Huracán ✔️

By paolacalderongt

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Emily Preston es una joven con muchos sueños; lucha para poder lograrlos día con día, para ello todas sus act... More

Prefacio
Piloto
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52

Capítulo 6

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By paolacalderongt

Emily enserio estaba confundida. Por más que intentaba conciliar el sueño no podía, daba mil vueltas en la cama y ninguna posición le hacía sentirse cómoda. ¿El problema? La extraña, divertida pero fuera de lo común salida con el que suponía días atrás era el novio de Berta.

Quizás eran casi las cuatro de la mañana cuando ya no pudo más y el mismo sueño la venció. Por eso mismo ni siquiera escuchó el timbre de su celular cuando sonó a eso de las seis de la mañana. No fue hasta las nueve del siguiente día que el timbre de la casa la logró despertar.

—¡Ya voy! —gritaba mientras bajaba las gradas y arreglaba su bata.

—Hola Emily, necesito que me acompañes al hospital —decía Lidia, la hermana menor de Dany.

—Hola, buenos días —saludó Emily.

Estaba un poco adormitada, por lo que no prestó mayor atención a lo de ir al hospital.

Lidia ni siquiera le había explicado el porqué, ya que había comenzado a hablar desde el primer momento en que ella abrió la puerta.

—Perdona que, entre así, pero... mi hermano te ha estado llamando desde la madrugada y no te logró localizar por lo que me pidió que viniera.

—¡Se digna a aparecer! Ni siquiera llegó a la fiesta de mi cumpleaños.

—Lo sé, y tampoco te llamó, él y yo estamos consiente de eso. Y en verdad perdónanos, pero a Dulce se cayó de las gradas de su casa y se le adelantó el parto. Por eso es por lo que nadie te llamó.

—¿Ella está bien? —preguntó exaltada por escuchar la noticia.

—Sí, ella y su bebé están bien, pero en verdad necesito que vengas conmigo.

—Dame unos minutos, me arreglo y voy contigo.

—Gracias.

Emily apenas chequeó lo que su calendario le indicaba ese día. Aunque tenía prisa era un hábito que no podía evitar. Su atuendo fue deportivo, cosa que le dio mucha más comodidad ante la emergencia que claramente se le presentaba.

Cuando llegó al hospital, se encontró a un mejor amigo feliz por su paternidad; pero preocupado por cómo le haría para cubrir los gastos del hospital.

—¿Qué pasó con el seguro? —preguntó Emily luego que Dany le expusiera su caso.

—Eso es lo que más rabia me da. Se supone que tiene que cubrir este tipo de emergencias, pero ahora resulta que como no fue parto normal, si no que por accidente no cubre nada. Perdóname por hablarte solamente para esto.

—No te preocupes, imagino que debes tener la cabeza en otro lugar, además para eso somos amigos para apoyarnos, y entender cuando la otra persona está en apuros. Ahora si me permites voy a ver qué puedo hacer con lo de la póliza.

Justamente Dany le había hablado, porque necesitaba su ayuda, en lo que se refería al seguro que pagaban. Sabía que Emily era muy inteligente y confiaba en ella para que le permitiera encontrar una solución, él no tenía cabeza de razonamiento en ese momento, por lo molesto que estaba.

—Tienes una llamada —decía Lidia luego de percatarse que el celular timbraba. Eso, mientras Emily estaba sentada intentando buscar una pauta en el contrato de la póliza que le permitiera a Dany beneficiarse con algo.

—Gracias —respondió.

No tenía intención de responder, pero al ver que era un número desconocido no pudo con la curiosidad.

Para su sorpresa era Eleazar, quien la llamaba para invitarla a almorzar, Emily se negó y le expuso la situación que estaba viviendo, por lo que Eleazar insistió en que le diera la dirección del hospital para poder ir a verla y ayudar en algo si se le hacía posible.

—¿Tú amigo viene? —preguntaba Lidia con curiosidad.

Había escuchado la conversación.

—Sí, escuchaste que insistí en que no viniera, pero al parecer es más terco que yo.

—Tal vez él pueda ayudar.

—¿Tú crees?

—Sí, la verdad es que el pobre Dany está muy ocupado ¿Te imaginas lo costoso que es este hospital?

—Estoy consciente ¡Créeme! —acentuó la cabeza, mientras seguía leyendo la póliza.

—¡Emily! —interrumpió Lidia—. ¡Mira ese mangazo! —exclamó.

Ya había transcurrido quizás más de una hora.

Para sorpresa de Emily al levantar la vista y ver al hombre que Lidia se refería, se trataba del mismo Eleazar. Aunque estaba en un hospital, no podía evitar la elegancia que lo caracterizaba.

