En su vida cotidiana, Yoongi era profesor de piano, daba clases en una de las mejores academias de arte de Seúl. Quien lo viera jamás pensaría que es el tipo de hombre que le gusta dejarle el control a alguien más, no cuando es un hijo de puta con sus alumnos, uno muy perfeccionista. Por eso sus alumnos lo odiaban y respetaban a partes iguales, lo odiaban por la crueldad de sus palabras cuando se equivocaban con alguna pieza musical y lo respetaban porque conocían de sobra la habilidad con el piano del hombre.
--Yoongi, elige a tus dos mejores alumnos para que se presenten en la reunión del viernes con los inversionistas de la academia. –La directora, una mujer joven y con una preciosa voz a la hora de cantar lo miraba esperando una respuesta.
--Ninguno. –Taeyeon negó con la cabeza y sonrió.
--Entonces los menos peores, necesitamos que algunos estudiantes se presenten ese día para que el dinero no deje de entrar por el lado de esa familia. –Taeyeon revisaba unos papeles. --¿Qué hay de YooChan?
--Demasiado tímido. –Yoongi resopló. –Tiene talento, pero le da miedo explotarlo.
--Yoongi. –su jefa se estaba impacientando.
--Kim Taehyung. –Gruñó al responder, el chico era talentoso, pero se creía demasiado por ello. Lo odiaba por eso. –Park debería elegir al otro.
--Chanyeol me dio sus opciones esta mañana. –La sonrisa de la mujer era enorme. –Byun Baekhyun, quien ya está para canto junto a Do Kyungsoo y Moon Byulji.
--Solo elegiré a Kim. –El pelinegro resopló y se encogió de hombros. –Es un sobrado de mierda, pero es lo mejor que hay.
--Muy bien. –La directora sonrió como si le hubieran entregado su regalo en navidad. –Avisaré a los estudiantes para que preparen algo para ese día. Gracias por tu colaboración Yoongi.
Esperaba con todas sus fuerzas no equivocarse en elegir a Kim Taehyung para la muestra. Pero esperaba más el hecho de que no fuera él quien tuviera que estar pendiente del niño para que hiciera bien su presentación, el mocoso era un prodigio y por eso su actitud. Suspiro tallándose los ojos, llevaba tres días durmiendo mal por culpa de lo sucedido el sábado en el club. Odiaba no poder dejar de pensar en las palabras de Jimin y en la actitud sobreprotectora de Namjoon, los entendía ya que ellos habían pasado por eso, pero suponía que debía cometer sus propios errores y tomar sus propias decisiones para llegar a algún lado. Y ahora tenía que lidiar con esa reunión el viernes y todo lo que ello conllevaba.
Los días pasaron rápidamente en medio de una bruma de estrés y mal humor. Yoongi jamás había gritado tanto a un estudiante como en esos días, ya que Taeyeon, la vida y el mismísimo Dios lo odian y tuvo que estar pendiente de lo que haría Taehyung. El pobre chico al segundo día ya no quería dirigirle la palabra o preguntarle si debía corregir algo, sentía que si hacia algo aparte de respirar y tocar el piano Yoongi lo mataría y privaría al mundo de su gran talento y eso no podía ser posible.
--Yoongi, ¿Quieres dejar de pasar como león enjaulado? Me estas poniendo nerviosa. –Gruño Taeyeon unos minutos antes de que todo iniciara, lo censuraba con la mirada.
--No. –Respondió simplemente para seguir en lo suyo, maldiciendo mentalmente a todo y a todos por no dejarlo quedarse durmiendo este día, Taehyung lo haría "maravillosamente" estaba Park para que ayudara en algo más que en comerse a Byun con los ojos, esperaba fuera solo con los ojos. Y la dictadora en la que se había convertido Taeyeon tampoco ayudaba.
--Min Yoongi quédate quieto de una puta vez. –Siseo la mujer cuando los demás participantes estaban entrando, los estudiantes estaban nerviosos y ansiosos en partes iguales, los profesores estaban orgullosos de lo que mostraría la academia, solo lo mejor de lo mejor, y si alguien noto el malhumor de Yoongi prefirieron ignorarlo, solo logrando que su enojo creciera hasta casi hacerlo estallar.
Sentía que su mirada podría lograr la muerte de alguien hasta que los inversionistas hicieron su aparición logrando que se atragantara en el momento en que reconoció a uno de ellos. Se sonrojo como un adolescente enamorado cuando sus ojos se encontraron. Su respiración se entrecorto al notar la sonrisa satisfecha que apareció en su apuesto rostro al verlo tan nervioso y se golpeó mentalmente por demostrar cuanto le afectaba.
