Los Besos Robados de Bridget...

נכתב על ידי darlis_steff

6.9M 721K 459K

Durante mucho tiempo Bridget y Keith han andado uno alrededor del otro, dando vueltas alrededor de un círculo... עוד

Los Besos Robados de Bridget
Prólogo
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capitulo Diez
Capítulo once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce (Penúltimo capítulo)
Capítulo Quince (Final)
Epílogo
Agradecimientos
Publicación, disponible en librerías

Capítulo Uno

345K 41.1K 51.4K
נכתב על ידי darlis_steff

CAPÍTULO UNO

Bridget

21 de marzo, 2002

Siento algo picar mi nariz... no otra vez.

Sé que es Kaethennis haciendo una de sus estúpidas bromas, por lo que gimo por lo bajo y cierro más fuertes mis ojos. Los abro rápidamente al sentir algo húmedo entre mis piernas. Se siente extraño, algo diferente y eso es muy alarmante.

—¡¿Qué hiciste?! —grito histérica a una Kaethennis muy sorprendida que se cae de la cama—. ¿Qué me hiciste?

—¡Nada, nada!

Alzo la sábana y veo manchas carmesíes. Sangre. Lo identifico rápidamente como sangre bajo el lugar en el que dormí y vergonzosamente también en la entrepierna del pantaloncillo de mi short de pijama.

—¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! —digo, comenzando a derramar lágrimas de manera histérica.

—¿Qué rayos te sucede Brid? —cuestiona Kaethennis, viéndome con confusión.

—¡Me estoy desangrando! ¡Voy a morir!

—¿Dónde? ¿Dónde? —me pregunta espantada, pero yo solo lucho contra las sábanas y salgo de la cama de mi mejor amiga.

Veo con absoluto terror las telas manchadas y lloro mucho más. ¿Qué está mal conmigo? ¿Por qué me está sucediendo esto? Tiene que ser una especie de castigo por algo que quizás hice sin siquiera darme cuenta. Y tuvo que haber sido malo, algo muy malo.

—¡Voy a morir! ¡Estoy muriendo! —grito histérica, Kaethennis me ve con los ojos muy abiertos, ve su cama y luego a mí, y para mi sorpresa ella comienza a reír—. ¡No rías! ¡Estoy muriendo como mi madre! ¡Oh Dios, moriré a los trece años!

—¡Bridget cálmate! —pide mi amiga riendo y yo solo grito más fuerte.

Puedo escuchar que habla, como si comenzara a darme alguna explicación, pero en mi mente solo puedo verme vistiendo el vestido negro que usé en el funeral de mi madre, puedo ver la urna, ella murió y ahora yo estoy muriendo también.

—¡Estoy muriendo! —interrumpo a Kaethennis, llorando fuertemente. Sé que digo que la extraño mucho, que me gustaría verla, pero aun no quiero morir para encontrarme con mamá. Aún no.

Escucho pasos apresurados dirigirse a la habitación, un minuto después la señora Kancy está jadeando en la puerta seguida por Keith, quien trae un bate entre sus manos y luce maniático. Genial, más personas vinieron a verme morir.

—¡Señora Kancy estoy muriendo! —grito, Keith mira a su alrededor, luego me ve a mí, evaluándome. Y, aunque siento mi corazón latir muy rápido, estoy muy ocupada sufriendo mi prematura muerte.

Keith baja la vista hacia mis pantalones, levanta la cabeza rápidamente y se sonroja como nunca lo he visto en mi vida. Murmura algo muy rápido y sale de la habitación.

La señora Kancy se aclara la garganta y se acerca lentamente a mí, casi como si temiera mi reacción.

—Brid, cariño, ven. Hablemos.



Miro horrorizada a la señora Kancy mientras ella habla de lo que me pasa, o bueno, lo que le pasa a mi cuerpo.

—Entonces, cariño, esa es la menstruación. No estás muriendo, es un paso de la niñez a la pubertad.

Sorbo mi nariz y mis ojos se dirigen a Kaethennis, que me da una pequeña sonrisa.

—Ya pasé por eso hace unos meses Brid, te prometo que aunque a veces duele el vientre, puedes lidiar con ello —me asegura mi amiga—. Es algo normal.

—No-no sé como usar todo lo que dice, señora Kancy.

—No te preocupes cariño, yo voy a enseñarte y ayudarte. No llores. Estoy muy segura de que tu mami estaría sonriendo mucho al saber que su nenita ha llegado a esta etapa.

—Estoy avergonzada —susurro.

—No tienes de qué avergonzarte, nunca te avergüences de algo que es tan natural para tu cuerpo —me aconseja, dejando un beso en mi frente.

Mamá se fue, pero la señora Kancy siempre está aquí para mí. Ella sale de la habitación y, mientras Kaethennis se sienta a mi lado y me tiende lo que me explica que son una caja de tampones y otra de toallas sanitarias, caigo en cuenta de algo.

Keith me ha visto, Keith ha visto todo.

