Saga Elementos III: Agua

By Mysagy

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El chico agua nos sorprenderá por su carácter y por su fuerza. Un rebelde sin causa que se ve en medio de un... More

Prólogo.
Capítulo 1: Nadie sabe nada de mí.
Capítulo 2: Vacaciones obligatorias.
Capítulo 3: ¿Cómo puede haber una fiesta en mi honor?
Capítulo 4: Podría haber sido una noche prometedora.
Capítulo 5: No consigo centrarme.
Capítulo 6: Necesito saber de ti.
Capítulo 7: Necesito ayuda.
Capítulo 8: Me siento inútil.
Capítulo 9: La búsqueda
Capítulo 10: Sentimientos confusos.
Capítulo 11: Mentiras forzosas.
Capítulo 12: El juego de las preguntas
Capítulo 13: ¿Estás loca?
Capítulo 14: Bella desconocida.
Capítulo 15: Descubrimientos y planes.
Capítulo 16: Una visión clara.
Capítulo 17: Lo que parece olvidarse con los años.
Capítulo 19: Ir en contra de mis principios.
Capítulo 20: ¡Vamos, piensa!
Capítulo 21: Aprender a defenderse
Capítulo 22: Tristes despedidas.
Capítulo 23: Bolas de fuego.
Capítulo 24: Más mentiras en mi vida.
Capítulo 25: Momento inoportuno.
Capítulo 26: Esta vez sí, ¡Feliz cumpleaños!
Capítulo 27: Viajes a lugares imposibles
Capítulo 28: Una visita esperada.
Capítulo 29: Planes y peleas.
Capítulo 30: La huida.
Capítulo 31: La persecución y las promesas.
Capítulo 32: Tú lo has querido.
Capítulo 33: Tienes elección.
Capítulo 34: La llegada.
Capítulo 35: Obviedades y muerte.
Capítulo 36: Olas de fuego y engaño.
Capítulo 37: La espera y una horrorosa sala.
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS Y NOTAS DE AUTOR

Capítulo 18: Errores y mentiras del pasado.

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By Mysagy

RALPH

Hoy había descubierto cual razón llevaban los padres de Eve ante esta pareja. Eran tal para cual y ese era su mayor problema. Los dos tenían exactamente el mismo carácter y eso, si no encontrabas un equilibrio, era imposible de llevar.

Pero ellos si tenían ese equilibrio, para ellos era el amor. Eso podía unir cualquier cosa y a cualquier persona, incluido a ellos. Por eso le había dado el libro a Eve, debía de saber que era lo que le pasaba para que dejara de luchar contra ello. Además, iba a necesitar un hombro en el que apoyarse después de esta noche.

No quería hacerlo. Por primera vez en mucho tiempo  sentía miedo, solo que era un miedo muy diferente al que había sentido alguna vez. Mis miedos siempre han sido por mi seguridad o por la seguridad de la gente a la que quiero, esta vez mi miedo era por el rechazo que iba a sentir Eve hacia mí cuando le contara toda la verdad.

Pero tanto ella como William debían saber la verdad de su pasado, debían conocer bien la historia para entender todo lo que ha pasado en su mundo, es la única manera de que dejen mirar hacia atrás.

Pero, ¿y si Eve no quiere volver a saber de mí? Ella ha sido como mi hija, es más, dado que no tengo hijos, ella es mi hija. La quiero y la he cuidado como tal y el mero hecho de pensar en perderla, me revuelve las tripas.

“Vamos Ralph, has pasado cosas peores – me dije para darme ánimos”

Tras la colaboración de Sussan, había conseguido el teléfono de William.

Para: William; Eve

Mensaje: “En las ruinas del castillo en media hora. Necesito hablar con los dos. Ralph

ENVIAR

Ya está, no hay vuelta atrás. Ahora toca sufrir con los errores y las mentiras del pasado. Es hora de que los secretos salgan a la luz y de que por fin, Eve sepa la verdad de la muerte de sus padres.

KAI/WILL

Después del pequeño encuentro entre Ralph y Steeve en la playa y de que Eve se largara sin decir nada, volví a mi casa a intentar recuperarme de lo del mareo y a intentar centrarme sobre mis sentimientos acerca de Eve.

