Mía.

By amarna20

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Emilio Garcia un periodista reconocido de la ciudad de Nueva York tiene que entrevistar a Nina Santino, una b... More

La Presentación.
El Inicio.
Desaparecidas.
Continuación...
Visitas
AVISO!!!
Coincidencias.
Confianza
Punto sin retorno.
Despertar.
Respuestas.
Corre!
Promesas.
Entre líneas...
Créanme.
Continuación...
Una salida.
Nueva Vida...?
. . .
Maldición.
En mi sistema...
Ayúdame.
La Cena. Parte 1
La Cena. Parte 2.
En el bosque.
Final.
Agradecimientos.

El bar.

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By amarna20

El autobús no tardo en llegar a la parada. A pesar de ir casi vacío, tomé asiento en la parte de atrás, no quería sentir la mirada de alguien mas a mi espalda.

-Cálmate ya, no eres una niña.- pensé intentando tranquilizarme. Frotaba mis manos entre si, sintiendo el sudor frio bajar por mi espalda. Estaba muy nerviosa.

Mi celular sonó provocando que diera un pequeño brinco, desbloquee la pantalla y lei el nombre de Sadja.

Ya vienes? Te estamos esperando desde hace un rato. No puedes quedarnos mal.

Llegue treinta minutos después, me calme solo hasta que vi el edificio del departamento. Abrí la puerta y ahí estaban Nikki y Sadja sentadas en la sala, me dedicaron una mirada cargada de enojo.

-Hasta que llegas.- me dijo Sadja levantándose del sofá mientras se acomodaba su corto vestido azul.

-Perdón. Se me hizo un poco tarde, tuve mucho trabajo.- Aun me sentía distraída por el encuentro con ese hombre.

-No importa, aun estamos a tiempo para la reservación.- dijo Nikki mirando su celular.

-Que reservacion?.- pregunté distraída.

-Es en serio? Nina es mi cumpleaños! Debes estar jugando. Nikki y yo hicimos la reservacion en Death and Company.- me dijo Sadja mientras se acomodaba un mechón de su rubia cabellera detrás de su oído.

-Cierto!... yo... yo estaré en un momento.

-Estas bien?.- Me pregunto Nikki con los ojos entrecerrados, sabia que seria mas facil para ella notar si algo no estaba bien.

-Si claro, solo estoy cansada.- me dirigí a mi habitación esperando que no hiciera mas preguntas.

-Solo denme diez minutos, tomare una ducha y me  visto.- grite.

Entre al baño y abrí la regadera. Nuestro baño era pequeño, quizas de tres por tres, paredes blancas, el tapate era de color gris al igual que el juego del baño. Habia un espejo de forma ovalada arriba del lavamanos. Siempre me gustó ese espejo. Deje que el vapor llenara el baño, me quite mi ropa y me meti a la regadera. Dejando que el agua caliente lavara el cansancio de ese dia.

Sali de bañarme, seque mi cuerpo y comence a arreglarme. Tenia un vestido plateado de tirantes con escote V a la espalda, al frente el escote era mas reservado por encima del busto, me llegaba arriba de la rodilla, entallado revelando mi cuerpo bien trabajado gracias a las desmadrugadoras pero agradecidas carreras con Nikki,  me gustaba cuidarme pero no era constante en el ejercicio.Termine de vestirme, puse mousse en mi cabello y encendí la secadora, me gustaba el estilo que le daba a mi cabello, un poco despeinado pero mantenia las curvas. Use un poco de sombras negras y delineador del mismo tono en mis parpados, mis ojos verdes resaltaban aun mas, un poco de labial rojo y estaba lista.

Sali directo a la sala.

-Vaya!.- dijo Sadja con una sonrisa en los labios.

-Wow! Nina!.- dijo Nikki.- Deberías pagarme por ser tu entrenadora personal, prácticamente si esta noche tienes sexo es gracias a ese trasero que tienes gracias a mi.- Pude ver como aguantaba la carcajada. 

Sadja soltó a reír.

Senti como me ardian las mejillas.

-Si claro!.- dije con una sonrisa.

Salimos del departamento cerca de las diez de la noche y tomamos un taxi que nos llevaría  al bar. Después de 20 minutos estábamos ahí. El guardia de seguridad que estaba en la entrada, un hombre de alrededor de 35 años de piel oscura,de dos metros de altura mínimo y de un peso de mas de cien kilos, nos dedico una mirada de arriba a abajo a las tres y con un guiño nos dejo pasar.

Al cruzar la entrada, caminamos atraves de un pequeño pasillo iluminado solo por pequeños focos situados a lo largo del mismo, era poca luz pero servia para ver por donde caminabas, era de alrededor ocho metros y al finalizar pudimos verlo todo. 

