sin razón aparente ❀ yoonmin

By ohbany

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«donde yoongi no necesita razones aparentes para odiar o quizá, dejarse besar intensamente por park jimin» ❀o... More

[único]

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Maldición, estaban haciéndolo de nuevo. Otra vez estaban detrás del colegio discutiendo como dos niños de primaria. O más bien, Yoongi estaba discutiendo, Jimin se encontraba sentado sobre una de las baquetas del lugar, con el rostro sereno pero reprimiendo la chispeante carcajada que se le quería escapar. Yoongi no quería estar allí, esta no era la forma en la que deseaba ocupar sus cuarenta y cinco minutos de receso. Esta definitiva no era la forma en la que esperó estar ese viernes en el Instituto.

"Tienes que estar bromeando, Park" reclamó; sus manos estaban firmemente apoyadas en sus muslos mientras mantenía su fiel posición al banco donde estaba sentado. "¿Por qué le dijiste al profesor que tú podías ayudarme con Matemáticas? No tenías que ofrecerte, Namjoon estaba a punto de hacerlo y con él sí me siento a gusto."

Jimin se encogió de hombros como siempre hacía cuando discutían. Al parecer (y como siempre) no le estaba importando en lo más mínimo lo muy enojado que se encontraba Yoongi en ese momento, él simplemente sonrió como de costumbre.

"Namjoon es bueno en Matemáticas, pero no tiene paciencia para educar. Yo por el contrario, soy bueno y tengo paciencia así que..."

"¡Pero yo no quería!" espetó Yoongi sonoro "Park, hasta el portero sabe lo mucho que te detesto. Date por vencido, nunca seremos amigos."

"Yo no quiero ser tu amigo, hyung. En eso estamos de acuerdo."

"¿Entonces, por qué te empeñas en aparecer en cada lugar en el que estoy?" Yoongi tomó una respiración profunda y talló sus ojos con dos de sus dedos "¿Acaso no puedes entender que te odio?"

Jimin sonrió, el muy confiado y seguro de sí mismo sonrió dejando ver esa pila de perfectos y blanquecinos dientes. La sonrisa de Jimin era bastante distintiva, habían dos, y aunque no lo quisiera, Yoongi podía identificarlas perfectamente. "La sonrisa del diente", esa que sólo salía a flote cuando Jimin fingía sonreír, era un especie de tapadera para uno de sus defectos, el diente chueco, esta sonrisa pretendía ocultarlo, pero al mismo tiempo hacía ver a Jimin un poco falso. La segunda era la que estaba mostrando en ese instante, el diente chueco salía a relucir y los ojos se le desaparecían.

Yoongi no había visto hasta ahora esa sonrisa dirigida a nadie que no fuese él, por eso la catálogo como la sonrisa que Park Jimin usaba para burlarse de él.

"Te dije que te dejaría en paz el día que me dijeras por qué me odias tanto, hyung" respondió simple "Hasta entonces..."

Yoongi se iba a volver loco, definitivamente. Ya llevaban seis meses en esta situación. Y no había forma de poder evitarla. Sólo debía darle una razón a Park Jimin entonces él se iría, el problema es que Yoongi no sabía explicar en palabras exactas por qué ver a Jimin le producía un intenso malestar en la boca del estómago.

Seis meses, era exactamente el tiempo que Yoongi tenía en el Instituto. Fue transferido de Daeju a Seúl y muchos procuraron burlarse de él por su distintivo acento, sin embargo, Yoongi no se comportó como el típico nuevo que se dejaba intimidar y siendo de carácter agrio y duro, se impuso ante cada estudiante que intentó hacerle menos por su procedencia.

Ese mismo día conoció a Jimin.

Tenía el cabello de un castaño oscuro, mejillas proporcionadas, y piernas de bailarín. Más tarde descubrió que sí lo era, y que además compartirían cuatro clases juntos. Jimin no hizo nada malo para justificar aquel odio que bramaba de él, es más, fue el primero en extender la invitación a su grupo de amistad conformado por el perezoso Kim Namjoon, el elocuente pero no ocurrente con sus chistes Kim Seokjin, su extraña hermana Kim Jisoo que tenía un canal de YouTube con más de 200.000 suscriptores en donde se grababa..., comiendo, Jeon Jungkook, que decía cuatro o cinco palabras por semana, Kim Taehyung que decía cuatro o cinco mil palabras por segundo y Jung Hoseok, el que se había convertido en su amigo más allegado por esto de los estilos musicales compartidos.

Todos ellos eran agradables, divertidos pero Jimin..., Yoongi simplemente no pudo encajar con él, así que no fue sorpresa para nadie, ni siquiera para el portero, el hecho de que Yoongi se mantuviera a metros de distancia y que luego de un mes directamente le dijera que lo odiaba sin darle una explicación o un por qué.

Hasta el sol de hoy Park seguía preguntando, y hasta el sol de hoy, Yoongi seguía sin saber la respuesta.

Pero estaba llegando a su límite, seis meses transcurrieron rápido pero pensar en Jimin lo volvía a él muy lento. Incluso cuando el castaño no estaba a su alrededor, su presencia le seguía de continuo, la sonrisa, el sonido añinado de su voz, el maldito recuerdo de la rutina de baile contemporáneo que fue obligado a ver porque es la semana de aniversario del Instituto y el que se vaya punto negativo, tomaré asistencia.

Jimin estaba en todos lados, y ahora también iba a tener que soportarlo en clases extra-curriculares.

"Y bien, hyung" musitó Jimin, cruzando de una pierna a otra, observado a Yoongi con esa mirada, como el chico sexy del escenario mezclado con el jodido chico que moría cada que alguien le regalaba un dulce "Estoy esperando tu respuesta. Y advierto, me tiene que convencer, de lo contrario me verás aquí y allí y allá y en todos lados."

Yoongi bufó exasperado.

"¡Yah, no tengo por qué darte explicaciones!"

"Bien, entonces nos vemos más tarde."

"¡No! Jimin entiende que te odio."

"Eso ya lo sé, lo que no sé es por qué razón."

Yoongi empezó a desesperarse.

"Pues sin razón aparente" espetó molesto, tenía el rostro rojo y el estómago volvía a revolversele "¿Nunca te ha pasado que haces algo sin razón aparente?"

"No" respondió simple el contrario, la sonrisa no se le desaparecía del rostro.

"Pues deberías, se siente genial sólo hacerlo y no buscarle el por qué"

Jimin y Yoongi compartieron una mirada. Todo en Yoongi ardía, el corazón le latía de forma apresurada, era la primera vez que buscaba contestar la pregunta de Jimin aunque en sí, no fuera una respuesta.

El silencio reinó en el lugar, debían quedar al menos cinco minutos de receso, Yoongi no almorzó, tampoco leyó ese capítulo que le faltaba de su libro, nada, todo se basó en Jimin.

Estaba a punto de retirarse y luego rogarle al profesor que le asignara otro tutor, pero entonces, cuando hizo el amago de salir del área verde en la que se encontraba, esa que estaba bastante distanciada del recinto general, Park Jimin le tomó del brazo y tironeó hasta que lo tuvo muy a su merced.

En un instante, Yoongi tenía toda la intención se irse, y al segundo siguiente tenía a Park Jimin tan cerca que incluso podía contar cada una de las pestañas que poseía. Iba a preguntar qué hacía, por qué estaba haciendo aquello, pero no le dio tiempo.

El intenso dolor en el estómago de pronto no era un dolor, Yoongi fue consciente de que nunca lo fue, que siempre se trató de un precipitado cosquilleo. Idéntico al que sintió cuando Jimin se presentó y le dijo que le gustaba su acento.

Eran los labios más suaves que Yoongi en la vida probó, tan dulce, literal, su boca sabía al lollipop que solía comer en los recesos. El movimiento de sus labios era ameno y suave, el sonido que emitía el choque, el ligero golpe de carne contra carne era excelso. Yoongi quería empujarlo, su cerebro le pedía el favor encarecidamente, pero una parte más arraigada de él decía correspondele, correspondele porque sabes que mueres por ello desde hace meses.

Y lo hizo, maldita sea sino.

Puso sus manos sobre el cuello de Jimin y dejó que éste arrastrara las suyas por la espalda. Y fue tan jodidamente satisfactorio. Jimin tenía labios increíbles, movimientos suaves y sensuales. Un pequeño gemido quedó liberado, pero Yoongi no supo si era suyo o de Park. Tampoco le importó.

Estaba consciente de que se estaba dejando besar por Park Jimin, el mismo de "Te odio", pero poco le estaba importando porque la sensación era de absoluto placer. Todo su cuerpo temblaba ante el cadente movimiento, cada región de su cuerpo gritaba "Park Jimin" tan fuerte que temía que fuera escuchado. Sus manos desordenaron la lacia cabellera de Jimin.

Tan necesitado y puro a la vez.

Se había vuelto loco. Regresar a la cordura era tema difícil.

Yoongi rompió el beso por falta de aire, la bocanada de oxígeno que inspiró bien pudo confundirse con un jadeo de placer, pero prefirió no pensar en ello.

"¡¿Por qué razón me besaste?!

Genial, ahora estaba escandalizado cuando segundos atrás no le hubiese importado quitarle la ropa a Jimin para follarlo contra la pared.

No obstante, Jimin sonrió todavía más pronunciado ahora que tenía los labios hinchados y el pecho agitado.

