Jason no podía dejar de sonreir y de verdad que intentaba no parecer tan feliz, pero era imposible. La felicidad se desbordaba hasta por sus poros y es que luego de haberse acostado con Billy, espero que las cosas se volvieran incomodas y encambio podía decir que era incluso mejor que antes, se había creado una complicidad entre ambos que le resultaba embriagadora. Confiaba tanto en Billy que le asustaba, pero el rubio le mostraba constantemente de que no había nada por lo cual asustarse.
El día anterior luego de haberse entregado mutuamente y después de una siesta reparadora, ambos despertaron y pasaron el resto del día juntos, hasta que los padres de Billy y la pequeña Sophie volvieron.
Por un momento Jason temió que los padres e Billy adivinaran lo que habían hecho, pero eso no sucedio. Tuvó la oportunidad de conocer a Samuel Tucker, el padre de Billy y por fin comprendio de done había sacado su rubio aquella personalidad tan desenfadada. Billy era muy parecido a su padre en cuanto a su forma de ser, pero sin duda esa sonrisa atractiva y esos ojos hermosos los había obtenido de su madre.
Al final del día Jason volvió a su casa pensando en una excusa para volver a estar cerca de Billy lo antes posible y cuando estuvo en el silencio de su habitación, Amadeus le dio la excusa perfecta para pasar tiempo junto a su rubio favorito. Recordo que el pequeño minino necesitaba ir a su cita mensual con el veterinario y la idea de ir con Billy resultaba demasiado tentadora como para dejarla ir. Y por supuesto que Billy no había dudado en aceptar su invitación.
Así que ahí se encontraban, en pets world, que era la tienda veterinaria más grande de la ciudad. Sin duda era un palacio para mascotas en donde se podía encontrar cualquier accesorio para consentir a los animalitos. La primera vez que había estado ahí fue cuando Billy lo convenció de adoptar a Amadeus y Jason estaba cien por ciento seguro de que la chica que estaba tras el mostrador, no era la misma de aquella primera vez.
—Bienvenidos a Pets world, mi nombre es Lou y sera un gusto ayudarles.
Y de inmediato Jason sintió que sus hombros se tensaban, sobre todo al notar como Lou miraba a Billy. Era ese tipo de mirada apreciativa que pretendía ser coqueta. Lou era una chica bastante atractiva, con un cabello largo y negro, sus ojos eran de un tono café claro y puede que antes Jason la hubiera encontrado linda, pero en ese momento solo quería que esa chica dejara de ver a Billy con si fuera un postre.
—Gracias —Billy sonrio de manera amable— solo veniamos para que le hiciera un chequeo de rutina a nuestro chico. —Señalo a Amadeus quien tenía los ojos bien abiertos en estado de alerta.
—Oh, claro, pero tendrán que esperar un momento. —Ella sonrió y se inclinó ligeramente sobre el mostrador provocando que el escote de su blusa se ampliara un poco más. —Solo que tendrás que espera un momento, Jake, nuestro veterinario esta ocupado atendiendo el teléfono.
—Esta bien, podemos esperar. —Dijo Jason en tono neutral, solo para desviar la atención de la chica.
—De acuerdo, entonces quizá quieran tomar asiento— dijo señalando una hilera del sillas a un lado del mostrador.
Lou le dió un repaso superficial a Jason, sin embargo su vista volvió a aterrizar en Billy, al parecer a la chica le gustaban más los rubios.
—¿Y cómo se llama el gatito?— pregunto ella enroscando un mechon de su cabello alrededor de su dedo índice.
"Deja de verlo de una maldita vez" Eso era lo que Jason pensó mientras apretapa los puños. No sabía porque de pronto quería hacerle saber a esa tipa que Billy le pertecia, excepto que no era asi ¿cierto? Además no quería terminar montando una ridícula escena de celos en aquel lugar
—Su nombre es Amadeus— respondió Billy mientras le acariciaba la cabeza al minino.
—Ese es un lindo nombre...y tú ¿cómo te llamas?
—Billy.
—Vaya, tu nombre también es lindo.
El nivel de irritación en Jason empezó a rebasar los limites. Esa tipa si que era una lanzada.
—Gracias por eso, aunque mi nombre no es nada del otro mundo.
