Tierra De Nieve Y Cenizas© [L...

By lectorac24

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Tercera parte de Infierno Helado... Nada es como al principio. Ella no es la misma, su corazón ha cambiado y... More

Aviso
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 (I)
Capítulo 15 (II)
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Agradecimientos
Datos Curiosos De La Trilogía
Especial Día Del Padre

Capítulo 11

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By lectorac24

Capítulo dedicado a Idalizark16 ¡Feliz cumpleaños!
_______________________________________
Abby

Aunque ya no hay lluvia y relámpagos, al salir lo primero que se siente es la pesadez del ambiente.

Las nubes siguen siendo grises pero con rayos de luz que parecen partir el cielo, el tiempo sigue siendo frío y el silencio en las calles regresa.

Por alguna razón, lo primero que esperé ver luego de que la tormenta acabara, era un arco iris, era lo menos que merecía Londres luego de pasar por semejante tempestad.

Al parecer, Caín ya está en camino para visitar al último grupo que les queda en los límites de la ciudad, deben haber más, cielos, no lo dudo, puesto que he visto con mis propios ojos que la gente no se da por vencida tan pronto. Pero no podemos ir a visitarlos a todos, ayudó de una manera enorme  visitar a estos puesto que ahora el rumor del levantamiento se ha esparcido afuera de las paredes de este búnker.

Ya quiero verlos, sabía que iba a extrañarlos pero ahora con el pasar de los días me he dado cuenta de que mi cariño hacia ellos es más grande de lo que pensaba. 

Una parte de mi tiene esperanza de ver a Sam entrar al búnker con ellos, pero sé que no pasará, ni siquiera sé en dónde se encuentra.

En otras noticias, ya les había alertado a los que quedamos del grupo en el búnker sobre el aparente seguimiento, no estaba segura si nos vigilaban a todos o solamente a Julian, hasta ahora no han habido más noticias sobre eso, no me siento vigilada, trabo la puerta siempre que salgo de mi habitación. Quizá no seguían a Julian y todo fue una confusión.

Creo que lo de mi puerta fe algo mío, he estado demasiado distraída últimamente, no duermo bien y el cansancio parece atraparme incluso cuando mis ojos están cerrados. Es extraño.

Y Julian debe sentirse estresado sabiendo que falta poco para que sus hermanos mueran, para que la guerra final entre en la cúspide. Eso debe ser estresante, no lo culpo por crear ideas conspiratorias en su cabeza.

Hoy me encuentro fuera, extrañaba estar afuera a pesar de lo peligroso que es, no había visto el cielo y sentido un soplo de aire desde días a causa de la tormenta.
Devon y Cam que están a mi lado, discuten sobre cuán incompetentes son los del grupo de vigilancia del otro lado de la calle que en vez de estar realmente vigilando están sentado al borde del edificio riendo.

-Oh vamos Cam, se merecen un respiro.- Le comento yo vajando los binoculares.  Ambos chicos me miran, Devon despreocupado y Cam con las cejas levantadas.

-No sé por qué siempre me llevas la contraria, si yo dijera que el cielo es azul seguramente tú dirías que es violeta.- Se queja él, es casi gracioso y ese pensamiento me lleva a recordar que al principio este grandulón me intimidaba. 
-De hecho, es gris en estos momentos.- Devon se ríe de la expresión molesta de Cam y yo lo golpeo en broma.- Oh vamos, no te enojes, sabes que es verdad.

-Como sea, ya me he resignado.- Me quita los binoculares sin dejar de maldecir en voz baja.

-Por cierto, me gusta tu cabello.- Comenta Devon, se acerca y toma un mechón dándole una ojeada rápida.-¿Pero por qué lo tintaste? 

Por fin, luego de semanas alguien nota el cambio en mi cabello.

-En realidad, sonará loco pero no lo hice, de un día a otro cambió de color.

Cam baja los binoculares y me mira de reojo.

-Eso no es verdad, no puede simplemente cambiar de la noche a la mañana.- Dice este.

-No lo sé, no es como un tinte¿Sabes? Tiene como algo de brillo, hay reflejos que son más encendidos con la luz del sol.- Comenta Devon.- No sé por qué no lo había notado antes, el cambio es evidente.

