Tierra De Nieve Y Cenizas© [L...

By lectorac24

98.8K 10.7K 3.1K

Tercera parte de Infierno Helado... Nada es como al principio. Ella no es la misma, su corazón ha cambiado y... More

Aviso
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 (I)
Capítulo 15 (II)
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Agradecimientos
Datos Curiosos De La Trilogía
Especial Día Del Padre

Capítulo 10

2.1K 223 47
By lectorac24

Caín Warner

No es que haya olvidado cómo fueron nuestras semanas al salir de Old Town pero ahora que estoy de regreso en las calles es como si esos días no fueran nada.

A pesar de que el grupo lleva armas y comida suficiente, incluso mantas para las noches, siento que de alguna forma todo es peor. Las noches en vela, las largas caminatas, el racionamiento de alimentos e incluso el tener que ser sigilosos.

Tardé tres días en darme cuenta de por qué me sentía así.

Mi familia, no estoy completo sin ellos.

Hemos pasado dos semanas y dos días fuera, en mi grupo tengo a Elías, Jesse, Elis y un par de chicos que parecen ser amigos de ella, uno de ellos es Alexander y el otro es Anthony y sus ojos al estar todo el tiempo alerta me recuerdan a los de una lagartija.

Estamos de camino al siguiente grupo de resistencia, el primero fue un éxito, logramos formar alianzas, nos dejaron pasar la noche con ellos, nos dieron comida y agua embotellada extra para que siguiéramos con el viaje.

Fue algo fuerte ver que varios de ellos perdieron a sus seres queridos, tenían un mural con sus fotos, un altar para los caídos, eso me llenó de un sentimiento celestial.

Y el escucharlos llamarme, sentir cómo se acercaron a mi unas hechiceras mayores y me abrazaron hizo que todo este viaje valiera la pena.

Me preguntaron por el resto del grupo y por Abby, les contesté que nos habíamos dividido para buscar otros grupos de alianzas.

Abby me contó las nuevas noticias y me dio una reprimenda por el experimento que Aaron y yo hemos estado elaborando.

No se lo había dicho porque no creí necesario darle falsas esperanzas, de hecho, los únicos que sabíamos sobre eso era Aaron, la doctora que ve a Cody, Elías, Drew y uno que otro experto en ciencias.

Pero no hay avances en la cura, por momentos tuve esperanza de que si mi sangre pudo salvarme, quizá pudiera salvar a otros, pero cuando las pruebas iniciaron y fracasaron me sentí mal por ello, Aaron dijo que tal vez con modificaciones podría lograrse pero yo sé que lo que sea que los Primeros le agregaron a ese virus, sólo ello pueden saber qué puede contrarrestar los efectos. Si es que hay un algo que lo haga.

-Se aproxima una tormenta.- Nos avisa Elis bajando del tejado del edificio en el que nos refugiamos.

Su rostro se refleja serio, casi parece molesta, ha estado así en casi todo el viaje, y digo casi porque sólo se ríe con sus amigos y le sonrió a la gente en el refugio. Pero no me mira y si lo hace no parece haber anda en sus ojos salvo molestia. No entiendo qué hice mal o si realmente hice algo. Empiezo a creer que ha jugado conmigo para que aceptara esto.¿Puede ser ella tan cruel?

Jesse y Elías conversan cerca de la entrada del edificio, no hay Caníbales cerca pero quizá es porque es demasiado temprano.

-¿Tu intuición femenina te lo dice?- Se burla Alexander, ella lo golpea en el hombro y se ríe.

-No, idiota, las nubes.

-Bueno querida Elis déjame decirte que es un poco extraño que hables con las nubes...

-¿Sabes qué? Olvídalo.

Ella se asoma por la ventana y aprovecho para acercarme por detrás, no se inmuta.

-¿Cuántos días faltan para llegar al siguiente grupo?- le pregunto para tantear la situación.

-Mañana en la noche cuando mucho.- Me contesta ella.
Su cabello rubio está alborotado en su coleta, dejo que la tentación me gane y envuelvo en mi dedo un mechón, ella se gira hacia mi y nos quedamos en silencio, de fondo escucho las bromas entre Jesse y Elías, de repente los otros dos se le unen, es como si ella y yo estuviéramos en un lugar a parte.

