En donde menos lo esperas

Galing kay AlysonRodriguez05

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Esta es una historia un poco diferente ya que no es de varios capítulos y está escrita más al estilo de un li... Higit pa

Navidad

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Galing kay AlysonRodriguez05

Es nochebuena en casa y tengo a mi familia frente a mí. Mis dos hijos, Angel de 28 años, tocando mi vieja guitarra, y mi hija Geraldyn de 24, cantando mientras mi esposa de mas de 30 años los escucha atenta. Los años se le notan encima, y a pesar de la gran cascada gris de su cabello, y de las arrugas que se le pueden notar en el rostro sigue siendo la mujer mas hermosa que he conocido en mi vida. Puedo ver unas cuantas lágrimas caer por sus mejillas y aunque quiero preguntarle lo que piensa, la dejo revivir sus recuerdos en silencio.

Me levanto del sofá color Rojo, mi favorito y por el cuál hemos peleado por años al ser el único mueble que no combina con el resto de la decoración y arruina la simetría de nuestra sala. Voy a la cocina a preparar el chocolate caliente que tanto caracteriza a nuestra familia y sonrío mientras espero a que la leche comience a hervir, casi de inmediato el vapor me traslada a otra época de mi vida.

   
En algún momento la música lo era todo para mi. Las mujeres, el alcohol y las fiestas eran parte de mi rutina diaria, vivía una vida libre y nunca pensé que Aly se convertiría en la mujer capaz de inspirarme a estar dispuesto a renunciar a la vida misma por tenerla a mi lado. Teniendo la música como profesión, no era extraño que las chicas se me acercaran a pedirme fotos o darme besos. Por eso el dia que la conocí, fue simplemente una fanática más. Ella en cambio, lloraba mientras me abrazaba con genuina emoción y una fuerza extraordinaria. Su momento pasó y yo me olvidé de ella, y de las siguientes 3 o 4 veces que la volví a ver. Cerca de un año después, un amigo nos presentó precisamente en una fiesta, y fue ahí cuando todo cambió.

―Te presento a mi amiga Aly, se acaba de unir a la compañía y estará trabajando con nosotros. ―Comenta mi amigo mientras Aly se une a la plática.

―Mucho gusto Aly, se me hace que ya te había visto antes, ¿no? ―La saludé ofreciéndole mi mano con una sonrisa de coqueteo descarado.

― ¡Así es! ―Me contestó emocionada― Nos hemos visto un par de veces en algunos de tus eventos. ¡No puedo creer que de ser tu fan ahora podré trabajar contigo!

Su mirada era inofensiva, sus ojos color chocolate reflejaban ternura, y su sonrisa, aunque tímida, me invitaba a notar la suavidad de sus labios. Su hermoso cabello largo y castaño le daba un aspecto sencillo pero sofisticado. Era hermosa sí, pero mi experiencia con las mujeres me decía que también era peligrosa, pues las mujeres como ella buscaban más que una aventura y yo no estaba preparado para involucrarme en una relación seria, así que me propuse mantenerme alejado.

La conocí con el paso de los años, aunque nuestros encuentros eran estrictamente profesionales. Aún así había algo en ella que me hacía voltear a verla con frecuencia. Mas allá de lo físico, tenía un magnetismo que me envolvía, siempre sonriente, siempre amable. Pero nunca intenté nada, pues prefería lo fácil y ella era todo menos eso. Un dia escuché que había renunciado. Se había ido sin despedirse y de pronto sentí algo extraño dentro de mí. Ese sentimiento me acompañó por meses hasta que un dia me la encontré por casualidad en un restaurante y no pude esconder la alegria de la que me contagié al ver su sonrisa de nuevo.

―Hola Aly, qué tal ¿cómo has estado?

― ¡Hola! yo muy bien gracias ¿y tú? tiempo sin verte

― ¡Ya sé, te me desapareciste tú mujer!―Exclamé con una sonrisa tonta en mi cara de la cual me arrepentí al instante, pues no quería hacer el ridículo.

―Me he mantenido ocupada con mi nuevo empleo, de hecho lo siento mucho pero debo irme, me dio mucho gusto volver a verte.

