Casa Cabello Estrabao
El timbre fue presionado tres veces. La puerta se abrió recibiendo a una Lauren preocupada.
-Lauren, que bueno que llegas adelante- Sinu la recibió sonriente.
-Hola- se acercó saludándola con un beso en la mejilla- ¿y Camz?
-Está en el patio, Lawrence parece disfrutar del sol- sonrió su suegra- estoy preparando la comida, dentro de poco estará lista.
-Gracias suegrita- le dejó un beso en la mejilla y corrió hacia el patio.
Al llegar observó a su esposa con el pequeño en sus piernas, sentados en el césped. Su suegro le hacía caras y sonidos graciosos a Lawrence para hacerlo reír.
-Hola Lauren- sonrió su suegro al observarla.
-Hola señor- le sonrió y se acercó saludándolo con un beso en la mejilla, luego escuchó a su pequeño- Hola mi vida.
El bebé le sonrió con babas en los labios y sus ojitos brillando.
-¿Puedo tomarlo?- preguntó con cuidado a su esposa quien los observaba. Camila asintió- Gracias amor.
El corazón de Camila se apachurró al escucharla, pero también sabía que su esposa le debía una explicación.
-Ire a dentro a ayudarle a mamá- se puso de pie y se fue.
-Lauren- su suegro le llamó y volteó a verlo- amamos que vengan a visitarnos, pero también sabemos cuando nuestra hija tiene algo...
-Lo sé, ha sido culpa mía- Lawrence jugaba con el cabello de su madre.
-¿Tiene solución?
-Sí, debo hablar con ella.
-¿qué tal el trabajo?- le sonrió su suegro.
-Muy bien, la próxima semana estaré en Los Ángeles presentándome y en entrevistas y sesión de fotos.
-Vaya, me alegra escuchar eso.
-Sí, yo también, estoy muy contenta de poder cantar nuevamente, fue poco el tiempo pero amo mi trabajo- abrazó tiernamente a su pequeño y éste soltó un gritito de felicidad- será difícil estar lejos de ellos.
-Pero es necesario, tampoco es que deban estar juntos 24/7 una relación también ocupa su espacio.
-Lo sé- su hijo comenzó a dejar un hilo de baba en su playera al comenzar a quedarse dormido.
-Tienes buenos brazos para dormir- bromeó su suegro.
-Camz a veces batalla para dormirlo por las noches.
-Me gusta verlas crecer, son buenas madres.
-Sí, lo somos, pero tengo miedo de no ser buena esposa...
-Claro que lo eres, mi hija no estaría a tu lado de no ser así.
-Anoche llegué muy tarde- suspiró sintiéndose en confianza con él.
-Ella entenderá tu trabajo, ella lo entiende.
-No fue trabajando... salimos a cenar y decidieron tomar unas copas, acepté, hace mucho no salía con ellos...
-No tiene nada de malo salir Lauren.
-Eso lo sé, pero tal parece que anoche conocí a alguien, me ha llamado esta mañana pero no sé quién es.
-Conocer a personas no tiene tampoco nada de malo.
-Dijo que la había invitado a cenar, que habíamos bailado...
-Tal vez sea mentira- Alejandro trataba de subirle el ánimo.
-Le pregunte a mi asistente y dijo que si había estado con una chica.
-¿Sucedió algo más?
-No recuerdo nada- Lauren realmente se sentía mal.
-Pregunta a quienes fueron, líbrate de dudas, pero no creo que hayas hecho algo malo hija- Lauren lo miró y sonrió triste- confía en ti, jamás me harías daño a Camila.
-Jamás - respondió Lauren.
-Quizá solo fuiste amable, quizá sólo vaya a ser una amiga, no tienes porqué ponerte así.
-Hoy saldré de dudas, quiero sentirme bien, quiero estar bien con Camz.
-Estarán bien- apretó su hombro y se puso de pie- ahora vamos adentro que la comida debe estar lista y el pequeño debe descansar en su cuna.
Entraron a la casa, dejando al pequeño Lawrence en una camita cerca del comedor.
-Se ve tan lindo dormido- comentó Sinu.
-Es un angelito mientras duerme- sonrió Camila- porque despierto a veces se pone insoportable.
-Oh cariño así eras tú a veces- rió su madre- sálvense las manos y únanse a la mesa.
-Sí amor- respondió Alejandro moviendo la cabeza para que Lauren también fuera- Veo a Camila muy tranquila no te preocupes hija.
