Saga Elementos III: Agua

By Mysagy

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El chico agua nos sorprenderá por su carácter y por su fuerza. Un rebelde sin causa que se ve en medio de un... More

Prólogo.
Capítulo 1: Nadie sabe nada de mí.
Capítulo 2: Vacaciones obligatorias.
Capítulo 3: ¿Cómo puede haber una fiesta en mi honor?
Capítulo 4: Podría haber sido una noche prometedora.
Capítulo 5: No consigo centrarme.
Capítulo 6: Necesito saber de ti.
Capítulo 7: Necesito ayuda.
Capítulo 8: Me siento inútil.
Capítulo 9: La búsqueda
Capítulo 10: Sentimientos confusos.
Capítulo 11: Mentiras forzosas.
Capítulo 12: El juego de las preguntas
Capítulo 14: Bella desconocida.
Capítulo 15: Descubrimientos y planes.
Capítulo 16: Una visión clara.
Capítulo 17: Lo que parece olvidarse con los años.
Capítulo 18: Errores y mentiras del pasado.
Capítulo 19: Ir en contra de mis principios.
Capítulo 20: ¡Vamos, piensa!
Capítulo 21: Aprender a defenderse
Capítulo 22: Tristes despedidas.
Capítulo 23: Bolas de fuego.
Capítulo 24: Más mentiras en mi vida.
Capítulo 25: Momento inoportuno.
Capítulo 26: Esta vez sí, ¡Feliz cumpleaños!
Capítulo 27: Viajes a lugares imposibles
Capítulo 28: Una visita esperada.
Capítulo 29: Planes y peleas.
Capítulo 30: La huida.
Capítulo 31: La persecución y las promesas.
Capítulo 32: Tú lo has querido.
Capítulo 33: Tienes elección.
Capítulo 34: La llegada.
Capítulo 35: Obviedades y muerte.
Capítulo 36: Olas de fuego y engaño.
Capítulo 37: La espera y una horrorosa sala.
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS Y NOTAS DE AUTOR

Capítulo 13: ¿Estás loca?

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By Mysagy

EVE

Sabía que era irracional sentirme así, pero desde que hemos entrado en el cementerio siento que me falta el aire. Era la segunda vez en mi vida que entraba en este lugar y parecía que nada había cambiado. Recordaba cada tumba y cada árbol, como si hubiese venido todos los días, como si viviera aquí.

Pero seguía siendo irracional, no podía sentirme así sabiendo que en realidad mis padres no estaban aquí. Aquí solo había dos tumbas vacías, ellos descansaban en el cementerio de luchadores de la comunidad, entonces ¿qué me pasa? ¿por qué me sentía así?

Will acababa de contármelo todo y yo solo podía sentir admiración hacia él. No estaba orgullosa de sus métodos pero podía entenderle y ahora también podía admirarle, él ha hecho algo que yo no he conseguido aun, él me ha contado su verdad y en cambio yo me guardo la mía.

- ¿Puedo enseñarte, ahora yo, algo? Es importante para mí. – dije armándome de valor.

Parecía algo confundido, pero claro, no me extrañaba. Él me había confesado su vida, lo que le atormenta e incluso sus miedos de convertirse en algo que no quiere ser. Y yo le hacía esta extraña petición. Era para estar confundido.

- Claro, lo que quieras. – contestó al fin.

Agarré su mano tal y como habíamos hecho en la playa, su contacto era como mi fuente de energía, pero por otra parte también era una sensación agradable. Pero si hablamos de sensaciones agradables, no podía olvidar ese último momento en el agua, su nariz rozando la mía y sus ojos mirándome con deseo. He de reconocerlo, en ese momento deseaba que me besara, lo deseaba con todas mis fuerzas.

¿Yo, desear que me bese alguien? Eso era algo imposible. Odiaba a este chico, incluso ahora que me había contado la verdad y entendía porque era como era, le odiaba. Pero ¿por qué le odiaba? En realidad nunca me ha hecho nada, solo ha sido un poco chulo de actitud, pero ese no es motivo de odiar a nadie. ¿Y si le odiaba por cómo me hacía sentirme? ¡Agg! ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?

Y por culpa de mis dudas e incertidumbres, hacía esto mucho más peligroso. Por eso tenía que contarle la verdad, ya que al parecer no voy a ser capaz de ser su protectora, al menos seré quien le cuente todo.

Íbamos andando entre las tumbas sin decirnos una palabra, no sabía muy bien que decir y su confesión me había dejado tan alucinada que no tenía palabras que ofrecerle, solo podía ser sincera con él, se lo merecía.

Sabía exactamente donde estaba la tumba falsa de mis padres, estaba en un rincón del cementerio, algo apartada del resto y a los pies de una pequeña montaña llena de árboles llorones.

Estábamos a tan solo dos metros de la tumba, ya podía distinguir la inscripción. Mi corazón pareció acelerarse de manera incomprensible dentro de mi pecho. Era como cuando visitaba a mis padres en sus tumbas verdaderas, la pena me inundaba hasta tal punto que me aceleraba el pulso. Pero aquí no debía de sentir pena, ellos no estaban aquí.

Debía centrarme, no puedo dejar que mis emociones nublen mi poco juicio, debo encontrar la manera de contarle a Will toda la verdad.

- Will, ¿te acuerdas de cómo era mi nombre completo? – dije mientras paraba a metro y medio de la tumba.