-Quizá porque no he salido al sol últimamente y cuando lo hago usualmente voy sola o con grupos.

-Me recuerda al fuego.- Cam tuerce el gesto, pareciera tratar de entender lo que ha pasado con mi cabello.- Eres como Lavagirl...

-Lavagirl tiene el cabello...- Empiezo a decir yo pero Cam resopla.

-Aquí vamos otra vez.

Y justo entonces veo a Lukas, Cam y Devon se giran para ver cómo este salta de edificio en edificio con una agilidad mejorada, gracias a mi, debo presumir.

Su cabello se agita por el viento, sus músculos no tan definidos como los otros chicos del grupo se flexionan para tomar impulso, su rostro está brillante y no me refiero a literalmente brillante sino que sus facciones parecen alegres. Sus ojos abiertos mirando a su alrededor mientras salta, sus labios contraídos en una sonrisa... Parece libre, así debe sentirse también.

Llega a nosotros jadeante.

-Hola hombre-mono.- Le saluda Devon, se dan un apretón de manos.

-Hey, acabo de recibir un mensaje de Caín, en cuanto la tormenta ha pasado los soldados han salido.- Me mira de reojo.- Lo que significa que no tardarán en ver patrullas, es mejor no estar tan a la vista como esos idiotas de ahí.- Señala con la cabeza al mismo grupo del que Cam se quejaba, el antes mencionado suelta un bufido.

-El chico sí entiende.

-Ve a decirles, tú eres el rápido.- Le dice Devon a Cam.

-Todo yo, maldita sea.- Se queja antes de hacer justamente lo que Devon le había dictado.

-¿Sabes?- Le dice Lukas a Devon.- A veces no sé si colocarles apodos de pareja, parecen un matrimonio.

Suelto una carcajada, al parecer no fui la única en notarlo.

-Y si ese fuera el caso quiero aclarar que yo no sería la mujer.- Devon alza las manos como modo de rendición.- Cam es el que hace berrinches como niña, yo lo tolero porque ni modo, somos compañeros.

-Eso es como estar casados.- Le dice Lukas interrogante.

Devon y yo nos miramos entre nosotros.- En realidad no.- Le contesta él.

Pero yo no estoy del todo segura de su respuesta ya que nuestra alma y la de nuestros compañeros estaban ligadas, si eso no es como un matrimonio no sé qué lo sea.

Quise hacer una broma pero entonces algo vino a mi mente, una imagen mía con un vestido blanco y un ramo de orquídeas blancas y rojas intercaladas. Escucho el sonido inconfundible de la pieza que colocan cuando da inicio una boda y lo mejor y más doloroso de todo, me imagino a Sam al final del recorrido, vistiendo un traje negro y esperándome con una sonrisa sensual y cargada de cariño como las que él solía darme.

Tengo que parpadear varias veces para alejar la escena de mi cabeza y cuando me enfoco en los chicos que siguen discutiendo frente a mi es como recibir una daga en el pecho. Hiriente, punzante, casi desgarrador.

¿En qué estoy pensando? ¿Sam y yo casados? 

Aunque quiero reírme de forma divertida para demostrar que suena alocado, muy en el fondo, un fondo no tan profundo, sé que sería muy feliz de decir que sí a una proposición como esa, con él, sólo con él.

Trato de sonreír por la broma de Lukas pero nuevamente sale algo falso, alejo mi mirada hacia el horizonte, donde las nubes empiezan a despejarse lentamente, miro hacia el mar de edificios a lo lejos, nunca pensé que un silencio así abarcaría una ciudad entera y mucho menos pensé que extrañaría ese ruido estridente de las bocinas de automóviles. Ahora usar uno significa que atraerías la atención de algunos Caníbales y tal vez de una de las patrullas. Significa peligro.

Lukas se acerca a mi, cuando me giro me doy cuenta de que sólo estamos los dos.

-¿Y Devon?- Le pregunto a Lukas.

-Irá al búnker para avisarle al otro grupo que ya es tiempo del cambio de turnos.

