Esencia Rusa

danielacgalvis tarafından

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Dimitri Ivanov es el hombre más buscado en Rusia, mujeriego y apasionado por la vida llena de lujos, el hombr... Daha Fazla

Sinopsis y booktrailer
~Personajes~
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
Nota
CAPITULO 34
Nota
CAPITULO 35
CAPITULO 36
Epilogo
#3 Deseo Italiano
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CAPITULO 16

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danielacgalvis tarafından

Canción: Stay - Khalid

Nuestros ojos vuelven a encontrarse, sus manos trazan caricias por mi espalda, mientras su lengua se abre paso en mi boca, es una sensación tan indescriptible, tan placentera, tan embriagadora, siento que vuelo a un lugar en el que solo estamos los dos.

Sus labios se apartan de los míos uniendo su frente con la mía, me recuesta suavemente de nuevo en la cama, entrando cada vez más fuerte en mi interior, el calor que emana mi cuerpo lo envuelve alrededor de su miembro, en repuesta alzo mis caderas para que puede hacer más profundos sus movimientos.
Mis manos trazan círculos en sus cabellos rubios, que esta aun húmedo por el agua de la regadera, continuo tocando su torso perfectamente diseñado por los mismísimos dioses del olimpo, tiene que haberlo sido, porque joder es perfecto.

Un gemido se escapa de sus labios en el momento en que con mi boca comienzo a besar su cuerpo, levanta mi rostro para obligar a verlo a la cara.

- Quiero que veas el rostro del único hombre que estará en tu vida, el que te desea con locura, el que esta jodido porque se enamoró – besa mis labios suavemente y con su peso presiona mis senos, alzando mis manos a los lados de mi cabeza.
Su manos recorren el quiebre de mis senos hasta posarse en la entrada de mi zona íntima, sale de mi interior y un gemido estremecedor resuena de mis labios en el momento en que con sus dedos me penetra.

Me aferro a sus hombros echando mi cabeza hasta atrás, me ha dejado sin aliento, me ha dejado deseando más.
Sus dedos exploran mi interior como si supieran el camino exacto para desatar la locura en mí.

Dimitri es sensualidad, es deseo, es una esencia totalmente adictiva a mis sentidos.

En ningún momento hemos dejado de besarnos y por primera vez me está importando una mierda las miles de cosas que se interponen entre los dos.

Una de mis manos se dirige a su erección y empiezo a acaricialro, el ruso libera un gemido de sus labios.

- Oh joder - su mano se posa en la mía, mientras que siento que la mía no alcanza a sujetar su dotado miembro.- Nos esperan muchas noches juntos lyubov (amor).

Una sonrisa se dibuja en mis labios porque no entiendo lo que acaba de decir, sólo estoy concentrada en todos sus rasgos físicos, es realmente apuesto, y para mi fortuna es mi esposo.

Vuelve a sujetarme fuertemente mordisquea mis labios y empieza a moverse en mi interior sin parar. Su pecho baja y sube a una altura en que nuestros ojos se encuentran, y en ese momento sólo puedo sentirme afortunada de tenerlo a mi lado.

El roce de mi espalda con algo duro y firme hace que dirija mi vista hasta el hombre imponente que tengo a mi lado, uno de sus brazos esta rodeando mi cintura y el otro esta apoyado en las sábanas que cubren nuestros cuerpos desnudos.

Me safo lentamente de su agarre y me quedo como una estúpida admirandolo dormir.

- Vuelve a la cama - Me ordena jalandome de los brazos y dejándome caer encima de él.

- ¿Qué no siempre madrugas?

El ruso abre sus maravillosos ojos azules celestes y me mira detenidamente mientras pasa una de sus manos por mis cabellos castaños.

- ¿Y perderme la mejor imagen que podría llevarme en las mañanas? A mi hermosa esposa, mi sensual y amada esposa.

Río con ello y le planto un beso en sus labios, mientras que su mano se dirije hasta mi trasero y lo aprieta.

- Dimitri..

- Duchate conmigo - me dice con un beso más profundo y cargándome directo al baño, las sábanas caen revelando nuestros cuerpos desnudos, su cabello alborotado luce perfecto.

Nuestros besos siguen hasta la regadera y en el momento en que llegamos, con una de sus manos abre la llave, haciendo que el agua comience a recorrer nuestros cuerpos.