Jason prefirió alejarse un poco para serenarse y no terminar cometiendo alguna estupidez. Pero es que ver a Billy interactuando tan tanquilamente con aquella chica, hacia que su estomago se retorciera de manera desagradable. Después de todo Billy era bisexual, lo que significaba que seguían gustándole la chicas.
Jason siguio escuchando la conversación entre la dependienta y Billy, lo único que lo hacia mantener el contro era el hecho de que Billy parecia ser ajeno a los coqueteos de la chica. Se alejó un poco y fijó su atención una estantería que mostraba una gran variedad de collares para gatos, los inspecciono todos hasta que uno llamo su atención, era de color rojo y tenía una pequeña plaquetita en la que podía colocarle el nombre. Lo descolgó y volvió hasta donde estaba Billy; se detuvó momentaneamente cuando vio a la chica tocando el brazo de Billy, entonces tiro por la borda su auto control y se acercó a Billy decidido a marcar su territorio.
—Oye Cariño, mira lo que encontre. —Dijo y se paralizó al darse cuenta de lo que había dicho ¿cariño? Okey, tal vez había ido demasido lejos. Pero se tranquilizó cuando Billy pusó sus ojos sobre el collar y sonrio.
—Es bonito y creo que a Amadeus le quedara muy bien. —Billy se inclinó sobre el minino— Que dices ¿Te gusta lo que tu papá eligio para ti?
Y Jason se sintió tentado a reirse de manera malévola cuando vio a la chica abrir los ojos ampliamente, la pobre veia de uno a otro como si no pudiera creérselo.
"Así es, niña...Billy es mio" Eso era lo que sus ojos grises decian cuando se posaron sobre la estupefacta chica. Y la satisfacción que sintió cuando la chica retrocedió intimidada, era simplemente idescriptible. Jason nunca se había considerado alguien celoso, pero con Billy, todo lo que creía saber de si mismo, carecía de sentido.
Luego de eso no paso mucho tiempo antes de que el veterinario apareciera y le hiciera su chequeo al pequeño Amadeus. Según el hombre, el minino estaba creciendo de bastante bien y su salud era perfecta. Cuando se acercaron a la caja para pagar la consulta y el collar, la chica Lou se guardo sus coqueteos, lo que Jason agradecio internamente.
Lo mejor de todo aquello era que Billy no se había dado cuenta o eso era lo que Jason creía, porque al nada más salir de pets world, el rubio lo confronto.
—¿Qué fue eso, Cooper? — inquirió el rubio con una ceja arqueda y de no ser porque en sus brazos sostenía a Amadeus, hubiera cruzado los brazos.
—¿De qué hablas?
—No te hagas el inocente conmigo, porque crees que no me di cuenta de las miradas intimidantes que le dabas a esa chica, estas muy equivocado.
Jason enrojecio ligeramente y desvió la vista. Así que había sido descubierto y lo peor de todo es que no sabía que decir a eso.
—Yo...es que ella te estaba viendo de esa manera toda coqueta y pues...¡Argh! No me gusto ¿de acuerdo?
—¿Estas celoso?— preguntó el rubio y aunque no lo estaba viendo, Jason sabía que sonreía.
—Tal vez...
—Joder, Cooper — Billy se acercó y le estampo un beso en la mejilla, lo que provoco que Jason viera en todas direccines para asegurarse de que nadie los veía. —Eres todo un caso.
—Lo siento.
—Nah, no lo haces. — Billy empezó a caminar, pero le lanzó una sonrisa traviesa por sobre el hombro. —Te encanta ser todo posesivo ¿no es así?
Jason no dijó nada, se limito a seguir a su rubio, pero en el fondo estaba de acuerdo con él. Le encantaba ser posesivo, pero solo cuando se trataba de Billy.
—¿Te parece si vamos por algo de comer?— propuso el rubio— Tengo un antojo de papas fritas y helado...eso es tan loco.
Jason entro en modo juguetón al instante.
—¿Un antojo?— se apresuró a ponerse junto a Billy y le pusó una mano en el estomago— Diablos, solo hemos estado juntos una vez y solo ha pasado un día...¿no crees que es demasido pronto para los antojos?