Sabía sin duda que me gustaba, eso estaba claro. Pero había algo más, algo que era tan intenso, que mareaba a la vez que te hacía desear más y más. Mi estomago volvía a tener esa sensación de vacío que solo desaparece cuando está ella cerca.

¿Y si estoy…? No, no puedo estarlo, yo no era de esos. Pero estaba claro que lo que sentía por ella no era simplemente un encaprichamiento, ni siquiera era algo sexual, aunque no estaría mal. No, lo que sentía por ella era poderoso y puro, algo que nunca había sentido y que nunca creí capaz de sentir.

“Venga, reconócelo Kai – me dije a mí mismo”

- Estoy enamorado de Eve. – dije en voz alta para ver si sonaba tan ridículo como en mi cabeza.

Pero no sonó nada ridículo, es más, sonaba bien. Yo enamorado de una chica como Eve, si lo pensaba a fondo, era justo lo que necesitaba. Ella me sacaba de quicio, pero a la vez no veía el momento de volver a verla. Su beso no solo fue perfecto, sino que supe en el momento en que sus labios rozaron los míos, que no quería besar a nadie más en mi vida.

En parte era eso lo que me había pedido mi madre en el sueño, que siguiera a mi corazón y ella era mi corazón. Debía seguirla a cualquier lado.

Al final tomé una decisión, necesitaba verla a solas, hablar bien con ella y explicarle las cosas de una manera razonable y de adultos. Me di una corta ducha y cogí las llaves de la moto para ir en su busca.

No me importaba que ella me rechazara, aunque de hacerlo, no tenía muy claro cómo iba a recomponerme después. Pero ahora lo único que me importaba era que quería volver a verla, quería dejar de sentir este vacío en mi estomago cada vez que pensaba en ella o cada vez que recordaba como era su abrazo o sus labios.

Justo cuando estaba en el garaje arrancando la moto, algo en mi bolsillo del pantalón empezó a vibrar, el móvil, un mensaje de texto.

En las ruinas del castillo en media hora. Necesito hablar con los dos. Ralph

No fue hasta que leí “los dos” cuando me fijé que el mensaje iba dirigido a dos personas. No sabía cómo Ralph tenía mi número de teléfono, ni siquiera lo tenía Eve. Aunque sí lo tenía su prima y sabía que ella no tenía problemas en ir dando los números de teléfono a cualquiera.

Ahora tenía un dilema, supuse que el mensaje iba dirigido también para Eve, pero al no tener su número, no lo sabía. Yo quería verla, pero no quería que Ralph estuviera delante. Pero tampoco podía rechazar la invitación de Ralph, por la pinta del mensaje tenía que ser algo serio.

Abrí la puerta de la calle y comprobé horrorizado que se había hecho de noche sin ni siquiera darme cuenta, ¿qué me pasaba últimamente con las horas? Agarré una linterna que había en el garaje y fui directo a las ruinas del castillo sabiendo que llegaría demasiado pronto.

EVE

Había descubierto lo que posiblemente cambie mi vida tal y como la conozco. Nunca me planteé la idea de tener novio, ni siquiera de tener amigos y ahora…estoy embrujada y de nada menos que de un elemento.

“¡Genial Eve! No podrías haberlo hecho mejor – me dije con ironía”

Estaba en casa y mi prima se había ido con sus amigos a beber a la playa, me había insistido de manera muy constante que la acompañara, pero no estaba de humor para niños borrachos intentando mantener una conversación banal conmigo.

Necesitaba pensar que hacer ahora, como afrontar lo de Will y como plantearme mi vida después de este descubrimiento. Y solo tenía una cosa clara, una que quizás resuelva todas las dudas que tengo, no concibo una vida sin Will.

Era una afirmación muy peligrosa y debía pensármela bien, no vivir sin Will significa meterme de lleno en una guerra, aunque eso no era lo que más me importaba. Lo peor de esa guerra es que debo de aceptar el hecho de que Will estará en primera fila, que él será el centro de todo y que todos los sombras del mundo querrán su muerte. ¿Cómo puedo aceptar algo así?