Soy consciente entonces que no tenemos al alcance ningún preservativo.

- Espera - le susurro. - ¿No usaras protección?

- Quizás quiera un bebé - una sonrisa se dibuja en sus labios y me besa apasionadamente.

- Dimitri.. - detengo sus besos y lo aparto de mi. - ¿De verdad quieres un bebé?

El ruso rueda los ojos.

- Traere el maldito paquetito - me mantiene aún sujeta a su cuerpo y con una de sus manos alcanza uno de la despensa del baño.

Lo rasga rápidamente con sus dientes y lo coloca en su notoria erección, me apoya en la fría pared mientras cada milímetro de mi piel se eriza con el contacto del frío y cuando de un sólo movimiento se hunde en mí.

Mis manos recorren su espalda y sus marcados brazos, colocándolas sobre mis senos, los aprieta al mismo tiempo en que aprieta sus caderas con las mías, su boca baja y con su lengua empieza a lamerlos, sus dientes se aferran a ellos y un grito ahogado en el silencio me invade cuando ambos alcanzamos el climax.

***
- Déjame ayudarte - digo una vez lo veo maldecir al tratar de crear el nudo de su corbata color vino.

- ¿Ha desahacerlo o hacerlo? - levanta una ceja.

- Ha hacerlo - ruedo los ojos . - Ya vas algo retardado.

- Me importa una mierda, sabes que es una fachada.

- Una que debes mantener hasta que estés fuera de problemas.

- ¿Segura que no quieres venir conmigo?- Juega con mis cabellos.

- No, tengo que mirar el programa de la Universidad.

- Es una lastima hay algunas empleadas que quieren un aumento, y están utilizando tácticas como el colocarse ropa sugerente para que se los de.

- Si lo que buscas es darme celos, estas muy equivocado.

- Sólo digo que mi esposa debería aparecer y dejar claro quien es la única que logró encantar al jefe - une sus labios con los mios y planta un suave beso.

- Creo que tu solución es cambiar sus uniformes por unos más conservadores.

Dimitri ríe con ello y me apoya a su lado abrazandome.

- Planeremos la boda, una vez está mierda termine.

- Tu y yo ya estamos casados.

- No como debió ser, mereces una boda, una en la cual deje ver que te amo por ser quien eres, por ser la que se cuela en mis pensamientos y en mi sistema, la única que podría romper y restaurar mi oscuro corazón.

- Di.. - el ruso impide que termine de hablar.

- ¿Cuantas veces lo tengo que decir para que lo creas? Me vuelves loco - sus ojos se fijan en los míos. - Hasta un punto en el que me desconozco - sus palabras suenan sinceras y asi las creo.

-  No es necesario, te creo y siempre lo haré.

Me da una leve sonrisa y se acerca hasta la puerta.

- Me tengo que ir, pero vendré por la noche.

- No tardes.

- Te dije que serían muchas noches juntos las que nos esperan - vuelve a sonreír y me da un beso de despedída.

Por primera vez en mis veintidós años de vida, me he sentido completamente plena, amada, única y con las ganas de no cambiar ni una pizca de mi suerte de habermelo cruzado en la vida.

Bajo las escaleras cambiada con un vestido holgado y encuentro a Tiffany terminando el desayuno.

- Buenos días señora - Me saluda una vez nota mi presencia.

- Buenos días Tiffy.

- ¿Desea tomar algo?

- Un jugo de naranja estará bien. Algunos de los medicamentos son algo amargos.

- Vale, en un momento le traigo un vaso - Tiffany se acerca hasta el refrigerador y saca una jarra llena de jugo de naranja la cual vierte en un vaso para después extendermela. - El señor salió hoy un poco más tarde de lo normal.

- Creo que Dimitri odia ir a las empresas.

- Lo odia, porque quisiera pasar  todo el día con usted.

- Creo que he sido una mala esposa, no le regale nada de cumpleaños.

- A él pareció no importarle, se conforma teniendola a su lado.

- Tienes razón, es un hombre.. espectacular.

Paso la tarde mirando el programa de la Universidad, el semestre comienza dentro de dos semanas y debo planear bien como distribuir mi tiempo.

