Daño Colateral

By MariaJose019

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# Un secreto que desata emociones. More

1. Volver a la Realidad
2. El Reencuentro
3. Realidad y Ficción
4. Confesiones
5. El sentimiento
6. Consecuencia
7. Una reconciliación corta
8. Camino al abismo
9. La Busqueda
10. La Confesión
11. ¿Me vas a besar?
12. Revelación
13. Apoyo
14. ¿Así es el Amor?
16.- Dos días de cita (2)
17.- Propuesta
18.- Sólo las dos
19.- Cerrando un Ciclo
20.- Parte de mi vida
21.- No sé que hice para Merecerte
22.- el secreto y la decisión
23.- Te voy a Salvar
24.- Visita Inesperada
25.-Cita Doble
26.- ¿Lo que pasa en Suiza, queda en Suiza?
27.- La última noche
28.- Buena suerte en el amor
29.- Una familia
30.- Esperar no es Luchar
31.- Sin mirar atrás
32.- Plan B
33.- Shock
34.- Que comience la nueva vida
35.- La entrevista
36.- La reunión
37.- Un almuerzo inusual
38.- Mina Myoui
39.- Explicaciones
40.- La mujer más hermosa del mundo
41.- El día más triste
42.- Celos
43.- Una decisión
44.- Nos vamos a casar
45.- Es hora de dejarnos
46.- Una llamada reveladora
47.- Nos acaban de besar
48.- Las 9 o nada
49.- ¿Me harás rogar?
50.- Reconciliación part 1
51.- Reconciliación part 2
52.- El día D
53.- !Si quiero!
54.- Una despedida de soltera diferente
55.- Camino al Altar
56.- La habitación 16
57.- Sólo minutos
58.- FINAL

15.- Dos días de cita (1)

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By MariaJose019



Nayeon

Como consecuencia del accidente de Momo toda nuestra agenda se atrasó. Creímos que a JYP y a los mismos productores y gerentes esto les molestaría pero, no fue así. Ellos creían que después de todo el drama que había pasado conmigo y ahora esto era necesario algunos días de tranquilidad así, que, nos dieron 1 semana libre. Obviamente todo el mundo fue a ver a sus familias y yo, yo me quedé con Momo.

Las lesiones de Momo no llegaron a ser fracturas. Tenía contusiones muy dolorosas y una herida en la cabeza que se tuvo cerrar con puntos. Pasaba mucho dolor y por esa razón se le prohibió viajar. Tenía que mejorarse lo antes posible y, según el médico le había dado 2 semanas de recuperación.

Después del accidente Momo y yo no hemos hablado mucho. Pude notar que hasta está tratando de evitarme, ¿Se acordará de lo que le dije en el hospital?. El que no se acordara de eso puede hacerle creer que ese día no quería estar con ella cuando, claramente no fue así. Las pastillas se apoderan de ti, te hace ver y sentir cosas que ni siquiera puedo describir. Y por mi culpa, Momo había pagado las consecuencias.

-Llegaste – dije emocionada cuando la vi pasar por la puerta.

-Si – me di cuenta que Momo ya no llevaba el parche en su cabeza.

-¿Te sacaron los puntos? – ella asintió con la cabeza.

-Me duele acá – se tocó el costado derecho, tenía un hematoma gigante.

-Tuviste tanta suerte en ese accidente – caminé hacía ella – otra podría haber sido la historia – nos quedamos mirando.

-Todo gracias a Heechul – escuchar su nombre me ponía tan incómoda – si no me hubiera gritado probablemente mis heridas serían otras y no estaría frente a ti contándotelo.

-No digas eso – tome sus manos y las junte con las mías en el centro de mi pecho – nunca quise que nada de esto ocurriera.

-No es tu culpa.

-Las dos sabemos que eso no es verdad – acaricie una de sus mejillas - ¡Dios! Eres tan hermosa – Momo sonrió y se sonrojó – no sé cómo lo haces - Momo se abalanzó a mi cuerpo y la abracé. Era bueno saber que al menos estábamos hablando y que quizás, ella solo necesitaba tiempo. Me alegro también, de no haberme desesperado y haberle dado el tiempo necesario – me encanta tu olor – ella siempre olía bien.