Una joven mujer iba a su lado hablándole a una pareja mayor, Hoseok no les prestaba atención por tener sus ojos en Yoongi e imaginarse todas las cosas que podría hacer con él sin importarle que estuviera en la academia por negocios, saber que Yoongi trabajaba allí lo hizo sentir que tenía una pequeña oportunidad de hacer que fuera suyo. Rodó los ojos cuando su madre le llamó la atención por ignorarla, trato de componer la mejor sonrisa que pudo hacia su madre para no mandarla al diablo.
--Deja de mirar a quien sea que estés mirando. –Su hermana le susurró. –En cualquier momento mamá se dará cuenta y sabes que es capaz de hacer que lo saquen de la academia.
--¿Cómo sabes que es un él? –Jiwoo le dio una mirada de sé que te van las pollas hermanito. –Es difícil dejar de mirarlo, es... perfecto.
--¿Quieres que siga trabajando? –Hoseok asintió. –Deja de mirarlo, concéntrate en lo que vinimos a hacer. –Refunfuñando acepto que ella tenía razón, si su madre notaba que su atención no estaba en los talentos de la academia sino en uno de los profesores –porque imaginaba que Yoongi era profesor– ella no soltaría un solo won hasta que Yoongi estuviera sin trabajo y muy lejos de donde pudiera encontrarlo.
Suspirando se puso cómodo y espero a que la función comenzara. Sentía los ojos de su madre taladrándole la cabeza como esperando leer sus pensamientos.
--Madre deberías prestar atención a lo que la directora está diciendo. –Sonreí cuando el enojo se hizo presente en sus facciones. Escuché a Jiwoo esconder su risa con una tos y a papá decirle a mamá que no diera un espectáculo.
Sabiendo que la fiera estaría controlada mientras tanto comencé a colocar atención a lo que sucedía, las presentaciones comenzarían después de que Kim Taeyeon, la directora de la academia, terminara su discurso sobre como los profesores del lugar ayudaban a los estudiantes a explotar sus talentos y darles la confianza para seguir en la música o las artes, pidió que los profesores se levantaran. Todos con grandes sonrisas en sus rostros se levantaron e hicieron una venia, cuando llego el turno de Yoongi se quedó de piedra al notar que lo miraba, enarque una ceja para notar como el sonrojo volvía a cubrir sus mejillas y como torpemente hacia la inclinación para luego sentarse. Era adorable. Un par de profesores más hicieron lo propio y tras una ronda de aplausos los estudiantes pasaron a presentar su talento.
Estaba encantado con lo que veía, las voces de los chicos que cantaron eran preciosas casi parecía que los ángeles habían dejado el cielo para cantarle a los mortales, los chicos que mostraron sus dotes artísticos hicieron un magnífico trabajo retratando a mis padres, el chico del piano te hacía sentir cada nota en el cuerpo, transmitía con solo mover los dedos por el instrumento. Estaba gratamente sorprendido y me pregunté ¿Por qué hasta este año se le había dado por ir a la bendita reunión? No era solo por saber que podría haber conocido a Yoongi hace mucho tiempo, era el talento de esos muchachos, ¿Cuántos talentos se perdió por no asistir? ¿Por preferir quedarse en su casa y enviar a su hermana en representación? Agradecía el momento en que Jiwoo prácticamente lo obligo a asistir este año, no agradecía el que sus padres estuvieran allí también, pero era el precio a pagar.
--Ahora no te arrepientes de venir ¿Verdad? –Jiwoo lo miraba con una sonrisa. –Te dije que sería una buena idea.
--Gracias. –Dijo simplemente sin apartar la mirada del reluciente piano ahora vacío.
La directora nuevamente apareció en escena agradeciendo a los estudiantes y a los profesores que estuvieron ayudando en la preparación de las presentaciones, sabiendo que llegaba su turno de hablar, se levantó y con una sonrisa agradeció a la mujer cuando le tendió el micrófono.
--Por cuestiones laborales no había podido asistir. –En su cabeza pudo ver a su hermana rodando los ojos por la mentira tan grande que estaba diciendo. –Pero hoy gracias al cielo pude asistir y quiero decir que estoy gratamente sorprendido, todos los chicos que se presentaron hoy han hecho una muestra del talento que tiene esta academia y que no desperdicio mi dinero al invertirlo aquí, espero que sigan estudiando y explotando esa destreza tanto en la música como en las artes que poseen. A los profesores les agradezco por la paciencia con la que trabajan y ayudan a estos chicos y espero sigan con nosotros por mucho tiempo.