Hago una mueca con mi labio inferior y miro hacia el cielo.

-No quiero volver al búnker, tal vez una de las patrullas se acerque y pueda seguirla.

-Es peligroso que vayas sola, no sólo por ellas ni por los Caníbales, podrías encontrarte con la chica muerte.

De tan sólo pensarlo me dan escalofríos, nunca antes había visto un don tan letal como el suyo. 
-Ella es peligrosa y si sale por las noches para asesinar a soldados significa que está dolida.

-Todos lo estamos y no solamente con esos soldados que decidieron unirse a ellos.- Su comentario me hace recordar a Cody.

-Ya no estoy segura de ello, Cody nunca se les uniría y menos le juraría lealtad a alguien que lastimara a Isabel, su alma gemela.

-No sabemos si con él es un caso diferente, los Primeros te conocen, conocen a Caín y a nuestro grupo, saben que para dañar a los dos líderes sólo tienen que tomar la vida de uno de nosotros, Cody era tu mejor amigo y ellos de alguna forma lo sabían, a puesto que el que él esté de esa forma no es coincidencia.- Le miro, este chico realmente es inteligente, yo también lo había pensado pero no de una forma tan directa como él.

-Yo también lo creo y aunque tema admitirlo, creo que ha pasado lo mismo con Sam. Los Primeros ya deben saber que estoy viva, hemos empezado una revolución, ya no somo solamente nosotros, nuestro pequeño grupo, ahora somos más y lo seremos más mañana y pasado mañana porque el rumor ya se está esparciendo y si saben que Cody es mi mejor amigo, deben saber que Sam es mi compañero, no quiero ni pensar en lo que le harían.

-Estamos cerca de encontrarlo.- Me promete.

Sonrío a pesar de que en mi mente no estoy de acuerdo con él.

Al final logro convencer a Devon y a Cam de que puedo con otra ronda de vigilancia, me uno al grupo que nos iba a suplir y logro deshacerme de ambos, le dije a Lukas que no le comunicara nada a Aaron ya que yo lo haría al regresar al búnker.

Hay personas que por la simple curiosidad quieren que algo malo suceda, tal vez para agregarle algo de destreza a su vida, para salir de lo común y experimentar la adrenalina. 

Yo pienso que lo hacen porque son inocentes, porque no saben lo que piden hasta que se les cumple. Y aún consiente de ello, yo sigo aquí, hora tras hora esperando ver o escuchar el acercamiento de uno de esos camiones militares.

Tras horas y horas de estar esperando, me aburro y aparto del grupo, ellos no se inmutan cuando lo hago, saben que no debo darles explicaciones. 

Las calles desde aquí abajo no parecen tan pequeñas ni son tan silenciosas. Los edificios están habitados, lo sé porque siento la sensación de ser observada con cada paso que doy, también porque veo sombras mirando por las ventanas, pero sé que no son los malos porque hay gente afuera, no caminan con despreocupación como antes, todos son precavidos, cuando me ven se giran a verme, algunos murmuran entre sí, otros corren a esconderse.

Hay una mujer mayor fuera de uno de los edificios, su ropa desgastada como la mayoría, pero ella parece más maltratada, me acerco a ella de manera sigilosa, la mochila en mi espalda hace ruidos que aniquilan todo esfuerzo de pasar desapercibida. Ella levanta la mirada y se encoge cuando me ve.

Me pongo de cuchillas frente a ella.

Su piel está arrugada y su cabello blanco cenizo, no me regresa la sonrisa.

-Hola.- Le saludo.- Debes estar muriendo de frío.

No es una Origen de fuego ni una de hielo ya que está temblando por el frío y su nariz está enrojecida. Por los moretones y arañazos en sus brazos me doy cuenta de que puede ser humana.

Me quito la mochila y busco entre las cosas hasta que la encuentro, una manta suave.

La abro y cubro a la mujer con ella, ella me mira asombrada pero yo no quito mis manos de sus hombros en donde sostengo la manta.

Entonces la caliento, no tanto como para quemarla pero lo suficiente como para que deje de temblar.

-Eres una de ellos.- Murmura con cierto temor, en sus ojos y su voz puedo percibirlo.

