El sudor se impregna en mi cama y una vez que termino tiro el preservativo al tacho. Enciendo un cigarro luego de ponerme el bóxer y me siento sobre el colchón.
Siento que Ayla me abraza por detrás y me quito el cigarrillo de mis labios para hablar.
—¿Qué quieres? —Veo el humo salir de mi boca.
—¿Estás enojado?
—No, pero ya me aburrí —Me levanto y ella casi se tropieza —vete a tu casa, ya es tarde —le indico.
—¿Me llevas? —Se muerde el labio inferior cuando la miro.
—Te llamaré un remis —Frunce el ceño cuando digo aquello —te pagaré el transporte ¿Cual es el problema?
—Nada, me ilusione sola —Agarra su ropa y comienza a vestirse.
Levanto una ceja.
—¿Acaso hice algo para que pensarás eso?
—No Byron —Niega con la cabeza —como dije, fui solo yo —Suspira y luego sonríe —Llámame para repetir, esperaré abajo —Señala la puerta y luego se retira.
Okey, esta rubia me confundió ¿Le dolió que la rechacé pero quiere repetir? Las mujeres son complicadas, pero no importa, mientras me atiendan, todo bien. Por suerte, ignorarlas es mi punto fuerte.