-Eso es lo que más miedo me da- Alejandro la miró sin comprender- cuánto más seria está es que está más molesta.
-Respira, todo estará bien.
Mientras en el comedor Camila y su madre servían la comida.
-¿todo bien?- preguntó su madre observándola de reojo mientras acomodaba los platos.
-Sí, todo bien Mamá- respondió simplemente pero Sinu no le creyó.
-Huele delicioso- comentó Alejandro acercándose y tomando asiento en la cabeza de la mesa.
-Esperemos les guste- sonrió su esposa.
Lauren esperaba a que Camila se sentara. La doctora se acercó y se sentó en una de las sillas, Lauren le siguió sentándose a su lado.
-Buen provecho- dijeron
-Buen provecho también- respondió Camila a sus padres.
-Provecho amor- Lauren le habló y ambas se miraron.
-Provecho Cariño- Camila le dio un beso en los labios haciendo suspirar a Lauren y sonrojándose al ver a sus suegros mirándolas sonrientes.
La comida transcurrió entre conversaciones de trabajo. Poniéndose de acuerdo en los días que Sinu tendría al bebé y los horarios. Alejandro se mostraba contento de poder tener a su nieto algunos días en casa.
-Claro que después en unos cuantos meses asistirá a la guardería, tiene que convivir con otros bebés- Camila comentaba terminando su comida y limpiándose la boca con una servilleta.
-Igual podríamos ayudarte en llevarlo o recogerlo cuando tengas turnos muy largos- Sinu buscaba atender más a su nieto.
-Claro mamá, aunque también está su abue Clara, que se muere por cuidarlo, podrían ponerse de acuerdo y turnarse en algunas ocasiones.
-Oh créeme que si, ella y yo nos hemos estado comunicando últimamente para organizarnos.
-Me alegra que quieran pasar mucho tiempo con Lawrence pero también quiero pedirles que no lo malcríen, es muy pequeño pero también es muy manipulador- se rieron con lo comentado.
-Es verdad lo que dice Camz, hace una semana no paro de hacer pucheros hasta que lo llevamos al parque, veía que nos acercábamos a la puerta y sonreía, pero al devolvernos hacía pucheros.
-Es muy inteligente- sonrió el abuelo orgulloso.
-Es un ángel- Todos suspiraron viendo al pequeño dormido.
-Será mejor que nos vayamos, tengo unas compras que hacer- Camila se levantó y comenzó a juntar los platos para llevarlos a lavar.
-Deja ahí mi niña, tu padre se encargará de lavarlos- rio Sinu viendo a su esposo ensanchar los ojos.
-Deja que ayude si ella quiere- recibió un golpe en el hombro de su esposa- ¡Auch!
-Yo quiero ayudar mamá- Camila termino de juntarlos pero Lauren le ganó y los levantó.
-Yo te ayudo amor- se fue a la cocina y escucharon cómo abrió la llave del lavavajillas y comenzaba a lavarlos.
-Tienes una esposa muy atenta- dijo Sinu y luego vio a su marido reprochándole.
-¿Qué? Apenas cumplirán un año de casadas por eso son así.
-No digas tonterías Alejandro- le dio un golpe en la nuca haciendo reír a Camila.
-Tu no te rías- la retó su padre y ella sólo apretó los labios para no reírse nuevamente.
Lauren había lavado los platos, los secó y guardó. Regresó a la sala para encontrarse con Camila y su suegros.
-¿Lista?- preguntó la doctora observándola.
-Sí cariño- se acercó a donde estaba su hijo y lo tomó en brazos arrullándolo.
-visítennos más seguido- pidió su suegra.
-Claro que si, deberíamos organizar una comida familiar, mis padres estarían encantados de reunirnos todos.
-Muy buena idea, hablaré con Clara mañana y nos organizaremos.
-Hasta pronto- se despidió de los padre de la doctora y salieron- ¿Quieres que vayamos a casa a dejar tu auto?
-Sí, lleva a Sebas contigo, nos vemos en casa.
Pronto estaban en su casa, Camila dejó su auto y subió al de su esposa.
-¿Algún lugar en específico para las compras?
-No. El súper de siempre.
Lauren colocó su mano temblorosa en el muslo de su esposa esperando algún rechazo per se sorprendió al sentir que Camila colocaba su mano encima y entrelazaba sus dedos. No la miraba pero tenía una sonrisa tierna. Tomó su mano y la atrajo a sus labios dejando un beso.