-¿De ellos?

-Una mutante.- Me aclara.

-No le haré daño.

-Niña, ya nada ni nadie puede hacerme más daño del que ya me han hecho.- Su voz es cansada, ya sea por los años o por el entorno.

-¿Tiene sed?- Le ofrezco una botella de agua.

Ella me mira dudosa.-¿Por qué haces esto?¿Qué ganas con ello?

-Que dejes de estar sedienta y con frío.- Sonrío. No parece convencida.- Y porque si yo alguna vez me encuentro en esta posición, espero que alguien se me acerque de la misma forma y me ofrezca algo de ayuda.

Con sumo cuidado toma la botella y bebe de ella.

-¿Por qué está afuera y no en uno de esos edificios?- Le pregunto extrañada.

-Estoy cansada de estar dentro encogida de miedo, prefiero morir aquí afuera y mirando el cielo que estar dentro esperando a que la muerte venga a mi.- Se me queda viendo por tanto tiempo que me hace incomodar.- Ya sé por qué te me hacías conocida.

-¿Ah sí?¿Por qué?

-Hay un mural a unas calles de aquí, ahí hay rostros, nombres y símbolos, en la pared hay toda una historia y tú estás en ella.

Me quedo en silencio procesando lo que ella dice. 

El solo pensar que sea cierto hace que la emoción e incredulidad se apoderen de mis sentidos.

-¿Yo?

-Sí, creo que eres tú, no muestra tu rostro pero sí tu silueta, no sabía porqué estabas ahí hasta   ahora. ¿Quién en medio de la guerra se toma el tiempo para ayudar a una anciana sedienta y con frío?

-Las personas que no han perdido su humanidad aún.- Le contesto.- No soy la primera y espero no ser la última.

Y entonces, por fin la veo, una sonrisa, una sincera y amable.

La imagen de esa señora sonriendo me sigue mientras camino, aún cuando el pesar por haber rechazado mi oferta de acompañarme al búnker sigue en mi pecho.

Camino completamente sola hasta dar con el dichoso mural, no tardo tanto en dar con él ya que el callejón no está solo, hay personas ahí, gente joven y adulta marcando las paredes con pintura en aerosol. No se percatan de mi experiencia, están tan metidos en su trabajo que no me notan.

Al mirar la obra de arte plasmada en las paredes que rodean el callejón se me forma un nudo en la garganta.

La mujer mencionó mi silueta, es verdad, me reconozco, reconozco la espada en mis manos y el cabello que según el artista, se mueve con el viento hasta cubrir mi rostro, reconozco la espada y el traje, ambos los usé en la batalla contra los cazadores.

Sin embargo no estoy sola en esa imagen, hay rostros que cubren el espacio, reconozco el de Caín por su cabello blanco, también reconozco la escena en la parte baja de la pared, hay siluetas oscuras divididas en bando y con espadas y armas levantadas, han pintura roja salpicada y un puño levantado en medio de los dos bandos con las palabras libertad en blanco y negro.

Y es cuando me doy cuenta de que el mural, de que cada uno de los rostros y símbolos tanto de fuego como de hielo o el triángulo que simbolizan el emblema de los cazadores, todos están repletos de nombres y esos nombres forman cada una de esas siluetas, les dan forma.

Me quedo anonada y no puedo evitar acercarme, me coloco la capucha ocultando mi cabello y veo los nombres, los miles de nombres en la pared. En la Abby pintada ahí, reconozco los apodos que se camuflan a mi cuerpo.

No son nuestros nombre sino nuestros apodos.

Reconozco las identidades de algunos de nosotros.

La guerrera (Esa soy yo)

El líder (Caín Warner)

El traidor (Jesse Thompson)

El par de Ases (Jordy y Elías)

La Marcial caída (Natasha)

La estrella perdida (Aria)

El fraile caído (Sebastian Anderson)

El del corazón innato (Zack Anderson)

Es el grupo original, me doy cuenta de inmediato y noto que hay un nombre que fue agregado justo sobre mi corazón.

El cazador.

Ese es mi Sam.    