-A mí el tuyo – sentí el roce de la punta de su nariz en mi cuello – nunca te he sentido mal aroma – Momo se alejó algunos centímetros y quedamos frente a frente. El espacio entre las dos era tan mínimo que podía sentir el aire helado salir de su nariz hacer contacto con mi rostro – es increíble que con tan solo mirarte logres hacer que mi corazón palpite más fuerte de lo normal – ahora era yo la ruborizada – nunca me di cuenta que eso me pasaba hasta que me puse a pensar en que me venía pasando hace tiempo.

-¿Ahora es entendible para ti?.

-Si – Momo alejó un mechón de cabello de mi rostro y lo colocó detrás de mi oído – creo que eres la chica mas hermosa que he conocido – Momo no había sido tan sincera desde que hablamos cuando volví al departamento – me encanta que tu piel sea tan blanquita – acarició mi rostro.

-¿Qué haces? – pregunté nerviosa.

-¿Qué crees que hago? – su tono de voz había cambiado de tierno a sexy en cuestión de segundos.

-No tengo la menor idea – me acerqué a ella lentamente, y el espacio entre nosotras se volvió a acortar.

-No quiero que volvamos a discutir – ella junto su frente con la mía – no quiero que nos alejemos la una de la otra nunca más. Nos necesitamos.

-Lamento lo que ocurrió ese día, yo no quería que te sintieras más pero no podía controlar todo lo que me hacían sentir esas pastillas. No creí que podía ser causante de que ocurriera todo esto.

-Sólo quiero que me digas las cosas ¿ok?.

-Lo haré – sonreí.

-Gracias por cuidarme esta semana. Deberías estar con tu familia, aún después de todo lo que ocurrió. Necesitas su apoyo.

-El único apoyo que necesito es el tuyo – ella se quedó en silencio – contigo no necesito más.

-Nayeon...

-¿Tienes hambre? – ella asintió con la cabeza.

-Pues entonces a almorzar, cociné toda la mañana.

-¿Cocinaste?

-Si.

-¿Qué hubiera pasado si no hubieses vuelto a la casa? – gire para verla mejor.

-Probablemente me hubiera ido también.

Nos sentamos a almorzar y a conversar de trabajo. Hablamos también de cómo se estaba sintiendo con el dolor de sus costillas. Me dijo que le costaba dormir durante las noches porque, no dormíamos juntas. Dejé de dormir con ella después de su accidente, ella necesitaba espacio en la cama para poder mejorarse más rápido. Durante el transcurso del almuerzo noté que la postura de Momo había cambiado.

-¿Te sientes bien?

-No – respondió.

-¿Te duele el costado? – ella asintió.

-¿Quieres que lo vea? – nos quedamos mirando – anda a tu cuarto. Llevaré algunas cosas.

Momo se levantó y subió las escaleras. Yo fui a la cocinar a buscar paños húmedos, la medicina de Momo y una crema.

Subí hasta el cuarto y entré sin tocar la puerta. Cuando miré hacía el frente tenía la espalda desnuda de Momo frente a mí. Pude notar lo tonificada que estaba. Su piel era hermosa, esta chica me volvía loca – te vas a quedar todo el día mirándome – el tono irónico de Momo me sacó del trance.

-lo siento.

-No puedo ocupar ropa interior superior. El dobladillo llega justo al hematoma y me causa dolor.

-Tranquila - ¿No se tapará?, mi cabeza no dejaba de pensar en eso.

-¿Te molesta? – Momo volteo pero, antes de quedar frente a frente se tapó con el polerón que andaba trayendo.

-No – mi mirada bajó hasta sus abdominales. Esta chica estaba esculpida por los dioses.

-Nayeon... Nayeon... Hey.

-Oh... lo siento... yo... - me había ruborizado – es mejor que te acuestes – Momo me hizo caso. Se acostó en mi cama mirando hacía el techo. Sus pechos estaban tapados por una de las mangas del polerón. Solo eso, una manga. Podía notar el relieve de ellos. ¿te puedes calmar?, me repetía constantemente.

-Si te incomoda es mejor que lo digas. Puedo hacer esto sola.

-Creo que esto no es justo – ella me quedo mirando – estas... así, en la cama... y yo... yo...

