EunJae intentó zafarse del agarre de Kihyun, pero parecía ser una pelea imposible. Al ver a JungKook en el aeropuerto un fuerte deseo de libertad emergió de su interior como por arte de magia. Había perdido toda la esperanza cuando el chico amenazó con asesinar a su hermano, sin embargo, en Jeon encontró un destello de esperanza que la impulsó a intentarlo.
No obstante, Kihyun no estaba de acuerdo con la decisión de la muchacha, al divisar a JungKook en el mismo sitio, amenazando con destruir sus ilusiones, supo que era momento de sacar su As bajo la manga. Sin previo aviso, sacó una vieja arma de su cinturón, no lo pensó un instante, apunto a JungKook y sin titubear disparó.
Al ver dicha acción, EunJae soltó una fuerte exclamación, Sanae se giró al escuchar el impacto y vio el cuerpo de JungKook caer desfallecido al suelo. La gente se giró al instante y el pánico se hizo presente.
La roca de Jungkook cayó al suelo, rompiéndose en pequeños pedazos; Sanae se acercó hasta JungKook a prisa para socorrerlo. De la boca del chico no cesaba la sangre, Kook miró a Sana y esbozó una débil sonrisa.
— La encontré... — dijo con voz apenas audible, sintiendo la presencia de EunJae cerca de él.
Sanae comenzó a llorar y negó incontables veces, JungKook estaba realmente herido.
Jin llegó a escena en cuanto escuchó el disparó, EunJae lloraba desde la distancia. SeokJin no sabía cómo actuar. La seguridad del aeropuerto se aproximaba, Kihyun quiso desparecer, no obstante, no lo logró.
Jimin apareció detrás suyo y lo tomó por la espalda. El chico acorraló a Kihyun e impidió sú huida. Posó la vista en EunJae y le indicó con la mirada que corriera hasta su hermano. Sin decir nada, Jae lo obedeció y se aproximó hasta su novio.
YeJi y Taehyung llegaron cuando el desastre estaba hecho, Taehyung se arrodillo ante JungKook, mientras EunJae comenzaba a llorar.
Kihyun sintió un opulento pánico cuando Jimin tocó su cuerpo, podía sentir las manos del muchacho arder. Posó la vista en su chaqueta, sorprendido al verla desaparecer ante las llamas de Jimin.
Jimin se acercó al oído del chico y habló:
— ¿Crees que te saldrás con la tuya, después de lo que has hecho? Ese es mi hermanito. — declaró, tajante. Posicionó sus dedos índice y medio en la espalda del chico y sonrió —. Un solo movimiento y terminarás muerto. Puedo hacer que tus intestinos se consuman por completo, puedo incinerar tu cuerpo en un instante...
Kihyun tomó su arma y apunto a la cabeza de Jimin reducido a una incómoda posición.
— Te mataré, maldito, suéltame. — Sentenció.
Jimin dejó salir una risa sardónica y ladeo el rostro.
— ¿Hablas en serio? ¿Piensas asesinarme con un arma de fuego? ¿A mí? Quiero verte intentarlo.
El cielo comenzó a nublarse, Jimin bufó. Wiha estaba a punto de morir y el equilibrio del cosmos estaba rompiéndose. Miró a sus hermanos y negó, tenían que encontrar una solución a aquel problema, sin importar que.
YeJi luchaba por frenar el sangrado de su hermano menor, mientras Taehyung juntaba pedazo a pedazo la roca de JungKook. Ninguno de los dos tenía suficiente fuerza espiritual para ayudar al muchacho, el miedo estaba comenzando a invadirlos.
Entonces, otro disparo se escuchó. La gente observaba atenta la valiente hazaña de Jimin, una fuerte exclamación colectiva se escuchó cuando el chico presionó el gatillo una vez más. Sin embargo, Jimin no cayó.
La seguridad llegó en ese instante, Jimin le arrebató el arma a Kihyun y lo dejó cuando un cúmulo de uniformados arribaron la zona. Park se acercó a un oficial y le entregó el arma.
— ¿Usted se encuentra bien? Fue un disparo directo al cráneo. — El policía estaba desconcertado, al no encontrar rastro de bala en la cabeza del muchacho.
