Llego al aula de clases y me siento al lado de mi compañero de banco, el cual lee un libro.
—Hola Ángel —Le sonrío —¿Qué lees? Siempre te veo, pero nunca te pude preguntar.
—Harry Potter —se limita a decir y continúa su lectura.
—¿Harry Potter? —Ladeo la cabeza.
—Sí.
—¿Estás enojado conmigo? —Hago puchero y cierra su libro para luego observarme.
—¿Acaso tengo razones para estar enfadado contigo?
Me lo pienso, la verdad no le he hecho nada, pero como no entiendo, pude haber dicho algo en su contra.
—No lo sé, solo que no me quieres hablar, así que creo que algo debí haber hecho.
—No hablo con nadie —me aclara.
—¿Por qué? —digo curiosa y confusa a la vez.
—Porque no.
—Eso no es una respuesta.
—Quizás no lo hayas escuchado, pero soy el rarito, no ando por ahí haciendo sociales.
—¿Sociales? —Frunzo el ceño intentando entender.
—Amigos —Lo cambia por otra palabra para ver si comprendo.
—Amigos parece una palabra muy interesante —Sonrío.
Bufa.
—Es una relación de confianza con personas que no son tu familia —explica tranquilamente y es una sensación gratificante porque no se enoja por tener explicarlo.
—Oh —expreso entendiendo —gracias —Entonces lo medito —¿Quieres ser mi amigo Ángel?
—¿Por qué iba a ser tú amigo si te acabo de decir que...
Lo agarro de las manos y exclamo feliz.
—Por favor Ángel, se mi amigo —Suspiro —. Ya no quiero ser amiga de Alen, me da miedo.
Levanta una ceja.
—¿Qué te hizo?
—No sé, pero Byron me ayudó —exclamo contenta.
—Te dije que no fueras a esa fiesta —Me recuerda sus palabras.
—Es cierto, me lo dijiste —Me sorprendo y expreso alegre —. Tenías razón, sabía que tú eras bueno, me caes bien.
—Todo muy lindo ¿Pero puedes soltarme las manos? —Las observa con un gesto raro.
—¿No están muy juntitos ustedes dos? —Llega Mark de repente y nos señala —¡Mira Byron te está quitando a la chica! —exclama mirando hacia a la puerta.
Observo hacia allí y sonrío.
—Hola Byron —Dejo de sonreír cuando veo su gesto molesto —¿Estás enojado?