-Tu que – Momo se sentó en la cama y dejó caer el polerón. No quería mirar, no quería faltarle el respeto – No me duele el costado – Momo comenzó a moverse hacia donde me encontraba – quería estar más cómoda, recuperar el tiempo perdido – se levantó de la cama y se posicionó delante de mí. Comencé a mirarla desde sus pies. Llevaba los pies descalzos, un short negro. Muy corto. Observé nuevamente sus abdomen, me preguntaba que se sentiría tocarlos, besarlos... - ¿Te gusta lo que ves? – traté de mantener mi mirada en sus abdomen pero fue imposible. Comenzó a caminar hacía mi y se sentó en mis piernas. Era la misma posición que habíamos hecho hace días atrás sólo, que esta vez, ella era la que mandaba - ¿Por qué no me miras? – subí la vista rápidamente hasta sus ojos.

-Te miro – dije nerviosa y ella sonrió.

-¿Por qué no me miras bien? – nos quedamos en silencio, sólo mirándonos.

-Eres preciosa – deje que salieran esas palabras de mi boca para luego recorrer su rostro. Su cuello era una de las cosas que me más me gustaba de Momo. Soñé millones de veces con besarlo, morderlo, acariciarlo. Bajé hasta su clavícula la cual, era prominente. Me mordí los labios cuando bajé hasta sus pechos. Quería observar cada detalle, cada rincón de ellos. Eran perfectos.

-¿Te gusta? – Momo se volvió a acomodar, a tal punto, que sus pechos quedaron a centímetros de mi rostro.

-Para... - dije casi suplicando – porque... porque me haces esto.

-¿Hacerte qué? – Comenzó a moverse de atrás para delante encima de mí - Momo... - a ella no le importaba - ¿Qué quieres? – pregunté desafiante. El tono de mi voz, hizo que ella se detuviera en sus movimientos y me mirara directamente a los ojos.

-¿Qué quiero? – Momo empujó mi cuerpo y caí sobre la cama. Ella colocó todo el peso de su cuerpo encima del mío mientras mantenía mis brazos los cuales estaban sujetados por sus manos pegados a la cama. Me miro a los ojos. Noté como la mirada le había cambiado, estaba extasiada – quiero que me beses – susurró en mi oído derecho – que tus labios recorran cada rincón de mi cuerpo, que tus manos me toquen – Momo comenzó a moverse nuevamente – que me mires, que me desees, que nos conozcamos. Que nuestros cuerpos se conozcan. Enséñame todo lo que sabes Nayeon – sus últimas palabras hizo que todo mi interior se prendiera fuego. Comencé a levantarme despacio y volvimos a la posición original. Ella sentada encima de regazo con sus piernas abierta y su torso desnudo.

-Te voy a besar – respondí nerviosa – no te estoy pidiendo permiso – ella solo sonrió ante mi seguridad. Al segundo que vi la sonrisa en su rostro me acerqué para apoderarme de sus labios. Al principio, sólo fue un choque de labios. Abrí los ojos mientras mi boca seguía unida a la de ella. Momo tenía los ojos cerrados. Recorrí sus facciones con la mirada tratando de encontrarle alguna imperfección y se me fue imposible. Era la chica mas hermosa que había conocido.

-¿Me besarás o solo me vas a mirar? – habló sobre mi boca. Abracé su cintura con mis brazos, haciendo que su cuerpo estuviera completamente pegado al mío. Ella colocó todo su cabello hacía el lado izquierdo. Comenzamos a acercarnos lentamente hasta que la distancia fue nula.

Lo primero que hice al hacer contacto con su boca fue besar su labio inferior. Pude sentir como la punta de la lengua de Momo hizo contacto con la piel húmeda de mis labios. Giré la cabeza hacia el lado derecho. Momo seguía cada movimiento que hacía. Succioné su labio inferior, ella se zafó rápidamente de ese movimiento y comenzó a mover sus labios encima de los míos. El beso estaba comenzando a tener forma y se sentía tan bien. Las manos de Momo jugaban con mi cabello largo y hacían presión para que el beso fuera más erótico.

Comencé a acariciar el cuerpo de Momo. Comencé con sus piernas, hasta llegar a su tronco desnudo. Mis dedos acariciaron la piel desnuda de los costados de Momo generando que ella se estremeciera en mis brazos. Al gemir su boca se separó de la mía por algunos segundos e introduje mi lengua en su boca. Pude sentir otro gemido al momento en que nuestras lenguas hacían contacto por primera vez. También, este movimiento, había logrado que su piel estuviera completamente erizada. El beso era armónico, nuestros labios y lenguas se entendían a la perfección. Era como si se hubieran estado esperando durante mucho tiempo. Así como yo a ella. Me olvidé completamente de todo. Este era el momento que tanto había esperado, soñado y lo iba aprovechar.