Se acercó a mí para despedirse y por accidente los dos volteamos al mismo tiempo, dándonos un pequeño beso en los labios. Esperé ver una reacción, pero si acaso sintió algo, lo disimulaba perfectamente visto que se despidió de mí con facilidad, haciéndome sentir poco importante mientras que me quedé parado como un tonto aun sintiendo en mis labios la suavidad de los suyos.

Ese beso me había afectado mas de lo que quería admitir. Sin darme cuenta la buscaba en mis conciertos, pero nunca estaba y al no verla, mis canciones perdían el sentido. No lograba entender como algo que antes disfrutaba tanto, se había convertido en solo trabajo. Las chicas se seguían acercando a pedir fotos y abrazos pero al corresponderles, mi sonrisa había dejado de ser verdadera.

Llegando de una de mis presentaciones una noche me encontré a mi madre en la cocina, y me decidí a hablar con ella en espera de algún consejo.

―Madre, necesito hablar con usted ―comencé dudoso―, tengo un problema y quisiera un consejo suyo.

― ¿Qué te pasa hijo mío? ―Me preguntó preocupada al ver mi rostro decaído.

―Se trata de una mujer

―Espero que no me vayas a decir que vas a ser papá porque sabes que el dia que eso suceda, me gustaría que fuera con alguien con quien pienses compartir tu vida y no porque "Se te fue" ―Me interrumpió molesta con su discurso de siempre y yo la dejé terminar antes de seguir contándole.

―No se trata de eso, es sobre alguien a quien conocí hace unos años. Era una fan al principio, y la conocí más cuando comenzó a trabajar en la disquera, pero consiguió otro empleo y se fue.

― ¿Y entonces cuál es el problema? ―Preguntaba sin entender a donde iba mi historia.

―Es que por alguna razón siento que la extraño. La busco en los eventos y en los pasillos de la oficina y siento que la veo hasta en la sopa. Pero no logro entender por qué.

Mi madre me miró entonces con una sonrisa burlona y por algunos minutos se mantuvo en silencio, mientras que con cada segundo que pasaba, yo me desesperaba por escuchar lo que estaba pensando. Cuando sentía que no podía más, ella comenzó a reírse de mi a todo pulmón.

―Que bueno que encuentre la gracia porque yo estoy confundido ―Le dije molesto.

―Hijo perdón, no me estoy burlando de ti. Lo que pasa es que no puedo creer que el más mujeriego de mis hijos esté por fin enamorado. Me gustaría conocer a la muchacha que lo logró. ¿Como dices que se llama?

―Eso es absurdo ―Le contesté levantando la voz―, ¿Enamorado de Aly? Pero apenas la conozco, no es mi tipo.

― ¿Y por qué piensas eso? ―Preguntaba cada vez más entretenida.

―Pues porque ella no es de las que se divierten, ella es de las que sueñan con una boda, una casa, un perro y muchos hijos.

― ¿Entonces la respetaste porque ella es diferente?

― ¡Pero eso no tiene nada que ver!

―Eso tiene todo que ver hijo. Es verdad que no es de tu tipo, tú mismo has contestado el por qué. Tal vez el ser diferente te deslumbró, o tal vez te enamoró. Escucha a tu corazón, pregúntate qué es lo que sientes al tenerla cerca de tí. A veces el amor se aparece en donde menos lo esperas. Te quiero hijo, y quiero verte feliz.

No pude decir nada más, ella me dio un beso en la frente y se retiró de la cocina dejándome aún más confundido. Si de algo estaba seguro era que tenia que acomodar mis sentimientos antes de volverme loco, así que buscarla en las redes sociales se convirtió en una misión. Me costó trabajo, pero por fin la encontré. Ahí estaba, con el largo cabello negro que tanto me gustaba. Me convertí en un acosador al curiosear en sus fotos, pero quería conocerla más. Quería ver quién era cuando no me sonreía a mí.

