Daño Colateral

Av MariaJose019

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# Un secreto que desata emociones. Mer

1. Volver a la Realidad
2. El Reencuentro
3. Realidad y Ficción
4. Confesiones
5. El sentimiento
6. Consecuencia
7. Una reconciliación corta
8. Camino al abismo
9. La Busqueda
10. La Confesión
11. ¿Me vas a besar?
12. Revelación
13. Apoyo
14. ¿Así es el Amor?
15.- Dos días de cita (1)
16.- Dos días de cita (2)
17.- Propuesta
18.- Sólo las dos
19.- Cerrando un Ciclo
20.- Parte de mi vida
21.- No sé que hice para Merecerte
22.- el secreto y la decisión
23.- Te voy a Salvar
24.- Visita Inesperada
25.-Cita Doble
27.- La última noche
28.- Buena suerte en el amor
29.- Una familia
30.- Esperar no es Luchar
31.- Sin mirar atrás
32.- Plan B
33.- Shock
34.- Que comience la nueva vida
35.- La entrevista
36.- La reunión
37.- Un almuerzo inusual
38.- Mina Myoui
39.- Explicaciones
40.- La mujer más hermosa del mundo
41.- El día más triste
42.- Celos
43.- Una decisión
44.- Nos vamos a casar
45.- Es hora de dejarnos
46.- Una llamada reveladora
47.- Nos acaban de besar
48.- Las 9 o nada
49.- ¿Me harás rogar?
50.- Reconciliación part 1
51.- Reconciliación part 2
52.- El día D
53.- !Si quiero!
54.- Una despedida de soltera diferente
55.- Camino al Altar
56.- La habitación 16
57.- Sólo minutos
58.- FINAL

26.- ¿Lo que pasa en Suiza, queda en Suiza?

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Av MariaJose019


Dahyun

Nuestro día fue relativamente tranquilo. Caminamos por Suiza como lo habíamos hecho hace algunos años atrás sólo, que esta vez, solo estábamos 4 de las 9 personas. Sin contar todas las cámaras y productores que habían a nuestro alrededor. Cada vez que podía disfrutar de momentos como este a solas con Sana, más ganas tenía de ser libre. Quizás el decir "ser libre" se podía mal interpretar, después de todo nuestra empresa, se había encargado de darle una imagen al mundo de cómo ellos eran con nosotras algo errónea.

Es verdad que teníamos, quizás, libertad que otra empresa no daba a sus trabajadores, pero, por otro lado, estaba toda la mentira que eso abarcaba. Nos daban y nos hacían participes de ciertos privilegios que, para llegar a ellos, teníamos que si o si mentir. Creí, durante mucho tiempo que eso estaba bien, que no importaba lo que se hiciera para poder llegar a convertirnos en el mejor grupo de chicas de Corea. Claramente, estaba equivocada. Con todo lo que paso con Nayeon y su adicción, pude darme cuenta de la manera tan asquerosa en la que éramos manipuladas. Nayeon tendría que haber estado internada desde el primer momento que se dieron cuenta que ella tenía un problema pero, no lo hicieron. No porque no tuvieran los medios, si no, porqué tendrían que dar explicaciones.

-¿En qué piensas? – Sana interrumpió mis pensamientos.

-En Nayeon – miré hacia dónde ella estaba con Momo. Se veían tan felices - ¿Estará bien?.

-¿A qué te refieres con esa pregunta?.

-Hablo de su adicción – las dos nos quedamos mirando.

-No sé si está bien – esta vez, era Sana quien no quitaba la vista de Nayeon y Momo – pero creo que Momo tiene mucho que ver en el cambio que ha tenido.

-No puedo creer que estemos las 4 acá.

-Nunca creí que vendrían.

-¿En serio no sabías?

-No, Momo nunca me contó que querían venir.

-Creo que fue idea de Nayeon. No creo que Momo no te hubiera avisado si, hubiese sido idea de ella – Sana me quedó mirando - ¿Qué ocurre?.

-Eres muy observadora.

-¿Qué hay de malo en eso?

-Nada – Sana se acercó a mi rostro y dejó un beso en mi frente – me gusta que veas mas allá de lo que probablemente yo lo haga.

-Somos un buen complemento.

-¿Cómo crees que reaccionen el resto de las chicas cuando se enteren de nosotras?

-Bien, ¿Por qué reaccionarían mal?. Aceptaron a Nayeon y a Momo.

-No es lo mismo.

-¿Cuál es la diferencia?.

-Que ahora seremos dos parejas en Twice, la gente quizás crea que todas estamos emparejadas entre si.

-Eso es imposible, somos 9 claramente una está soltera – me encantaba la facilidad con que Sana me sacaba risas y sonrisas – no pienses en eso, vamos a disfrutar los pocos días que nos quedan.