"He hecho lo que dijiste, hice algo sin razón aparente" contestó luego de regular su respiración y calmarse "Y tenías razón, se siente genial."

Yoongi no lo podía creer, Park Jimin en verdad había quebrado su entereza. Había pisoteado su fiel coartada. ¿Y ahora? Ahora de lo único que tenía ganas era de volverle a besar.

"Pero hyung, lamento informarte que odiarme sin razón aparente no es un argumento válido para mí. Quizá me puedas explicar mejor hoy en las tutorías de Matemáticas."

"Pero Park..."

"Hyung" susurró Jimin, esta vez lo hizo sobre los labios fruncidos de Yoongi "Puedes decirme que me odias las veces que quieras, no me importa, en serio, siempre y cuando en algún punto de la conversación volvamos a besarnos así porque me encanta como besas, me encantan tus manos delgadas sobre mi cuello y cabello, me fascina el sabor de tus labios."

"Y a mí el tuyo."

Joder, ¿de dónde salió eso?

Estaba drogado, definitivamente. Drogado de Park Jimin.

Jimin volvió a besarlo, no sólo en los labios, sino las mejillas, la barbilla, la punta de la nariz y hasta el labio inferior mordió. Y Yoongi se dejó hacer entre suspiros como sí minutos atrás no hubiese proclamado por millonésima vez que lo odiaba.

"Me gustas tanto, Yoongi hyung" susurró sobre el cuello de Yoongi "Y yo si tengo un montón de razones aparentes."

Park Jimin le colmó de besos antes de que la campana sonara, regresando a su salón porque tengo ensayo. Se fue, no sin antes recalcar que se verían más tarde por el asunto de Matemática.

Y Yoongi quedó allí, recostado contra la pared, con los labios hinchados, la piel de hormiga y meditando en que quizá, no odiaba a Park Jimin sin razón aparente, quizá ni lo odiaba, quizá le gustaba.

Quizá tenía que besarlo más para salir completamente de dudas.

🌱

Una de las pocas acciones que Yoongi disfrutaba en la escuela, era sin duda el momento en el que las clases se paralizaban y tanto estudiantes como profesores tomaban unos merecidos minutos de descanso. Yoongi tenía una rutina para ese momento a la que le era fiel como ninguno. Luego del toque de la campana, se tomaba unos minutos para comer en su mesa, junto a sus amigos, y luego huir de ellos a los campos más alejados para echarse una merecida siesta.

Yoongi incluso sabía en que que minuto exacto levantarse para desperezarse y seguir con la jornada escolar. Era un don. Venía acompañado con el de despertarse justo en el momento que debía bajarse del autobús de camino a su casa.

Ese miércoles Yoongi se encontraba echado sobre el verde césped, debajo de un árbol frondoso que daba la sombra suficiente para que ningún ningún rayo solar le molestara. Podía escuchar perfectamente al grupo de fútbol entrenando pero no le importaba puesto que con su reproductor de música y buenos auriculares podía distraer el molestoso ruido.

Se respiraba paz, y calculando, podían quedarle unos veinte minuto para él y su encuentro casi religioso. Pero entonces algo perturbó la estancia llena de paz de Yoongi para convertirla en desdicha dolor y miseria. Ese algo era redondo y había impactado de lleno en su rostro.

"¡Maldición Jiho, ¿qué has hecho?!" escuchó claramente que dijeron en la lejanía.

"Ay nononono, ¿por qué justamente él?"

Levantarse del césped fue una acción inmediata, casi como si fuera un resorte. Estaba buscando al perpetrador, al causante de semejante atrocidad. Yoongi aún sentía la pelota en su rostro, pero definitivamente el mal trago se lo había llevado su labio que por fuera ya lucía un corte no profundo pero si incómodo.

Yoongi estaba enojado.

"¿Quién fue?" preguntó con falsa calma.

Yoongi reparó en el grupo de jugadores reunidos en la zona, todos viéndose culpables y renuentes a hablar.

Sólo uno dio un paso al frente con la mano izquierda sobando su nuca, era un rubio con mirada filosa y alto, a simple vista parecía un matón pero a juzgar por su postura Yoongi podía asegurar que estaba arrepentido.

"Fui yo, pero ha sido sin querer" explicó, era el mismo chico que segundos atrás había estado lamentándose. Su voz incluso sonaba lastimera, Yoongi hasta podía asegurar que estaba sonrojado "Yo..., calculé mal el tiro..., perdón."

A pesar de toda la pinta de matón, Yoongi le creyó. Había sinceridad en sus palabras y en la forma en la que casi no podía sostenerle la mirada, Yoongi estaba a punto de dejarlo pasar cuando otra persona tomó parte en la conversación.

"Zico, deja ya de lamentarte. Es obvio que es culpa de este marica por estar atravesado aquí. Echado como si fuera una flor más del césped."

La molestia que había sentido Yoongi por el golpe ahora había trasmutado a enojo desmedido contra el idiota que había dicho semejantes palabras. Le hizo enfurecer de verdad porque la palabra "Marica" había estado sonando en torno a él desde que Park Jimin dejó muy en claro sus preferencias y por quién estaba coladito. Yoongi ahora era el hazmerreír, todo gracia al nada disimulado Jimin y su bocota enamorada.

"¡Repite eso, idiota!" espetó.

"Eres un Marica, Min Yoonjin" aludió burlesco, osando cambiarle el nombre por uno femenino.

Era el colmo de los colmos. Era algo que no iba a tolerar más, así que por primera vez desde que había llegado, Yoongi se metió en una pelea escolar. Apenas tenía siete meses en el plantel sin embargo tenía, un montón de busca pleitos demás, un enamorado y ahora, una pelea.

El tipo que había osado llamarlo Marica le golpeó el estómago, pero Yoongi lo dejó en peor estado. Muchos habían sido los que intentaron detenerle, sobre todo ese chico Jiho o Zico, quien le abrazó desde atrás para que no siguiera lanzando golpes a lo loco. Además, le dijo apresuradamente que podía meterse en problemas sino se detenía, obviamente, Yoongi no le hizo caso.

Para ser sinceros, Yoongi estaba drenando un mes de enojo contenido. Un mes siendo víctima de numerosos comentarios acerca de su sexualidad y su relación con Jimin, relación que no existía. Un mes lidiando con más confusos sentimientos, un mes de Jimin robándole besos y un mes de él correspondiendo cada uno de ellos, cada caricia, y a veces, cada sonrisa de Park.

Era muy contradictorio, porque odiaba esa situación pero al mismo tiempo no podía permanecer lejos de ella.

La pelea terminó cuando Jisoo llegó para meterse entre medio de Yoongi y su víctima, Hoseok había salido corriendo a buscar a los demás y menos de diez segundos estaban todos allí, incluyendo a Jimin quien no cabía en la preocupación.

"¡¿Qué se supone que está pasando aquí?" preguntó ceñudo, rojo y exaltado, con la mirada inyectada de fuego al ver que Yoongi era sujetado con fuerza por los brazos de Jiho.

El contrincante, mal herido y todo, se echó a reír escupiendo sangre y señaló a Yoongi.

"A tu novio no le gusta que le digan la verdad. Que es un mariquita" dijo, con bastante saña en su tono de voz.

Yoongi iba a propinarle otra buen tanda de golpes, pero Jimin se interpuso en el camino, y todoo lo que Yoongi pudo ver fue su espalda recta frente al bravucón.

"Te advertí seriamente que no te metieras con él. Que tus comentarios homófobos hacía mí me valían mierda pero que con él no te metieras" espetó Jimin, quien a pesar de estar enojado, aún se controlaba "Te dije que la próxima vez que te escuchara hablando de Yoongi te iba a dar una paliza. Pero me da pena incluso manchar el césped con tu asquerosa sangre."

Yoongi estaba muy sorprendido por tales palabras. Hasta donde él sabía, esta era la primera vez que ese tipo lanzaba un comentario directo contra él. Ni lo conocía, sin embargo, Jimin hablaba como si esto fuera un tema viejo.

Jimin se volteó y sin más, le tomó de la mano y lo arrastró fuera del lugar, y Yoongi se dejó hacer sin rechistar porque Jimin lucía enojado y fuera de sus casillas. Yoongi también lo estaba, pero Jimin le ganaba sobremanera.

Al cabo de unos minutos caminado de la mano entre la curiosa multitud de estudiantes aledaños a los jardines y pasillos, Yoongi se dio cuenta que se dirigían a los vestuarios del grupo de baile de la escuela. Una vez allí, Jimin silenciosamente empujó a Yoongi en un asiento y se dirigió a lo que parecía ser su casillero, sacando de allí cuanta indumentaria de primeros auxilios existía.

"Ese maldito hijo de puta, la próxima vez le voy a dar una patada en los huevos" comenzó diciendo, de forma baja pero enfadado igual.

Yoongi no dejaba de observar sus acciones, a pesar de su estado iracundo, Jimin se disponía a curarle el labio.

"Encima te golpea en la boca, maldito imbécil."

Yoongi sintió el ardor expandirse cuando una mopa de alcohol golpeó suavemente contra sus labios.

"Entonces viene este idiota de Jiho y aprovecha a meterte mano con la excusa de que te estaba deteniendo. Es obvio su interés."