—¡Eleazar! —prorrumpió en voz baja.

—¿Lo conoces? —preguntó Lidia, sin dejar de verlo.

—Sí, es mi amigo.

—¡Está muy guapo!

—Es muy grande para ti, él tiene treinta, tú dieciocho.

—Sí cómo no.

—Mejor ve a ver en dónde está tú hermano —pidió.

Lidia no estaba muy convencida, pero luego de notar que había derramado algo sobre su blusa, seguramente cuando se comió un pan, le dio vergüenza y fue a buscar a Dany tal como Emily se lo dio a entender.

—Vine lo más pronto posible —dijo Eleazar.

No podía evitar su sonrisa de coquetería.

—En verdad no hacía falta. Pero gracias.

—Te dije por teléfono que quería verte, además voy a estar fuera unas dos semanas y quería despedirme de ti.

—¿Sucede algo?

—Ciertos problemas que surgieron con el negocio —sonrió—. ¿Y qué pasó?

—Ni te digo —resopló—. La esposa de mi amigo ayer tuvo un accidente, estaba embarazada por lo que el parto se le adelantó, la trajo aquí porque se supone que la póliza del seguro que pagamos indica que tiene cobertura para este hospital. De por sí nos quitan un ojo de la cara del sueldo para pagar esto, y resulta que ahora no funciona y no cubre nada porque el parto sucedió por accidente y es doble no sé qué, que inventan. La cosa es que no cubre nada, y el hospital como ves es uno de los más caros que hay. Y bueno, vine para ver si ayudaba en algo, ya que si mi amigo no paga van a sacar a su esposa y si lo hacen es algo riesgoso además de que tiene que pagar lo que ya debe que es una cantidad muy grande —terminó con cierto timbre de voz que dejaba entender que estaba molesta.

—Tranquilízate, verás que vamos a poder encontrar una solución.

—¿Tú crees?

—Claro —sonrió.

—Es que... en verdad estoy molesta. Nos debitan buena parte del sueldo para pagar este dichosos seguro que al final de cuentas como hoy no sirve, ¡Es un robo! Ponen cualquier; pero, para no hacerse cargo de nada.

—Hazme caso, tranquilízate. Y tú amigo ¿En dónde está?

—Justo allí viene —señaló.

Eleazar se acercó a Dany muy amablemente, y comenzó a conversar con él. Emily los presentó primero.

—¿Son amigos? —preguntó con curiosidad.

—Los mejores, y otra vez gracias por venir —agregó Dany luego de abrazar a Emily.

Le había platicado la situación. Y de cierta forma estaba agradecido de que un extraño hubiese llegado al hospital a ponerse a sus órdenes, cuando era solamente amigo de Emily.

—Para mí es un gusto. Y.... no me lo tomes a mal, pero si me lo permites yo me hago cargo de todos los gastos —agregó.

Por el tono de voz que usó Eleazar, sintió cierta incomodidad por la reacción que recibiría.

—¿Estás hablando enserio? —preguntó Emily atónita, sobre todo porque se trataba de que Dany era un desconocido para Eleazar, y además era una bonita cantidad de dinero, más la que seguramente se acumularía por los días siguientes que Dulce y su bebé estarían internados.

—Por supuesto, me acaban de confirmar que son amigos y sí él es tú amigo creo que puedo confiar en que es una buena persona.

—En verdad no tiene porque, yo no puedo aceptar eso —dijo Dany muy apenado, aunque era claro que estaba preocupado por lo que podía pasar.

—Lo siento, pero no voy a aceptar un no por respuesta. Ustedes mismos me dijeron sobre el problema que hay con el seguro, imagino van a poder resolverlo, pero ahora lo importante es que su esposa este bien, así mismo como su bebé. Ya después vemos como nos arreglamos —dijo muy serio.

—Es que... ¡Qué pena! Soy el jefe de Emily, se supone que esto no debería sucederme.

—No hay pena de nada, no te preocupes —sonrió—. El que es amigo de Emily es amigo mío, así que veme con confianza, además, si se dio que viniera y puedo ayudar, creo que es por eso por lo que estoy aquí. Créeme que te comprendo, un hijo de mi hermano se murió por que el seguro no cubría nada y no tenían dinero para pagar, no me gustaría pase lo mismo. Y el dinero está allí, para ayudar —volvió a sonreír.

Dany en verdad estaba muy apenado, pero Eleazar fue muy amable y atento que al final de cuentas lo convenció. Realmente estaba necesitando ese dinero y no podía arriesgarse a mover a su esposa e hijo a otro hospital por los riesgos que habría.