-Te amo Camz.
-También te amo Lern- respondió.
Llegaron al supermercado. Lauren se colocó una cangurera, Camila le colocó al pequeño Sebas en éste.
Cerraron el auto y caminaron tomadas de la mano. Camila tomó un carrito y se adentraron en la tienda. Lauren caminaba a su lado acariciando la mejilla de su hijo.
-Lo vas a despertar- murmuró Camila.
-Lo sé, me gusta su carita cuando venimos al súper, quiere ver todo, le gustan las compras- sonrió Lauren observando a su pequeño que hacía gestos al sentir la mano de su madre.
-Entonces tú te encargarás de cuidarlo y dormirlo por la noche- rió tomando unos tomates.
-Claro que si.
Continuaron por los pasillos. Lauren logró despertar a su hijo quien jugueteaba con sus manitas, las observaba y chupaba.
-Creo que este pequeñín tiene hambre.
-Pues tendrá que esperar a que lleguemos a casa.
-Exacto, porque mami Camz no puede estar exhibiendo sus preciosos pechos- Camila la miraba- ah que no, verdad Sebas, esos pechitos solo son de mami Lolo y los comparte contigo- decía con voz infantil.
-Deja de decirle tonterías a nuestro hijo, lo vas a traumar- se reía tomando una caja de cereal.
-Yo sólo digo la verdad- levantó su mano como si fuese confesión y el pequeño estiró su manita también- aaaw cariño, mira, hace lo mismo que yo.
-Espero que sea lo único que te copie.
-Oye ¿qué quieres decir con eso?
-Que espero no se la pase hablando de mis pechos, de su tamaño, forma, color y hasta su sabor...
-Es que tienes unos deliciosos pechos cariño no me culpes- le dijo al oído y dejó un beso en su oreja.
-¿Lauren?- la llamó alguien.
-¿Sí?
-Soy yo Annie- el rostro de Lauren cambió y Camila lo notó.
-oh Hola Annie, mira ella es mi esposa, Camila- las presentó aún sin recordar a la chica.
-Un gusto conocerte Camila, Lauren habla demasiado de ti... él debe ser el pequeño Lawrence- sonrió al bebé.
-Sí es nuestro pequeño- sonrió Lauren.
-Hablaste toda la noche de él y de tu esposa- comentó la chica y dio un poco de tranquilidad a Lauren, pero aún debía explicarle a Camila quien la miraba atenta.
Camila estaba formulando tantas preguntas en su cabeza ¿Quién era? ¿De dónde se conoce? ¿Anoche? ¿Entonces estuvo con ella toda la noche?
-Lamento no recordar Annie, pero, podrías contarme algo- dijo nerviosa esperando que nada malo hubiese pasado.
-¿De verdad?- la pelinegra asintió- Lauren tu y yo nos conocemos desde jardín de infantes, éramos amigas, anoche nos encontramos y conversamos de nuestras vidas, me contaste que te habías casado, tu esposa es doctora, tienen a este hermoso bebé, me mostraste fotos de ambos, quisiste bailar una de las canciones porque te recordó a la coreografía que bailamos en la escuela- Lauren comenzaba a recordar y ambas rieron.
-Ya lo recordé, fue bueno verte.
-Sí, de hecho me habías invitado a comer porque querías presentarnos- sonrió a Camila quien parecía tranquilizarse.
-Podríamos quedar otro día, ¿tu qué piensas amor?- Lauren miró a su esposa.
-Por supuesto, será lindo escuchar algunas anécdotas de tu infancia- Lauren dejó un beso en su cabeza sonriendo.
-Bueno, pues tienes mi número, me envían un mensaje y ahí estaré, ha sido un gusto conocerles a ambos- sonrió a Camila y al pequeño que estaba distraído queriendo alcanzar el cabello de su madre.
-Igualmente Annie- se despidieron.
Lauren se sentía Tranquila recordando lo sucedido y Camila aún tenía dudas pero no estaba molesta, sabía que podrían hablarlo más tarde.
El pequeño Sebastián hacía ruidos con su boca atrayendo la atención de sus madres.
-Debemos darnos prisa que este campeón tiene hambre en serio- El niño hacía pucheros viendo a Camila.
-Sí, no tarda en comenzar a llorar así qué hay que apresurarnos.
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Que tengan buen día ❤️
Sigan comentando me gusta leer todo lo que piensan de la historia.