Jimin y Sanae llegaron al pequeño departamento al último. Jimin tragó saliva al ver a sus hermanos reunidos alrededor de la mesa. Su madre formó una sonrisa arisca y posó la vista en Sanae.
La mujer se puso de pie y extendió la mano para saludar a la chica. Sana devolvió el saludo de inmediato. La chica posó la vista en EunJae y en SeokJin, sentados en completo silencio. Podía sentir la incomodidad en aquel par y de pronto su estupor creció de manera desmesurada.
— Querida, es un placer conocerte — la madre de Jimin sonrió —, mi hijo me ha contado tantas cosas de ti, demasiadas y todas muy interesantes. Por favor, toma asiento al lado mío y cenemos juntos. Quiero conocer a la gran mujer que enamoro a mi pequeño.
Sanae asintió avergonzada. Jimin se aclaró la garganta y suspiró sin saber cómo actuar. Su madre solía actuar de maneras desconocidas, poniendo en peligro el estado emocional de sus queridos hijos.
YeJi carraspeo la garganta cuando todos hubieron tomado su lugar en la mesa. Iya Ewa sonrió y posó la vista en cada uno de los invitados.
— Es interesante conocer a las personas que hacen tan felices a mis pequeños, pero no es suficiente tan sólo verlos. Quiero saber sobre ustedes ¿Por qué no comienzas tú, joven Kim?
SeokJin levantó la mirada alarmado. Se giró para mirar a su novia y al ver que la chica no estaba dispuesta a ayudarlo, suspiró y comenzó a hablar:
— Bueno, mi nombre es Kim SeokJin, tengo 25 años, una maestría en literatura y pronto debutaré como novelista en la editorial Never Mind — el chico sonrió —, estoy demasiado entusiasmado...
— O sea que ahora no tienes un empleo... — Iya Ewa ladeo el rostro y asintió. Tomó su copa para beber mientras miraba a SeokJin fijamente.
— Tengo uno, soy modelo en una revista juvenil y recientemente mi hermana y yo hemos comenzado a hacer vídeo blogs en YouTube. En realidad, no nos va mal.
— Me alegra... — en seguida, Iya Ewa se giró para mirar a EunJae — ¿escuche que tú eres su hermana?
La chica asintió.
— Lo soy.
— Bien... ¿Solamente haces vídeos?
Jae negó.
— No, soy profesora de inglés en la universidad, además, soy la editora de SeokJin.
Iya formó una sonrisa ladina y asintió. Al decir verdad, el motivo de la reunión no se encontraba en ninguno de los hermanos Kim, sin embargo, tenía que ejercer presión para llegar a su objetivo.
Sin avisar, posó la vista en Sanae, pues era menester saber si aquella adorable muchacha, con expresión de mojigata representaba a la verdadera salvación para sus jeongsin. La madre naturaleza no podía dejar abandonados a sus queridos hijos, pues hacerlo constituiría un verdadero problema para ellos.
— ¿y tú? En realidad, tienes un excelente currículum. Tus libros son maravillosos y tu increíble pasado universitario me es impresionante. Supe que has participado en varias marchas feministas ¿Cuál es tu postura?
Sanae ladeo el rostro.
— De verdad que me ha investigado.
Iya Ewa asintió.
— ¿hice mal?
— Bueno, al decir verdad sí, lo hizo... ¿por qué?
— Jimin siempre ha tenido problemas al relacionarse con las personas. Me causaba un poco de ruido saber por qué...
— Mamá — Jimin intentó interrumpir.
Iya Ewa levantó una ceja y miro en dirección a su hijo, ladeando el rostro. El muchacho bajó la mirada en seguida.
Sanae sonrió.
— Bien ¿quiere saber mi postura? Le hablaré sobre mi postura: Todas las mujeres somos educadas desde la niñez en la creencia de que el ideal de nuestro carácter es absolutamente opuesto al del hombre: Se nos enseña a no tener iniciativa y a no conducir nuestra voluntad consiente, sino a someternos y a consentir la voluntad de los demás. Todos los principios del buen comportamiento nos dicen que el deber de nosotras las mujeres es vivir para los demás y el sentimentalismo corriente. Que nuestra naturaleza así lo requiere: debemos negarnos completamente a nosotras mismas y no vivir más que para nuestros afectos.
Iya Ewa sonrió...
— En la actualidad ya no es así.
Sanae negó.