No podía y tampoco podía hacer nada, así que solo me quedaba una solución, no despegarme de él e intentar protegerle en todo lo que pueda hasta que algo acabe conmigo. Sé que no es un futuro muy prometedor, pero era el que mejor podría aceptar. Porque la otra solución sería no hacer nada, dejarle ir y apartarme de él todo lo posible, viajar a otra comunidad si hacía falta. Pero eso no era capaz de aceptarlo.

Pi pi pi pi pi

Algo sonaba sin parar, rebusqué por toda la habitación hasta que encontré el pequeño móvil. Lo primero que hice fue apagar el espantoso sonido y lo siguiente ver que tenía un mensaje de texto y era del teléfono de Ralph

En las ruinas del castillo en media hora. Necesito hablar con los dos. Ralph

¿No podría haber elegido otro sitio? Era de noche y eso estaba en lo alto de una pequeña montaña. Yo no tenía transporte, debía subir andando.

Suspiré varias veces aceptando que no llegaría en media hora ni de casualidad, tenía la esperanza de que Steeve y Ralph me encontraran a mitad de camino y me subieran en coche. Pero por si acaso, me calcé las zapatillas de correr y me puse unos pantalones elásticos con una camiseta. Me até una chaqueta a la cintura por si refrescaba y cogí una linterna por si el camino estaba mal iluminado.

- Tía, me voy a la habitación de Ralph y Steeve a jugar a las cartas. – dije a voz en grito para que mi tía me oyera.

- Muy bien cariño, si ves que se te hace tarde quédate allí a dormir, pero avísanos antes.

Entonces una idea pasó por mi cabeza, después de la reunión con Steeve y Ralph me acercaría a casa de William y le contaría la verdad.

- Pues mejor te lo digo ya, me quedaré a dormir en el hotel. Ralph se enrolla mucho jugando a las cartas y yo soy bastante competitiva, se nos hará tarde. – miré a mi tía poniendo cara de buena y ella aceptó con la cabeza.

Estaba decidida, iba a contarle toda la verdad y le diría que daba igual donde tenga que ir porque yo iré detrás, ya que él había amenazado diciendo que no iría a ningún sitio sin mí.

Llegué a la zona donde hicimos el primer día la hoguera y encontré el camino que subía hasta las ruinas. Las cuestas eran pronunciadas y a tan solo cien metros de camino, las luces del pueblo dejaron de iluminar la cazada por lo que tuve que sacar la linterna e ir más despacio.

Quedaban diez minutos y aun no llevaba ni la mitad, no sé en qué pensaba Ralph para quedar en un sitio así y porque no había pasado a recogerme.

Entonces oí un ruido a mis espaldas que me paralizó el corazón, un ruido que conocía muy bien y que en el fondo deseaba oír, era la moto de Will.

Me giré justo en el momento que él pasaba por mi lado y frenaba al verme.

- Vaya, cada vez las autoestopistas están mejor. – dijo mientras se levantaba la visera del casco y me miraba con una sonrisa picarona, esa que me volvía loca.

- Lo siento, esperaba a alguien con más mentalidad. – dije mirándole con cara de burla.

Era como al principio, cuando cada palabra que salía de nuestra boca era para humillar al contrario, solo que ahora se notaba algo diferente en el ambiente, algo más cercano y a la vez más divertido.

- ¿Qué haces aquí, Will? – dije ahora en serio, íbamos a reunirnos los tres y aunque seguro que Will era el primer interesado en saber que se decía, no debía estar aquí.

- Me envió Ralph un mensaje. – dijo mientras me levantaba las cejas en señal de que era obvio.

Me he estado equivocando en lo mismo desde que recibí el mensaje. La reunión no era para Steeve y para mí, la reunión era para Will y para mí. Ahora estaba intrigada, ¿Qué tendría que decirnos Ralph a los dos y con tanto secretismo?

- ¿Quieres que te suba o prefieres ir andando? – me dijo al cabo de un rato.

Me subí a la moto sin decir nada y me agarré a él todo lo fuerte que pude. Tal y como hice el otro día, apoye mi cara en su hombro y disfruté del viaje. Aunque no demasiado ya que pasé de llegar tarde a llegar casi diez minutos pronto.