Yoongi rodó los ojos mientras Jimin se se quejaba de todas las cosas que habían sucedido y que habían escapado de su control. Maldijo unas cincuenta veces a Wooho, el tipo que le había buscado pleito a Yoongi y se quejó de Jiho otras cincuenta veces más.

Mientras tanto, Yoongi permanecía en silencio, dejando su rostro al cuidado de Park Jimin después de que le había culpado inconscientemente por todos sus problemas.

Jimin era fuego. Abrazador y candente fuego.

Yoongi había perdido la cuenta de cuántos besos se habían dado en ese mes, incluso aquel día, después del beso que Yoongi no pudo negar y las confesiones de Jimin, mientras se encontraban en las tutorías, Park continuó desprendiéndolo de sus pensamientos más cuerdos, haciéndole propuestas indecentes y besándole cada vez que respondía correctamente.

Se había metido a la fuerza, y allí estaba curándole el labio y luciendo lindo mientras refunfuñaba como perrito.

"Esto es tu culpa. Es porque eres bonito. Todos quieren contigo."

Yoongi volvió a rodar los ojos.

"Estoy seguro de que tal Woowoo no quiere conmigo de esa forma" respondió.

"Es Wooho y no hablo de él" espetó mientras procedía a limpiar los pocos cortes que tenía Yoongi en la mejilla "Hablo de Jiho, le gustas."

"¿A Jiho? Que va."

"Que sí. Que lo sé. Escuché como le decía a su mejor amiga Seolhyun que le parecías lindo y que si no fuera por mí, hace rato te hubiese invitado a tomar algo."

"Genial. Ahora todos creen que soy algo tuyo."

Jimin dejó de limpiarle las heridas, mirándole fijamente, con sus ojos duros y el labio atrapado entre sus dientes.

"La única razón por la que sigo detrás de ti es porque me correspondes los besos y el coqueteo. Si no quieres esto, hyung, puedes decírmelo, porque el que parezca que no me afecta nada, no quiere decir que no lo haga. Me gustas mucho. Estoy loquito por ti, pero no voy a imponerme. Si esto no te gusta, puedo dejarlo hasta aquí."

Jimin bajó la manos luciendo realmente afectado tras su confesión. Le seguía temblando el labio y con la mirada gacha comenzó a recoger las cosas que había sacado para atenderle.

Y Yoongi se sintió mal. Se sintió mal porque estaba actuando como un hipócrita que no disfrutaba de las atenciones de Jimin. De cada beso que dejaba caer en su boca y cada movimiento que lo embelesaba. Seguía odiando a Jimin, odiaba la forma en que lo tenía alrededor de su dedo, sonriendo nada más y derritiéndolo en segundos.

Yoongi no quería perder esto. Así que antes de que Jimin terminara de guardar las cosas, le dio un beso pequeño en los labios importándole poco si le sabía a antiséptico. Tras dicho beso, le tomó de las mejillas, le miró a los ojos y profundizó el que había sido un efímero contacto al principio.

Jimin no resistió la tentación de sentarse en las piernas de Yoongi y amarrarse a su cuello, moviendo su cabeza para mayor alcance. En un mes Yoongi ya podía conocerle a perfección, sabía cuán coqueto se volvía, sabía que a Jimin le gustaba enrroscar su dedo índice en las hebras de cabello que sobresalía de su nuca. Sabía que el movimiento de caderas era involuntario y fugaz por ser bailarín. Yoongi lo disfrutaba mentiría si dijese lo contrario.

Cuando Yoongi se separó no sabía que decir. Era un neófito en este tema, además de tímido, ¿que se supone que diría? ¿Quedate porque aunque odie como todos me señalan me encanta cuando estás encima de mí?

Uh. No era buena idea.

Sin embargo no fue necesario, porque el abrazo y la sonrisa de Jimin fueron suficiente para comprender que ahora lo entendía y no le estaba forzando.

"Adoro tus besos, Min Yoongi" suspiró con las mejillas arreboladas "Bésame siempre que puedas, que quieras. Bésame incluso cuando no quieras besarme."

"¿Incluso si saben a antiséptico?"

Jimin asintió emocionado.

"No me importa como vengan, adoro el suave contacto, adoro sentirte temblar debajo de mí."

Yoongi negó.

"Yo no tiemblo."

"Lo haces" declaró Jimin confiado "Te estremeces cuando te toco, suspiras cuando termino de besarte, y me miras de esa forma."

"Que no."

"Que sí."

"Que no."

Entonces Jimin, para probar su punto, besó y amasó a Yoongi a su gusto. Riéndose cándidamente cuando Yoongi hizo exactamente lo que anduvo negando.

Más tarde que temprano terminó aceptando que sí, él también estaba loquito por Park Jimin.

🌸

"¿Es en serio?"

El chico que tenía frente a él asintió ruborizado, el pelo rubio le brillaba bajo la luz solar que se reflejaba en el patio y su mirada seguía pareciendo intimidante pero más allá de todo lucía decidido y Yoongi realmente no entendía por qué esas cosas le estaban pasando precisamente a él si hace algún tiempo atrás todo era normal.

"Sí, es decir. Yo..., realmente siento lo del pelotazo de la otra vez, es por ello que esta es mi manera de enmendarlo."

"Invitándome a comer brochetas de cordero" pronunció Yoongi casi escéptico, pero con una pequeña sonrisa traicionera en sus labios "¿Quién te pasó el dato, Woo?"

Jiho perdió el habla por instantes, pero luego de carraspear recompuso la postura y volvió a sonreír un poco tímido y nervioso.

"Nadie" respondió confiado "Te he visto más de cuatro veces en el pequeño local que está a una calle de mi casa. Supongo que debe gustarte mucho."

Yoongi sopesó sus opciones, Jiho le estaba ofreciendo pagar por una buena ración de brochetas de cordero a cambio de redimirse por el pelotazo del otro día, (un hecho que Yoongi ya había dejado correr hace rato). Una oferta de esa magnitud jamás se rechazaba. Yoongi quería decir que sí aceptaba, cualquier día en la noche estaba bien para él.

Pero entonces recordó algo importante.

Yoongi no era muy conocedor en la materia, de hecho, su experiencia en relaciones personales se resumían a él dejándose toquetear (y toqueteando desesperadamente) a Park Jimin. Ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaban en este pequeño trato de lo dos. Entre un beso y otro había perdido la noción del tiempo, pero si de algo podía estar seguro (gracias a las miles de reprimendas por parte de Jimin) era que Woo Jiho estaba interesado en él, de la misma forma en la que un chico podía estar interesado en otro. Románticamente.

Así que este intento de redención podía llegar a ser eso, o ser una pequeña movida de parte del rubio.

Jimin y Yoongi no tenían algo oficial que podían proclamar delante de todos, sólo algunos de sus amigos se pudieron dar cuenta al tiempo, y eso gracias al arrebato de Jimin el día del pelotazo, y que Hoseok los encontró besándose el uno sobre el otro cuando fue a ver si estaba todo bien en los casilleros del equipo de baile. Los demás lo habían notado esporádicamente, y el último en enterarse había sido Jungkook pero porque Taehyung le había susurrado "Esos podríamos ser tú y yo pero de cinco palabras que dices al día media palabra es dirigida a mí."

Sus amigos no tenían problema alguno con ellos viéndose detrás de las paredes y regresando a la mesa con los labios hinchados y con Yoongi luciendo un collar de chupetes en el cuello. De hecho, Jisoo había dicho que su historia [amor odio] merecía ser escrita como AU en Wattpad, lo que sea que eso significara.

Jimin tampoco tenía problema con proclamarlo a los cuatro vientos, si Yoongi se lo hubiese permitido ya hasta en el periódico estuviese publicado. Pero Yoongi aún no estaba listo para dejar la andadera, se sentía seguro teniendo a Park Jimin en sus brazos a escondidas y que sólo sus amigos (que se habían convertido en algo así como en su núcleo de confianza) supieran de su estado-no-estado con el chico.

Pero volviendo al hecho de que tenía a un Jiho ilusionado frente a él, Yoongi sopesó las opciones.

, y tener brochetas gratis. Y Jimin acusándole de traición.

No, y tener a Jimin enojado de igual manera por haber siquiera considerado las opciones.

"Nos vemos esta noche a las ocho no llegues tarde."

La sonrisa que se dibujó en la boca de Jiho, brillante y espectacular debió atisbar problemas y enredos para Yoongi, pero sólo eran brochetas gratis. No había nada más.

[Jiminnie]

Hey..., ¿quieres ir por un helado esta noche? Conozco un buen lugar.

07:45 pm

Lo siento. He quedado con Jiho en el lugar de brochetas de cordero. Otro día.

07:48 pm

[Jiminnie]

Oh, de acuerdo. Otro día.

07:49 pm

Yoongi suspiró cuando leyó el mensaje, sabía que no le había agradado del todo a Jimin el que saliera con el chico que "cada vez que estás cerca, te mira como si fueras su mundo." Jimin había exagerado en cuanto a ello, Yoongi no creía que Jiho le mirase de esa forma, su mirada era muy distinta a la de Jimin y para él, Yoongi era su mundo. Jiho estaba atraído, encantado quizá con la forma tan repelente y oscura de ser de Yoongi. Jimin estaba enamorado.