Descubrí cosas nuevas, conocí a su familia, amigos y me enteré de que le gustaba leer y cuidar de los animales. Su vida la dedicaba por completo a su trabajo y a su familia. ¡Pero quién era esta mujer! las que había conocido, las que me habían llamado la atención antes habían sido mujeres hermosas de pies a cabeza, con una manera de vestir que obligaban a cualquier hombre a voltear la cara para verlas. pero Aly era diferente, ella no parecía importarle lo que pensaran de su manera de ser ni de vestir, y eso la hacia más hermosa aun. No logré averiguar dónde trabajaba y me resigné a no verla pronto, pero sabía que al frecuentar los mismos círculos sociales era cuestión de tiempo para volver a verla.

Ocurrió en una fiesta de Navidad, yo estaba con mis amigos cuando ví que ella entró del brazo de un hombre a quien yo no conocía. El no aparecía en ninguna de las fotos que había visto y eso me puso nervioso. ¿Sería su novio a caso? La noche transcurrió y yo no tenía oportunidad de hablar a solas con ella, ya que su acompañante no se le despegaba ni un segundo. Pero después de unas cuantas copas, ví que caminó sola con rumbo a los baños y decidí seguirla.

La esperé afuera del baño y cuando salió la tomé por sorpresa. Intente disimular la borrachera mientras la veía de pies a cabeza, nunca la había visto tan hermosa como hoy.

―Aly, que gusto verte, ¿cómo estás?

―Hola, estoy bien gracias pero, ¿qué haces afuera del baño de mujeres?

―La verdad te estaba esperando, te ví desde hace rato pero no me atreví a saludarte porque estabas acompañada. ―Le contesté nervioso al verme descubierto esperándola afuera de los baños. Dios, ¡De verdad que me había convertido en un acosador!

―Cuando me invitaron a la fiesta no tenía con quien venir así que un amigo se ofreció a acompañarme. Pero cuéntame, ¿cómo has estado tú? ¿quieres sentarte un momento a tomar aire?

Podía ver en sus ojos cierta preocupación, no porque pensaba que algo malo me ocurría, sino porque sabía que ya se me habían subido las copas y era su manera de decirme que necesitaba reponerme un poco antes de regresar a la fiesta. Nos sentamos en una banca en el patio por un momento. Debido al alcohol, mi razonamiento de mantenerme alejado de ella se había ido por la ventana y lo único que quería era escuchar su voz y estar cerca de ella.

― ¿Y cómo te ha ido en tu nuevo trabajo? de pronto te desapareces y no se sabe nada de tí.

―Me contrataron en una compañía en donde iba a poder aprender sobre el cine y la verdad no podía dejar pasar la oportunidad, he estado ocupada desde entonces. ¿Tú qué me cuentas de tí? ¿Alguna nueva novia?

― ¿Novia? no, ¿Pero te importaría?

―Perdón, tienes razón. no debo meterme donde no me importa. ―Contestó sonrojada y yo aproveché para decirle algo que tenía en mente desde que la ví llegar a la fiesta.

―De hecho, mi pregunta era seria. ¿Te importaría saber que tengo novia? Digo, es que la verdad a mi si me importaría saber que el hombre que esta allá adentro es algo más que un amigo para tí.

Me miró sorprendida y permaneció callada por unos minutos. De pronto se levantó con intenciones de irse. Me miró a los ojos diciéndome,

―Perdóname, pero no creo que sea correcto que estemos hablando de esto. Será mejor que regresemos a la fiesta. ―Intentó huir pero yo la detuve del brazo.

―Aly, espera. tengo algo que decirte y necesito que me escuches. Tal vez tu tengas una respuesta a todo lo que me está pasando y si es así, necesito escucharla. Por favor siéntate.

Se volvió a sentar, pero mantuvo la vista al cielo. El vestido rojo que traía pegado a su cuerpo resaltaba sus curvas, y aún así dejaba mucho a la imaginación al cubrirle las piernas por completo. Yo suspiré fuerte antes de decidirme de una vez a confesarle lo que por meses había inundado mi mente.