-¿A qué juegas Elis?

Ella traga saliva y aparta su mirada.- No juego a nada, creo que te has confundido.

Cuando intenta alejarse la tomo por el brazo, me sorprende que se deje atraer y no me empuje lejos como es habitual en ella. 

La contemplo.

Desde sus ojos color cielo hasta su cintura con curvas, conozco esas curvas a pesar de que su camiseta holgada las oculta, son suaves y se relajan con mi tacto. Es mi turno de pasar saliva.

Estando así de cerca de ella es como si mis pensamientos desaparecieran, me dejan como un completo tonto.

-¿Puedes por favor decirme por qué has estado tan distante?- La pregunta la hace reaccionar y se aleja, lo odio al instante.

-No tengo tiempo para esto.- Camina hacia la salida y en un segundo la cierra tras ella.

Suelto aire, esta chica está mal o yo lo estoy por haber empezado esto con ella. Ni siquiera sé qué es esto.

Como un idiota, la sigo.

Camina por la calles como si el simple hecho de existir no fuera peligroso, troto hasta que estoy a su lado.

-No deberías estar afuera.- Me advierte.

-¿Por qué?¿Porque soldados o Caníbales podrían atraparnos?

-No, porque yo estoy aquí.

Me río sin ánimo alguno.

-Lo peor de todo es que entiendo la amenaza.- Ella me mira de reojo.- Y aún así he decidido venir. 

Una pequeña, mínima y efímera sonrisa surca su rostro, pero yo la veo aunque ella seguro no quiere que lo haga, porque es demasiado terca y astuta así como yo.- Dime lo que te molesta.- Le pido.

Nos adentramos en un callejón, ella se recuesta a la pared del fondo y me encara.

-No es contigo que estoy enojada sino conmigo misma al pensar en que tus sentimientos hacia Abby no sobrepasaban al cariño de familia.
-Y no lo hacen.- Le aseguro.- Ella es mi mejor amiga, mi familia.

-Pero la amas, es tu alma gemela y cuando supe sobre su novio, el cazador perdido pensé que tal vez los rumores sobre tu amor por ella no eran ciertos pero entonces te vi, la forma en que la miras, la familiaridad con la que le hablas... No quiero algo tóxico en mi vida Caín, ni siquiera sólo para sexo, si la amas tanto y estás dolido porque ella no te corresponde no puedes venir luego donde mi y usándome para saciar lo que ella no puede darte.- Sus palabras son como una bofetada para mi, no porque sean ciertas sino porque ella cree que lo son.

-¿Me crees capaz de eso?- Me acerco a ella que mantiene su postura segura y de autoridad, como si fuera la única con derecho a hablar.

-Ya no lo sé.

-Entonces nunca debiste proponerme ese trato.- Doy varios pasos más hacia ella hasta que el espacio entre nosotros es mínimo.

-Tal vez no debí hacerlo.- Me contesta ella con voz dura y ojos penetrantes, como hojas afiladas de una daga.

Me apoyo contra la pared, colocando mi brazo al lado de su cabeza, me inclino hacia ella pero Elis pasa por debajo de mi brazo y me giro para verla retroceder.

-Ella y yo no somos almas gemelas, no más, su compañero es Sam y esa conexión entre ambos rompió el hechizo de las almas gemelas en nosotros.- Pero ella no parece sorprendida.- Sí, la amé y me rompió el corazón no poder hacer que me viera como lo ve a él pero eso quedó en el pasado, me di cuenta de que mi destino no era amarla a ella sino luchar junto a ella que son dos cosas muy diferentes. Estoy limpio Elis y si quise tomarte ese día en ese escritorio fue porque quise, porque te deseo de una forma que no debería, es algo oscuro y para nada sencillo pero estoy seguro de que ambos podemos tolerarlo, lo que no tolero es que luego actúes como si no hubiera sido un momento perfecto, actúas como si eso no hubiera pasado y no es algo maduro de tu parte ya que dejamos en claro una casa simple.

-Sólo es sexo.- Lo dice en voz alta.

-¿Y quién fue la que lo decidió?

-Yo.

-¿Y quién se arrepiente ahora?- La reto.