Suspiró. De un momento a otro sintió como que estaba haciendo algo malvado, algo que no correspondía. A pesar de no ser nada exclusivo de Jimin, a pesar de ser sólo besos y abrazos (y cursilerías incipientes de Jimin), sentía como si no fuera moralmente correcto salir con otro chico a pesar de que sólo era por las brochetas gratis. Esto no era por ningún motivo una traición o algo parecido pero se sentía como tal desde el punto de vista de Jimin.

En fin, esto sólo era una salida casual con alguien.

Con alguien que tiene sentimientos por él.

Obviemos esa parte.

"¡Yoongi-yah, por aquí!" cantó Jiho sentado desde una mesa, muy bien instalado en el local.

Yoongi se preguntó a qué hora había dejado Jiho la timidez, como para llamarle íntimamente "Yoongi-yah". Ni él sentía tal confianza como para decirle "Hyung" por ahora, Jiho debía conformarse con que le llamara Woo.

Con una pequeña sonrisa nada más al captar el olor de la carne, Yoongi se acercó a la mesa. Jiho lucía muy presentable, toda su ropa estaba en su santo lugar, y tenía una gorra que escondía la mayor parte de sus rubias hebras.

En cambio Yoongi había ido todo de negro, con gorra incluida. Era la misma ropa que usaba para dormir.

"Pensé que no ibas a venir" comentó Jiho, un poco medio nervioso justo cuando Yoongi tomó asiento.

"¿Por qué pensaste eso?" rumió entreteniéndose con el menú "Soy una persona de palabra, Woo. Si no hubiese querido venir, inmediatamente hubiese dicho no."

Jiho sonrío.

"Entonces gracias, me gusta tenerte aquí."

Jimin alguna vez le había dicho algo parecido a Yoongi, claro que aquella vez Jimin estaba sentado sobre sus piernas y había un casi imperceptible movimiento cadencioso mermando entre ambos. Jimin le había besado la boca con tanto apremio que Yoongi impactó sus dedos contra sus muslos y al día siguiente Jimin le había mencionando que tenía marcas de dedos.

También le había recalcado cuán bien se sentía tener aquellas marcas en una parte de su piel. Le hacía sentir erótico o algo así, Yoongi no lo dejó terminar la sentencia porque le había puesto la mano sobre la boca todo nervioso y ansioso.

"¿Ya ordenaste?" preguntó a cambio, ignorando aquello que había dejado en evidencia el interés de Jiho en él.

"Nop, están atendiendo súper rápido. Así que no tiene caso pedir por algo que se nos va a enfriar."

"Buena idea."

La sonrisa sincera de Jiho le hizo pensar a Yoongi si allá afuera habían más chicos como Jiho o Jimin. Chicos que estaban interesados en él. No es que quisiera creerse mucho o un gran partido, pero era algo de lo qué sorprenderse. No era tierno, ni guapo (aunque Jimin dijera una y mil veces que sí). Había algo extraño en todo esto.

Jiho pidió dos raciones grandes de brochetas de cordero. Y Yoongi fue feliz, comer de su platillo era sin duda uno de sus más grandes placeres.

Entonces vio que Jimin llegaba al local sonriéndole a un moreno alto muy popular en la escuela y todo rastro de felicidad migró al sur.

"Oh son Jongin y Jimin." musitó Jiho, después de haber tragado su pedazo de carne.

Sí, eran ellos. Eran Park Jimin y Kim Jongin. El mismo Jongin que había sido ex de Jimin hace mucho tiempo (un hecho que supo por Taehyung y no por Jimin, cabe destacar).

Taehyung le había hablando un poco de ellos dos, de cómo habían tenido una temporada amorosa hasta que las diferencias les separaron. No obstante, habían quedado como buenos amigos, y vaya qué amigos.

Jimin le sonría a Jongin, de esa forma que hacía desaparecer sus ojos y sus dientes relucían, de esa forma en que suele sonreírle a él.

"Sabes.., en algún momento llegué a pensar que Park y tú tenían algo."

Yoongi dejó de mirar a Jimin y su sonrisa de mil quilates para mirar a Jiho.

"Uh."

"Pensé por un momento que tenían algo..." repitió, ahora mirando su plato de comida "Pero ahora me doy cuenta que no. Al parecer, Kim quiere volver a los tiempos donde estaban juntos."

Yoongi abrió los ojos grandes, analizando lo que acababa de decir Jiho. ¿Así era como se estaba viendo desde afuera? Dos desconocidos en lugares diferentes. Jimin ni siquiera lo miraba, y Yoongi sabía que le había visto. Fue un cruce de miradas pequeña, pero Park lo sabía y prefería ignorarlo.

De momento se sintió tan incorrecto ese momento. Que Jimin estuviera susurrándose cosas con Jongin, sonriéndose y mirándose de esa forma fue el colmo.

¿Por qué si sabía que ellos no estaban haciendo nada extravagante se sentía mal? Como si Jimin estuviese traicionando todo cuánto ha dicho y hecho.

¿Se sintió Jimin de esa forma cuando le dijo que iba a comer con Jiho a pesar de que, ambos sabían qué intenciones tenía el chico?

Esto de estar y no estar con Jimin le hacía sentir disperso. No podía si quiera controlar las ganas que tenía de levantarse y dejarle claro a Kim Jongin que Jimin era suyo. Muy suyo.

Joder, ¿qué estaba diciendo?

"Si tenemos algo" afirmó en su lugar, no supo de dónde salió semejante declaración y valentía pero ya no podía arrepentirse "No somos novios, al menos ni él ni yo lo ha pedido, pero sí somos algo. Me gusta Park, mucho."

"Oh."

Jiho bajó el rostro y Yoongi se sintió mal, pero no quería crear malos entendidos, suficiente con haber aceptado salir con Jiho sólo para alimentar las esperanzas del chico.

"De todas formas, comamos" comentó mientras le miraba, no había en él ningún tipo de aspereza, al contrario "Sé que te has dado cuenta que me gustas, y que éste era un intento de acercarme a ti, pero no era un intento malévolo. Quería comer aquí contigo porque sé cuánto te gusta este lugar. Perdón si se vio como una treta."

"Acepté porque me gustan las brochetas, además eres agradable."

En el rostro de Jiho se pintó una sonrisa sincera, lo que resultaba curioso sabiendo que había sido rechazado.

"Entonces..., ¿Park y tú están en una especie de relación liberal o algo así?

Yoongi a pesar de todo se echó a reír. Nop. Ellos no estaban en ese tipo de relaciones, Yoongi acababa de descubrir lo protector y celoso que podía ser con Jimin y estaba seguro que lo mismo le pasaba al otro.

"Supongo que este es Jimin dándome una lección."

No dijo nada más referente al tema, en su lugar Yoongi y Jiho empezaron a hablar de todo cuánto se le ocurriera al chico, era bastante dinámico una vez se hallaba en confianza, además de gracioso. En otras circunstancias Yoongi hubiese considerado salir más, pero apenas procesaba que gustaba de chicos, y ya tenía una relación extraña con Park Jimin. Para él, eso era suficiente.

Al cabo de una hora y media, Yoongi ya se encontraba redondo como una pelota, satisfactoriamente lleno y había conseguido un nuevo amigo. Jiho era un buen chico, Yoongi confiaba en que ese gusto por él iba a morir para darle paso a una amistad más completa.

Amistad. Porque Yoongi ya no tenía ojos para nadie más que para Park Jimin.

"Ha sido un gusto estar contigo hoy aquí, Yoongi" dijo Jiho sin borrar siquiera la sonrisa que tenía pintada en el rostro. Esa que perduró todo el rato "Espero que podamos salir como amigos más adelante."

"Seguro, hyung." respondió Yoongi. A pesar de todo se sentía bien. Confiaba en la madurez de Jiho.

"Voy a irme primero. Le prometí a mi noona comprar pan para el desayuno. Sino llego a tiempo me dejará durmiendo con el perro."

"Los perros son lindos."

"El de mi casa nop" respondió a modo de juego "Espero vaya todo bien con Jimin. Avísame si no se porta a la altura, porque si no lo hace prometo entrar en el juego."

Yoongi tuvo ganas de preguntarle qué le veía pero ya era demasiado pedir.

Jiho se fue y Yoongi quedó allí, mirando por una fracción de segundo a la mesa donde todavía se encontraban Park y Kim. Ya no tenía nada que hacer allí. Así que se levantó dejando algo de propina para la Señora Yoon y se marchó.

Al salir un gélido aire golpeó su rostro, se sentía bien a pesar de todo. Habían pasado demasiadas cosas, y estaba procesando algunas otras. Definitivamente, tendría que lidiar con ello durante un tiempo.

Estaba por doblar la esquina hacia la parada de autobús cuando fue interceptado por, quién más, Park Jimin.

El chico lucía apresurado y falto de aire. Pero también lucía enojado.

"¿A dónde crees que vas?" le espetó.

Yoongi frunció el ceño.

"¿A mi casa?"

Jimin parecía que en cualquier momento iba a estallar cual bomba.

Una bomba adorable.

"Eres insufrible. Odioso. Y quiero odiarte en serio, Min Yoongi."

"Es mutuo, Park."

"De verdad viniste a una cita con un chico que gusta de ti" refutó de brazos cruzados.

"Y tú viniste con tu ex."

"¿Y qué?" espetó Jimin "Ni Jongin ni yo tenemos ese tipo de sentimientos. Fue casualidad estar aquí."