—Muchísimas gracias —decía.

—No tienes por qué agradecer, ahora quédate tranquilo, no te preocupes —agregó colocando su mano sobre su hombro—. Ahora si me lo permiten voy a ir a cancelar la cuenta de una vez.

Emily lo acompañó, mientras Dany se quedó al borde de las lágrimas. El gesto de Eleazar llegaba a liberarlo de toda aquella preocupación que estaba viviendo por el problema que tenía con su seguro.

—En verdad es un gesto muy hermoso —decía Emily.

Había acompañado a Eleazar hasta la recepción en dónde cancelaría la cuenta.

—El dinero sirve para estas cosas ¿Para qué más puede servir?

—Eres estupendo. En verdad muchas gracias, no te imaginas lo mucho que esto significa para mí y Dany.

—Hagamos únicamente una cosa.

—¿Cuál?

—Ya no lo mencionemos. No me gustaría que recuerden esto a cada instante, ya que no lo estoy haciendo por eso.

—De acuerdo.

Eleazar fue muy generoso, ya que además de pagar lo que ya se debía, dejó un saldo bastante grande disponible para que cubriera los gastos futuros que se presentarían. Así mismo le dio a Emily su tarjeta y le indicó que la usara si necesitaban algo extra que lo que dejaba no cubriera. Una sola cosa, fue la que confundió a Emily, y fue que, aunque él pago todo, le pidió a ella que firmara como responsable, y no él como debía de ser por ser quien sacó el dinero de su bolsillo.

—Perdona, la verdad creo que esta pregunta está de más. Pero... ¿Por qué no firmaste tú? —preguntó algo dudosa.

—Porque no sé cómo funcionan estos hospitales y puede que resulten necesiten algo después, y si yo firmara se podía complicar el asunto.

—¿Complicar?

—Sí, recuerda que hoy mismo salgo de la ciudad y estaré fuera. De necesitar algo que tenga que ver conmigo no se podría, justo por eso te dejo la tarjeta.

—Perdón por preguntar eso, tiene mucha lógica lo que dices.

—No te preocupes, es normal.

Eleazar no se sintió muy cómodo por la pregunta de Emily, pero luego de darle su respuesta y ver que esta se quedaba más tranquila sintió descanso. No podía decirle que no usaba su nombre porque de usarlo era fácil que las autoridades dieran con él, ya que de eso no lo podía proteger el teniente que había visto en su apartamento.

—Otra vez mil gracias —decía Emily.

Dany ya se había despedido de él, y también fue muy agradecido. A lo que Eleazar volvió a su posición de que no era nada y todo era de corazón.

—Yo creo que está vez si la dejó impresionada, patrón —comentaba Lagarto.

Acababan de subir al auto, para poder irse a su hacienda en un pueblo a unas cinco horas de la ciudad.

—Quizás, pero bien sabes que no es algo que me guste hacer para quedar bien. No Lagarto, más que nadie sabe sobre la desesperación que se siente al necesitar dinero y no tener —dijo, mientras se servía un trago.

El auto que utilizaba permitía que se diera esos lujos.

—Lo bueno es que con la mercancía que viene, cada vez se está más lejos de volver a esas carencias —rio lagarto.

—Definitivamente. Solamente necesito que corrobore con la gente que se va a encargar de echarle un ojo a Emily mientras no esté.

—En un momento señor —respondió Lagarto, mientras sacaba su celular para llamar, aprovechando que no era él, el que estaba manejando—. Simplemente me queda confirmar si va a querer que la sigan día a día, o en ocasiones especiales.

—Ocasiones especiales nada más. Tampoco la quiero aburrir o acosar demasiado, la puedo asfixiar y eso va a pasar, pero cuando la tenga en mis brazos —rio.

—¿Y las niñas? —preguntó Lagarto.

Había referencia a unas muchachas que siempre llegaban a la finca de Eleazar.

—¿Qué pasó con eso?

—¿Va a querer que lleguen?

—Pues la verdad es que no, hay mucho trabajo con lo de la mercadería que va a entrar como para estar perdiendo el tiempo. Además, no nos podemos arriesgar a estar de fiesta antes de que todo salga bien, recuerde que hay otros peleando por lo mismo.

—Eso sí.

—Sólo hágame un favor Lagarto.

—Dígame patrón.

—Llámese a mi hermano y dígale que se llegue a la hacienda. Necesito que me ayude a organizarme porque no quiero dejar a Emily mucho tiempo a solas —dijo con picardía—. No vaya a ser que alguien me baje el mandado y allí si, va a ser cosa seria —volvió a decir sin perder su tono de dicha. 

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