-Ni lo menciones – me apoyé en su hombro y seguimos a Nayeon y Momo quienes estaban paradas frente a una fuente. Desde que las conozco que tenían la fascinación con lanzar monedas a cada fuente de la fortuna que encontraban. Era algo, no sabría decirlo. Pero, se notaba que se aferraban a eso. Quizás en ese mismo momento en donde las dos chicas cierran sus ojos están pidiendo el mismo deseo. O quizás... quizás simplemente lanzan sus miedos con la esperanza de que nunca más vuelvan.

-Se está haciendo de noche – Momo había hablado -¿volvemos?.

-No sé si quiero volver, tengo ganas de ir a bailar – Sana había hablado - ¿les parece?

-O sea que era cierto – Nayeon se mostraba algo incrédula con la idea de ir a bailar.

-No tienes de qué preocuparte – Momo había tomado el rostro de Nayeon en sus manos y le regaló una sonrisa – estaré a tu lado toda la noche. No pasara nada.

-Eres demasiado perfecta para este mundo Hirai – Nayeon pegó sus labios a los de ella – sólo mantenme lejos del alcohol.

-Tranquila – me acerqué a Nayeon – tendrás a 6 brazos y 6 ojos encima de ti – Nayeon sonrió.

-No sé si merezco que se preocupen tanto por mi, pero gracias.

Caminamos en dirección a los taxi que estaban en la vereda de en frente de la calle. Me gustaba eso de compartir con otras parejas, tener la posibilidad de salir en citas doble siempre había sido mi sueño. Era increíble que en algún momento llegué a pensar que nunca podría tener una cita, ni mucho menos, entablar una conversación decente con alguien y mírenme ahora. Completamente enamorada de la chica mas hermosa del mundo, acompañada de las mejores amigas que podía pedir en dirección a una fiesta. ¿Esto era crecer?.

Nayeon

Al entrar a ese lugar lo primero que se me vino a la mente fue Yeri. Recordé las veces en que nos emborrachábamos y decíamos que vendríamos juntas a fiestas como estas. El ambiente era completamente diferente a lo que había vivido en Corea. Los pub allá no eran tan desordenados como acá, no siempre estaban a tope pero al que nos había traído Sana era increíble. Podría jurar que está repleto. No cabía ni una sola persona más en este lugar. Tenía bailarinas y bailarines desnudos por todo lados, eran los mismos que apenas entrabas te ofrecían alcohol. No puedo mentir, cada vez que se me acercaban sentía como mi boca se llenaba de saliva, tenía muchas ganas de beber, aunque sea olerlo pero, gracia a Dios estaba con Momo, ella se encargaba de alejar a toda la gente.

-¿Estás bien? – llegamos a una mesa y las chicas pidieron bebidas.

-No – fui sincera – pero no me quiero ir, tomaré esto como una prueba.

-Estoy orgullosa de ti ¿Sabías? – había tanta gente alrededor de nosotras que dudo que alguien estuviera pendiente de lo que hacíamos las 4. Por otro lado, Sana ya tenía sus manos sobre Dahyun. A ellas no les importaba nada.

-No he hecho nada del otro mundo. Solo trato de mantenerme sobria.

Durante media hora nos sentamos en la mesa con Sana y Dahyun a hablar de algunas cosas, bebimos las bebidas y después Momo pidió algo para comer. Era obvio que le daría hambre.

-No puedo creer que hayas pedido comida – le dijo Sana.

-Si quiero bailar tengo que comer.

-Era obvio que lo haría – contestó Dahyun.

-Muchas gracias – Momo acarició la mejilla de la menor y me quedó mirando - ¿Bailarás conmigo?.

-Sabes que soy pésima bailando.

-No lo eres – Momo acercó su silla hacia donde estaba - ¿recuerdas los bailes que hacíamos cuando entrenábamos?, o el que hicimos hace como 2 meses atrás.

-Ese fue mi perdición – sentía como mis mejillas se ruborizaban con tan solo recordar – moría cada vez que me sacabas a bailar – Momo sonrió – eres muy buena bailarina Momo.

-Nada que no me hayan dicho antes.

-Cuanta humildad – dijo Sana.

Momo había pedido comida para todas así que le hicimos compañía. Las risas iban y venían, los recuerdos se nos escapaban solos de la boca. Por momentos Momo tomaba mi mano y la acariciaba, a veces dejaba pequeños besos en mis nudillos o simplemente me besaba. Había lo que quería. Realmente era, como estar viviendo una vida normal. Por minutos, Momo me hacía sentir que no era una celebridad y quizás, el contexto en el que nos encontrábamos también nos hacía sentir un poco mas ligeras de la presión mediática que, probablemente estaríamos teniendo en Corea si estuviéramos allá.

