Volvieron...
¿Qué acababa de decir Cielo?
Nadie entendía nada.
—¿Qué? ¿Cómo que volvieron, Cielo? —preguntó alterado Ramiro, mirándola suplicante. ¿Cómo era eso posible? Simón y Vale se habían sacrificado ellos mismos para salvar a todos de Jay, de Juan Cruz...quedándose en el futuro para siempre. No era posible, según la lógica de todos los presentes, que volviesen así como así a su verdadero tiempo. Algo tiene que haber pasado para que aquello ocurra.
—Cálmense. —pidió Thiago, al ver como los chicos comenzaban a alterarse e impacientarse. —Cielo...¿nos podes dar una explicación a lo que acabas de decir?
La nombrada tomó asiento y se refregó la sien en un intento de calmarse. Suspiró. Iba a ser fácil explicarles como funcionaban las llaves y Eudamón, pero muy difícil que entendieran, era algo ilógico que hasta a ella misma le asustaban las consecuencias que ocasionaría una situación de esta índole. Tic Tac le había advertido hacía un tiempo atrás que algo así podría suceder si los afectados que quedarían en el futuro no resistían a alguna determinada circunstancia. De algo tenía la certeza, alguno de los dos, Simón y Vale, se debilitaron a causa de alguna situación. Pero no esperaba que fuera tan pronto. No sabía si los chicos estaban preparados aún para enfrentar lo que venía.
—Lo que les voy a contar, no les estoy pidiendo que lo entiendan ahora mismo, sino que lo analicen y asimilen; porque todo lo que se viene no va a ser fácil, desde ya les digo. —Nico tomó su mano, dándole motivación. Él sabía sobre el tema, su mujer se lo había comentado por precaución. Los demás la miraban atentamente, esperando a que hable. —Ésta es una de las llave de los siete guardianes. Las usaron para ir al futuro y para volver. Todos ustedes fueron elegidos para cumplir su misión. Simón y Vale, también.
—Sí. ¿Y que hay con eso? —preguntó sin entender el punto exacto de la explicación Nacho.
—Cuando todos ustedes regresaron a su tiempo, una llave regresó al futuro, no me pregunten como porque no lo sé, el misterio del poder de Eudamón es imprescindible. —prosiguió ella. —Esa llave es de Simón y Vale, y les permite volver a su tiempo; pero sólo en una situación muy crítica. No pueden venir cuando se les de la gana, o porque extrañan. Sólo se les permite regresar a su actual época cuando en el futuro algo no anda bien. —determinó Cielo.
—Eso quiere decir que...
—Eso quiere decir que el futuro nuevamente está en peligro. Y sólo Simón y Vale saben que sucedió. —afirmó la heredera Inchausti.
Se formó un silencio sepulcral. Todos estaban tratando de procesar lo explicado. Marianella miró a su novio preocupada, él se encontraba sin decir nada y eso la preocupó. Los demás no sabían bien que decir. Esto los tomó desprevenidos a todos: hasta a Nico y Cielo. No hacía ni menos de un año que regresaron y ya todo volvía a desmoronarse.
—¿Y ahora qué? ¿Qué carajos hacemos, Cielo? —preguntó impulsiva Jazmín, que ya empezaba a alterarse ante los hechos, todos se encontraban con la misma duda y miedo: ¿y si en verdad el futuro está en peligro? ¿Y si Juan Cruz nunca murió y sigue destilando maldad?
—Ahora lo primero y único que nos queda es buscar a Vale y Simón, traerlos a salvo y averiguar que pasó exactamente en el futuro. —habla la rubia.
—¿Y cómo averiguamos donde están? —preguntó Ramiro, que comenzaba a tener malos presentimientos. Algo dentro suyo se removió al saber que existía la posibilidad de volver a ver a Valeria.
—No es tan fácil, si es eso lo que creen, chicos. —advirtió la mamá de Paz. —Lo principal ahora es localizarlos, traerlos a casa y asegurarnos de que estén bien. Eso es lo único por lo que hay que preocuparnos hasta ahora. Y hasta no escuchar a Simón y Vale, no podemos hacer nada más. Sólo ellos saben lo sucedido.
¿Localizarlos? ¿Dónde y cómo?
—Voy a tratar de localizarlos. —dijo Nicolás tras un suspiro. —Sólo hay que saber dónde estarán y buscarlos.
