.
-¿te tomas esto a diario?-
-Dios, no. Me tomo una en dos días, tampoco soy un animal-
-¿y puedes llegar sobria al instituto? Me sorprendes-
-solo uno de mis talentos-
Dijo, mientras me guiñaba el ojo.