"¿Esperas que crea que es casualidad que llegaste a mi local favorito de brochetas de cordero, cuando te dije que iba a estar allí, justo con tu ex novio?" preguntó, pero no había nada de recriminacion en su tono de voz.

"En serio. Me encontré a Nini cuando iba en camino a mi casa luego de que alguien me rechazó por Jiho."

"Nini" siseó Yoongi cruzado de brazos "Ok."

Jimin sonrío.

"Sé que va a sonar estúpido. Pero necesito saber que estás celoso."

"No lo estoy."

"Lo estás" confirmó Jimin ahora sonriente "No lo hice a propósito, a Jongin también le gusta este lugar, pero en dado caso, ¿si sentiste un poquito de lo que yo sentí cuando me dijiste que saldrías con él?"

Yoongi suspiró. Sería una falacia mentirle a Jimin en su cara. Habían cosas que definitivamente no podían negarse. El cómo se sintió era una de ellas.

"No quería causar inconvenientes entre los dos. Solo quería brochetas gratis."

"Yo puedo darte las brochetas que quieras. No vayas con ese chico que intenta pescarte porque eres bonito y achuchable."

Yoongi no pudo evitar bufar. Aunque muy por dentro sonriera no podía dejar que Jimin le tratara como a un oso de felpa. Jimin simplemente era algo.

"No soy bonito ni achuchable. Y Jiho no buscará oportunidades conmigo otra vez."

Jimin dudó. Obvio que lo iba a hacer. Jiho no era de su confianza y lamentablemente ya lo había visto en acción.

"¿Cómo puedes estar seguro de eso?"

Yoongi suspiró sonoro. Era ahora o nunca. Llevaba mucho tiempo reprimiendo las palabras. No iban a causar grandes cambios pero apostaba mucho a que Jimin quería escucharlas.

"Porque le dije a Jiho que me gustas."

Jimin abrió los ojos grandes. Un hecho bastante gracioso considerando su tamaño original.

"¿Me estás diciendo que le confesaste a Jiho que te gusto antes que a mí?"

Ay no puede ser.

Yoongi nunca había lidiado con alguien como Park Jimin. Era todo un caso.

"Eres insoportable, Jimin."

Jimin se colgó del cuello de Yoongi y lo miró con esos ojos profundos que pregonaban desastres.

"Dímelo, por favor."

"No."

"Dímelo, vamos."

"Que no."

"Dimelo al oído, para que nadie pueda oírlo."

"Maldición, Jimin." Yoongi rodó los ojos, pero no perdió el tiempo para acercarse a Jimin y, no sólo susurrarle al oído sino también morder su lóbulo "Me gustas mucho, Park Jimin. Aprende a lidiar con ello."

De un momento a otro, esa esquina solitaria se convirtió en el rincón de aquellos dos, Jimin empujó a Yoongi hasta la pared tanto como le gustaba pero esta vez fue Yoongi quien tomó la iniciativa de morder, besar y acariciar a su gusto. Jimin lo sacaba de su lugar y volvía ponerlo, lo transportaba a remotos sitios que aún no habían sido habitados y en sí, lo mandaba recto y sonriente al espacio sideral con sus besos y caricias.

Al separarse, Jimin le miró fijo y decisivo, con amor, con cariño y con un montón de significancia. Este Jimin era tan distinto al Jimin juguetón, pero al mismo tiempo tan iguales.

"Y yo con gusto lidio con ello, bebé."

Oh por Dios, Jimin era insólito.

"No soy un bebé."

"Que sí."

"Que no."

Jimin le picó la nariz a Yoongi y luego le besó suavemente en los labios para finalizar arrastrando la lengua por sus labios, por consecuente, Yoongi se sonrojó. Lo supo por el calor irradiando de sus mejillas.

"Eres mi bebé gruñón."

Nadie podía ganarle a Jimin.

🍁

Habían cosas que no se podían controlar, que iban más allá de toda fuerza de voluntad, la más febril existida. No había forma de evitar un estornudo, o que el sol saliera, la luna o las mismísimas estrellas. Cosas inevitables, pensó Yoongi.

Park Jimin era una cosa inevitable. Sus acciones eran inevitable. Todo él era inevitable.

"Para, p-por favor" pidió Yoongi azorado y titubeante. Tenía las mejillas calientes y el cuerpo ardiendo a fuego lento. Llamas interiores abrían paso en él sin poder anticiparlo. Se estaba quemando duramente y las manos que lo estaban tocando por todos lados no hacían nada para evitar la combustión, al contrario, eran la gasolina que avivaban el fuego "Viniste a enseñarme matemáticas, p-para."

No obstante, Jimin no paró el firme y ansioso movimiento de manos por sus piernas y muslos, Yoongi maldijo el momento en que pensó que era conveniente recibir a Jimin usando unos diminutos pantalones. Tenía media alma afuera y Jimin lo estaba disfrutando.

"Estamos en el descanso" respondió Jimin en su lugar, uno de sus dedos fue a parar al elástico del pantalón corto de Yoongi, y luego tiró de él sonriendo "Ahora que tu cerebro ha estado sujeto a más de dos horas y media de fórmulas y operaciones, es momento del aperitivo"

"¡Genial, voy a la cocina!" aludió Yoongi, intentado fervientemente levantarse. Fracasó, está demás decir.

"Nop, no hay que ir a la cocina. Todo lo tenemos aquí."

Y por aquí se refería a sus manos y boca y lengua y todo lo demás con lo que contaba para crear situaciones indecorosas difíciles de escapar.

La intención desde el principio fue estudiar porque a pesar de los meses que habían pasado desde que se le había asignado a Park Jimin como tutor (meses desde el primer beso que compartieron), Yoongi no había rendido del todo en la materia que más se le complicaba, por eso siempre requería del cerebro asombroso (y paciencia, oh paciencia) de éste chico. Había mejorado, no crean, pero aún así debía estar cien por ciento en ello para poder aprobar y reponer todas esas malas notas del pasado.

Jimin se comprometió a ayudarle porque "Quiero que apruebes. Y pasar tiempo contigo, bebé." Yoongi se quejó del mote cariñoso, pero no podía estar más feliz porque éste chico, no sólo lo aceptaba así de gruñon y le quería, también buscaba ayudarle en todo momento. Jimin era alucinante.

Sobre todo ahora.

"¡Ah, maldita sea Jimin, me mordiste!" protestó, pero más allá del dolor en su cuello o la posible presencia de las marcas en forma de dientes en el futuro, Yoongi se sentía excitado sobremanera.

"Eres irresistible."

Estuvieron frente al escritorio de Yoongi todo el rato, los libros estaban regados al igual que las hojas rayadas y los lápices. Tenían absoluta privacidad debido a que los padres de Yoongi habían asistido a un evento de la empresa donde trabajaban. Cancha libre había dicho Jimin cuando llegó y le saludó con semejante beso de lengua (con todo y el efecto de pegarlo contra la pared).

Pero de alguna forma, entre las once y las once y media, Jimin había empujado su silla a un lado para sentarse sobre las piernas de Yoongi tanto como le gustaba. Jimin tenía cierta manía de mecerse sobre Yoongi hasta que le provocaba la más dura y caliente de las erecciones. Y le hubiese podido hacer frente a ello sin problemas pero Yoongi siempre lo evitaba, sabía con creces que Jimin era peligroso.

Los besos estaban a la orden del día, Yoongi se rindió sabiendo que no iba a poder detener a Jimin de meterle cuanta mano quisiese. Los abrazos estaban allí, los jadeos y gemidos. Jimin estaba tan excitado meciéndose sobre la erección de Yoongi que un concierto de gemidos más altos y agudos desfiló fuera de su boca. Yoongi abrió los ojos a más no poder, no era la primera vez que Jimin se excitaba, cabe destacar, pero si era la primera vez que se volvía tan evidente.

El castaño estaba respirando agitado y con los ojos apretados, las bocanadas de aire que tomaba eran anormalmente escandalosas.

"Hyung..., voy a quitarle el pantalón"

Oh por Dios, se estaba saliendo de control.

"N-no creo que..."

Pero era de esperarse, no le estaba preguntando, le estaba informando lo que iba a hacer. Jimin se bajó a trompicones de encima de Yoongi y así, como rápido resolvía un ejercicio matemático, rápido se quitó el pantalón. Yoongi se quedó allí prendido, Jimin llevaba un bóxer de color rojo, y estaba mojado, eso lo podía ver por la mancha húmeda en el centro.

El chico no perdió el tiempo para volver a trepar por Yoongi, y asegurar su estadía allí cruzando las manos tras su cuello. La mirada de Jimin era intensa y brillosa, en ese momento podía pedir lo que fuese y Yoongi se lo daría sin chistar.

Lo que siguió después, ni el mismo Yoongi lo podía explicar en palabras. Simplemente se levantó y se llevó a Jimin con él, no caminó mucho, sólo hasta la cama, hasta que Jimin rebotó en el colchón mirándole con sorpresa, con sus ojos brillantes, su camisa blanca, su bóxer rojo y las piernas abiertas y robustas, con ese color de piel que tan loco le volvía.

Antes de trepar por la cama, Yoongi se quitó la camisa y el pequeño pantalón, su bóxer no era rojo, pero del color que fuese la mirada hambrienta de Jimin valió todo el esfuerzo. Era la primera vez que se desnudaba de esta forma para un chico y de cierta manera, que fuera Jimin, lo hacía especial.

