Xavier
Desaté mis botas con fastidio y las tiré contra la puerta con un gruñido, enojado.
Cuando llegué de mi misión lo que menos pensé es que en la manada del Alfa que venía de visita estaría mi pareja, un tonto y jóven Alfa.
Mi enojo no era por el hecho de que fuera Alfa, ni tonto, si no porque no quería una pareja, ni ahora ni nunca, yo no necesitaba esa mierda en mi vida.
Era totalmente innecesario, toda la vida había estado solo, menos necesitaba a alguien ahora.
Había sentido la mirada de aquel malcriado toda la noche sobre mi, en busca de la mía. Lo peor fue sentir aquel exquisito olor y peor aún que mi lobo quedara encantado con el dueño de el olor, pero yo tomaba las decisiones y no quería nada de ese rubio estúpido.
Solo esperaba que no me causara problemas.
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Al otro día me levanté para ir a entrenar a los jóvenes como todas las mañanas, también estaba de mal humor.
Mi humor empeoró al sentir el olor a flores y chocolates hacia donde iba.
En el campo de entrenamiento el rubio y otro lobo jugaban como si fueran niños.
Mi lobo se alertó al ver al otro lobo jugar con mucho acercamiento hacia el rubio.
Mio
Un gruñido involuntario producto de mi lobo salió de mi, rodeé los ojos e ignorando aquel olor y a las súplicas de mi lobo por reclamar a su pareja, seguí mi camino sin prestarle atención, era un lobo más para mi.
Adriel
-Tu hermano los llama-nos llamó Jhon.
Volvimos a nuestra forma humana y empujé a Artax divertido.
Miré hacia los lados en busca del dueño del olor que me había atormentado todo el día, pero no lo había visto por ninguna parte.
-Buenos dias chicos-saludó la Luna de la manada amiga junto a su esposo, mi hermano y Leia-Decidimos darles libre hoy ya que estaremos dentro de la manada así que pueden hacer lo que quieran libremente, mañana retomaremos las actividades en equipos.
-Gracias-asentimos todos contentos y salí junto a Artax, Katrina, Jhon y Maxi, el beta de la manada, era un hombre muy agradable.
Ibamos salieron de la pista, a lo lejos pude visualiar varios lobos correteando en el campo de entrenamiento, de inmediato todos mis sentidos se activaron al sentir cerca el olor.
-Ya vengo-avisé y salí disparado hacia el olor, corrí con mi velocidad de lobo hasta llegar al campo de entrenamiento donde varios lobos jóvenes practicaban, mi corazón se acelero al divisar al moreno.
Él olisqueó el aire y me miró, sonreí y comencé a caminar hacia él pensando que en cualquier momento él vendría hacia mi y me abrazaría, feliz de haberme encontrado.
Pero al contrario de todo lo que yo había soñado, las miles de opciones que habia soñado con encontrarlo eran totalmente diferentes a esta.
Me detuve en seco al verlo apartar su mirada y comenzar a caminar hacia el lado contrario de donde yo venía.
Sin escuchar las suplicas de mi lobo de que no me acercara o saldría lastimado, aceleré mi paso hasta alcanzarlo.
Él caminaba adelante mío sin prestarme atención.
-Oye-al llegar a él agarré su antebrazo y lo volteé, era más hermoso aún de cerca-¿Por qué corres de mi?-lo miré confundido.
-¿Te conozco?-me miró de arriba a abajo, soltando su antebrazo bruscamente de mi mano.
Podía percibir que estaba escondiendo su olor y eso hacía sentir extraño a mi lobo.
-No...soy Adriel-extendí mi mano hacia él con una sonrisa que aparentaba que era tímido, su belleza me tenia anonadado.
-Xavier-respondió sin siquiera prestarme atención, bajé mi mano, dolido.
¿Acaso pasaba algo?
-¿Por qué reaccionas así?-lo miré confundido, me acerqué un poco más a su cuerpo-¿Sabes que somos pareja verdad o aún no te has dado cuenta?-sonreí encantador a lo que él me miró de peor forma.
-Me di cuenta si-dijo sin titubeos-Pero no quiero ser tu pareja.
Mi corazón dolió, pero yo como todo un inútil todavía no me daba cuenta de la situación.
Mi lobo chilló, rogando que me alejara de aquel lobo o esto saldría mal.
Mi pecho dolía, mi lobo se removió inquieto en su interior, escondiéndose en el fondo, avergonzado y dolido.
-¿C...como?-tragué con la voz quebrada.
-¡Que no quiero ser tu pareja!-me miró a los ojos, sus fríos ojos mirándome fijamente-Te rechazo.
Sentí como mi mundo se derrumbaba.
