Tony, chocolate y picante

By DiHeart

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❤Bilogía "Soy lo que soy #2" Después de haber leído "Me llamo Dan", muchos nos preguntamos, ¿Y qué pasó con T... More

Nota
#Destacada y Comedia Romántica 😍
Sinopsis
Capítulo 1.- Conociéndose
Capítulo 2.- Cereal
Capítulo 3.- Trabajo
Capítulo 4.- Guerra
Capítulo 5.- Lección
Capítulo 6.- Chocolate y Picante
Capítulo 7.- Hermana
Capítulo 8.- Mírame
Capítulo 9.- Revancha
Capítulo 10.- ¿Celos?
Capítulo 11.- Quédate

Capítulo 12.- Final

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By DiHeart

Llegó el gran día. La cocina estaba llena de vida y el restaurante repleto de comensales.

A final de cuentas, trabajaron todos como un equipo. Fue dirigido por el Chef y sus chicos, Nicole, Wilson y Tony.

Todos trabajaban muy bien y en perfecta armonía. Tony aclaró las cosas con Wil y le ofreció su amistad sincera, pues su corazón ya tenía dueño.

Por otro lado, este día era muy importante, pues los nuevos prospectos que querían invertir en el restaurante estaban entre los comensales.

Sin embargo en la cocina había un ambiente único, desde que Tony se volvió la pareja oficial del Chef, se le veía risueño y ya no ordenaba todo a gritos. Siempre que estaba a punto de perder el control, el castaño lo traía de regreso a como fuera, ya fuera con sus travesuras o con sus ocurrencias.

Elena llegó de visita sorpresa esa misma mañana, así que la ubicaron entre los comensales como invitada especial.

La jornada concluyó con éxito, los inversionistas eran al rededor de cinco y solicitaron hablar con el Chef para unirse y lanzar una cadena de restaurantes.

Mauro salió a hablar con ellos, cuando ya se había terminado la jornada laboral. Los  inversionistas quisieron que su reunión fuera así para que pudieran darse una idea de cómo era el flujo de comensales en un día.  Tony acompañó al Chef, llevando un delicioso pastel de celebración.

Apenas iba entrando hacia donde estaban las mesas y su hermana Elena saltó a estrujarlo por el cuello.

—¡Monstruo verde! —Ella lo abrazó emocionada.

Mauro sonrió de lado al ver de soslayo tanto afecto en ellos. Le daba gusto saber que su travieso estaba contento.

Tony caminó junto a su hermana para dejar el pastel, pero perdió su sonrisa al ver que en aquella mesa, donde cada hombre de negocios estaba con su respectiva pareja, estaba Belisa, con un entallado vestido negro.

Inmediatamente se miraron con odio. Tantos años habían pasado y ella seguía emanando esa mala vibra de siempre.

Belisa los miró con prepotencia, enarcó una ceja y sin que los demás se percataran, con un "Ups" dio un empujón a una copa de vino del hombre que estaba a su lado.

Mauro que recién se había sentado, se puso de pie para limpiarlo.

—Por favor Chef, no se moleste. Mejor que limpie su empleado —la chica señaló a Tony— usted está hablando algo importante con los socios.

Elena apretó los puños, pero Tony puso su mano en el hombro de su hermana en una silenciosa súplica de que se controlara .

—Yo lo limpio —dijo Tony y dejó el pastel en la mesa, luego tomó uno de los platos donde uno de ellos había comido y empezó a recoger los trozos de vidrio.

Luego de inclinarse a recoger del suelo los trozos rotos, se puso de pie. Sin embargo al retirarse, Belisa le puso el pie y lo hizo caer al suelo, ahora el plato también se había roto y Tony se cortó un poco una de las manos.

—¡Tony! —Preocupado Mauro fue hacia él y lo ayudó a levantarse.

—No es nada, estoy bien. No te preocupes —el castaño presionaba la herida para contener la hemorragia.

Elena no pudo contenerse más, por nada del mundo iba a quedarse callada mientras en su cara lastimaban a su hermano.

—¡Fuiste tú, bruja ponzoñoza! —Elena miró a Mauro mientras señalaba a Belisa— Ella le metió el pie y adrede tiró la copa. Esta tipa es la bruja que fastidió a mi hermano y a mi amigo en la escuela. Todo lo hizo deliberadamente porque es más mala que una vívora venenosa.

Mauro estaba analizando toda la información, pero todo esto pasaba demasiado rápido.

—Si va a asociarse con mi esposo —dijo Belisa al Chef señalando a Tony y a Elena— consígase mejores empleados que estos, porque este par, no pertenece al gourmet de su restaurante. Ellos son solo un par de moscas en el alambre. Insignificantes y ridículos.