Desnudo y excitado, subió a su cama y se arrastró por las sábanas pasando por las sedosas piernas de Jimin hasta sentarse sobre su pelvis; la mirada que compartieron dijo mucho de lo que a continuación sucedería.

"No tengo lubricante, ni condón ni una mierda" siseo Yoongi, bajando hasta los labios del chico para besarle sinuosamente.

"No importa. Hay mil formas de conseguir un orgasmo sin penetrar y justo ahora te voy a enseñar una."

Sin más, Jimin hizo rodar sus cuerpos, aprovechando la nueva postura, esa en donde él estaba arriba de Yoongi listo para quitarse la camisa, cerrar los ojos y comenzar a realizar movimientos circulares.

Yoongi gimió con todo lo que podían ofrecer sus cuerdas vocales.

"A esta postura le llamo, desearía que me pudieras follar hasta dejarme inconsciente" siguió, Yoongi lo podía sentir como un calor alucinante, el trasero firme y fibroso de Jimin frotándose contra su erección lo era todo. Absolutamente todo.

Jimin apoyó ambas manos y comenzó a hacerlo mucho más rápido, mucho más seco y sensual al mismo tiempo. Los besos no cesaron, eran un lío de lenguas y mordidas y saliva yendo de aquí para allá. Yoongi posó ambas manos sobre la cadera de Jimin con la intención de hacerlo mucho más rápido si eso era posible, no lo resistía. Jimin era tan sensual, tan erótico. Estaba jodidamente atrapado por su cuerpo, y no sólo por eso, sino por todo lo que hacía a Park Jimin el ser humano que era.

En su desesperado intento por sentir más de Jimin, Yoongi metió una de sus manos dentro de aquella ropa interior roja y acarició su miembro, tan gustosamente como quiso.

"¡Sí, sí bebé, sí!" gimió Jimin con verdaderas lágrimas en los ojos "Se siente tan bien, hyung. Que sólo puedo pensar en la farmacia donde voy a comprar el lubricante y los condones para que la próxima vez me folles duro sobre cualquier lugar de esta casa."

Yoongi apresuró el movimiento, simulando que embestía a Jimin, pensó que quizá podía romperse la cadera de lo rápido que iba pero era joven, tampoco tenía tan jodido el cuerpo.

"Piensa en el ahora. Disfruta el momento, Park."

Jimin sonrío malicioso.

"Oh, claro que lo voy a disfrutar."

Con un movimiento astuto, Jimin se deshizo de la última prenda que le quedaba sobre el cuerpo. Su intimidad se encontraba dura, punzante, roja y húmeda. Ese fue el intensivo que necesito Yoongi para quitarse lo que le sobraba a él y sentir a Jimin en carne propia.

"Dios" gimió Jimin "Me gusta cómo se siente. Tan bueno."

"¿Cuánto te gusta?" preguntó Yoongi, siendo temerario. Ni siquiera sabía que podía ser así de osado o pretencioso, pero estaba colapsado de sentires, y de Park Jimin.

"No me hagas decir las cosas sucias que se me ocurren, hyung".

"Dilas. Quiero oírte."

Jimin no paraba de mecerse sobre el miembro de Yoongi tan frenéticamente que dolía (de la mejor maldita manera posible), arriba y abajo, de un lado a otro, suave, rápido, saltando o como se le diera la gana.

"Me gusta tu pene, hyung. Es tan lindo."

"Lindo. Ok."

"Sip lindo, no me mires así" susurró con jugueteo "La punta es rosa. Los pene de punta rosa son lindos. Además, es del tamaño perfecto. Me encanta la idea en que pronto estará dentro de mí. O en mi boca."

"Park Jimin eres sucio."

"Lo soy, y te quiero dentro pronto. Pero ahora me conformo con esto. Estoy a punto de llegar."

"Entonces, hazlo conmigo."

Yoongi tomó apresurado el miembro de Jimin y empezó a bombear tan rápido como electrizante, se mordió los labios antes la vista de Jimin desesperado simulando embestidas sobre su pene. Dios, adoraba la imagen, adoraba su cuerpo, su voz, los besos que desordenado le dejaba en el rostro, Jimin arremetido por un orgasmo intenso.

"¡Ah, hyung!"

Toda la esencia de Jimin se bañó sobre la piel del estómago de Yoongi. Tiras blancas salían a borbotones de manera incontrolada mientras Jimin se seguía meciendo buscando una satisfacción mutua. Yoongi estaba hipnotizado, nunca se imaginó que un hombre iba a darle este tipo de satisfacciones tan intensas. Nunca pensó que ese hombre sería Park Jimin. Nunca creyó posible el día en que realmente deseara hacerle el amor a Jimin sin contemplación alguna.

Con los ojos cerrados y los labios atrapados entre los dientes, Yoongi se corrió manchando no sólo el muslo izquierdo de Jimin, si no más abajo; si lo veía desde su perspectiva, hasta parecía que el semen escurría del interior del chico, bañando en el camino sus tersas piernas.

Jodidamente excitante.

Jimin cayó derrotado pero feliz, la sonrisa que se pintaba en su rostro era maravillosamente hermosa, el sudor, el sofoco, definitivamente el Jimin post orgasmo era una obra de arte. Yoongi, a pesar de la sensación pegajosa en su cuerpo y en el de Jimin, le abrazó y le besó la coronilla de su cabeza. De inmediato escuchó una risilla de parte de su amante.

"¿Qué es tan gracioso?" preguntó, aunque no lo hizo de malas, sonó más bien, agotado.

"Estaba recordando el día que me dijiste que me odiabas" susurró Jimin. Medio flojo pero sonriendo, se arrastró desde arriba de Yoongi hasta su lado. Pegándose a él de forma que formó una cucharita. Ya lo había dicho antes Jimin, amaba ser la cucharita pequeña.

"¿Qué con ese día?"

"Nada en especial. Ese día me día cuenta de lo tonto que puede ser uno cuanto está enamorado."

Yoongi se movió nervioso.

"¿Qué?"

"Debí haberte dicho algo como ¿quién te crees que eres para decirme 'te odio' sin siquiera conocerme?" dijo pero no dejaba de sonreír quedito "En su lugar dije que lindo, parece un gatito mojado. Quiero decir que quizá no te quise desde el primer momento, pero tenlo por seguro que te quiero ahora. Y no tiene que ver con que nos hayamos rascado la comezón el uno al otro, me refiero a todo."

Jimin volteó para mirar a Yoongi directo a los ojos, la mirada caliente había desaparecido pero en su lugar estaba aquella que era dulce y tierna. Su favorita.

"Estoy enamorado de ti, Min Yoongi"

Palabras mayores.

En realidad Yoongi lo sabía, Jimin se lo recordaba con cada acción, cada pedazo de ayuda que le brindaba, cada sonrisa, beso o simplemente siendo el Jimin de siempre. Pero escucharlo de su propia boca eran sinceramente palabras mayores. Yoongi tembló entre los brazos de Jimin y bajo el escrutinio de su mirada, no supo que decir, no estaba preparado.

"Yo..."

"No tienes que decir nada ahora, hyung" dijo Jimin apresuradamente "Sé que eres nuevo en esto, que incluso soy el primer hombre que te hace sentir como hoy. Lo entiendo. No te apresures a responder, yo sólo quería que supieras lo mal que me tienes."

Un día de estos, Yoongi iba a morir debido a Park Jimin, estaba comenzando a desfallecer justo ahora por el hecho de que su chico era todo un romántico y que sus palabras eran todo lo que Yoongi nunca creyó escuchar de alguien, dirigido a él y sin embargo estaba disfrutando.

Tan lindo.

"Eres increíble' Jimin" respondió mientras hundía su nariz en el cuello del castaño "Me gustas tanto."

Jimin sonrió tan esmeradamente que iluminó toda la habitación y sinuoso, volvió a trepar a Yoongi meciéndose nuevamente por toda su piel.

"Lo sé, bebé" aludió besando a Yoongi, suave como a éste le gustaba "Dime..., ¿te gustan los condones saborizados o los tradicionales?"

Oh por Dios, Jimin en serio era algo.

💓

"Buenos días..."

Es lo primero que oye Yoongi cuando abre los ojos ante la inminente luz que atraviesa cada rincón de aquella habitación de madera. Hay un suave sonido fulgurando más allá de las cortinas blancas y un intenso olor a tierra mojada que no hace más que darle la sensación de que no debería levantarse de la cama nunca.

Menos si tiene a Park Jimin tan cerca de sí mismo que incluso puede contar cada de una sus espesas pestañas.



"Buenos días, Park" respondió, ganándose un ligero empujón de parte de Jimin. Yoongi no pudo evitar echarse a reír "¿Qué?"

"Son las siete de la mañana, recién está amaneciendo, está este clima lluvioso que a lo mejor garantiza que las actividades de hoy serán canceladas y estoy completamente desnudo aquí, todo voluptuoso y sensual y tú sólo me dices Buenos días, Park."

Yoongi se echó a reír. Era la historia de nunca acabar desde hacía un año aproximadamente. No esperaba que cambiara incluso si ahora se encontraban en un campamento que pretendía despedirlos de la escuela. Al contrario, Park Jimin no conocía del cambio de este tipo de situaciones.