Un relámpago parte el cielo, se escucha tan cerca que ella salta y mira hacia el cielo, hago lo mismo recibiendo al instante una gota de lluvia en los labios, más gotas no tardan en caer sobre nosotros.

-No me arrepiento.-Contesta ella, tratando de escucharse segura.- No te equivoques pensando que es un reclamo romántico el que te acabo de hacer, no soy ese tipo de chica, mi reclamo es que mientras te metas a la cama conmigo no puede haber otra chica en mente, es ofensivo para mi¿Lo entiendes?

Algo en mi interior se vuelve amargo, hace que mis pensamientos se vuelvan oscuros, me hace querer largarme y dejarla aquí.

Asiento con una sonrisa cínica en el rostro. Sé que está mal lo que haré pero al menos nos dará un respiro a ambos, esto es enfermo, jamás debí aceptar acostarme con ella y prometer no sentir nada al hacerlo.

-No te preocupes.- Me acerco a ella. El agua le escurre por el cuello, las gotas que gotean de su cabello le empapan el pecho, a mi se me pega el cabello a la frente y la camisa de manga larga color negro se me pega al cuerpo.- Tampoco estuvo tan bueno.

Y me alejo, la paso rozando su hombro con el mío.

No es algo caballeroso de mi parte pero no estoy dispuesto a ponerle el corazón en la mano a alguien más aún sabiendo que lo estrujará hasta romperlo y eso es lo que Elis hará si le doy la oportunidad si la dejo, estoy seguro.

Si algo aprendí de la última vez es que nunca debes ofrecerle tu corazón a alguien, ni tampoco puedes demostrar todo lo que sientes porque entonces, cuando no seas correspondido ese alguien sabrá todo de ti, cada herida que tengas lo sabrá, cuando te sientas vacío y so, lo percibirá y si escoges querer a la persona equivocada, con esa información te destruirá.

Estoy empapado para cuando llego al edificio en donde nos refugiamos, los chicos paran de reír cuando me ven, al andar produzco ruidos raros gracias a la ropa y botas mojadas.  Sin dirigirles una palabra me meto al baño y me cambio.

-Estúpido, estúpido idiota.- Me digo a regañadientes.

Cuando salgo, Elis sigue sin regresar, trato de cerrar mis pensamientos y no pensar en ella.

-Nos iremos en cuanto Elis regrese, no podemos perder mucho tiempo.- Les digo a los cuatro chicos en la habitación.

Elias me hace preguntas con sólo la mirada, me conoce demasiado bien y sabe que algo pasa.

-¿Bajo la lluvia?- Me pregunta Alexander, su mirada es penetrante y arrogante.

-¿Qué?¿Acaso no quieres arruinar tu peinado?- pregunto con sarcasmo desbordando en mi tono.

Lo escucho bufar.- Más bien me preocupo porque nos de pulmonía.

-No seas bebé.- Se le burla Jesse.- No me digas que no has tenido que caminar bajo la lluvia.

-Esto no es lluvia, es una tormenta y me preocupa Elis porque atrae los rayos.

-Los que deberíamos preocuparnos somos nosotros.- Le contesta Anthony a su amiga.- Recuerda que a ella no le afectan pero a nosotros una sobrecarga puede matarnos.

-¿Quién es el bebé ahora?- Le pregunta su rubio amigo.

Justo entonces Elis llega.

-Nos quedamos hasta que pase la tormenta.- Ordena quitándose su chaqueta mojada.

-Pero Caín ha dicho que...- Empieza Elías.

-No me interesa, la tormenta es demasiado fuerte, hacen vientos huracanados y no podemos arriesgarnos así que al menos por hoy nos quedamos.

Ella me mira como esperando que reproche pero no lo hago, me limito a subir al segundo piso del edificios, necesito estar a solas un momento.

Sentado en el suelo empolvado y viendo la lluvia caer y azotar contra la ventana rota me hace recordar a mi infancia, estoy tan metido en mis pensamientos que cuando el viento hace que el agua se meta por los agujeros de la ventana no me molesto en bajar al primer piso o cubrirme con algo, sólo me quedo viendo los rayos iluminar la venta y escuchando el estruendo que producen. 