—Hasta aquí te aguanté —Elena se colocó frente a Belisa y le dio una cachetada tan fuerte, que casi la tira al suelo— ¡Esa es por todo lo malo que le has hecho a mi hermano!

Belisa puso la mano en su mejilla roja y alzó la mirada para insultar a Elena, pero la chica no le dio tiempo y la golpeó en la otra mejilla.

—¡Esta es por lo que le hiciste a mi bebé Dany cuando lo vestiste de porrista!

Elena tomó a Belisa por el cabello con todas sus fuerzas.

—¡Y esta es por mí!

La chica hundió el rostro de Belisa hasta el fondo del pastel ensuciándo su rostro, cabello y vestido.

La rubia pataleó mientras lloraba frustrada.

—¡Chef! —Se quejó— ¿Ya ve a lo que me refiero? ¡Ellos son gente corriente!

La chica se pasó la mano por la cara tratando de quitarse el pastel.

—¡Le exijo que despida a estas personas! No puede tolerar este comportamiento de sus subordinados —el accionista mayoritario y esposo de Belisa se puso de pie,  caminó hasta Tony y lo tomó con rudeza por la camisa— y todo por este muchacho torpe.

Si Tony estaba sorprendido por lo ruda que era su hermana, aun más se asombró cuando Mauro ni siquiera lo dudó y golpeó al hombre en el rostro con su puño. Sin dejarlo llegar al suelo de forma brusca tiró de su camisa y lo estrelló contra la mesa y con sus manos lo presionó inmovilizándolo. El hombre se quejó de dolor, si se movía de allí, el Chef podría golpearlo peor.

—Usted, o cualquiera que tenga la osadía de poner un dedo en él o en Elena, se las verá conmigo. Tony no es mi subordinado, es mi pareja y no tolero que nadie, absolutamente nadie, le falte al respeto —la voz de Mauro salió tan gruesa y seria, que su amenaza no solo asustó al otro hombre, sino que los demás inversionistas se pusieron de pie también.

Como nadie se atrevió a desafiarlo, se inclinó hacia el hombre inmovilizado para hablarle cerca del oído.

—Vas a tomar a tu mujer y te vas a largar de mi restaurante o te cortaré los testículos y te los prepararé en una sopa ¿entendiste, imbécil?

—Sí —Respondió el hombre con un quejido de dolor.

Mauro lo soltó y al ponerse de pie los miró a todos con odio. Se giró hacia su esposa y tiró de ella para irse.

—¡Pero no puedes permitir que se salgan con la suya! —Belisa se quejó histerica y llorosa.

—¡Callate, mujer! Nunca puedes controlar tu boca. Estoy harto de tus berrinches de niña rica y tonta.

Los otros hombres miraban a Mauro con coraje pero seguían sin decir nada.

—La puerta está muy grande. Fuera de aquí todos ustedes. La sociedad se cancela —determinó el Chef.

—¿Está usted consciente de lo que está perdiendo? ¿Va a renunciar a su cadena de restaurantes por un simple amorío pasajero?

—Yo no hago tratos con gente de mente cerrada e idiota —Mauro tomó una de las manos de Tony— y mi pareja, vale más que su jodida cadena. Largo o los sacaré a patadas.

Los hombres se retiraron ofendidos y enojados. En cuanto salieron Tony lo abrazó con fuerza, estaba a punto de llorar.

—¡Mau, tu cadena de restaurantes! —su rostro era muy triste— Tu sueño, lo perdiste por mi culpa.

El Chef lo besó tiernamente en los labios y luego le dio un confortante abrazo.

—Mi único sueño, es que estés conmigo, y seamos una familia —sonrió y miró a Elena— creo que podemos contratar a mi cuñada como guardaespaldas.

—Lo siento, a veces me altero un poquito —Elena estaba sonrojada.

—¿Poquito? —Mauro rió— Pensé que ibas a descuartizarla.

—¡Elle! —Exclamó Tony en cuanto se terminó el abrazo que Mauro le dio y sonrió también finalmente— ¿Qué se siente golpear a Belisa?

—¡Genial, super genial! —Ella comenzó a gritar y a brincar emocionada.

—¿Golpeaste a Belisa? —Esa pequeña voz era muy conocida— Debimos de llegar más temprano ¡Rayos!

—¡Dany!

Tony corrió a abrazar a su querido amigo, ya ni se acordaba del dolor de la cortada en su mano, lo bueno es que ya había dejado de sangrar.

—¡El mismo en persona! —Dany reía contento de ver a sus amigos allí reunidos.

—¿Tan rápido se acabó la celebración de su aniversario? —Elena se unió al fraternal abrazo.

—Para nada —Lenard venía llegando— solo queríamos asegurarnos de que Mauro seguía vivo. 