―No recuerdo cuando fue la primera vez que nos conocimos, ni la segunda ni la tercera, y cuando nos presentaron te me hiciste conocida, pero no sabía de dónde. solo sé que mi primer impulso aquella vez fue mantenerme lo mas alejado de tí como fuera posible. Nos tocó trabajar juntos en algunas ocasiones y pude ver que eres una mujer autosuficiente y decidida, nunca había conocido a una mujer así. Las mujeres con las que había salido siempre buscaban algo, ya fuera seguridad emocional, halagos, o en el peor de los casos, dinero; Pero tú no, tú fuiste la primera mujer que me trató como una persona normal, y de pronto te fuiste. Dejaste de trabajar con nosotros y me hiciste falta. Sé que te parecerá extraño, pero te busqué en las redes sociales y al encontrarte, aprendí cosas que no imaginaba. Eres real y no se qué es lo que siento con exactitud, pero sé que cuando no estas te busco en todos lados. Supongo que lo que quiero decir es que si tú aún no tienes a nadie en tu vida, me des la oportunidad de salir contigo para descubrir si entre nosotros puede ocurrir algo. Claro que tendría que ser en secreto porque ya sabes, los medios y mis fans no pueden enterarse.

Aly, quien había permanecido en silencio todo este tiempo de pronto se levantó, parándose justo frente a mí y mirándome a los ojos, haciéndome despertar de la borrachera con sus palabras.

―Así que estás confundido y no sabes lo que sientes, ¿Y quieres salir conmigo para que te sirva de experimento? claro, si las cosas no funcionan como tú esperas no pasa nada, ¿Verdad? déjame decirte algo yo a tí. Cuando te conocí, me enamoré del hombre que creí que eras. Entré a trabajar a la disquera por tí, te acompañaba a los eventos y me aguantaba las ganas de llorar con cada nueva novia con la que salías, por tí.

Pero fue suficiente, ya no aguanté más y decidí que lo mejor era alejarme, y esta vez era por mí. Ahora esperas que yo me acueste en el piso tal cual una alfombra y cuando te aburras me olvides como si nada, ¿y sin importarte el daño que me puedas causar? lo siento pero no. Por un segundo pensé que me ibas a confesar tu amor pero tú no amas a nadie, eres y siempre serás un desconsiderado que cree que todo debe dársele en las manos pero yo no voy a contribuir a enaltecer tu ego.

―Alyson, es que entiende, ¡no sé que siento! por eso quiero estar cerca de tí, para poder descubrirlo.

― ¿Y lo que yo siento? sabes que en este momento lo que siento son unas ganas inmensas de darte una cachetada pero no lo haré porque no lo vales. No quiero saber nada de tí, busca a alguien mas con quien experimentar tus sentimientos y te deseo suerte.

Ella me dejó con la palabra en la boca mientras se dirigía a la fiesta, probablemente a pedirle a su acompañante que la alejara del lugar. Yo permanecí sentado y dándome cuenta de que Aly tenía razón, no pensé en ella ni en sus sentimientos al hablar. Ella me confesó que me amaba y yo me acababa de dar cuenta que mi peor enemigo había sido yo mismo. Me metí ideas en la cabeza para mantenerme alejado de ella y fue por eso mismo que no me di cuenta antes de que sí estaba enamorado. Llegué a mi casa dejándome caer en mi sofá favorito, quedando dormido casi al instante. Comencé a soñar con Aly, ella se estaba casando con alguien que no era yo, volteaba a verme diciendo que se había olvidado de mí. Sus palabras me lastimaban, haciéndome llorar como niño de 5 años. De pronto desperté con la respiración entrecortada y unas gotas de sudor en mi frente.

Estaba decidido a no dejarla ir, la necesitaba a mi lado. Era la mujer de la que estaba completamente enamorado. Viendo su pagina social, una frase que había puesto me dio una idea para poder verla. Hablaba sobre una chimenea y una taza de chocolate caliente.........

Aly llegó al centro comercial acompañada de su hermana y su sobrina, sabía quienes eran por las fotos en su página. Caminaron hacia donde estaba la fila para tomarse fotos con Santa Claus, yo me sentía nervioso pues nunca creí ser capaz de hacer locuras por amor. Llegó el turno de ellas y Aly no me reconoció en el disfraz de santa. Su sobrina se tomó la foto conmigo y cuando estaban por irse, yo sostuve la mano de Aly.

― ¿Tú no me vas a decir qué quieres para Navidad? —Le pregunté con la mejor imitación de Santa Claus que podía.