Me tomé la libertad de llevar mis manos hasta el trasero de Momo y apretarlo con fuerza. Noté como la sonrisa comenzaba a formarse por la comisura de sus labios. Comencé a levantarme de la cama con ella aún encima. Con Momo en mis brazos la recosté sobre la cama y esta vez yo tenía el control. Estaba entre medio de sus piernas sin dejar de besarla. Cada vez que nos faltaba el aire no pasaba ni un segundo y estábamos nuevamente unidas en un beso infinito, lleno de emociones, lleno de sentimientos. Sentí como las manos de Momo bajaron hasta mi trasero y ejerció presión en ellos y gemí en su boca al sentir el contacto de su pelvis con la mía – muévete – susurró en mi boca. No lo pensé dos veces y comencé a moverme encima de ella. Mi boca se había alejado de la suya pero, no por sería por mucho tiempo. Mi boca se apoderó de su cuello. Comencé besando cada rincón de este, mientras mis manos acariciaban sus abdominales. Pase mi lengua desde su clavícula hasta su oído derecho y sentí las uñas de Momo enterrarse en mi espalda. Sentí un leve dolor que pronto se transformó en placer. Baje hasta su clavícula; la mordía y lamía desesperadamente – Nayeon... mmm... Nayeon – escuchar su nombre me hizo temblar. Volví a su boca pero ella se alejó.

-¿Qué... que... que paso? – tenía la respiración cortada.

-Sigue tu camino – la quedé mirando y me costó entender a lo que se refería. Ella llevó su vista hacia abajo y entendí.

-¿Segura? – su respuesta fue su lengua en mi boca y con un movimiento volvió a dejarme debajo de ella. Momo se sentó en mi pelvis y comenzó a moverse. Desde la posición que tenía pude notar como sus pechos hacían un vaivén que lograba que mis ojos no se fijaran en nada más que en ellos. Sentí como comenzaba a tragar saliva de forma rápida. Quería hacerla mía con todas mis fuerzas pero, sabía que tenía que irme lento. Tenía que respetar a Momo, no quería que sintiera que solo la quería para tener sexo. Es verdad que su cuerpo me vuelve loca pero, no era solo eso lo que me había enamorado de ella.

-Se en lo que estás pensando – Momo dejó de moverse y yo me senté en la cama con ella aún sentada encima de mí. Creo que esta sería nuestra posición favorita.

-No me quiero apurar – respondí nerviosa mientras Momo desabrochaba cada botón de mi blusa.

-Lo sé, yo tampoco – ella no me miraba. Su vista estaba pegada en mis pechos cuando quedaron a la vista - ¿te gusta? – ella me miró y sonrió.

-Sácate la parte de arriba – la quede mirando – quiero que estemos igual – Momo se acercó, llevó sus manos a los costados de mi rostro y pegó sus labios a los míos. Esa reacción me había dejado sin palabras en la boca – eres hermosa – estábamos tan cerca – creo... creo que después de esto – volvió a besarme. Su rostro estaba tan relajado – creo que me costara mucho dejar de besarte ahora en adelante.

-Puedes besarme cuando quieras – lancé la blusa lejos y saqué mi ropa interior. Ahora estábamos en la misma sintonía.

-Me encantan tus pechos – Momo no era cobarde, así que logró hacer lo que yo no pude. Pude notar cómo sus manos temblaban pero, eso no fue impedimento para que sus manos se adueñaran de mis pechos. Sentí la presión que ejercían sus manos  y gemí despacio, no quería que me escuchara. Pero fue imposible. Momo sintió mi gemido y me quedo mirando. Sentí mis mejillas ruborizarse – me encantas – Momo junto nuestros torsos desnudos y nuestros pechos hicieron contactos. A causa del peso de Momo ella cayó encima de mi sobre la cama. Sentí como su cuerpo comenzó a apoderarse a un costado de mi cuerpo mientras, que su pierna izquierda estaba encima de mis caderas, sus manos izquierda jugaba con mis abdominales que no eran para nada sexys. No como los de ellas.