El Chef caminó sonriente hasta él para estrechar su mano en saludo.

—¡Oye! —Se quejó Tony y Lenard le despeinó la cabellera— Prometí portarme bien.

—¿Y lo cumpliste? —Preguntó Dany.

—Pues... nop. Pero lo intenté que es lo importante.

—Estamos muy bien, de hecho.

Mauro caminó hasta tener a Tony a su alcance y le dejó un beso fugaz en el cuello.

—¿Ustedes? —Dany tenía la boca abierta.

—¿Tony y tú....? —Lenard estaba tan asombrado como su tierno esposo.

—¡Sí! —Elena gritó emocionada y abrazó a su hermano, en uno de esos abrazos asfixiantes que no dejan pasar el oxígeno— ¡Al fin mi hermanito cara de rana encontró a su alma gemela!

—¡No me digas cara de Rana!

—Está bien, Antonio.

—¡No me gusta que me digan Antonio!

—Antonio, Antonio, Antonio, Antonio.

—¡Elena, cállate!

La chica comenzó a correr con Tony detrás de ella. Todos empezaron a reír de ver jugando a esos dos.

Esa noche, se improvisó una pequeña reunión de todos los amigos.

De los trabajadores,  Nicole se quedó a ayudar pues insistió mucho en ello.

La cena estuvo deliciosa y el lugar estuvo lleno de risas y bromas. Fue una excelente y magnífica noche.

—Traigo el postre —Nicole llegó con un pay que se miraba muy sabroso.

Al ponerlo en el centro de la mesa, tropezó un vaso y rápido lo atrapó... Junto con otra mano que también había tratado de salvar dicho objeto.

Elena miró con gran interés a la chica de ojos negros frente a ella.

—Hola —la saludó.

—Hola —Nicole se sonrojó y respondió con apenas un poquito de voz.

A Tony nada se le pasaba desapersivido, se puso de pie ofreciéndole su asiento a Nicole.

—Ven, compáñanos un ratito —el castaño fue por otra silla para quedar a un lado de su novio.

—Nicole, te presento a mi hermana Elena.

—Mucho gusto —la chica ofreció su mano en saludo.

—Créelo, el gusto es mío.

La cena con los amigos y familia terminó de lo más maravillosa. Dan y Lenard prometieron visitarlos de nuevo muy pronto y Elena se quedó en casa de Nicole utilizando de pretexto el no querer ser un mal tercio.

Ahora estaban solos Mauro y Tony en el balcón de su departamento.

Esta noche, el cielo estaba cubierto de una delicada capa de bellas estrellas. El viento frío era perfecto para estar abrazados y para darse calor.

El Chef tomó a su pequeño castaño y lo besó con ternura.

—Esto es perfecto, Mau. Estoy muy feliz de estar contigo.

—Yo también estoy muy contento de que estemos juntos.

—Quiero que me hagas el amor y me lo repitas muchas veces —Tony alzó sus brazos y los envolvió en el cuello de su hombre mientras devoraba su boca.

Mauro lo besó hasta que juntos fueron a la habitación y llegaron a su cama, en eso, se fue la luz en el edificio y todo se quedó completamente a oscuras.

—¿Qué fue eso? —Preguntó Tony.

—Lo que sea no importa.

En eso, el castaño sintió una mordida en una de las nalgas.

—¡Ay tonto!

—¿Qué? No te he hecho nada.

—¡¿En serio?!

El chico entró en pánico y lo abrazó, pues estaba tan obscuro que no se veía nada.

—¿Por qué gritas? ¿Qué te pasó?

—¡Cuídame, un fantasma me mordió!

De un solo brinco ya estaba en los brazos de Mauro, quien no perdió el tiempo y comenzó a reír.

—¡Idiota! ¡No te burles de mí! —Se quejó.

—No fue un fantasma —Mauro siguió riendose.

—¿Una víbora entonces? ¿Un insecto tal vez? —Tony apretó sus manos aferrandose con fuerza a su novio— Soy muy bello para morir por una mordida mortífera. Llévame a la sala de urgencias.

La luz volvió y Mauro lo miró a los ojos.

—El de la mordida fui yo —se rió a carcajadas.

—¡Idiota, estúpido me asustaste!

Tony se soltó de aquel agarre pero Mauro lo empujó sobre la cama y quedó sobre él.

—No te hablaré, estoy enojado contigo —Tony se cruzó de brazos.

—¿Estás seguro?

Mauro comenzó a regar besos calientes y sensuales por todo su cuerpo.

—¡Mau! —Tony exclamó— Ni te creas que me vas a convencer así siempre que me enoje contigo.

—¿Seguro? —el Chef continuó besándolo, y al llegar a su estómago, con la barba le hizo cosquillas.