¿Conoces esa sensación de odiar al mundo? La estoy sintiendo ahora al darme cuenta de que he pasado el momento más vergonzoso que una pre-adolescente puede pasar frente al niño que le gusta.

Odio al mundo por tener a mi mamá muerta. Si ella estuviera viva ella me hubiese hablado de que esto pasaría, por supuesto que papá no lo hizo, después de todo él aún no ha comprendido lo que es criar a una niña solo.

El hecho de que mamá muriera cuando cumplí los diez solo hace que llore más ante la vergüenza por la que acabo de pasar con mi segunda familia.

¡Por Dios! Keith me vio. Cubro mi rostro con mis manos.

—Soy tonta —murmuro.

Después de ese día, durante dos semanas Keith no parece ser capaz de verme a los ojos. Es algo que ninguno de los dos nunca olvidará.

***

04 de noviembre, 2003

—¿Realmente te dejaste besar por Dany baboso? —pregunto frunciendo el ceño, cepillando mi cabello. Estoy lista para irme a casa luego de dormir en casa de Kae.

—¡No me lo recuerdes! —grita, haciéndome reír—. Fue asqueroso... ¡Él robó mi primer beso!

—No te lo robó, creo que tu también tuviste algo que ver. ¡Iugh Kae! Es Dany baboso, es decir B-A-B-O-S-O.

—¡Lo capto, Brid! ¡Lo capto!

Río una vez más ante la expresión que tiene el rostro de Kaethennis. Ayer, durante la fiesta número dieciocho de su hermano, recibió su primer beso del chico que ninguna chica quiere besar.

—Nunca dejes que tu primer beso sea de lengua —dice, haciendo arcadas—. Pensé que vomitaría.

—Que asquerosa eres. Estás llena de los gérmenes de Dany baboso.

Kaethennis, como era de esperarse, me saca la lengua y luego cubre su rostro con sus manos mientras gime dolorosamente.

Si me lo preguntan, no entiendo cómo dejó que Danny baboso la besara. El chico no es feo, es atractivo pero, ­¡oye!, por algo lo llaman Dany baboso.

Kaethennis es impresionante, siempre lo ha sido, es increíblemente hermosa con su cabello caoba abundante y ondulado y sus ojos grises.

Fui bonita de pequeña, pero finalmente después del episodio vergonzoso de mi vida, de mi primera menstruación, todo en mi mejoró, haciéndome lo que Ted y otros chicos llaman "una chica caliente". Una chica caliente que nunca ha besado.

Quizás no he obtenido mi primer beso porque no lo he querido, siendo sincera he tenido las oportunidades, pero algo me lo impide cuando veo el rostro del chico acercarse al mío.

Kaethennis tiene a muchos chicos tras de ella, por lo que no entiendo como su boca quedó enredada con la de Dany.

Respiro hondo y tomo mi bolso, me dirijo hacia mi amiga, beso su cabeza y río por lo bajo cuando la escucho quejarse.

—Alégrate, fuiste la primera de nosotras en ser besada.

—Por Dany baboso.

—Sí, pero ya fuiste besada.

—Todos los chicos quieren besarte Brid.

—Yo solo quiero besar a uno.

Ella suspira y niega con la cabeza, sabiendo a quien me refiero, siempre lo ha sabido. Me da una pequeña sonrisa y me sopla un beso. A pesar de que Kaethennis es mi Stuart favorita, no es ella quien hace que cada vez que vengo a esta casa —siempre— mi corazón emprenda una carrera para salir de mi pecho.

—Algún día Brid.

—Lo sé Kae, lo sé...

Pero yo sé que no habrá "algún día", conozco cuales han sido sus gustos, los conozco por que los veo pasar frente a mí, y ninguna de ellas es pelinegra o con algún rasgo similar al mío, lo cual está bien, me mataría que escogiera a alguien parecida a mí.

Salgo de la habitación sonriendo y siendo empujada por Katherine, quien corre por el pasillo con una de sus Barbies en su mano, la pulga puede tener ocho años, pero siempre chocará conmigo.

—¡Ten más cuidado! —le grito, escuchándola reír mientras entra a su habitación.

Sonrío. Amo a esta familia, a cada uno de sus miembros.

Me doy la vuelta al darme cuenta que olvidé algo en la habitación de Kae y justo obtengo mi segundo choque, solo que esta vez se trata de Keith. Abro grandemente mis ojos y doy un paso hacia atrás con rapidez, tocar a Keith siempre es como tocar el fuego.

—¡Oye! —exclama, dándome esa sonrisa ladeada que me encanta. Muerdo mi labio y observo cómo pasa una de sus manos por su cabellera oscura, despeinándola aún más—. ¿Ya te vas?

—Sí, saldré con papá —respondo encogiéndome de hombros, soy buena fingiendo que no me importa, con los años he aprendido a fingir muy bien—. Estoy asimilando que cumpliste dieciocho años y que estás totalmente más cerca de acabar con una lápida encima de ti diciendo "descansa en paz".