"Ahora te ríes. Bien, ya me resigné. Soy tu bufón" alegó el otro escondiéndose debajo de las sábanas de color verde que decoraban las sábanas de aquella cama que Jimin se había empecinado en unir a la individual de Yoongi. Para dormir juntos y tener espacio para que me folles con gusto, había dicho.

"Eres mi novio, Park ¿no te conformas?" preguntó con retintin. Jimin no hizo caso a sus palabras, quedándose fijo debajo de las sábanas por lo que obligó a Yoongi a actuar.

Quizá no lo admitiría en voz alta nunca, mucho menos cuando Jimin era un bocazas que se regodeaba de todo, pero amaba ese instante, en donde sin importar la desnudez o el aspecto mañanero de ambos, podían ser los Jimin y Yoongi que se querían a más no poder. Aunque Yoongi no lo manifestara en palabras y Jimin no exigiera escucharlas, estaba allí, muy tangible a través de los gestos y las acciones.

Yoongi trepó el cuerpo esbelto del que hace ya muchos meses dejó de ser su "enemigo" y se posicionó perfectamente en su pelvis, maravillándose por cómo Jimin contenía el aliento a sabiendas de que, cuando Yoongi tomaba la iniciativa, el momento prometía ser memorable. A Yoongi le gustaba explorar serenamente el cuerpo de Jimin, contar sin apuros cada marca producto de las secuelas de sus sesiones intensas en la cama, actualmente Jimin tenía cinco marcas púrpura en el pecho, y seguramente el trasero completamente marcado de dedos porque puede que anoche Yoongi se pasara un poquito de la raya.

Bueno, Jimin tampoco se quejó.

Adoraba sin precedentes la forma en la que automáticamente, casi como si hubiese nacido con ese deber, las manos de Jimin iban a su cintura, y acariciaban sus costados. Los ojos de Jimin brillaban de esta forma que hacía que Yoongi no pudiera evitar besarle hasta el cansancio, hasta que se volvían un nido de extremidades, hasta que Jimin tuviese que sujetarse del espaldar de la cama mientras este mismo golpeaba la pared una y otra vez tras la fuerte embestida de Yoongi. Amaba el hecho de estar en la cabaña más alejada porque entonces, era testigo del concierto de gemidos que azoraban a su novio antes del inminente orgasmo.

Joder, esto era sencillamente, lo mejor que le había pasado en la vida.

"¿Es suficiente esto como buenos días, Park Jimin?" preguntó justo después de haber dejado un sinuoso beso en los rosados y gruesos labios de su chico.

"Yo estaba esperando que me dijeras Buenos días, bebé o algo, pero justo ahora no me quejo, Min Yoongi."

Yoongi se echó a reír por el comentario. Le causaba bastante gracia que Jimin no se rindiera con esto de los apodos cursis. Un año y él no había obtenido ni un mi amor accidental, mientras que Yoongi era llamado cariño, cielo, amor, y el más recurrente, bebé. Había batallado mucho para no ser llamado de esta forma, mucho menos en público pero al final, y como siempre, había ganado Jimin y su sonrisa que era capaz de convencer a las personas de comprar rocas.

Justo después de haber regulado su respiración (y haber apartado las sábanas manchadas de semen, las nuevas de anoche), Jimin se acurrucó en el desnudo cuerpo de Yoongi y comenzó a dejar pequeñas estelas de caricias en su pecho. Se mantuvo en silencio durante unos instantes, nada más que suspirando y mirando el camino que dejaban los dedos, entonces, alargando un suspiro, Jimin se irguió y le miró directo a los ojos.

"Te amo."

Las palabras ni por asomo eran nuevas en la boca de Jimin, las había dicho dos meses después de su primer encuentro sexual, pero las palabras en sí seguían causando revuelos en Yoongi. Se preguntaba muchas veces qué era eso que motivaba a Jimin a decirlas en los momentos en los que Yoongi permanecía con la guardia baja: en el cine, en una caminata, o antes de ir a dormir. No era recurrente, Jimin no era de ese tipo que lo iba a diciendo a cada instante, a veces pasaban lapsos gigantes antes de volver a escucharla, así que no era un sentimiento a la ligera de parte de él, tampoco había razón para deducirlo puesto que Jimin se lo demostraba sólo con mirarlo.

Pero había un pequeño problema.

Yoongi aún no había dicho esas palabras. Ese momento no fue la excepción.

Un simple beso disipó el silencio. Yoongi besó a Jimin suavemente tratando de conseguir que aquel gesto sustituyera la respuesta, el yo también te amo. Jimin aceptaba los besos con una sonrisa, aceptaba los silencios, aceptaba la falta garrafal de respuestas, Jimin lo aceptaba todo sin quejarse o decepcionarse. Sinceramente, Yoongi no sabía que había sido aquello tan grande que había hecho en su vida pasada para merecer a Park Jimin como compañero de camino.

Y no se trataba de que Yoongi no amara a Jimin, porque de hecho, lo hacía. Estaba enamorado de él hasta la médula, de cada pequeña parte que componía su cuerpo, enamorado sin medida alguna. Lo amaba con muchas razones aparentes detrás, sin embargo decirlo, exteriorizar aquellos sentimientos, era el problema. Cada vez que reunía valor para hablar, un nudo áspero y grueso se atoraba en su garganta, evitando que dejara fluir aquellas palabras que sabía, Jimin quería oír aunque no lo manifestara abiertamente.

Jimin se levantó de la cama doble improvisada en aquella cabaña luego de haberse deshecho del exceso de pereza; dando así vista a su cuerpo voluptuoso a la luz del día, sus perfectas curvas, sus muslos manchados con semen, su trasero con marcas de dedos rojos. Todo en Park Jimin era absolutamente increíbles.

"Voy a limpiarme un poco y salir a trotar, ¿quieres venir?" preguntó Jimin, mientras hacía camino hasta el pequeño baño del lugar.

Yoongi rodó los ojos con diversión fijándose luego en la hora que marcaba su teléfono. Ni de coña.

"Creo que es menos sudoroso quedarse en la cama" respondió, echándose nuevamente en el colchón.

"No si te quedas conmigo" le dijo Jimin desde el baño "¡Yo soy tu única actividad física. Soy como tu bicicleta personal!"

Yoongi soltó una cantidad exagerada de risas antes de acurrucarse más en la almohada que tenía el delicioso olor de Jimin impregnado en cada fibra de hilo.

"Es un deporte en donde nos mantenemos en forma ambos" aludió todavía con la sonrisa en los labios.

"Yo no me quejo" siseo Jimin luego de salir del baño completamente limpio y cambiado "¿Hacer el amor contigo mientras mantengo éste cuerpo? Que bendición."

Jimin se acercó a Yoongi en la cama, con su sonrisa hermosa, su cabello medio húmedo, y su conjunto de deporte sólo para despedirse con un beso pequeño pero no menos significativo.

"Volveré para el desayuno, nos vemos, bebé" siseó mientras se alejaba con destino a la puerta.

Yoongi lo observó caminar, dando saltitos, silbando y en resumidas cuentas siendo el Jimin del que Yoongi se había jodidamente enamorado. Antes de que Jimin saliera totalmente de su campo de visión, Yoongi lo llamó. Quería decirle cuánto lo amaba, cuánto lo quería a su lado siempre. Tuvo nano segundos de valentía, pero entonces Jimin volteó y Yoongi literalmente se congeló en la cama.

"Dime, hyung" instó Jimin parado en la puerta.

Yoongi tembló.

"Uh, nada, lindos pantalones" respondió miserablemente en su lugar.

Como siempre, Jimin se limitó a sonreírle, se palmó el trasero y salió de la cabaña, dejando en Yoongi ese sin sabor de cobardía y miserable sentimiento en su interior.

Yoongi se echó sobre la cama como un pequeño niño desdichado, miró a techo tratando de encontrar las respuestas a sus interrogantes. Qué era lo difícil de decirle a Jimin cuanto lo amaba. Estaba más que seguro que Jimin no iba a lastimarle, que Jimin sin más había jurado quererlo sin límites, lo prometía con sus acciones cada que ponía. ¿Qué estaba mal con Yoongi?

Se pasó las tres primeras horas de la mañana divagando en sus propios pensamientos, mirando al techo, desnudo. Sinceramente, ni cuenta se había dado y si no hubiese sido por el mensaje de Hoseok de que ya iban a desayunar, no hubiese reaccionado en todo ese extenso rato de regaño contra sí mismo. Yoongi se levantó buscando ropa cómoda para ponerse, extrañándose en demasía el hecho de que ya tocaba el desayuno y Jimin no había pasado por la cabaña para cambiarse de ropa.

Salió de la cabaña siendo de inmediato azotado por una ligera llovizna que comenzaba a azotar los caminos verdes del complejo en donde se encontraban. Yoongi nunca supo de quién había sido la idea de celebrar una fiesta de fin de curso en el bosque, menos cuando las lluvias estaban a la orden del día. Sin embargo tampoco se quejaba debido a que había obtenido una cabaña para él y para Jimin y habían hecho el amor duro e intenso la primera noche juntos a solas en aquel lugar.

Con una sonrisa disimulada detrás de su cubre boca, Yoongi hizo camino hasta el lugar donde estaban sus amigos, encontrándose con que Jimin no estaba junto a ellos.

"Oigan, ¿donde está Park?" preguntó mirando a todos lados, era muy extraño no ver a su novio debido a que comer todos juntos era una especie de ritual establecido desde hace cuatro días en el complejo "Dijo que estaría aquí para el desayuno."