Yo le temía a las tormentas, odiaba los rayos, los relámpagos, no me dejaban dormir de pequeño y mi madre dormía conmigo para aliviar mi temor. Me cantaba nanas y yo caía en un sueño profundo, por la mañana, la tierra siempre olía de tal forma que me deleitaba caminar sólo para seguir ese olor a... no sé cómo describirlo ¿Olor a vida quizá? 

Y era hermoso ver el paisaje, la tierra blanda, las hojas verdes y mojadas por la lluvia, los troncos de los árboles, su textura terrosa y mohosa que se pega a tus dedos y huele a hiervas.

La sensación de la frescura en el viento luego de la lluvia.

Era interesante ver cómo algo que me producía tanto miedo, al final me daba fascinación ver lo que provocaba a mi alrededor.

El día en que mis padres y mi hermano fueron asesinados, llovía.

Dejé de temerle a algo como la lluvia y empecé a odiar y temerle al peligro real. 

A veces me pregunto cómo hubieran sido las cosas si ellos estuvieran vivos, entonces yo no sería quien soy, mi hermano tendría más o menos la misma edad que Lukas, nunca habría iniciado una revolución o habría conocido a mi familia. Seguro estaría con ellos refugiado en algún grupo de hechiceros y mi padre estaría liderando el grupo junto a los otros de su rango.
Y le seguiría temiendo a la lluvia, a las tormentas y los rayos.

Esta vez, cuando un rayo se ve claramente por la ventana y su rugido hace que las paredes de este viejo lugar se sacudan, no pienso en la muerte, pienso en Elis y cuán parecida es a esos rayos.

Fuerte, estridente, peligrosa y ruidosa y sin duda... una belleza brutal.

Paso todo el día aquí arriba, las horas pasan lento pero por alguna razón no las siento, utilizo el polvo en el suelo para trazar dibujos, amaba pintar, hace mucho que no lo hago, no tengo lienzos a la mano ni pinturas.

El único color que puedo encontrar en casi todas las esquinas es el rojo, el rojo de la sangre de las personas que mueren a diario.

En la noche Elías y Jesse suben y me llevan una lata de frijoles y una botella de agua, se sientan uno a cada lado de mi y vemos juntos la lluvia.
-El amor es un asco.- Dice Elías en voz alta y yo lo miro con los ojos entrecerrados.- Ah no, no es por ti, es por Jordy¿Sabías que el idiota de mi hermano se enamoró de de Sabrina?

-¿Qué?- Preguntamos Jesse y yo al mismo tiempo, los dos con dos tipos de tono, el mío es un tono sorprendido mientras que el de Jesse es entre sorprendido y enojado. Sé que ella es como una hermanita para él así como lo era Sebastian Galeano.

-Ups , Pensé que lo sabías Jesse.- le dice mi amigo.- Pero es bastante obvio, digo, se le queda viendo embobado, es un martirio cuando ella no aparece porque entonces él va a buscarla y me deja, es mi maldito hermano se supone que debamos ser lapas entre nosotros.

-Eh... no.- Le corrijo.- Eso es poco masculino hermano, cuando tú te enamores no creo que quieras que Jordy esté ahí para presenciar todo.

-Pero no tengo novia y él sí, no es gusto que me cambie por una chica a mi que hemos pasado por tanto juntos ¡Compartimos útero, joder!

No puedo evitar soltar una carcajada.- Estás mal.

-Uff, espera que Lukas se enamore y verás de qué hablo.- Mi sonrisa se pierde.

-Lukas está muy pequeño para eso.- Le contesto yo.

-Va a cumplir diesisés en unas semanas.- Dice Jesse, me sorprende que lo sepa, al ver mi rostro interrogante decide aclararlo.- Me lo dijo un día en los entrenamientos. 

-¿Así que té eras uno de los que sabía sobre eso?- Se encoje de hombros.

-Me hizo prometerlo.
-Pensé que Sabrina quería estar sola.- Le contesto.

-También yo, al parecer no estaba tan sola.

-Yo digo que nos unamos tú y yo Jesse, como los hermanos que fuimos dejados a un lado por esa parejita.- Le propone Elías y Jesse se ríe.

-A mi me han dejado a un lado dos veces, recuerda que Zack y Natalia están juntos, esos dos son tan.... - Bufa.- Derraman miel ahí por donde pasan.