Una ronda de aplausos lo recibió al terminar su discurso, buscó al único que realmente le importaba de ese lugar encontrándolo igual que el resto de pie y aplaudiendo con una tímida sonrisa en el rostro. Al ver esa sonrisa sintió como su pecho se llenaba de una calidez inexplicable, era casi como si su vida estuviera destinada a hacer que Yoongi sonriera, y realmente le importaba muy poco si su madre ahora mismo se daba cuenta de que estaba interesado en uno de los profesores, a lo lejos escucho a Taeyeon pedir que pasaran al comedor de la academia para bridar el almuerzo mientras él pedía que los profesores se quedaran un momento.
Su hermana lo miraba con una ceja enarcada conociendo sus intenciones, negó con la cabeza llevándose a sus padres y tranquilizando a la directora diciéndole algo que sonó como quiere saber más acerca de la academia, realmente esta impresionado haciéndolo sonreír. Alrededor de diez personas se quedaron con él, incluido Yoongi quien no era capaz de sostenerle la mirada, los saludo a todos y les pregunto cuál era su área, mencionando que sin ofender a ninguno su presentación favorita había sido la del piano.
--Entonces debe conocer al profesor Min. –Un joven alto y con gafas sonrió hacia Yoongi quien lo miraba sorprendido. –Él es el encargado de dictar las clases de piano, es un profesor exigente, pero es el mejor de aquí.
--Profesor Min. –Hoseok le tendió la mano, cuando el otro la apretó sintió una corriente por todo su cuerpo que casi lo hace jadear. –Debo felicitarlo por su estudiante.
--Muchas gracias. –Yoongi tuvo que aclararse la garganta. –La verdad es que Taehyung es el mejor estudiante que tengo, yo no hice mucho en la preparación. –Se sonrojó al decir lo último.
--Deja la modestia, Min. –Una profesora le sonrió con cariño. –Soy Lee Siyeon, soy una de las profesoras de técnica vocal de la academia y conozco a Yoongi desde hace muchos años, es consciente de su talento, pero jamás le gusta alardear de él y le da el crédito a los demás.
Yoongi se sonrojó aún más con las palabras dichas por su compañera de trabajo, Hoseok no se perdía ninguna expresión que hacía, quería embriagarse en él. Y como si un bombillo se encendiera la idea para pasar más tiempo con el apuesto hombre apareció en su mente, sonriendo habló. –entonces estoy de suerte. –Yoongi lo miro con el ceño fruncido, como si supiera que estaba tramando algo. –Siempre he querido aprender a tocar el piano.
Todos hicieron un sonido de asombro. –Supongo que puedo enseñarle. –susurró Yoongi aun desconfiando de mis intenciones. –Pero obviamente las clases serían aquí en la academia.
Chico listo, vi en sus ojos el brillo del desafío. –Probablemente algunos días deban ser en algún otro lugar, como sabrá soy un empresario. –El color abandonó el rostro del profesor. –No quiero incomodarlo de ninguna manera, pero debo insistir en que algunas clases sean por lo menos en mi oficina.
--Perdón la pregunta, pero ¿Tiene un piano en su oficina? –La sorpresa estaba plasmada en su bonito rostro, y en el de todos los demás.
--No. –Todos contuvieron el aliento. –Pero si llega a ser necesario compraré uno y lo pondré allí.
--¿No tienen hambre? –Alguien habló. –La directora está esperándonos para dar inicio al almuerzo.
--Por supuesto. –Sonreí y les insté a caminar por delante de mí. Me quedé al lado de Yoongi viendo cómo se tensaba al momento de notar mi presencia. –Relájate, solo estamos caminando. Nadie va a saber que nos conocemos si eso es lo que te preocupa.
--No me preocupa eso. –Respondió tímidamente. –Solo que tengo una reputación de hijo de puta que mantener y con usted cerca me es muy difícil.
--¿Por qué?
--No es ajeno a que me afecta Sr Jung. –Estuve a punto de gruñir cuando lo escuche llamarme señor y no amo. Noté que me miraba divertido al notar mi reacción. –Y con las referencias que tengo de usted, no es la mejor decisión involucrarme.
--No creas en lo que te dicen. –Antes de llegar al comedor lo detuve. –Conóceme y juzga si lo que te dicen es real o no, no te vas a arrepentir.
--Eso es precisamente lo que más temo.