-Estoy feliz – escuché después de un rato.

-¿Si? – la mire hacia abajo y ella estaba mirando hacia arriba – no puedo creer que te tenga así.

-¿Así como? – ella se acomodó y su pierna izquierda se extendió. Su rodilla quedó sobre mi entrepierna – noté tu nerviosismo mientras me besabas.

-No quiero que pienses que no quería besarte entera – ella sonrió – creo que sabes que es lo que quiero hacer. Sólo, sólo no quiero cometer errores. No quiero todo rápido. Quiero conocer cada rincón de tu cuerpo, tomarme el tiempo en cada roce.

-Me gusta esto – Momo dejó de mirarme. Sus dedos rozaban mis abdominales, jugaban con el contorno de mis pechos. Noté que se sonrojaba cuando se daba cuenta que sus caricias lograban que mis pezones se pusieran duros. Era una reacción única – tienes un cuerpo increíble – tomo mi rostro y volvió a besarme - ¿quieres ir al cine? – sonreí.

-¿Me estas invitando al cine?

-O sea... no al cine, pero si me das 2 horas puedo traerte el cine al departamento – no estaba entiendo – vístete, iré a comprar algunas cosas – Momo volvió a besarme, cada vez que me besaba lo hacía ver fácil. Casi lo hacía por inercia y eso, me tenía algo impresionada. Momo se levantó de la cama. Miré como se levantó de la cama completamente desinhibida. Podía notar la gran confianza que tenía Momo en su cuerpo.

-¿No te pondrás ropa interior? – pregunté al darme cuenta que Momo solo se colocó su polerón - ¿Saldrás así? – ella sonrió, me miró y caminó hacía la cama. Se acercó a mi rostro y volvió a besarme.

-No hay necesidad que te pongas celosa. Esto – Momo llevó mi mano desde mi cuello hasta sus pechos. Hizo que los tocara por encima de la tela de su polerón – esto es tuyo, puedes hacer con mi cuerpo lo que quieras – paso su lengua por mi labio inferior – no te pongas ropa interior. Tu blusa es blanca y quiero verlos a través de ella.

Momo salió del cuarto y ahí quede yo. Semidesnuda, encima de la cama pensando en que quizás había creado un monstruo sexual/sensual con respecto al sexo. Solo podía sonreír y esperar en que pasaría en estos dos días que teníamos.

Nayeon

Momo llego después de 1 hora y media de haber estado afuera. En sus manos traía bolsas de comidas, snacks y bebidas. Le pregunté si ella había cargado todo hasta acá arriba ya que, por orden médica tenía prohibido realizar esfuerzo físico durante una semana. Me respondió que no, que había sigo gente de producción.

-¿Cocinas? – pregunté sorprendida.

-Si – su concentración estaba puesta en la comida.

-¿Por qué nunca nos has cocinado?.

-Porque prefiero comer la comida que hacerla – me reí mientras la observaba desde lejos.

-Esa es una muy buena respuesta – me acerqué a ella por atrás y la abracé. Dejé descansar mi cabeza en su espalda y sentí cómo acariciaba mis manos con sus dedos – no puedo creer que estemos así – susurré. Ella volteo de inmediato.

-¿Por qué no lo puedes creer?.

-Es muy repentino. Creí que nuestro primer beso nunca llegaría.

-Fue... mmm... completamente diferente a lo que me imaginaba.

-No sé si eso es malo o bueno.

-No soy la típica persona que cree en cuentos de hadas. Soy muy femenina pero – hizo una pausa y me miró directamente a los ojos – no me gustan los clichés, el beso que nos dimos hoy día. Yo semidesnuda encima de ti – comenzó a jugar nuevamente con los botones de mi blusa – fue exactamente lo que quería.

-¿Querías un beso sexy? – ella se ruborizó.

-Sé que tendremos muchos besos románticos. Como los que nos dimos después de nuestro primer beso pero, te encuentro una persona demasiado sexy. Nuestro beso no tenía que ser bajo la lluvia mientras bailábamos singing in the rain – sonreí – para mí estuvo perfecto – sin darme cuenta Momo había desabrochado cada botón de mi blusa. Mis pechos sólo estaban tapados por la pequeña tela de color blanco – eres demasiado sexy – colocó su dedo índice al medio de mis pechos y comenzó a bajar hasta mi ombligo. Su cara era una obra de arte. Estaba completamente embobada por mi cuerpo. Estoy segura, que si fuera por ella, me haría el amor encima de esta mesa.