-He notado algo raro entre esos dos.- Comenta Elías.-Es como si se comunicaran mentalmente.

-¿Lo has notado también? He atrapado a Zack riéndose solo por las noches, compartimos habitación y es... raro, muy raro.

Me los quedo viendo, escuchando todo como vecina chismosa, quisiera comentar que esos dos se parecen a lo que Sam y Abby tienen, esa conexión inusual pero sé que a Jesse no le gustaría.

-Hablando de otras parejas.- Digo yo.-¿Qué hay entre tú y Maggie?- Le pregunto a su vez.

Lo veo hacer una mueca.- No hay nada, ella se preocupa demasiado por mi y eso me molesta, cree que soy débil, algo que puede romperse. 

-La chica se enamoró de ti.- Le hago saber.- Es obvio que creó una conexión contigo luego de lo sucedido en esas celdas.

-No estoy listo para querer a nadie en estos momentos.- Suelta de repente.

-Quiero preguntar...- Dice Elías y me temo que no me gustará lo que se aproxima.- No, mejor no.

-Dilo.- Le pide Elías despreocupado.

-¿Ya no se odian a muerte ustedes dos?

Miro a Jesse y él hace lo mismo, no puedo evitar hacer una mueca y él se ríe.

-Nunca seremos amigos.- Le contesto yo, no dudo en mirar a Jesse a mi lado que ahora baja la mirada.- Pero en estos momentos, cuando lo mejor es estar unidos, no puedo... odiarlo. Lo que pasó con él, lo que hizo, ahora parece ser de un nivel inferior a lo que sucede.

-Lamento lo que pasó.- Murmura este.- No saben cuánto lo lamento, lo perdí todo por mis errores e hice que ustedes también perdieran algo.

-Hiciste que Abby se perdiera a sí misma.- Le comenta Elías, su voz ya no es alegre o burlesca como antes, sé que Abby es como su hermana para estas alturas.- No fue bonito ver eso y no quiero ni imaginarme lo que fue para ella vivirlo en carne propia pero ella ahora está bien, o lo estará cuando encuentre a Sam pero tú Jesse, antes de que todos nosotros te perdonemos, debes perdonarte a ti mismo. No voy a negarlo, quería arrancarte la cabeza por lo que le hiciste a Natasha y cómo eso llevó a que Aria se destruyera por dentro pero tus razones debiste tener para todo eso, no te justifico porque asesinaría a cualquiera que le hiciera daño a mi familia.- Y sé que detrás de esas palabras hay una amenaza latente, sonrío de lado y miro hacia la lluvia.

-Eres uno de nosotros ahora Jesse.- Le digo yo, sin embargo no lo miro, ni a él ni a Elías, sólo miro la lluvia y me doy cuenta de que estuve muchas veces mirándola mientras estaba solo luego de la muerte de mi familia y se sentía aún peor que cuando le temía pero esta vez al mirarla no estoy solo, aunque por dentro, muy adentro, sigo consiente de que algo me falta.- Lo quieras o no.

Y Jesse no vacila al contestar.- Lo quiero.

Las horas pasaron y cuando nos dimos cuenta ya era de noche pero nosotros seguíamos hablando, se sintió tan bien, tan liberador tener un momento simple donde las armas y los dones no fueran necesarios, la última vez que estuvimos todos reunidos y hablando de esta forma fue cuando casi muero, arruiné el momento por la infección, el virus que corría por mi sangre. Pero esa noche fue la mejor de mi vida a pesar del dolor y la angustia de estar muriendo, fue la noche en la que por fin tuvimos paz, donde yo tuve paz.

A la mañana siguiente bajamos y nos encontramos con el trío desayunando, Alexander nos ofreció comida, sabía que Elis me estaba mirando pero yo no miré en su dirección ni una vez, no merezco esto.

La lluvia no ha cesado ni un segundo, sigue igual que a como comenzó ayer por la mañana y ahora sé por qué es que no hay soldados en las calles, Mauro fue inteligente y retiró a su gente ya que no podrían atacar ni ver bajo tremendo aguacero. 

Fue inteligente sin duda alguna.