—¿Y donde podrían estar? ¿Tienen alguna idea? —interrogó Mar, mientras trataba de calmar a Bruno, quien comenzaba a llorar.
—Pueden estar tanto dentro del país como en otro continente tranquilamente. Todo depende del poder de Eudamón. La vez que regresé a esta línea temporal aparecí en Brasil. Todo es posible. —respondió Cielo. —Hay que encontrarlos, sanos y salvos.
Inmediatamente el matrimonio Bauer/Inchausti se encerró en el escritorio para buscar una solución luego de que todos los chicos se vayan a sus respectivas habitaciones a descansar. Todos trataban de pensar en otra cosa menos en la posibilidad que más temían: que Juan Cruz regresara. Todos menos Thiago quien seguía maquinando aquella idea en su cabeza y no pensaba en otra cosa. La culpa y miedo lo carcomían por dentro.
*
Mar, luego de recostar a Brunito en su cuna, esperó por su novio varios minutos. Pero él no regresaba. Le había dicho que quería estar solo, pero de eso ya casi dos horas. Preocupada, se calzó las pantuflas y fue a buscarlo. Lo encontró en el patio de la mansión, sentado en el viejo carromato de Cielo. El castaño estaba sentado cabizbajo, miraba un punto fijo.
—¿Mi amor? —llamó Marianella y se acercó a él.
—Ya voy adentro, Mar. No agarres frío. —respondió sin mirarla. La chica se sentó a su lado.
—¿Estás bien? —pero Thiago no contestó. Ella lo tomó del mentón y le hizo girar la cara. —Thiago, mírame. —exigió. Éste la miró y Mar notó la tristeza y culpa en sus ojos. Thiago no estaba bien, y ella lo sabía. —¿No me querés contar por qué estás así? —preguntó.
—Tengo miedo, Mar. Es mi culpa. —susurró él.
—¿Qué es tu culpa Thiago?
—Es mi culpa que...que Juan Cruz siga vivo. —contestó.
—No es tu culpa. Además, no sabemos si está vivo. Sólo es una suposición. —le recordó.
—Mar, tengo mucho miedo. Yo...—se sinceró él y por primera vez desde que regresaron, Mar lo notó frágil. Se dio cuenta que en esos momentos era como un niño, frágil y necesitaba que lo contengan. Ya no estaba esa fachada del fuerte, inteligente y maduro joven que se había convertido. Su pela necesitaba de ella, y ella iba a estar ahí, al pie del cañón, siempre. —Yo...no puedo permitir, no...tengo miedo que les haga daño, Mar...a vos, Bruno, los chicos...son lo único que me queda y si es verdad que Juan Cruz sigue vivo...
—Thiago, escúchame, por favor. —Mar hizo que él la mirase. Secó las pequeñas lágrimas que se escapaban de los ojos de su pela y lo besó. —Todavía no sabemos que es realmente lo que está pasando. Pero en el caso de que Juan Cruz esté vivo, no te preocupes, estamos juntos en esto. Todos. Somos una familia, rara y loca, pero familia al fin. Y somos unidos, nos amamos. Somos fuertes, ¿cuantas veces nos enfrentamos a él? Muchas. Pero siempre triunfa el bien, el amor, la unión, la paz y la esperanza, como dijo Nico. Ya no hay por qué temerle. Somos más fuertes que él. Vos sos mucho mejor que él. —le dijo Mar, sabiendo lo que Thiago sentía.
—Te amo, Mar. —le sonrió Thiago.
—Te amo más, pela.
—¿Me prometes algo? —pidió de repente el castaño. Mar asintió. —Que nunca me vas a dejar y siempre me vas a amar, hasta cuando las cosas se compliquen.
—Te lo prometo, pela. —se sonrieron y se besaron ahí, en el carromato, donde hacía unos años atrás se habían comprometido y jurado amarse por siempre y ahora sellaban una promesa aún más fuerte dónde todo su amor hacía acto de presencia.
Bueeeeeeeeeeeeeeeeeenas ¿Cómo estan? ¡Espero que bien!
Les vine a alegrar el mes! Ahre jajajajaja
Sinceramente no sé muy bien como quedó el capítulo, pero aquí está. Perdón si no es lo que esperaban, pero es lo que me salió escribir en el momento. Y quería actualizar así que ¡espero les guste!
Sin más que decir, disfrútenlo.
Los amo y gracias por su apoyo aún sabiendo que no actualizo muy seguido ♥
Nos vemos prontitoooo :3