—¡Tampoco me vas a convencer con eso! —Tony lo empujó y se giró en la cama quedando boca abajo para no verlo. También colocó las manos en sus oídos para no escucharlo.

El Chef se puso de pie y salió de la habitación. El chico esperó un rato mordiéndose las uñas, pero Mauro no volvía.

La curiosidad lo motivó a buscar al otro, se puso de pie y salió del cuarto para caminar por la sala. Al no encontrarlo se dirigió hasta la cocina y allí estaba.

Con una amplia sonrisa, el Chef bloqueó su paso.

—No puedes entrar, estoy terminando algo.

—¿Qué es?

—No te diré, espérame en la habitación. Es una sorpresa, claro, a menos que ya no estés enojado conmigo.

—Sigo enojado todavía —respondió sonriendo, tratando de ver lo que el otro hacía.

—Qué mentiroso, solo dices que estás enojado para que te de un regalo, si por conveniencia me quieres, muy bien me puedes olvidar.

—Papasito, quien quiere azul celeste, que le cueste —Tony se señaló así mismo— si me quieres tener, tienes que esforzarte.

—¿Y cómo puedo esforzarme si estás aquí de chismoso?

—Bien —Tony hizo un puchero y se dio la vuelta para ir a la habitación.

Esperó impaciente un corto rato, recostado en la cama de Mauro mirando al techo.

—¡Pulga, ya terminé!

—¡¿Cómo me llamaste?!

—Antonio, alias la pulga enojona.

—¡Enojona tus nalgas, idiota!

Tony tomó sus zapatos y caminó descalzo hasta la cocina. En cuanto Mauro estuvo a la vista se los arrojó uno a uno para golpearlo.

—¿Apoco te enojaste?

—¡No me llames pulga! —Tony lo golpeó con sus puños mientras el otro se reía a carcajadas— ¡Te odio, cavernícola estúpido!

Mauro le dio un tirón fuerte para envolverlo entre sus brazos, quedando a la espalda del chico.

—Era solo una broma, amorcito.

—Tú y tus bromas se pueden ir a la luna.

—Mira lo que te preparé.

El Chef se movió y con un gesto señaló hacia la mesa, donde había un postre de fresas que lucía de lo más delicioso.

—No tengo hambre, muchas gracias.

—¿Estás seguro?, obsérvalo bien.

Con la mirada, Tony se dio cuenta de que a un lado del postre, había una cuchara y un sobre color blanco.

—¿Qué es?

—La cuchara es para que pruebes el postre —bromeó.

—Idiota, me refiero al sobre —Tony se aguantó las ganas de reír.

—No sé, ya lo olvidé. Tendrás que investigarlo.

El Chef lo soltó de donde lo tenía abrazado, el chico tomó la cuchara y lo primero que hizo fue probar aquella delicia. Cerró los ojos un momento, saboreándo el delicioso dulce en su boca. Más no dijo nada, no quería admitir que estaba exquisito.

Dejó la cuchara un lado, fingiendo seriedad cuando en realidad estaba ansioso por saber qué había dentro. Al abrirlo encontró una llave, colgada de un lindo llavero. Tenía una especie de dije con la forma de una sartén y unas simpáticas cucharas y tenedores diminutos que lo adornaban. Había también una carta.

Sin soltar el llavero, empezó a leer.

Cuando Lenard me pidió que aceptara tener un compañero de departamento, lo hice porque en realidad mi objetivo es vender este lugar. Pensé que si lo compartía por un tiempo, probablemente en un futuro podría hablar con esa persona para hacer un trato y vendérselo.

La llave adjunta a esta carta, es de una casa que compré hace poco. Voy a mudarme, pero no lo haré sin tí.

Y por si no fui claro, la llave adjunta a esta carta es tuya, es el inicio de nuestro hogar y nuestra vida juntos.

¿Te quedarías conmigo toda la vida?

Completamente tuyo: AmargaMau.

PD. Te escuché cuando me llamaste así y muchas cosas más.

Al terminar de leer, Tony derramó un par de lágrimas de emoción y apretó la llave en su mano.

—¡Tonto, no me hagas llorar!

Mauro caminó hasta él y lo besó en los labios tratando de demostrarle con ese gesto todos sus sentimientos.

—Te amo, enano.

—Y yo te amo a ti, amargado insoportable.

Esa noche hicieron el amor muchas veces, utilizando sus cuerpos para embarrar y devorar aquel postre de fresas. Se reafirmaron una y otra vez, que sus diferencias los unieron y que juntos, el amor era perfecto.

FIN.

🎉¡¡¡Espero que les haya gustado!!!🎉

😍Gracias a quien pasó por aquí😘

💜Con mucho amor y con mucho cariño, se despide su escritora amateur💜:

Di
💜💙💜💙

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