-¿Estas lista? – me di cuenta Sana y Dahyun ya iban camino a la pista de baile y Momo estaba de pie a mi lado derecho – no te voy a obligar si te sientes incómoda. Soy feliz con quedarme sentada, besándote toda la noche – yo sonreí.

-Ni loca dejaré que todas estas mujeres se pierdan en tus curvas Hirai – tomé su mano – vamos a la pista de baile.

Llegamos a la pista y nos colocamos al lado de Sana y Dahyun – Dale Momo demuéstrale lo que tienes – escuché como le gritaba Sana a Momo. La música era tan fuerte que era imposible comunicarnos de manera normal. Si o si había que gritar.

Momo soltó mi mano y la observé. Estaba vestida con unos jeans ajustados a sus piernas. Un bléiser de color negro que dejaba entre ver todas sus perfectas curvas. Noté como cerró sus ojos y comenzó a sentir la música dentro de ella. Sus caderas se movían de un lado a otro, me sentía completamente hipnotizada mirándola. Su vaivén era completamente adictivo. No paso mucho tiempo para que las miradas de hombres y mujeres que estaban alrededor se hicieran presente. Claramente a ella no le importaba. Su confianza estaba por encima del resto.

Sus manos comenzaron a acariciar su estómago, sus pechos, su cuello, sus piernas. ¡Mierda! Momo era completamente sexy. Después de unos minutos noté como Sana se pegaba al cuerpo de Dahyun. No era secreto que Dahyun era algo tímida pero, se notaba completamente desinhibida. Se besaban al medio de la pista sin importar nada.

-¿Por qué las estas mirando a ellas? – Sentí la voz de Momo atrás de mí – deberías estar mirándome a mí – Momo agarró mi cintura e hizo que quedáramos frente a frente. Comenzó a bailar lento, sin quitarme la vista de encima. Mi mirada vagaba por su rostro. Cada detalle que encontraba en ella era más perfecto que el anterior.

-Me encanta verte bailar – comencé a sentir una pequeña libertad en mis palabras y acciones – una parte de mí odia que te observen pero la otra, la otra ama saber que la chica a la que observan, cuando termina la noche es completamente mía.

-Soy tuya – Momo me dio la espalda y comenzó a bajar sin dejar de rozar sus caderas con mi cuerpo. Cuando comenzó a subir el roce de su trasero con mi pelvis casi me hizo perder el control. Ella seguía bailando sin darme la cara, con ese vaivén típico de ella. Su mano derecha se acomodó a un costado de mi rostro ejerciendo presión para que mi boca quedara a centímetros de la piel de su cuello. Su aroma era embriagador. Todo en este momento era tan erótico. Hacía que se me olvidara todo a mí alrededor. Éramos sólo ella y yo.

-Me encantas – susurré en su oído.

-¿Cuánto te encanto Nayeon? – su voz era ronca.

-¿Por qué tu voz suena así? – pregunté nuevamente cerca de su oído, para después succionar algo de la piel de su cuello.

-¡Dios! – Gimió Momo -¿Por qué crees que mi voz está así? – sentí como nuevamente arqueo su espalda para sacar su trasero y volvió a rozarlo contra mi pelvis.

-Me encanta tu trasero – inconscientemente mi mano derecha dio una palmada a su trasero que hizo que Momo volteara a mirarme. Sus ojos eran negros y pude notar como sus mejillas estaban ruborizadas - ¿Estas caliente? – sentí como las manos de Momo, que se encontraban sobre mis hombros, se aferraron al agarre. Inferí que las preguntas explicitas estaban provocando algo en ella - ¿estás húmeda Momo?.

-Cállate.

-Apostaría que estas completamente arruinada allá abajo.

-Nayeon – escondió su rostro en mi cuello. Sentí cómo la punta de su nariz hacía contacto con mi piel. Siguió un camino recto hasta llegar a mi oído – cuando lleguemos a la casa de Sana te meteré a la cama, sacaré toda tu ropa y te haré el amor hasta que tus piernas tiemblen – me tuve que aferrar a la ropa de Momo, mis piernas perdieron fuerzas durante algunos segundos – besaré tus pechos, tu estómago, tus brazos – Momo comenzó a dejar pequeños besos en mi cuello, siguió por mi mandíbula – limpiaré todo el desastre que tienes acá abajo – noté como la mano de Momo bajo lentamente pero, se detuvo en mi cinturón – y después de embriagarme con su sabor te besaré.

-¿Sí?, ¿Me besarás?.

-Si.

-¿Cómo?.

-Así.

Momo llevó su mano derecha a la parte posterior de mi cabeza y juntamos nuestros labios. Probablemente si había alguien que estaba mirando este beso no lo encontraría lindo. No era para nada lindo, era un beso desesperado, lleno de lujuria. Nuestras lenguas eran una constante guerra para bien que tomaba el poder. Obviamente perdí, siempre perdía ante Momo. Me desplomé en sus brazos, caricias, besos. Era increíble lo que lograba en mí.