―No gracias, ya escribí mi carta ―Me contestó con seriedad, pero amable.

―Si es verdad, he recibido tu carta. una taza de chocolate caliente a un lado de la chimenea con la persona que amas verdad?

De inmediato cambió la cara al escuchar esa frase tan personal y yo decidí entonces quitarme la gorra y barba de Santa Claus revelando así mi rostro.

― ¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó con visible molestia.

―Quería verte, necesitamos hablar.

―No tenemos nada de que hablar. Tal vez estabas borracho cuando te lo dije y no lo recuerdas, pero no quiero ser tu experimento. Por favor deja de buscarme, entre tú y yo no puede haber nada. Tienes razón, si tus fans se enteran de que estás con alguien como yo, no lo aprobarían.

―Eso no me importa, quiero estar contigo. me he dado cuenta de que estoy enamorado de tí y quiero intentarlo.

―Lo siento ―Me contestaba mientras caminaba para alcanzar a su familia― Te deseo lo mejor y espero que seas feliz algún dia, pero no será conmigo.

Sin decir más se alejó y yo me quedé sin saber que hacer. No podía obligarla a estar conmigo y sus palabras habían sido firmes. No quería nada que ver conmigo.

Después de que incidente, mis eventos se volvieron rutina y mis canciones las comencé a odiar. Escribí una nueva canción dedicada a ella en donde le pedía perdón esperando que la llegara a escuchar y me perdonara, pero no fue así. Unos meses después, me enteré por la red social de su hermana, que estaba en el hospital. (Si así es, ahora también estaba al pendiente de la página de su hermana) Corrí a buscarla y al llegar tuve que mentir diciendo que ella era mi novia. me dijeron que estaba grave pues había estado en espera de un riñón, pero aún no habían encontrado a alguien compatible con ella. De inmediato pedí que me hicieran los análisis pertinentes para ver si podía ser yo el donante.

Cuando los resultados dieron positivo, me informaron que tenia que hacerle saber a "Mi novia" sobre la buena noticia. Yo mentí de nuevo al decirles que no quería que se enterara que el donante era yo, para no preocuparla. El doctor aceptó que fuera todo anónimo y comenzaron los tramites para el transplante.

Dias después, al ser llevado a la sala de intervención, Aly ya estaba inconsciente en la camilla. Me acosté en la camilla vacía y la tomé de la mano mientras la enfermera me anestesiaba. Cerré los ojos casi al instante, pero no sin antes decirle a Aly que la amaba.

Cuando desperté, estaba en una habitación diferente y el doctor llegó a informarme que todo había salido bien. Aly estaba en otra habitación fuera de peligro y eso me tranquilizó. Al ser dado de alta, lo primero que hice fue asomarme a la habitación de Aly.

Decidí permanecer afuera mirándola dormir y entonces me dí cuenta que debía dejarla en paz. Ella merecía a alguien que la supiera valorar y hacer feliz desde el primer dia y yo no pude hacerlo. Me retiré del hospital con un suspiro y el alma pesada con resignación.

La nueva canción fue un éxito y había tenido que presentarme en diferentes programas de televisión para promocionarla. Me encontraba en uno más de los tantos estudios a los que me había presentado esa semana, sentado frente a la conductora del programa.

Ella me hacía preguntas y yo las contestaba con una sonrisa falsa. Cuando me preguntó si la canción había sido escrita para alguien en especial yo contesté con la verdad, diciendo que sí, pero omitiendo el nombre de Aly, pues no quería causarle ningún problema a ella.

La entrevista terminó y yo entré al camerino que me dieron. Comencé a cambiarme quitándome la camisa y de pronto ví una figura moverse detrás de mi a través del espejo. Di la vuelta sorprendido al ver que era Aly. Estaba frente a mí con una gran sonrisa.

― ¿Qué haces aquí? —Le pregunté con una voz qué tal vez solo yo pude escuchar.

―Hace unos meses me dijiste que teníamos que hablar y creo que tenias razón. ―Contestó mientras se acercaba a mí poniendo sus manos en mi pecho desnudo y uniendo lentamente sus labios con los míos. Me sorprendí, pero pronto me dejé envolver en el beso, la tomé de la cintura sintiendo que el corazón se me salía del pecho al sentirla tan cerca de mí. Al separarnos, me miró con ganas de llorar y con un fuego que no conocía en ella.