 Dios!, era increíble ese bar. Era enorme, del lado derecho estaba la barra, era de madera,  con acabados elegantes en cada esquina, estaba rodeada de butacas altas para la gente que quisiera tomar utilizando la misma como mesa. Atrás estaba la repisa con las bebidas que ofrecían, iluminada con luces fluorescentes de color azul, el techo y el piso eran de tonalidad negra,y las orillas se iluminaban con luces led de color morado,  del techo colgaban unos candelabros antiguos, parecían del siglo XVIII, eran tres y ocupaban casi todo el espacio,frente a la barra a una distancia de no mas de cinco metros, estaban las mesas, algunas tenían sillones otras tenían sillas, estas eran de color negro con sus bases doradas. Mas al fondo se podían distinguir la pista de baile y una mesas de billar e incluso salas para los que llegaran en grupo, inmediatamente me habia enamorado de ese lugar.

(Denle play mis queridos lectores para una mejor experiencia)

-Hasta cansarnos chicas.- dijo Nikki viendo el lugar con fascinacion.

-Debo tener la misma cara.- Pensé.

-Si.- contestó Sadja. - Hay que empezar a calentar.

Nos acercamos a nuestra mesa de reservación que estaba, por suerte, cerca de la pista de baile. Solo tenia tres lugares, Sadja, quien cumplía años no quiso invitar a alguien mas, no es que no tuviera amigos, me atrevo a decir que era la mas alocada de las tres, pero dijo que "esta noche era solo para nosotras, pasarla solo entre hermanas".

Narra Garcia.

Pude notar un hilo de tristeza en su voz cuando dijo esa frase.

-Jamas habría ido de saber lo que pasaría.- dijo dirigiéndo su mirada hacia la taza de café que tenia enfrente..

Narra Nina Santino.

Sadja nos preguntó que queriamos beber, yo pedi bourbon, Nikki vodka y Sadja siempre bebia tequila. Se dirigió hacia la barra dejándonos solas a Nikki y a mi.

-Ya me diras que paso?.- Me pregunto Nikki.

-De que?.- contesté mirando hacia la barra.

-Estas rara desde que llegaste, apenas hablaste en el taxi y parece que algo te preocupa.

Odiaba que fuera tan suspicas.

-Me molestas sabes?.- le dije sonriendo.

-Lo se.- me dijo guiñendo un ojo.

-Casi choco con alguien hoy saliendo del restaurante, no vi su cara, llevaba una capucha puesta y al dejar el lugar atrás, volví a verlo y me seguía mirando, no me pidió nada, solo, no se, quizás solo quería hacerme pasar un mal rato.- acaricie mi brazo desnudo sintiéndome incomoda al recordarlo.

-Una mala broma, no crees?.-  me dijo mirando a un grupo de chicos que estaban a dos mesas de nosotras.

-Si puede ser.- conteste intentando dejar el recuerdo atrás.

Llego Sadja con los tragos y empezamos a beber. 

Despues de un rato de platicar y beber tres rondas de tragos, Sadja nos dijo que alguien mas nos invitaria las bebidas el resto de esa noche especial.

-Quien?.- pregunté.

-Ellos.-contestó Sadja señalando con el dedo a los tres muchachos  que se encontraban a dos mesas de nosotras, se levantaron de su lugar y con una sonrisa caminaron hacia nosotras.

Eran todo lo contrario a mal parecidos. Eran los muchachos mas atractivos que habia visto en mi vida. Eran de piel bronceada, dos tenian los ojos color cafe claro, el tercero tenia ojos de color miel, tenian facciones finas pero masculinas, median un poco mas de un metro ochenta.

-Hola, soy Daniel- me dijo el chico de ojos color miel, con una sonrisa que dejaba ver sus blancos dientes.

-Hola Daniel, mucho gusto.- contesté acercandome un poco mas a Nikki.

La mire de reojo y pude notar que había dejado de hablar con uno de los amigos de Daniel,  tenia la mirada fija en la barra del bar, como si algo o alguien hubiera captado toda su atención. 

-Te invito algo de beber?.- me preguntó Daniel en un tono seductor. Dudé que se refiriera al alcohol.

Estaba a punto de contestar cuando mi celular comenzó a vibrar. Era un mensaje de Sadja.

(Daniel)

-Ya viste?.

-Que cosa?.- respondi al mensaje.

-La barra a las tres en punto.

-No veo nada.- fruncí el ceño mirando de reojo la barra.

-Aggggg... el chico que se encuentra en la esquina izquierda, en la barra... es un bombón. No ha dejado de verte desde que llegó.