Al menos esta vez, como el viaje apenas había durando un par de minutos, pude bajarme yo sola y sin necesidad de que él lo hiciera por mí.

Estaba algo avergonzada y no sabía porque, no había hecho nada malo pero tampoco era capaz de mirar a Will a la cara y que esta no se me pusiera roja como un tomate. Así que me fui a mirar las vistas desde el mirador.

Las ruinas del castillo no estaban mal, exceptuando por la cantidad de porquería que hay y el poco mantenimiento que tiene. Will se puso a mi lado y me miró con sumo interés.

- ¿Qué pasa? – dije al ver que no me quitaba ojo.

- Me preguntaba, ¿Qué tal tu día? ¿Dónde has ido esta mañana y luego que has hecho por la tarde? – no lo pude evitar, me reí.

No es que me parecieran graciosas sus preguntas, sino que me parecía gracioso que se interesara por mí.

- Ralph me dio algo de lectura y me fui a la playa a leer. – vi su cara de desconcierto y eso me hizo más gracia. – Cuando termine esta extraña reunión, te lo cuento todo.

- Eso suena a promesa. – dijo él con una sonrisa de oreja a oreja.

- Es una promesa.

Justo en ese momento, el coche de Ralph aparco en la zona para coches y subió a las ruinas andando. Su mirada era sombría y parecía que lo que fuera a decirnos, no le hacía mucha gracia.

- Ralph, ¿qué pasa? Me preocupas – dije en cuanto llegó.

- Verás Eve, me temo que no he sido muy sincero contigo en todo este tiempo. Y Will, en esta historia hay mucha parte que te influye. Por eso estáis aquí los dos, quiero contaros la verdad del pasado. – no entendía ni una sola palabra que decía, pero si podía ver miedo en su mirada.

- Sea lo que sea, dilo. No cambiará nada. – dije infundiéndole ánimos.

- No digas eso sin saber lo que te voy a decir. – ahora era yo la que tenía miedo y de un movimiento inconsciente, me arrimé un paso hacia Will el cual aprovechó para darme la mano. – Está bien, lo soltaré.

“He de empezar por el principio, los dos eráis muy pequeños cuando os visteis por primera vez. Ya os conocíais de antes y ya sentisteis esa atracción el uno por el otro. Tus padres venían a este pueblo todos los veranos, era parte de su tapadera para que tus tíos no sospecharan de la comunidad. Sucedió en la playa, según me contaron, os quedasteis horas mirándoos sin deciros nada y sin jugar a nada, como si hubiese una conexión extraña entre vosotros.

Fue cuando tu madre se levantó para ver qué pasaba y porque os comportabais así, cuando olió a William. Dice que lo noto en seguida, era la fragancia de un brujo recién convertido en el cuerpo de un niño de dos años. Todavía recuerdo como me llamó ilusionada porque había encontrado a un elemento.”

- ¿Cómo? ¿Ya sabíais que él era un elemento? y me mandaste aquí ¿para qué? – dije muy indignada.

Noté como Will me acariciaba el dorso de la mano con su pulgar y como eso me calmaba de forma radical.

- Escucha, todas las respuestas llegan. – dijo haciéndome ver que no me impacientara. – Vine de inmediato a comprobarlo y lo cercioré, era imposible que un niño de dos años tuviera la fragancia de uno de dieciocho.

“Fuimos observándole durante los siguientes años y yo también observaba vuestra relación cuando estabais juntos. Erais muy pequeños para acordaros, apenas teníais cuatro años cuando dejamos de juntaros. Pero al año de conocer a Will, supe que habíais sufrido el Embrujo.

Tu madre no quería creerlo y no la culpo, pero tu padre la convenció con la cosa de que no os volvierais a ver hasta ser mayores. Ella quería que crecierais sin esto de por medio, que esto solo os limitaría las experiencias y que necesitabais vivir libremente antes de que vuestro destino os dijera como hacerlo.