-Fóllame – susurré mientras la besaba. Ella se alejó entre jadeos por la falta de aire.

-¿Qué?.

-Fóllame – nos quedamos mirando – llévame al baño Momo, fóllame y hasta cargo de este desastre – en ese momento se me olvido donde estábamos y agarré la mano izquierda de Momo y la coloqué sobre mi sexo por encima de mis pantalones. Por su mirada, supe que no lo iba a pensar dos veces.

Momo

No sé qué había pasado pero en cuestión de minutos habíamos pasado de estar bailando al medio de la pista de baile a estar encerradas en uno de los cubículos del baños. No sé cómo serán los baños de otros pubs nocturnos pero este, estaba limpio. Igualmente no me fíe. Después de todo era un baño público.

Tenía a Nayeon encima de mí. Movía sus caderas de adelante hacía atrás. El maldito roce me estaba matando. Mis manos no dejaban de acariciar todo su cuerpo. Perdí la cuenta de cuantas veces apreté sus pechos por encima de la ropa, esto era tan incómodamente erótico que me volvía loca. No podía dejar de pensar en que Nayeon era mía, completamente mía.

-Sácame la blusa – susurró mientras succionaba la piel de su cuello. Comencé a desabrochar, botón por botón su blusa hasta que sus perfectos pechos quedaron a mi vista. Llevaba ropa interior negra y non había nada, que se me hiciera mas sexy que una chica de piel blanca ocupando ropa interior negra. No dude en besar la piel expuesta de sus pechos. Podía sentir como Nayeon gemía y con sus manos trataba de sujetarse de las paredes para no caer – bésame entera Momo – nunca la había visto así. Estaba completamente excitada. Mientras besaba su estómago noté como sus sostén cayó sobre mi cabeza, ella misma se lo había sacado – fóllame – volvió a repetir – fóllame Momo - ¿esta chica enserio era real?.

Me llevé su pecho derecho a la boca, comencé a succionar su pezón con rudeza y, a ella parecía no importarle. Su rostro era una obra de arte. Su boca entre abierta, gimiendo, ojos cerrados, saltando encima de mi pelvis era mucho para mi mente. Agarré a Nayeon por las caderas y me levanté con ella mientras sus piernas rodeaban mi cintura. Pegué su espalda desnuda a la pared fría y dejó escapar otro gemido. Besé su cuello, su clavícula, sus pechos, su estómago. Hasta que llegué a su cinturón. Eleve la vista y me apresuré a besarla nuevamente. Su boca era mi lugar favorito en el mundo. Mis manos vagaron por todo su torso desnudo hasta llegar a su cinturón. Comencé a desabrocharlo y junto con eso, desabroché el botón de su pantalón, bajé el cierre e introduje mi mano.

-¡MOMO! – Nayeon gritó al sentir mis dedos hacer contacto con su humedad – detente – todo su cuerpo temblaba.

-¿Qué?

-No puedo – la quede mirando – pensé que podría pero no puedo – no estaba entendiendo – estamos en un baño – susurró despacio. Solo pude sonreír.

-Tu me lo pediste – aún seguía con mis dedos en su humedad – me pediste que me hiciera cargo de esto – moví uno de mis dedos e hice contacto con su clítoris.

-¡OH DIOS! –Nayeon se aferró a mi hombro – por favor para. Si lo hacemos acá, si alguien nos ve.

-Comprendo – comencé a sacar la mano lentamente pero ella me detuvo.

-¿Cambiaste de opinión? – Nayeon solo me miraba. Su mano terminó de sacar la mía y se llevó el dedo que había rozado su clítoris hace unos segundos a la boca. Esto no podía estar pasando.

-Retén esa imagen hasta que lleguemos.

Nayeon terminó de vestirse y salimos del cubículo al mismo momento que Sana y Dahyun. Ni siquiera sabíamos que ellas estaban ahí.

Sana

Dahyun se murió de vergüenza al igual que Nayeon. Las dos se adelantaron y me quede con Momo adentro del baño.

-¿Por qué son tan vergonzosas? – le pregunté.

-Hace un rato – Momo comenzó a hablar pero se detuvo - ¿Qué hacías ahí adentro?.

-Para que no te preocupes sólo diré que no alcanzamos a hacer nada. La lujuria no nos ganó.

-Debo decir lo mismo.

Salimos del baño en silencio hasta que entonces decidí romper el hielo – voy a llegar y probablemente tenga sexo con Dahyun.

-Vamos a llegar y si o si tendré sexo con Nayeon.

-Ok... entonces... ¿lo que pasa en Suiza queda, en Suiza?.

-Lo que pasa en Suiza, queda en Suiza – a veces Momo hacía que la quisiera mas de lo normal, solo a veces. 

Fortsett å les

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