Media hora después cuando aún seguíamos en el edificio me llegaron cartas de fuego de los otros grupos, uno pertenecía al grupo de Sabrina y Jordy, los otros los mandaron los hechiceros cuyos nombres no he aprendido pero todas las cartas estaban escritas con letra de mi familia, reconocí la de Jared, Natalia y Sabrina.

-Todos están atascados, sólo queda un grupo por visitar y es donde nos dirigiremos cuando la lluvia cese, ellos estarán regresando cuando pase.- Levanto la vista, Alexander y Anthony se dan una mirada corta.

-Estuve afuera.- Murmura Elis.- La tormenta durará al menos dos días más.

-Esperaremos el tiempo que sea necesario, le haré saber a Abby todo esto.- Levanto las cartas y ella aparta la mirada seria.

-Mientras podemos... No sé, conocernos.- Murmura Alexander con una sonrisa larga.

-Nosotros ya los conocemos bastante, niño cambia forma.- Le dice Elías con voz desconfiada y es que él no ha llegado a confiar del todo en el grupo de que nos ha enviado Aaron, yo no advierto ningún peligro, sólo son chicos curiosos. Con una mirada le advierto a Elías que se calme y al final terminamos sentados en el suelo, hablando sobre el fútbol del viejo mundo y cómo por desgracia no pudimos llegar a ver El Mundial.

                            .............................................................................................

Abby

Me siento presa.

Las búsquedas nocturnas se han terminado a causa de la fuerte tormenta que ha habido desde ayer.

No hay nadie afuera, todos tenemos la orden de permanecer dentro y estaría de acuerdo con Aaron del todo si no fuera por las razones obvias.

De pronto el lugar me parece demasiado pequeño, yo me siento como una hormiga en un hormiguero pero no soy una hormiga social, no ando en grupos como las otras, me he mantenido atrás, sola. Y no es porque las personas no sean gentiles conmigo ni porque los chicos no me hagan visitas frecuentemente a mi habitación, sino porque no me he sentido muy bien últimamente.

El cansancio permanece en mi incluso cuando duermo por horas, es agotador, como si estuviera enferma y eso me asusta porque temo tener otra réplica de dolores como la que tuve aquel día, no quiero que pase porque de los amigos que tengo aquí ninguno es Origen de fuego y los quemaría con mi contacto, sólo mamá podría acercarse a mi y estoy segura de que ella sabe menos que yo sobre esto.

Así que he aprovechado el tiempo para llenar mi pizarra. He agregado los dos nombres de la hermanas de Julian que me faltaban, cortesía del mismo.
Pero de ahí nada.

He querido ayudar con la investigación de una cura, creando ideas locas pero no pasan de ser ideas, porque cada vez que voy con la doctora de Cody con algo nuevo ella lo rechaza. Supongo que sólo estoy hecha para pelear.

Esta mañana luego de ir con Aaron y pasarle las noticias que Caín me ha enviado y luego de visitar a Cody y tratar de que hable conmigo (Cosa que nunca logro) Voy a buscar a mamá a la cafetería.

Ella está del otro lado del mostrador riendo con Lilith mientras intentan servirle a los chicos en bandejas sus comidas.

-Vaya, cuando me dijiste que querías probar algo diferente no pensé en esto.- Le digo.- Hola Lilith

-Hola cariño.- Me contesta ella, mamá resopla.

-Es esto o no hacer nada, además es divertido, Lilith y yo recordamos la comida de la cafetería opaca y la señora de la red en la cabeza.- Ambas ríen y yo pienso en Natalia y en la señora de la red en la cabeza pero de nuestra época, la que nos hacía mala cara cuando llegábamos a la cafetería, me pregunto si es la misma de la que mamá y Lilith hablan y tal vez esa sea la razón de las malas miradas de la señora.

-Como sea, venía a saludar y a robar una botella de agua.- Lilith me la pasa.- Gracias.

-Oh y cariño, Julian estaba preguntando por ti hace poco, creo que fue a buscarte a tu habitación.- Frunzo el ceño.

-Qué raro, no me lo encontré en el pasillo, gracias de todas formas.- La beso en la mejilla y troto hacia mi habitación, al doblar hacia el pasillo de esta casi choco contra un hombre alto que venía de esa dirección, murmurando una disculpa corta lo paso y entro.