Eso también se aplicaba al destino de Will, él no podía saber nada hasta momentos antes de cumplir los dieciocho. Yo me negué en rotundo pero tu madre tenía un don para la palabra y convenció a todo el consejo de que era lo mejor.

Colocamos brujos por todo el pueblo y protegimos cada segundo de la vida de William, solo que él no se enteraba de nuestra presencia. Nos infiltramos como profesores, como servicio de la mansión, como vecinos del pueblo. Pero entonces pasó algo que no vimos venir, la madre de William murió.

Lydia, la madre de Eve, - especificó para Will – dijo que la pena no podría con la magia y que era un duro golpe que el destino había decidido que viviera.

Tu padre se trasladó a Londres y nosotros tuvimos que volver a infiltrarnos en tu vida, nuevas caras con nuevos cargos y nuevas compañías. Estábamos en todos lados viendo como en cuestión de dos años fuiste diez veces a la comisaría y como las sombras se iba apoderando poco a poco de tu magia.

Cuando quisimos reaccionar ya era tarde. Pensamos en secuestrarte y traerte a la fuerza, pero así solo habríamos conseguido enfurecerte más y hacer que vieses a los brujos de la luz como los malos. Y otra vez Lydia tuvo una gran idea, aunque no le gustase.

La idea era utilizar a Eve para atraer a William hacia el bando de la luz. Si realmente estaban Embrujados, él iría donde ella fuera y viceversa. Por eso Eve, tus padres empezaron a entrenarte tan pronto, a meterte en la cabeza la idea de que tenías que ser la mejor.”

Hubo un momento de silencio el cual me vino bien para intentar ordenar toda esta historia con las mentiras que me habían contado a mí. Ahora la historia de la muerte de mis padres la veo con un enfoque diferente. A mí me había contado que murieron en batalla, una pequeña emboscada en la que salieron más sombras de lo que dijeron en los informes iníciales, que fue una batalla imposible de ganar y que ellos consiguieron llevarse a unos cuantos por el camino.

- Pero hay algo que no entiendo. – dijo Will de repente obligándome a salir de mis cavilaciones - ¿Qué tiene que ver que Eve esté Embrujada con que sea la mejor luchadora? Y… ¿qué es un Embrujo?

- Es casi una leyenda, - le contesté yo – hace mucho que no se da ningún caso, pero viene a decir que la magia elige a dos brujos para que estén juntos, como si la unión de esos brujos hiciese todo mucho más poderoso, uno complementa al otro y los dos pueden hacer grandes cosas para la comunidad. Es por eso que nos sentimos tan raros – ahora volvía a estar avergonzada, pero sobretodo estaba avergonzada porque Ralph estaba presente – esa necesitad que sentimos de estar juntos y ese vacío que se nos queda en el estomago cuando nos separamos, son señales de Embrujo.

- ¿Quieres decir que no solo mi destino está decidido, sino que también lo está la persona con la que debo vivirlo? ¿me van a dejar algo a mi elección? – preguntó mientras me soltaba de la mano y se separaba de mí.

Vi el dolor en su rostro igual que él pudo verlo en el mío, esa sensación en el estomago apareció como si me hubiesen pegado en el estomago.

- Por eso mis padres querían que fuese la mejor luchadora, - dije intentando desviar el tema mientras contestaba a su otra pregunta – ellos sabían cuál sería mi destino porque estaría unido al tuyo, por eso mi madre nos separó diciendo que debíamos de vivir por separado y por eso mi padre me preparó para ser la mejor y poder guiarte y ayudarte en todo lo que pueda. ¿No te das cuenta que yo tampoco he tenido nunca opción? – mi rabia iba en aumento, no entendía como se enfadaba cuando era él el que había vivido una vida normal, fuera de entrenamientos y peleas – mi vida, mis entrenamientos y todo lo que he hecho durante toda mi vida, ha sido para ti. Quizás antes no sabía para que era, pero ahora sí.

Estaba casi temblando de rabia y el vino y me abrazó para que me relajara, e igual que antes, fue un efecto inmediato. Pero no le dejé irse tan rápido, quería disfrutar un poco más de la protección de sus brazos.