―Gracias ―Me dijo, sin apartar su mirada de mí ni un segundo.

― ¿Por el beso? ―Le pregunté confundido

―Por salvarme la vida.

―No entiendo a qué te refieres

―Fuiste tú quien me donó el riñón hace meses. Gracias.

― ¿Cómo lo descubriste?

―Hablé con tu mamá y ella me lo confirmó, aunque ya lo sabía, comencé a sospecharlo cuando a la enfermera se le salió decir que era muy afortunada al tener un novio que tuviera un gesto tan generoso conmigo. Y cuando estaban preparándome para la cirugía, aún no estaba durmiendo. Te escuché llegar y escuché lo que me dijiste pero pensé que lo había soñado. ¿Lo hiciste para que corriera a tus brazos?

―No podía soportar la idea de que algo te pudiera pasar, pero como no querías verme pedí que no te enteráras. Sé que no me crees, pero de verdad te amo. Me di cuenta cuando te fuiste pidiéndome que no te buscara.

―Después de aquella noche me encerré en mi mundo. Me dediqué conpletamente a mi trabajo. Pero te extrañaba, veía tus redes sociales y las entrevistas que te hacían. Escuché tu nueva canción, no sé si era para mi pero si es así, gracias.

― ¡Claro que era para tí!

―Tu mamá dice que has cambiado mucho. que ya no eres un mujeriego y que te has esforzado por ser mejor persona. Piensa que deberíamos darnos una oportunidad.

― ¿Y tú qué piensas? ―Le pregunté ansioso

―Pienso que tal vez tiene razón. Quiero estar contigo, tal vez algún dia casarnos, tener una casa, un perro, y después hijos.

Me dió un poco de risa su propuesta, pues era exactamente lo que siempre supe que quería, lo que no imaginé fue que yo también desearía lo mismo algún día. La veía y no podía creer que estaba frente a mí. La volví a besar abrazándola con la intención de no dejarla ir jamás.

―Papi, ¿Por qué tardas tanto?

La voz de mi hija me interrumpe y me doy cuenta de que mi cuerpo se desprendió de mi mente por un rato. El chocolate está listo, servido, y por lo visto lo hice yo. Mi hija me sonríe con la misma sonrisa de su madre tomando la charola de pan.

―Vamos tortuga que ya casi es hora de abrir los regalos, ¡Solo te estamos esperando a tí!

Yo la sigo sin decir nada y al llegar a la sala veo a mi esposa escribiendo de nuevo en su viejo cuaderno. Está tan concentrada que no se da cuenta de que Geraldyn se acerca a ella quitándole el cuaderno y comenzando a leerlo en voz alta.

Me estoy tomando un momento para escribirte desde el cómodo sofá ubicado frente a la chimenea de mi casa. ¿Recuerdas ese sueño? Pues te dará gusto saber que lo cumpliste. ¿Y sabes quién está en la cocina preparando las tazas de chocolate caliente? Adivinaste, es él. Mis hijos están frente al árbol de navidad, Ángel con la guitarra de su papá y Geraldyn cantando. Tengo la familia unida que siempre imaginamos tener y soy feliz. Si existiera manera de que recibieras esta carta, te diría que nunca dejes de soñar. Tal vez ahora no veas la recompensa de tu esfuerzo, pero te prometo que SI la recibirás. Y será tan grande que de pronto dudarás que sea verdad. Nunca dejes de amar, pues el amor mueve al mundo y es la llave a tu felicidad y por lo tanto la mía. Te quiero mucho niña, gracias por ser fuerte y darme el mejor regalo de vida.

Geraldyn termina de leer la carta que mi esposa le escribió a una Alyson del pasado, y yo me siento a su lado abrazándola con la misma fuerza con la que ella me abrazo aquella primera vez que me conoció. Besando levemente su frente imagino que si yo le escribiera una carta al hombre que alguna vez fui, sería que abriera bien los ojos. Porque como decía mi madre, el amor se aparece en donde menos lo esperamos.

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