Levanté la mirada en esa dirección, pero no pude verlo

Vibro mi celular de nuevo.

-Ou! muy mal, se fue.

-Como era?

-Hermoso...

Mire a Sadja y negué con la cabeza.

-Quieres bailar?.- Me preguntó Daniel, sacándome de mis pensamientos.

-Claro.- extendió su mano hacia mi para que la tomara, por un momento lo dude pero al hacerlo su piel se sentía cálida y suave al tacto. Sonreí.

De fondo se escuchaba la canción de Years and Years de Desire  . Tomó mi mano con delicadeza y me guió hacia la pista de baile, había demasiada gente lo que provoco que nuestros cuerpos quedaran a centímetros de tocarse. Su aroma inundo mis sentidos, era madera con un toque de lima. 

-No me haz dicho aún como te llamas.- me dijo colocando una mano en mi cintura, acercándome un poco mas a el.

-Nina. Me llamo Nina.- dije mirándolo a los ojos.

-Lindo nombre...Nina.- sonrio

- Gracias.- pude sentir mis mejillas arder. Los dos sonreimos.

Comenzamos a hablar, quizás el tipo de platica que tendrías en tu primera cita, intereses, hobbies. No soy muy sociable, me aburría ir a fiestas y antros, preferia quedarme en casa comiendo pizza o cualquier cosa que engorde disfrutando una buena película. Pero por algún motivo, hablar con el, desenvolverme con el, me parecía algo encantador. Nos hacíamos reír contando anécdotas vividas que nos hicieran recordar buenos tiempos, dejábamos que la música nos guiara con su ritmo, de vez en cuando hacia algún movimiento tonto solo para sacarme una sonrisa. No hubo una conversación previa, o una carta declarando sentimientos, pero sin duda esto podría ser como una primera cita.

-Voy por algo de tomar.- me dijo Daniel con una sonrisa.

-Quieres algo?.

-No gracias, estoy bien. Ya bebí demasiado.- contesté.

-Espérame aquí. No te vayas, por favor.- me pidió con una sonrisa, juntando sus dos manos como si fuera a rezar.

-Si no tardas mucho quizas te espere. 

Me dedico una amplia sonrisa y se fue.

La música aumentaba el ritmo y deje que invadiera mis movimientos, el alcohol empezaba a hacer efecto. Mi cuerpo, mis caderas, se movían al compás de la música.

-Mirame.- pude escuchar una voz en mi cabeza.

Abri los ojos saliendo de mi trance, alce la mirada y lo vi.

Estaba a quizás cuatro pasos de mi, en medio de la pista viéndome, la gente parecia ajena a el, como si no pudieran verlo ni sentirlo. Era alto, iba vestido de negro, una camisa de manga larga y cuello alto, era de espalda ancha, parecia ejercitarse con frecuencia, quizás un metro noventa de estatura.

Comenzó a caminar hacia mi decidido, pero por alguna razón no podía ver su cara, solo sus ojos que parecian adquirir un brillo imposible con cada paso que daba...Hasta que lo vi frente a mi... 

-Mi Nina.- Pude escuchar nuevamente esa voz dentro de mi cabeza, era gruesa pero suave,  parecía un susurro. De forma involuntaria cerre los ojos, como si no tuviera control sobre mi cuerpo, pude sentir como me tomaba por la cintura, queria verle la cara, queria saber quien carajos era el hombre que se sentía con el derecho de tocarme, agite mi cabeza pensando que eran efectos del alcohol.

 -No, aléjate.- pensé. Lo que menos queria era estar ebria en manos de un extraño. Me sentí incomoda al estar tan cerca de él, intenté empujarlo pero era como una roca, no se movío ni un centimetro, entre abri mis ojos por un momento.- Dios!!! por que parece como si un kilo de cocaina recorriera mi sistema!, parecia que estaba drogada.-  y pude ver su sonrisa....una sonrisa igual de encantadora que mortal.

-No me temas.- Nuevamente la voz en mi cabeza.- No a mi.

-Pero que...???. Gire mi cabeza a todos lados y cuando me di cuenta quise gritar.

Era el... era el que me hablaba. Su mirada estaba fija en mis ojos, en mi rostro, en mi cuerpo.

-Eres hermosa.

Dios mio como lo hace?.- No mueve los labios, no abre la boca. 

Se acerco mas a mi, pensé que me iba a besar, me quede quieta pensando en mis opciones para lastimarlo antes de que lo intentara. Se quedo a dos centímetros de mi cara, sentía su mirada en mis labios mordiéndose el labio inferior, me miro nuevamente  cuando se dirigió a mi oído.

-Pronto.





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