- Lo siento, no he querido decir que mi destino no me gustara. Quiero decir, solo me gusta la mitad de mi destino, la que me obliga a estar contigo. – eso era una declaración en toda regla y mi corazón pareció derretirse por momentos.

- Siento interrumpir, pero aun me queda aclarar una cosa más. – dijo Ralph que me había olvidado de su presencia. – Cuando nos dimos cuentas de las sombras en Will, la madre de Eve, Lydia, decidió venir a buscarle y ponerle delante de Eve. Dejarles solos y luego decirle que debía ser bueno si quería volver a verla. Quedarían en verano y así mantendrían la pureza en la magia de Will.

“Pero cuando los padres de Eve llegaron a por ti a Londres, se encontraron con una emboscada. Un pequeño ejército de Sombras los esperaban. Consiguieron deshacerse del ejercito pero no sin sufrir importantes bajas. Tus padres murieron luchando por lo que creían, Eve.

Will, luego tu padre volvió a mandarte aquí y volvimos a integrarnos en tu vida. Pero sabíamos que se acercaba la hora y os teníais que conocer. Esperé a que terminaras el último examen y te mandé aquí de vacaciones obligatorias”

Mis padres murieron por proteger a Will. No sabía muy bien como tomarme esto pero estaba claro que aquí no iba a ser.

- ¿Cómo no os disteis cuenta de la novia de mi padre y su hija? – dijo Will

- Porque fueron muy discretas, apenas pasaron por el pueblo y no salían de casa. Tampoco creímos que hubiesen visto a Eve y para cuando nos dimos cuenta, ellas se fueron. Pero hemos de tener cuidado, sé que hay más sombras ocultos esperando a que os quedéis solos y más ahora que ya has elegido un bando. – dijo eso último a Will. – Cuando regresen no tendrán reparos en matarte.

Bueno, eso no iba a pasar y yo necesitaba salir de este lugar.

- ¿Tienes algo más que decir? – pregunté a Ralph el cual negó con la cabeza. – Bien. Will, sácame de aquí.

Este volvió a cogerme la mano y tiró de mí hasta su moto, solo necesitaba escapar de aquí con él, irnos a un lugar donde solo estemos nosotros y donde nada importe salvo él y yo.

- Espera Eve, - dijo Ralph agarrándome del brazo que tenía libre y obligándome a parar – Te he querido como a mi propia hija y he seguido con los deseos de tu padre de hacerte la mejor luchadora. Pero debes de entender que no podía decirte toda la verdad de lo que sucedió, era mejor que crecieras sin saber de la existencia de Will.

- No estoy enfadada, Ralph. Pero necesito ordenar mis ideas y de momento, no puedo volver a este tema. – dije poniendo mi mirada más dulce.

No quería que pensara que estaba enfadada con él o que le culpaba de algo, la historia solo había conseguido que me sintiera más orgullosa de mis padres que antes, habían muerto salvando a todo un elemento y a mi amado.

- Me marcho esta noche para la comunidad, voy a prepararlo todo y ver qué pasa con los otros elementos. Volveré para el miércoles con refuerzos y acabaremos con las sombras que habitan la casa de Will.

Le di un abrazo de despedida y me subí a la moto, me agarré a Will con dulzura y volví a apoyar la cabeza en su hombro.

- ¿A dónde, pequeña? – dijo mientras acariciaba la mano que tenía en la tripa.

- A la cueva, pequeño.

La moto vibró bajo nuestras piernas y yo eché un último vistazo a Ralph. Su mirada era triste pero parecía liberado, intenté sonreírle y él me devolvió un saludo con la mano.

Ahora era el momento para aclarar otro tipo de cosas.

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Este capítulo es importante para la continuidad de la historia, prometo que el próximo capítulo será muy importante para la relación entre estos dos jóvenes indecisos...

Siento haber tardado más de la cuenta en escribir, pero es verano y te sale un plan de piscinas y fin de semana fuera, y hay que aprovecharlo...

Tengo que agradecer a Rodrigo Molins por su dibujo y por su gran apoyo desde el inicio de la saga. Eres genial, aunque ya te lo he dicho alguna vez :D :D

No se olviden de votar y comentar que les ha parecido. Besos

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