Jimin sonrió.
— Falló el tiro. — respondió a secas —. Ahora si me permite, tengo que ver a mi hermano.
Jimin se acercó a JungKook, mientras los paramédicos intentaban atenderle. Yeji y Taehyun se hicieron a un lado cuando Jimin llegó.
El clima estaba hecho un lío, una fuerte lluvia comenzó a caer, acompañada de fuertes relámpagos y granizo. Taehyung podía sentir el suelo temblar y YeJi presentía una fuerte ventisca. A esas alturas, Jimin era el único que mantenía su poder espiritual intacto.
Suspiró al encontrase con la mirada de Sanae.
Se acercó a JungKook y se arrodilló hasta el chico. JungKook lo miró con el fantasma de una sonrisa dibujada en el rostro.
— Viniste. — musitó, acompañado de una voz destrozada y delirante.
Jimin le devolvió la sonrisa.
— Eres un gran imbécil. — Dijo —. Mira que dejarte atravesar. Sé que hubieras podido lidiar con esto si tu estúpida roca no se hubiera roto.
JungKook no había dejado de sostener la mano de EunJae, tragó saliva e intentó responder a las quejas de su hermano.
— Moriré... — declaró. —. Puedo sentirlo.
Jimin se estremeció y EunJae con él.
— No lo harás. — replicó el muchacho —. No mientras yo viva.
— Iya Ewa tendrá que crear a alguien más...
Jimin negó.
— Puedes superar esto.
— Señor, no nos permite hacer nuestro trabajo. — Un paramédico interfirió.
Jimin lo fulminó con la mirada.
— Aléjense, ustedes humanos no podrán con esto.
JungKook cerró los ojos, Jimin suspiró al sentir los latidos de su hermano debilitarse. Tenía que encontrar la manera de recuperar a su hermano.
Posó la vista en Sanae y en Taehyung. Estiró la mano hasta el chico y le pidió la roca, después, cuando Tae le entregó el preciado objeto, miró a Sanae.
— Creo que puedo hacerlo. — musitó —. Pero necesitaré de tu ayuda.
Sanae formó un rictus.
— ¿Qué dices? — preguntó — ¿Cómo podría ayudar?
Jimin se acercó a ella y se encogió de hombros.
— Iya Ewa dijo que eras la indicada. Dijo que tú sabrías que hacer cuando llegará el momento.
Sanae miró a JungKook y después negó.
— Jimin... yo... no comprendo.
Los hermanos intercambiaron miradas; Jimin bufó.
— ¡JungKook y yo nos hemos odiado por siglos, porque nunca el agua y el fuego se han llevado bien! — Exclamó y presionó contra su pecho la roca de su hermano. — Iya Ewa dijo que tú eras la que terminaría con esta guerra y nos darías nuestra libertad. Iya Ewa dijo que tú nos salvarías de cualquier cosa. — Desesperado, comenzó a llorar —. No puedes simplemente decirme que no sabes que hacer.
Los latidos de JungKook dejaron de escucharse, Jimin se alarmó.
— ¡JungKook está a punto de morir y no sé cómo arreglarlo! Mi hermano pequeño...— El clima continuaba empeorando, la alarma sísmica comenzó a sonar —. Este idiota es el único que ha sabido comprenderme a pesar de todo lo que hemos pasado. JungKook es totalmente contrario a mí, siempre tan confiado y sin embargo, yo... ¡Yo no quiero que muera! Por qué no hay nadie más importante para mí que mis hermanos.
De pronto, la roca de JungKook comenzó a brillar sobre el pecho de Jimin. El chico abrió los ojos y con ellos la palma de su mano.
Poco a poco la roca comenzaba a consumirse, Jimin se alarmó.
Vuur ¿Qué es el amor?
El chico recordó las palabras de su madre, sin lograr recuperarse del impacto.
Jimin metió su mano hasta donde se encontraba su roca y la vio consumirse. Taehyung y YeJi hicieron lo propio encontrando los mismos resultados. Algo se movió en su interior y entonces, JungKook reaccionó.