De regreso con el grupo, ya ha anochecido, el sol se ha ocultado y las estrellas han salido, la luna se asoma a penas entre las escasas nubes. Me hace recordar la leyenda que Julian nos contó a Lukas y a mi.

Pero mis pensamientos son interrumpidos por el rugido de un motor que se acerca.

Es cuando la poca gente afuera corre asustada a sus casas, es cuando las ventanas se cierran de golpe y los carentes pasos en las calles se apagan por completo, veo los faroles del camión justo en el momento en que me meto en una caseta vieja en la parada de bus, no es el mejor escondite, dudo siquiera que lo sea pero me acuclillo para evitar que las luces del camión me iluminen. Me quedo quieta tras las sillas metálicas mientras espero a que pasen.

Hago una mueca cuando una rata me pasa por encima de las botas y se va chillando como si supiera también que hay peligro.

Me encojo aún más cuando veo a los soldados, cuatro de ellos caminar cerca del camión, tienen sus armas listas para ser usadas, un leve movimiento y podrían verme. Por suerte es de noche, le agradezco a Diosito por eso.

Están pasando la caseta cuando otras luces aparecen, otro camión dobla la esquina y ambos quedan frente a frente, yo suelto aire de manera silenciosa mientras me hago pequeña, los faros del camión de enfrente enfocan parte de la caseta, no puedo moverme, ni siquiera respirar con normalidad.

Soldados bajan del nuevo camión y se encuentran con los otros.
-Hay un nuevo cargamento en dos semanas, nos encontraremos con el Líder en donde "La ceniza aún ronda por las calles"
Absorbo la información como una esponja. Pero ¿A qué se refieren con eso?¿Acaso es un código?No logro desmentirlo o cerciorarlo porque es todo lo que dicen antes de que alineen ambos camiones y empiecen a alejarse por la misma dirección, justo en la esquina, ambos toman direcciones diferentes, yo me quedo de cuclillas por un rato más, es cuando me doy cuenta de que lo hago por dos razones. Por miedo a que aún estén cerca y porque aquella revelación me resuena en la cabeza.
Es como si la frase misma supiera la verdad y quisiera que yo recordara.
Donde la ceniza aún ronda por las calles.
 ¿Acaso no lo hace por todas?

Me levanto con sigilo y miro a la oscura y silenciosa calle tras de mi. 
Me pregunto si sería sensato seguir a uno de esos camiones. Aunque por supuesto ya conozco la respuesta, no lo es en absoluto pero de todas formas una de las partes que componen a este cuerpo, esta mente, esa parte que ha estado despierta y alerta delante de los peligros que se le han presentado de frente, esa me habla en la cabeza y dice:¿Ahora te acobardarás?¿Después de todo lo que has pesado le temes a los soldaditos lame botas de de Mauro?  
La respuesta es no.

Sigo al de la izquierda porque es el que aún no he perdido de vista.

Me convierto en una sombra silenciosa mientras los vigilo de cerca. Los muy desgraciados están saqueando lo que encuentran, entran a los edificios con las manos en sus armas y salen con cajas llenas de alimentos y ropa.
Eso me pone furiosa, seguro no lo necesitan, he visto la tecnología que tienen, las armas y uniformes que portan, estoy segura de que Mauro tiene todo lo necesario para sobrevivir, para que su ejercito lo haga pero hace esto para atemorizar a la gente, para que la gente sepa que lo que les pertenece se les puede arrebatar en un dos por tres, al igual que sus vidas.

Sé que son pasadas de la media noche cuando me entra el cansancio, pero el esfuerzo de seguirlos ha valido la pena porque de momento a otro han dejado de saquear y han girado en zig zag por las calles seguramente para despistar a cualquiera a la vista y han tomado el mismo camino del inicio, tengo que correr cuando el camión empieza a tomar velocidad, como siempre, teniendo cuidado en mantener la distancia. Solamente llevo una pistola y un par de dagas, si lo que pienso sobre los soldados es cierto, esa teoría de que todos son más rápidos y fuertes como Cody entonces tendré que tener más cuidado.

Pero tú podrías vencerlos ¿Cierto?