Julian está sentado en la cama, viendo fijamente hacia la pizarra, me doy una bofetada mental ya que olvidé cubrirla cuando salí.

Sé que ha notado mi presencia aunque no ha volteado a verme.

-No sabía que era para esto que querías los nombres de mis hermanas.

-Bueno, me sentía aburrida así que hice todo eso para distraerme.- Trato de restarle importancia.

Julian me mira.- Tenemos que hablar Abby, es algo delicado.

Le pongo seguro a la puerta y me acerco a él.

Julian no habla por cortos segundos y eso hace que mi nerviosismo aumente. Quisiera gritarle que hable de una vez pero antes de que lo haga habla por sí solo.

-Me están siguiendo.- Su  voz es tan baja que tengo que inclinarme hacia él para escucharlo mejor y cuando lo escucho me siento confundida.

-¿Quién?¿Por qué?
Hablo igual de bajo que él porque está de más decir que las paredes tienen oídos en los momentos más inoportunos.
-Antes no lo sabía, pensaba que la idea era estúpida estando tan protegidos aquí pero... Creo que tiene que ver con eso.- Señala la pizarra y rápidamente capto a qué se refiere, a su nombre junto con los nombres de los Primeros. Me quedo con la boca seca sin saber qué decir pero sé qué pensar de mi. Estúpida.¿Cómo pude dejar la pizarra sin cubrir?¿La puerta sin seguro...? No, espera, yo no dejé la puerta sin seguro. Me giro y lo encaro.

-¿Cómo hiciste para entrar?

-No sé de qué hablas, la puerta estaba entreabierta.- Mi ceño se frunce.

No, no lo estaba, recuerdo perfectamente ponerle seguro.

Me levanto de la cama casi de un salto y miro entre la puerta y la pizarra.

-¿Quién te sigue Julian?- Pregunto con voz ronca, tratando de recordar el aspecto del tipo que me encontré en el pasillo, ese con el que casi me estrello y cuando Julian lo describe a la perfección, todo cobra sentido.

Han entrado aquí, sea quien sea y ahora saben quién es Julian en realidad, está en peligro.

-¿Será Aaron?- Pregunta preocupado.

-No lo sé, no parece propio de él mandarte a seguir, me mandaría a llamar primero y me haría preguntas, además ¿Por qué registrarían mi habitación?

- No lo sé Abby, no sé quién pueda ser pero lo saben y... pueden matarme, lo sabes, ahora pueden matarme si quieren. 

-No voy a permitirlo Julian, prometo que averiguaré lo que sucede.- Tengo los nervios de punta, mirando hacia la pizarra me doy cuenta de que todo esto es mi culpa, al querer descifrar todo, terminé exponiendo a uno de los nuestros, fue torpe y estúpido hacer algo como eso.
Lo veo asentir, la preocupación invadiendo su mirada.

Nunca pensé que vería esto, a un Primero con la mirada asustada y nerviosa y otra cosa que nunca pensé que sentiría hacia ellos es compasión, pero lo siento por él, aunque su sangre está maldita como la de sus hermanos, aunque él es uno de ellos, no lo odio.

Creo que fue el hecho de estar con él por meses, compartir comida, agua, temores y alegrías, eso lo hizo parte de nosotros, no es el hermano de ellos, no es uno de los Primeros, para mi es Julian, solamente Julian.

Se marcha poco después y yo no tardo en contactar con el resto, los reúno y les informo lo sucedido y les advierto que si lo siguieron a él, puede que ahora a nosotros también.

Sé que no es Aaron, él no tendría por qué traicionarnos, él saldría perdiendo y lo sabe, le conviene estar de nuestro lado.

Continue Reading

You'll Also Like

1.6M 229K 37
***También puedes escuchar el audiolibro de esta historia en Beek.io*** Flor no sabe absolutamente nada de la vida, solo que es complicada. No le gus...
125K 16K 29
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
424 235 11
"A veces, solo necesitas alejarte y darte amor propio. Al final, tardas tanto tiempo pensando en los demás que terminas olvidando quién eres..."💜
3.1K 502 20
En estos concursos semanales se evaluarán distintos puntos cada semana para todos aquellos que aman escribir y leer romancé. ❤️