El grupo dirigió su atención en el muchacho, la sangre continuaba saliendo. Jimin miró a los paramédicos movilizarse, algo en su instinto se lo dijo.
¿Qué es el amor? Jimin tenía que comprender un sentimiento tan grande como el amor, Sanae era la puerta hacía aquel complejo sentimiento, pero sus hermanos eran la verdadera solución. Su familia siempre fue la verdadera solución.
Esbozó una débil sonrisa y se hizo a un lado para dejar a los paramédicos trabajar. YeJi y Taehyung se pusieron de pie, desconcertados.
— ¿Qué haces? Ellos son humanos no podrán... — musitó la chica.
Taehyung miró a su alrededor. El clima comenzaba a estabilizarse.
— Noona...
Jimin sonrió.
— ¿Puedes sentirlo?
YeJi se giró y observó a sus hermanos.
— No será qué...
— Somos humanos, Iya Ewa nos ha liberado. — Dijo Jimin, acariciando cada palabra.
— ¿Humanos? — Taehyung miró sus manos, intentando comprender la grandeza de aquella revelación. — ¿JungKook sobrevivirá? — preguntó, saliendo de su estupor.
Jimin se acercó a los paramédicos y lo vieron preparar a su hermano para llevarlo a urgencias.
— ¿Estará bien? — preguntó, alarmado.
El médico respondió.
— La bala no tocó órganos importantes, por ahora podremos descartar cualquier peligro si es llevado al hospital.
El chico asintió.
— Por favor... cuídenlo. — Le dedicó una reverencia y los vio partir hasta el hospital.
EunJae miró a los hermanos. SeokJin abrazó a la chica con cariño. Sin embargo, la salud de JungKook no había permitido que el grupo se reincorporara. Lo único que quedaba era partir hacía el hospital para acompañar al muchacho.
(****)
El grupo se encontraba en la sala de espera. Jimin en un extremo, evitando cualquier contacto con Taehyung y Sanae. El doctor había logrado estabilizar los signos vitales de su hermano y al parecer todo era favorable.
Tae y Sana se acercaron hasta el chico. Jimin los miró.
— ¿Qué sucede?
Taehyung tragó saliva.
— Jimin... yo... Cometí un error, sabía que estabas ahí y, sin embargo, no dije nada. Sanae no tiene la culpa yo... Jimin — Un nudo en su garganta se había formado.
Jimin posó la vista en el joven y suspiró.
— De cualquier modo, Sanae y yo terminamos. No importa.
La chica negó.
— Jimin, yo... tú... Jimin, eres realmente importante para mí y si de verdad quieres continuar con esta ruptura lo comprenderé. Pero no me daré por vencida, prometo que te recuperaré.
Jimin sonrió.
— Inténtalo si puedes. — declaró y se puso de pie.
Taehyung se abalanzó a su hermano para abrazarlo. Sin opción, el chico correspondió el abrazo.
— Por ahora necesitas pensar y atravesar por muchas cosas. — dijo Sanae —. No insistiré por un tiempo. Pero cuando todo se arreglé, yo prometo que...
Jimin negó.
— Sanae, creo que ambos necesitamos darnos un respiro, aunque mis sentimientos son claros, siento que los tuyos aún no. Ambos cometimos errores y esto nos servirá para descubrir si nos necesitamos. — El chico soltó a Taehyung y se acercó a la joven —. Sí en seis meses aclaras tus sentimientos ven a buscarme. Sabes en donde estaré. — Sonrió.
Sanae asintió.
Ninguno de los dos sabía con certeza lo que ocurriría en el pasado. Los Jeongsin tenían que aprender a vivir con su mortalidad, sintiendo las manecillas de reloj encima suyo, a partir de ese momento, estaban tan expuestos como humanos y tenían que averiguar cómo lidiar con su ahora, efímera existencia.
La pregunta estaba clara y era solamente una ¿Lo lograrían?
Seguro que sí...
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Capítulo: Seguro que sí... : 확실하게 ... (hwagsilhage ...)
No leemos mañana en el epilogo.
A propósito ¿Ya descargaron Victor vs Victoria? El link está en mi tablero de mensajes.
Gracias. <3