Él ríe y niega con su cabeza mientras se frota las manos de su pantalón de deporte, me ve con ojos grises tan oscuros que asimilan más al color azul.

—Siempre tan dulce, Bridget.

—Lo sé, soy un encanto.

—Encanto o no, no me has dado mi regalo —se cruza de brazos, recordándome a mí y a mis hormonas que él se ejercita.

Esta es la edad de la revolución de las hormonas y es tan difícil no notar los buenos atributos físicos de Keith.

—¿De qué hablas? —pregunto, cruzándome de brazos también—. Te regalé ese tonto video juego de carreras.

—Sí, ese fue un buen regalo, pero te falto uno.

Niego con mi cabeza de manera incrédula, Keith avaricioso. ¡Yo realmente le di su regalo! De hecho me esforcé mucho en ese regalo.

—¿De qué hablas? —pregunto.

Él se encoge de hombros y camina hacia mí, no retrocedo, solo lo veo directamente, recordándome que él sólo está jugando, quizás descubrió que tengo este tonto enamoramiento hacia él.

Por favor que no me haya descubierto.

—¿Qué haces? —pregunto alarmada cuando lo tengo tan cerca que su respiración choca en mis labios. Es lo más cerca que he estado de Keith alguna vez. Mi corazón emprende una carrera desesperada ante tanta cercanía.

—Tomo mi regalo, Brid —una de sus manos se posiciona en mi cuello e inclina su cabeza haciendo que sus labios rocen los míos. Inmediatamente los vellos de mi cuerpo se erizan—. Feliz cumpleaños a mí.

Presiona suavemente sus labios sobre los míos, tan suave que se siente como el roce de una pluma. Luego él presiona un poco más y yo respiro hondo, sintiendo que he entrado a un mundo paralelo en donde el chico que me gusta realmente me está besando.

Mi primer beso. Mi primer beso con Keith.

Sus labios están húmedos y sorprendentemente cuando se mueven, los míos con torpeza e instintos intentan seguirlo. Me sobresalto cuando sus labios toman mi labio inferior y lo succionan continuamente.

Cuando su lengua roza mis labios, me tenso recordando las palabras de Kae: "Nunca dejes que tu primer beso sea de lengua". Cuando él busca la manera de introducir su lengua en mi boca cierro fuertemente mis labios, aterrada de lo que podría suceder o de la acción extraña. Él se separa y me observa con confusión, me encojo de hombros.

Me da una mirada que parece decepcionada y que luego se transforma en una herida, no me gusta esa mirada, se siente como que yo la puse ahí y no sé ni siquiera cómo he logrado esa mirada en él. Estoy confundida.

—Lo entiendo —susurra, dando un paso hacia atrás—. Fue el mejor regalo, gracias Bridget.

Pienso que lo entiende, que entiende que quiero que me bese una vez más, pero muy tarde me doy cuenta cuando él entra a su habitación, que él entendió que lo rechacé.

Mordisqueo mi labio y camino hacia su habitación. Estoy indecisa entre tocar o no la puerta, no quiero que quedé esta confusión, pero quizás solo está siendo cordial y está alejándose, arrepintiéndose.

¿Qué hice mal? ¿Qué estuvo mal? Sólo me asusté cuando intentó introducir su lengua, soy nueva en esto... Sólo que él no lo sabe, no sabe que este ha sido mi primer beso.

Alzo mi mano dispuesta a tocar la puerta.

—¿Sucede algo cariño? —pregunta la señora Kancy, inmediatamente bajo mi mano y suspiro.

—No, solo iba a despedirme de Keith —miento, escuchando cómo ahora de la habitación se escucha música.

—Oh, no te preocupes. Baja, tu papá está esperándote afuera en su auto.

—Sí, hasta mañana —digo, despidiéndome con un beso en su mejilla.

Salgo de la casa y subo rápidamente al auto de papá, él me da una mirada con una sonrisa.

—¿Y esas mejillas tan sonrojadas?

—Cosas de chicas —respondo, y es su señal para poner el auto en marcha.

—¿Qué tal estuvo la pijamada?

Pienso en Keith, en ese beso, y sonrío.

—La mejor pijamada papá, la mejor —digo, aun cuando no terminó como debería, ha sido el mejor día en mucho tiempo.

Pero entonces me centro en un pensamientos que hace que mi sonrisa se vaya: Keith obtuvo mi primer beso, sacudió mi mundo y piensa que lo rechacé.

Muy bien hecho Bridget.

—No lo rechacé —murmuro.

—¿Dijiste algo cariño? —pregunta papá.

—Nada papá, también son cosas de chicas.




Espero y les guste, un beso.

Voten, Comenten si gustan (espero que si) <3


המשך קריאה

You'll Also Like

440 96 40
¿Cómo te sentirías si el amor de tu vida no correspondido hubiera muerto? Él está roto. Sin embargo, nadie nota que sea esa su razón para estarlo. C...
234K 17.1K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
709K 36.1K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...