— Por supuesto que lo es, mi madre me compraba muñecas para que aprendiera a ser mamá, jugaba a la casita y yo era el ama de casa. Mi padre me dijo que cuando gustase de un muchacho, jamás intentará invitarlo a salir, ellos tenían la obligación de hacerlo. Muchas mujeres esperan que el chico sea quien pague las cuentas, esperan casarse no para crecer, sino para tener. Por supuesto, hoy en día existimos chicas que no estamos dispuestas a aceptarlo. Vivimos para nosotras...
— Y entonces ¿en dónde queda Jimin?
Sanae llevó la mano hasta su corazón y sonrió.
— Justo aquí, Jimin no impide mi individualidad, me ama y me conoce. Yo hago lo mismo, no por ser feminista evitaré enamorarme de un hombre. Los hombres, como nosotras, constituyen una parte completamente fundamental en el ciclo de la vida. No valen ni más ni menos. Somos seres humanos, después de todo.
El segundo plato fue servido, Iya Ewa suspiró sin decir nada más. Le gustaba la actitud de aquellos jovenzuelos. Jimin formó una sonrisa traviesa al ver a su querida novia defenderse tan apasionadamente.
— ¿Qué pasaría si algún día recibes una oferta para estudiar un posgrado en el extranjero y Jimin no puede acompañarte?
Sanae levantó una ceja.
— Me iría sin pensarlo. Sí logramos mantener una relación a distancia, podremos con cualquier adversidad.
— Y ¿Sí mi hijo se opone?
— Él no lo haría...
— ¿Qué harías Jimin?
Jimin carraspeo la garganta y bajó la mirada. Al decir verdad era una pregunta demasiado difícil de responder.
Le había costado demasiado encontrar a Sanae, le daba pavor pensar en la chica enamorándose de alguien más, mientras él, completamente entregado, continuara anhelando su regreso en Corea.
— Yo...
Sanae miró a su novio esperando la respuesta. De inmediato comprendió que esta no llegaría jamás.
— Sí Jimin se opone lo dejaría — el chico levantó la vista al escuchar la respuesta de la muchacha —, no puedo simplemente dejar ir una oportunidad así... no me lo permitiría.
En ese momento, Park negó con la cabeza, se puso de pie y salió del lugar, molesto.
Iya Ewa suspiró, tomó una servilleta y se limpió la comisura de los labios. Su hijo no había comprendido nada aún, a Vuur le faltaba un gran camino que recorrer.
Sanae bajó la mirada y tras pensarlo un momento, siguió al muchacho.
(***)
Jimin se dirigió al balcón para tomar un poco de aíre. Al salir, se recargó sobre la pared y se mordió el labio. Sanae contemplaba la posibilidad de dejarlo, él no quería dejarla. Él de verdad la adoraba ¿A caso ella no sentía lo mismo? De pronto recordó la pregunta que le había hecho su madre tiempo atrás.
¿Qué es el amor?
Jimin sabía que tenía que encontrar la respuesta para ganar su libertad, pero ¿por qué era tan difícil? ¿Qué le hacía falta?
Sanae salió de repente y se acercó al chico. Jimin se giró.
— Regresa, quiero estar solo — musitó.
La chica se acercó al muchacho y lo abrazó.
— Jimin...
— ¿tú de verdad me dejarías? — el joven se giró — yo no puedo ver un futuro sin ti a mi lado ¿por qué tu sí?
— Yo tampoco puedo verlo, Jimin, si una oportunidad así se presentara para ti, yo no te detendría. Sé que sería difícil no verte, no abrazarte, no besarte. Por favor, sí cuando desapareciste, sentía mi mundo caer; pero también sé que encontraríamos una solución. Somos un equipo.
Jimin conocía sus debilidades mejor que nadie, sabía que necesitaba conseguir un poco de confianza y que para encontrar la respuesta y conseguir su libertad requería de Sanae.
El chico abrazó a su novia y la beso en los labios.
— Somos un equipo... — sonrió al saber que estaba un poco más cerca de conseguir su libertad.
Estos capítulos han estado relax, de hecho, creo que nadie lee esto jajaja.
Ya ni comentan. Me siento como cuando escribía 7 demonios y al mismo tiempo ¿Victoria o Víctor? Una sí la leían por el sexo y la otra no :(
Yolo man, nos vemos en el siguiente capi. No olviden que estoy escribiendo en conjunto con Daphne de nuevo.
Es una historia de terror e.e, el link lo pondré en mi tablero o bien pueden pedirmelo pro privado.