Ninguno de sus amigos lo había visto regresar de su caminata matutina, todos le habían saludado al salir, pero ninguno podía asegurar verle luego de que su actividad finalizara. Esto hizo que Yoongi se pusiera nervioso. Una rápida mirada al lugar bastaba para saber que no había que dejarse llevar por la tranquilidad, que era demasiado engañoso. Y ahora estaba lloviendo más fuerte.

Algo no estaba bien, Yoongi podía sentirlo. Los demás le miraban como un novio sobre protector que estaba exagerando, que Jimin debía estar haciendo vida social por los alrededores, pero ellos no entendían absolutamente nada. Jimin era puntual, nunca decía que iba a estar en lugar a la ligera, cumplía de cualquier forma. Nuevamente, algo no andaba bien y ese mal sabor en la boca de Yoongi lo hacía más tangible.

"Yoongi, calmate" le dijo Jisoo, cuando Yoongi comenzó a discar en su móvil tratando de contactar con su novio "Mira, vamos todos a buscarlo. No debe estar muy lejos si todavía está por allí trotando y haciendo más duro su trasero."

Yoongi se hubiese reído del comentario de Jisoo si no hubiese sido por todos esos nervios mermando cada vez más imperantes. Algo le decía que nada estaba bien. Y que Jimin le necesitaba. De esas sensaciones que sólo aparecían cuando las cosas estaban realmente mal, como aquella vez que Jimin discutió con su madre y pasó todo un día entero llorando de la rabia, Yoongi había sentido de forma extraña que Jimin necesitaba de su consuelo, así que había ido a visitarle encontrándose con su novio hecho una bolita en su cama.

Ahora se sentía peor, los escalofríos nada tenían que ver con que estuviese lloviendo. Y mientras los minutos pasaban, más Yoongi confirmaba esa teoría.

Mientras sus amigos barrían el lugar, Yoongi se paseaba de aquí allá preguntando a cada asistente al campamento si habían visto a Jimin, todos diciendo lo mismo, que le habían visto ir, pero no regresar. Esto ya se estaba saliendo de control, sus manos estaban temblando, había un frío azotando el lugar pero no por eso, Yoongi se detuvo. Necesitaba encontrarlo y asegurarse que Jimin estaba bien, entonces lo amaría horas enteras hasta que su chico se cansara.

En medio de la desesperación, una única perdona se acercó para poner su mano sobre su la espalda tensa de Yoongi, no era que sus amigos no querían consolarle, pero él ya le había gritado a Seokjin por lo fatalista que se había puesto. Jungkook estuvo allí, en el camino junto a él, buscando a Jimin y gritando su nombre completo con la esperanza de ser escuchado.

Yoongi tenía muchas ganas de llorar.

"Vamos a encontrarlo, hyung" dijo Jungkook, suavemente, sin mirar a Yoongi "Él va a estar bien, no hay que perder la fe."

Yoongi no le dijo nada a Jungkook, simplemente agradeció su gesto con una sonrisa que pareció más bien una mueca. No dejó de sorprenderle no obstante, el hecho de que Jungkook haya salido de su rotundo confinamiento vocal para decir tales palabras. Pero nuevamente, las cosas estaban tensas, el mismo Yoongi, con todo lo preocupado que estaba, no había podido pasar por alto que Jungkook, a pesar de estar buscando a Jimin, no se separaba mucho de Taehyung. Hasta donde Yoongi tenía entendido, ellos no era nada, principalmente porque Jungkook nunca mostró afecto romántico hacia Taehyung, así que el hecho, no hacía más que sorprenderle.

Eran las dos de la tarde, oficialmente Jimin tenía seis horas desaparecido, seis horas en las que el corazón de Yoongi se mantenía latiendo más en su boca que dentro de su cuerpo. Seis horas de absurda agonía, de buscar entre los matorrales, de dejar la voz gritando una y otra vez el nombre de Jimin.

Seis malditas horas.

Yoongi cayó en el piso de rodillas, sin importante el dolor al haber impactado tan abruptamente y se echó a llorar sin poder evitarlo, sus amigos estaban en otra área, y él estaba siendo acompañado por Taehyung y Jungkook, unos pasos más allá estaban Jiho y Park Kyung. Nadie se atrevió a decirle nada. Nadie hasta que Jiho se acercó.

"Vamos, no te rindas. Lo vamos a encontrar."

Yoongi lloró en voz alta llamando a Jimin tan fuerte, que incluso los árboles se estremecían, se sentía perdido sin su novio, inútil. Sentía que había perdido a Jimin y que no había sido capaz de decirle cuánto lo amaba.

"¡Encontramos a Jimin!" gritó de repente esta chica Park Sooyoung, la que era conocida por ser una de las chicas más linda del lugar y la novia del capitán de fútbol, Kim Joonmyun.

Yoongi se levantó como pudo y corrió desesperado siguiendo el rastro de Sooyoung, y cuando llegó, Jimin se encontraba acostado sobre las piernas de Joonmyun, con los ojos apretados, conteniendo el dolor que parecía provenir de su tobillo.

"Él tiene una torcedura" aludió rápidamente Joonmyun; todos los demás se habían reunido alrededor de ellos "Pero está bien, tenemos que llevarlo lejos de la lluvia porque él pude enfermar."

Yoongi no supo de dónde sacó la fuerza, él sólo entendió que debía coger a su novio en brazos y llevarlo hasta la enfermería del lugar, donde iba a estar caliente y saludable. Era todo lo que le importaba.

En menos minutos de lo que pareció, Yoongi ya estaba dejando a Jimin sobre una camilla, donde Bae Joohyeon, la enfermera a cargo comenzó a trabajar rápidamente. Jimin estaba consciente, un poco mareado y adolorido pero consciente. Él sujetó la mano de Yoongi en todo momento, mirándole a los ojos.

Sólo sus amigos estaban en el área, Seokjin estaba muy nervioso, así que Jisoo y Namjoon le sacaron de allí, sólo se habían quedado Hoseok, Jungkook y Taehyung. Todos en completo silencio, hasta que Taehyung susurró algo que pretendió escucharse como "Esos podríamos ser tú y yo pero no hago ejercí..." Yoongi dijo pretender porque Jungkook no dejó que el chico terminara la frase porque ya le estaba dejando un beso en los labios, así sin más.

Yoongi se echó a reír, y Jimin también lo hizo.

Luego del espectáculo, Jungkook se levantó sin hablar de la silla en donde estaba; Taehyung y Hoseok quedaron allí, viéndose a la cara, como si no pudieran creeerlo.

"Bueno, para algo sirvió que me perdiera, ¿no?" dijo Jimin demasiado bajo, con la voz ronca quizá por la lluvia. Yoongi rodó los ojos.

"Cállate." respondió severamente.

Joohyeon comenzó a sentirse un poco incómoda, y después de haberle dicho a Yoongi que Jimin estaba bien, que ahora tenía que reposar y no caminar, salió de la enfermería haciéndole señas a los únicos dos amigos que quedaban en el lugar para que salieran junto a ella.

Pronto quedaron completamente solos.

Yoongi se permitió respirar aunque todavía tenía un nudo en la garganta; ver a Jimin mojado y malherido no hacía más que lastimarlo, más que hacerlo sentir como si no había hecho mucho porque ni siquiera había sido él quien encontró a su novio. Debía darle las gracias a Sooyoung y a Joonmyun.

Pronto las lágrimas estaban cayendo sin que pudiera evitarlo, la preocupación drenándose de él, sus manos afirmándose a las de Jimin. Sus frentes uniéndose.

"Perdón" siseó Jimin lentamente, acariciando las mejillas mojadas de Yoongi "Perdóname amor, yo estaba saltando y caí mal, luego se hizo muy difícil caminar y yo no..."

"Tuve tanto miedo, Jimin-ah."

Jimin calló de inmediato, tratando de incorporarse pero fracasando en el intento.

"Estaba muerto de miedo del sólo saber que estabas allá afuera, bajo la lluvia y asustado. Tuve tanto miedo de perderte" Yoongi lloró más fuerte, besando las mejillas de Jimin, mismas que se estaban mojando con lágrimas "Yo no sé que haría sin ti, Park Jimin. Te amo."

Y había tan fácil, tan rápido y tan natural. Como si no fueran palabras desconocidas en su hablar, como si antes las hubiese dicho hasta el cansancio. Jimin lo miró sorprendido, acercándose para un beso suave, lleno de sentimiento. Yoongi en ese momento cuanto habían afectado las palabra a Jimin, que a pesar de que siempre estuvo conforme con su falta de decisión al decirlas, ahora era feliz de escucharlas.

"Yo también te amo, mucho."

Jimin ahora tenía que guardar reposo, ya no disfrutaría de las actividades previstas para los próximos días, ahora Yoongi tendría que cuidar de él en todo momento, pero él no se estaba quejando. El amaba a Jimin y esto no se sentía como una obligación, esto era algo que hacía porque quería. Habían muchas razones aparentes detrás, y una de ella era el amor por Jimin.

🌱

Este fanfic fue Os luego 5-shot y ahora vuelve a ser OS porque puedo y quiero.
Al final, quise tenerlo de OS porque me dio la vibra, y así, espero que les haya gustado, a mi me encantó escribirlo 💓 Saludos, y nos estamos leyendo 💓

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