El sonido de la puerta cerrándose y de unos pasos me alertan, así que me levanto de uno de los muebles de la sala, mi vista se fija el hombre que acaba de cruzar el pasillo.

Sus ojos azules celestes se encuentran con los mios y en recibimiento me sujeta de las caderas.

- Prepara tus maletas, viajaremos.

- ¿Qué? ¿A dónde?

- Barcelona - Me da un beso casto en los labios. - Podríamos tomarlo como nuestra luna de miel - se encoje de hombros. - Pero si quieres ir a otro lugar..

- A donde sea, me conformo contigo, con ir los dos - aferro mis manos su rostro y lo beso más profundo.

- Empaca entonces, partimos en menos de una hora.

- Vaya que es urgente el viaje.

- Al igual que mis ganas por hacerte mía de nuevo - Me estrecha contra su pecho y sus besos recorren mi cuello. - Me he imaginado miles de posiciones contigo, en una cama en Barcelona con el mar de fondo.

-Tendrás que esperar a que lleguemos, mi querido ruso.

Subo las escaleras directo a la habitación y saco mis cosas de allí, las coloco en la pequeña maleta, y empiezo a acomodarlas, volteo mi cuerpo y me choco con la figura de Dimitri.

- Porque esperar cuando puedo hacerte mía  en este mismo instante - sus manos rasgan mi vestido dejandolo caer al suelo, me carga conduciendome a la cama y una vez más los nervios se apoderan de mi sistema.

Mis manos se envuelven alrededor de su cuello mientras me apoya en las sábanas. Se deshace de su camisa y sus pantalones,dejando ver su excitación.

- Quédate tan sólo quieta - me ordena cuanto se deshace de mi sostén. - Tus senos son mi parte favorita de tu cuerpo, son simplemente perfectos - una de sus manos de desliza por el interior de mi ropa interior y con sus dedos traza círculos en mi centro- gimo en reaccion a su acción. - Eres tan perfecta - otra de sus manos se acerca hasta la mesa de noche para alcanzar el paquete plateado.
Mi mano que antes estaba en uno de sus hombros se dirije hasta su sexo y masajea sus partes, hasta que siento con mi tacto, su deseo por poseerme.

El ruso ahoga un gemido en aire y retira sus dedos de mi interior, para quitarse sus calzoncillos, con una de sus manos coloca el preservativo y sin palabra alguna entra en mí.

Gimo en el hueco de su cuello, mientras lucho para que mi cuerpo se amoble a su tamaño.

- ¿Te lastimo? - dice deteniendose.

- Nunca - susurro y lo acerco más a mí. Haciéndo que sus movimientos se intensifiquen y que el calor de su cuerpo me envuelva por completo.

Me gira de modo en que ahora soy yo la que esta sentada encima de él. Sus manos sujetan mis pechos.

- Muévete atraves de mi - susurra en el instante en que siento su miembro cada vez más duro.

Empiezo a moverme atraves de su erección, al principo lento y pausado, no miento, duele el sentirlo, pero no de una forma incómoda al contrario de una forma placentera. Intensificó mis movimientos más rápido y en respuesta pega sus labios a los míos.

- Totalmente exquisita - un sonido sale de su boca en el momento en que encuentra su liberación.

Caigo encima de su pecho, consiente de mi corazón agitado, me falta el aliento y él solo gira su vista preocupado por mí.

- ¿Estás bien? - toma una de mis manos y la entrelaza con la suya. - No quiero que te suceda algo, no sabria que hacer.

- Estoy bien, de hecho nunca lo he estado más que ahora.

- ¿Que hay de tu problema cardíaco?- Suena claramente asustado y preocupado.

- Mi corazón está contigo y asi siempre será, quiero que esta noche olvidemos todo lo que nos impide ser felices, quiero ser siempre tuya.

- Lo serás, no habrá otra mujer en mi vida que no seas tú, eres la única que desborda mis sentidos. Eres mía, como yo lo soy para ti, soy todo tuyo.

No puedo evitar y una estúpida sonrisa se dibuja en mi rostro, una que el ruso nota, y una que él me devuelve en complicidad.

- Hagamos el amor, hasta que conozcamos nuestros cuerpos por completo - Me besa y me aferro fuerte a su pecho, envolviendome en sus cálidos brazos.

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