El pensamiento viene tan rápido como se va y yo me quedo dudosa de mis propios pensamientos.
  ¿Podría?

Sabes que sí. Lograste noquear a Cody, has hecho más que eso... ¿Cierto?

No, nada está pasándome, solamente es el estrés, sólo estrés.
Escucho mi propia risa interna y me obligo a ignorarla junto con la voz.
Nada está malditamente pasándome. 

Hay un momento en el que el silencio se rompe, es entonces cuando yo paro de correr y me apoyo al edificio a mi lado para ocultarme y es cuando los soldados levantan sus armas al cielo, totalmente alertas, como halcones buscando a su presa.
Yo lo he escuchado, alto y claro.

El sonido de algo rompiéndose.¿Una ventana?¿Una botella?

Maldición, estoy segura de que aquel que provocó el sonido debe estar aterrado.

Los soldados se separan sin dejar de apuntar, yo retrocedo unos pasos para evitar que me apunten con las linternas integradas en sus armas.

Y es cuando ella aparece, como un rayo de muerte sobre ellos.
Cae sobre uno de ellos, su arma se dispara, luego tanto el cuerpo como el arma se vuelven ceniza oscura, sus compañeros, los tres que quedan fuera del camión le apuntan, las balas, la traspasan.
Es todo, la han matado. 

Pienso yo, totalmente ingenua.

La chica muerte sigue de pie, aún cuando una lluvia de balas la atraviesan, ella llega hasta ellos, tocándolos ferozmente, uno a uno caen, sólo alcanzo a escuchar sus gritos antes de que ellos sean nada.

Los cuatro soldados han muerto, ella está de espaldas a mi, puedo ver el movimiento de su espalda al tomar respiraciones forzosas, después de todo las balas si la han afectado pero no como me afectarían a mi o a cualquiera.

De inmediato me doy cuenta de que si llegara a luchar contra ella en estos momentos, moriría.
Porque eso es lo que ella es, la muerte.
Sus manos se vuelven puños mientras camina hacia el lado del conductor, ella abre la puerta, recibiendo disparos en su torso, ella jala al conductor fuera del camión, el hombre cae al pavimento mientras se agarra el brazo que comienza a volverse negro ahí donde ella lo ha tocado.
-Ustedes no aprenden.- Gruñe ella, pateándolo en el rostro, la sangre emana del rostro del tipo, no siento compasión, él no es bueno.- Voy a darte un mensaje.- Se arrodilla junto a él, ahora no de espaldas a mi, si levantara la cabeza me vería.- Y tú se lo darás a tu puto amo cuando lo vuelvas a ver.

-¿N-no vas a matarme?- Pregunta el hombre. Muerte ríe, una risa hermosa y letal.
-No me has dejado terminar.- Ella levanta su mano, me parece verla hacer un puchero antes de reír.- Dile que sangrará el doble de lo que ha hecho sangrar.- La furia en sus palabras me recuerda a mi furia misma y si no le tuviera tanto miedo a su toque me acercaría para decírselo. La veo colocar su mano por encima del pecho del hombre sin llegar a tocarlo.- Y se lo dirás cuando se reencuentren en el infierno, maldito bastardo.- Y entonces ella lo golpea, justo en el pecho, y el hombre empieza a desintegrarse, el viento se lleva su grito.
En medio del silencio que queda luego de esas muertes, ella murmura:- Si es que no se lo hago saber primero.

Y entonces levanta la mirada, sus ojos miran la oscuridad en la que me escondo, cuando sus ojos se entrecierran lo tomo como una señal, mis pies de repente parecen tener vida propia porque ni yo me doy cuenta de que estoy corriendo hasta que escucho su grito a mis espaldas.

Feliz fin de semana 7v7
Aquí les traigo otro capítulo, lamento dejarlos en suspenso pero bueno, admitan que el suspenso le da un mejor sabor a la historia.
ヽ( ´¬')ノ 

Les advierto que los próximos capítulos serán cargados de revelaciones, les he dejado pistas en mis redes sociales y en el grupo de whatsapp que por cierto, si no están, me encantaría agregarlos.
¡Saludos!

¿Qué piensan que pasará entre la chica muerte y Abby?

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