Billy parpadeó confuso y cuando por fin comprendió lo que Jason decía, sus ojos se iluminaron con travesura provocando que el estomago del capitán diera un vuelco emocionado, sabiendo que lo que saldría de esa boca le sacaria al menos una sonrisa.
—Pues ya vez, tengo un antojo y eso que solo ha pasado un día, imaginate lo que te espera en los siguientes nueve meses.
—Rayos, supongo que debo conseguir un empleo.
—Oh, pero claro que debes hacerlo jovencito— Billy se encogió de hombros —Porque yo no pienso trabajar y tu tendrás que mantenerme a mi y nuestros hijos. —Dijo señalandose el estomago y al pequeño Amadeus.
—Puedo hacer eso, pero tu serias la dulce esposa que me esperaría en casa ¿estas bien con eso?
—Claro, pero no esperes que cocine para ti, porque soy un asco para eso.
—No importa. Me conformo con que me recibas con un beso al volver a casa.
No supo como, pero sabía que Jason hablaba totalmente en serio y quizá lo que estaba haciendo era bromear, pero Billy estaba seguro de que si él pudiera realmenete estar esperando un hijo, Jason se haría totalmente responsable y no se quejaría por ello. Porque Jason tenía un corazón enorme, uno que no mostraba a todo el mundo y vaya si eso no hacia que Billy se sintiera calido por todas partes.
—A veces eres un tonto adorable— Dijo Billy dándole una palmadita en la mejilla.
—Siempre y cuando sea tu tonto adorable, estoy bien con eso.
Billy estaba seguro de que si hubiera podido, su corazón habría salido disparado de su pecho al escuchar aquellas palabras. Y la idea de Jason siendo solo suyo...le gustaba mucho, demasiado y de pronto se sentía un tanto abrumado por la intensidad de los sentimientos que Jason le provocaba.
— vamos a saciar tu antojo. —dijo el capitán al tiempo que le pasaba un brazo por sobre los hombros.
Billy lo vio por el rabillo del ojo y sonrio, le gustaba eso, le gustaba estar así con Jason. Aunque no sabía si seguian siendo solo ¿amigos? ¿Follamigos? ¿Algo más? No lo sabía, pero por el momento no quería pensar en ello, prefería esperar y ver como seguian dándose las cosas.
—Tengo curiosidad sobre algo— dijo Billy mientras Jason lo guíaba hacia el food court del centro comercial.
—¿Sobre qué?
—¿Te gustan mucho los niños?
Jason clavo sus lindos ojos grises en los suyos y arqueó la cejas con sorpresa, sin duda no se esperaba aquella pregunta.
—Lo digo porque antes parecias comodo con la idea de un niño y una familia... — se apresuró a explicarse.
—La verdad es que si— Jason sonrió timido— me gustan los niños...no lo sé, son todos tiernos y me vuelve blando, son como mi debilidad.
—¿Y que nombres le pondrías si tuvieras uno?
Jason se mordisqueó el labio de manera pensativa y eso atrajo toda la atención de Billy, haciéndolo recordar lo suave y agradable que era esa boca.
—Si tuviera una niña —la voz de Jason disipó los pensamientos de Billy— Le pondría Abigail y si tuviera un niño...—Jason sonrió ampliamente — lo llamaría Billy.
—¿Qué?— Billy se rió. Habían llegado hasta el área de comida. Tomo asiento en una mesa vacia acomodando a Amadeus sobre sua piernas — ¿Es que acaso estas obsesionado con mi nombre o algo así?
—Nop, simplemente me gusta mucho tu nombre— Jason se encogió de hombros con simpleza— solo imagina lo bien que sonaría....Billy Cooper— le dio un guiñó coqueto —Ahora vuelvo con tus papas fritas.
Jason se dió la vuelta para ir por la comida y Billy sintió la necesidad de acercarse y besarlo.
—Jason...
—¿Si, Cariño?— preguntó ladeando suavemente la cabeza y Billy sintió como su corazón y todo su pecho se calentaba y se expandía.
—No te olvides del helado.
—Cierto, ahora vuelvo.
Billy no se lo dijó a Jason , pero consideraba esa como su primera cita y fue perfecta, por la simple y sencilla razón de haberla compartido con él, su capitán, su Jason.
A partir de ese día las cosas cambiaron por completo, se volviero mejores.