Mi pareja no me quería, el rechazo era una de las peores cosas que podía pasarle a un lobo ya que esta era su otra mitad y si la pareja lo rechaza, esa mitad nunca sería complementada.
Caí de rodillas con un dolor horrible en mi pecho, mi lobo chillaba por el rechazo de su pareja.
Enterré mis garras en la tierra con un grito de dolor y tristeza, las lágrimas se salieron de control y comenzaron a bajar por mis mejillas.
Me desmayé del dolor mientras lo veía alejarse sin siquiera mirarme, su figura se perdió entre los árboles y yo caí al piso.
Artax
Caí al suelo al sentir un dolor profundo en mi pecho.
-¡¿Estás bien?!-Jhon corrió hacia mi junto con el resto, ese dolor...
-Es Adriel...-susurré intentando calmar el dolor que Adriel sentía, al ser su beta era inevitable sentirlo-¡Hay que ir por él, ahora!-me paré con la ayuda del resto, el dolor disminuyó hasta desaparecer y olfateé el aire en busca del olor de mi amigo.
Juntos corrimos por el campo de entrenamiento siguiendo el olor de Adriel.
-¡Lo veo!-Katrina señaló el cuerpo de Adriel junto a un árbol.
Corrí hacia él y me arrodillé a su lado, preocupado, estaba boca abajo con sus garras clavadas en el suelo y el rostro contraído en una mueca de dolor.
Tenía terror de que le hubiese pasado algo, me quedé un poco más tranquilo al constatar que no había heridas, al menos no físicas.
-Adri-moví su cuerpo, se había desmayado-Vamos amigo-lo atrapé en mis brazos y lo levanté.
-Llamaré a Drazen-avisó Jhon igual de preocupado que yo.
Volvimos a la casa todos mirando atentamente a Adriel, quien no daba señales de querer despertar, lo recosté en el sillón y nos quedamos a su lado.
-¿Que le habrá pasado?-preguntó Maxi mirándolo.
-No lo se-dijo Katrina confundida-Parece un dolor interior por la manera que agarraba su pecho.
Pensé en lo que había hecho unos minutos antes de que pasara esto, mi cabeza ató los cabos y terminó pensando en algo malo para él, muy malo.
-Espero que ese maldito no lo haya re...-Drazen y Leia entraron corriendo, me callé la boca y miré el rostro preocupado de su hermano.
-¿Que le pasó?-Drazen tomó las mejillas de su hermano, asustado.
-Déjame-dijo Leia posando sus manos en el pecho de Adriel, ella tenía poderes de bruja ya que era mitad loba mitad bruja.
Cerró los ojos y todos nos quedamos unos segundos callados, cuando ella abrió los ojos nos miró a todos con tristeza.
-Fue rechazado por su pareja, el dolor que sentiste Artax fue cuando fue rechazado-suspiró y acarició la mejilla de Adriel.
-¡Lo voy a matar!-Drazen se paró e intentó salir por la puerta furioso.
-No, vas a arruinar todo. Tienes que tranquilizarte-Jhon lo agarró de los brazos y lo frenó-Si lo atacas, toda la manada te declarará la guerra.
-¡No me importa!-gruñó con sus ojos rojos de Alfa-Yo sabía que iba a pasar, lo sabía...ese maldito que se cree que es lo más-pateó la pared.
-¿Lo conocías?-preguntó Katrina.
-Si, entrenabamos juntos de chicos en la misma academia. Es un idiota, siempre fue así, pero crei que con Adriel sería distinto-suspiró mas tranquilo-¿Que lobo no es feliz de encontrar a su pareja?
-Y más si es un chico tan bueno como Adriel-dijo Leia acariciando su cabello.
-Hablaré con él-dijo Maxi parandose de donde estaba sentado.
-N..no es necesario-susurró Adriel con los ojos semi abiertos, todos lo miraron sorprendidos-Ya me rechazó, no me quiere en su vida y no lo voy a obligar...eso sí, le demostraré lo estúpido que fue al perder la oportunidad de tener a la mejor pareja-sonrió levemente con los ojos casi cerrados.
-Ese es mi chico-alboroté su cabello-Se arrepentirá de haberte rechazado, se pierde a la mejor persona del mundo.
-Gracias hermano-me sonrió-No se preocupen por mi, estoy bien.
-¿Seguro?-preguntó Drazen-Cualquier cosa me dices y voy a desgarrar a ese hijo de pu...
-Tranquilo hermano-dijo Katrina riendo-Vamos a demostrarle a ese idiota de lo que se perdió.
-Él no me merece-dijo Adriel orgulloso, bueno haciéndose, sabia perfectamente que se sentía horrible por dentro y nadie, nadie, hacía sentir así a mi hermano.