-¡Hey! – Golpee su mano despacio – ya tendrás tu oportunidad para recorrer todo esto – gire y dejé que viera mis pechos. Me acerqué a ella y besé sus labios con dulzura. En cambio, ella, se apoderó de mi labio inferior y lo succionó con rudeza – me sorprendes Hirai, cada día me sorprendes más – nos volvimos a besar mientras abrochaba mis botones – tengo hambre – le hice una cara tierna.

-Haré sushi – me lancé a su cuello – así que porque no vas colocando los snacks en platos, sirves bebida y elijes una película.

-A su orden mi general.

Arreglé todo para que estuviéramos cómodas. Traje algunas mantas y todos los cojines que encontré en los cuartos. También puse uno que otros osos de peluches. Momo tenía una obsesión con ellos. Hemos escuchado decir a Jeongyeon, que Momo tiene tantos peluches que con suerte caben las dos en ese cuarto y tiene razón.

Mientras Momo cocinaba coloqué algo de música. De vez en cuando la miraba y le bailaba sensualmente y otras veces tiernamente. Ella solo sonreía. Cada vez que la miraba sentía que encontraba un rasgo diferente de ella que me enamoraba, cada vez que escuchaba su risa estaba segura que nadie en el mundo podría lograr que sonriera con tan solo escucharla. La forma en que el Japonés se le mezclaba con el Coreano a la forma de hablar la hacía ver aún mas tierna, ganas de abrazarla y no soltarla más. En algunos momentos recordaba nuestros besos, nuestras caricias y me ponía a pensar en que esto estaba recién comenzando, en que dirían nuestras fans. ¿Chaeyoung tendría razón con que a las fans les gusta que entre los integrantes de un grupo exista algo?. Probablemente la respuesta a esa pregunta sea un si, pero, el resto de las personas no lo entenderían.

Hay pocos Idols que se han atrevido a salir del closet, a decir abiertamente y públicamente su sexualidad. Muchos de ellos no lo han pasado bien después de eso. Son pocos los casos de un Idol de la comunidad LGBT que han triunfados. Yo no quería ser olvidada, no quería que me trataran mal por amar. Llevaba viviendo esta pelea mental de amor vs trabajo hace 3, casi 4 años y seguía estando presente.

-Creo que podría enamorarme de ti – las palabras de Momo hicieron que mi corazón se alborotara, mi cuerpo temblaba y todos los pensamientos se fueron a blanco. Voltee rápidamente y ella estaba frente a mí.

-¿Qué dijiste? – pregunté sonriendo.

-Que – beso en la frente – creo – beso en la nariz – podría – beso en el mentón – enamorarme – beso en la mejilla derecha – de – beso en la mejilla izquierda – ti – beso en los labios. Apenas sentí el contacto de sus labios con los míos salte a sus caderas, sabía que ella no me dejaría caer. Momo comenzó a caminar hacia atrás conmigo en brazos y se sentó en uno de los sofás. Algo me decía que le encantaba esta posición. Comencé a besarla desesperadamente. Era un beso desesperado pero rítmico, lleno de amor, de sed por ella – júrame... júrame... que no te iras – dejé de besarla y juntamos nuestras frente – júrame que no sufriré – lamí mi labio inferior y ella me sonrió.

-Nayeon... - acarició mi mejilla – no me iré y no te haré sufrir – se acercó a mi boca y dejo un tierno beso sobre mis labios – te lo prometo.

Después de esa ronda de amor, confesiones y promesas nos sentamos a comer sushi mientras mirábamos una película. De vez en cuando Momo dejaba caer su cabeza en mi hombro y dejaba pequeños besos en ella. Había momentos en que nos perdíamos completamente de la película y comenzábamos a hablar de otras cosas. Nunca creí que tendría tanto tema de conversación con ella, siempre creí que a Momo no le interesaba nada de lo que a mi si me interesaba. Hablamos hasta, de nuestros libros favoritos.

-¿Te puedo hacer una pregunta?.

-Obvio que si Momo – entrelacé mis dedos con los de ella.

-¿Tu primera vez fue con una mujer o con un chico?.

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