- Eve Marie Murray – dijo él mirándome con desconcierto en los ojos.

Pero yo no podía quitar los ojos de enfrente, sus nombres gravados en piedra me hipnotizaban y me hacía sentirme realmente sola. Al final Will miró también y apretó mi mano fuertemente cuando leyó:

“Aquí yacen Lydia y Marshall Murray. Vuestra hija no os olvida”

- ¿Son tus… son…? - titubeó

- Sí, son mis padres. – dije para ayudarle.

- Lo siento mucho, Eve. – dijo mientras me abrazaba, como si necesitase consuelo después de tantos años.

Pero aunque no necesitase consuelo, no podía rechazar sus brazos, me sentía protegida entre ellos, como si aquí no pudiera pasarme nada malo. Así que me dejé llevar, apoye mi cabeza en su hombro e inhalé su aroma, esa fragancia que cada vez estaba más cerca de nuestro bando que del suyo. Ya podía notar los frutos rojos y el jazmín con mucha claridad.

- Pero hay algo que no entiendo, Eve. – dijo sin separarse de mi ni un milímetro. Yo oía como sus palabras retumbaban en su pecho. - ¿Por qué están aquí? ¿Por qué no enterrarlos en el lugar de dónde vienes?

Ya está, es la hora, debía hacerlo por su seguridad. Pero ¿y si huía de mí? ¿Pondría soportar que se llevara estos brazos protectores con él, ahora que ya los había probado?

“Vamos Eve, tienes que poder. Él es solo un hombre y tú no sientes esa clase de cosas por nadie. Adelante – me dije mentalmente a mí misma para darme fuerzas.”

Me separé de Will y le fui guiando hacia un banco de piedra que había a unos metros de distancia de la tumba falsa de mis padres. Quizás si me alejaba me ayudaría a aclararme.

- Hay muchas cosas que debes de saber tanto de mí como de ti mismo, Will. – dije mientras le obligaba a sentarse. Mejor sentado, por si acaso. – Antes me has preguntado que para que necesitaba tantas técnicas de lucha. Bien, pues no solo las necesito para defenderme, también las necesito para matar sombras.

“¡Oh Dios, esto iba mal! – pensé al ver su cara.”

- ¿Sombras? ¿Cómo las que dan los árboles para refugiarnos del sol? ¿Por qué quieres matar algo tan refrescante? – dijo burlándose de mí.

Vale, ya sé porque me hice luchadora y no protectora, esto no se me daba bien. Yo había sido entrenada para encontrar sombras y matarlas, nada de confesar lo que somos o de intentar explicar a un novato que es un brujo.

- Intenta abrir tu mente, Will. Nada de lo que conoces es toda la verdad, hay mucho más en este mundo, cosas que tendrás que descubrir y siento decirte que no tienes mucho tiempo para hacerlo.

- ¿Estás loca? Vamos, me refiero a loca de verdad, de psicólogo y eso. Sería una lástima pero podría aceptarlo. – dijo mientras se levantaba del asiento y se dirigía hacia mí.

Estaba enfadada, muy enfadada, tanto con él como conmigo. Así que lo que pasó a continuación no es algo de lo que sentirse orgullosa, más bien todo lo contrario. Le empujé, mediante el elemento del aire, para que se volviera a sentar.

- SIENTATE Y ESCUCHA – le grite.

Él cayó de culo al asiento de piedra, no podía creerme que hubiese usado la magia contra él. Pero lo peor era la mirada de él, me temía. Esto era lo que tanto miedo me daba, que él acabase temiéndome y huyendo de mí.

- Lo siento Will, no quería, yo solo… ¡oh mierda! No era así como quería decírtelo. – más que hablar parecía que balbuceaba, ni siquiera sé si ha entendido algo. – Vale, al grano. Will, soy una bruja.

Vi en sus ojos las ganas que tenía de salir de aquí, pero también vi el miedo que sentía hacia cualquier cosa que le pudiese hacer.

WILL/KAI

- Lo siento Will, no quería, yo solo… ¡oh mierda! No era así como quería decírtelo. – parecía estar tartamudeando, apenas la entendía. – Vale, al grano. Will, soy una bruja.

Vale, estar loca es poco para describirla, ella superaba los niveles de locura y se convertía en el rey de los locos. Pero a pesar de eso, ¿cómo me ha empujado hacia el banco sin ni siquiera tocarme? Ha sido como aire pero demasiado fuerte y preciso.

- ¿Una bruja? – dije mirándola de manera irónica, no encontraba el sentido a la broma ni comprendía cómo funcionaba su mente, pero era imposible que pensara que me lo iba a tragar, que me iba a creer ni una palabra de esta majadería. – Pues te falta la verruga en la nariz y la escoba voladora. ¿O eso era de Harry Potter? En este país está muy de moda, él es de aquí, quizás le conozcas.

- ¿Quién es Harry Potter? ¿Has conocido a más brujos como yo? ¿Cómo olían? – dijo ella algo alterada.

¿Cómo no podía saber quién es Harry Potter? ¿Y por qué me pregunta por los olores? ¿Y si la llevo al médico? quizás solo fuese un brote psicótico y con unas pastillas la arreglaban. No podía creerme esto, ella no. Para una chica que realmente me gusta, que le cuento todos mis secretos y está… enferma.

- ¿Acaso crees que voy oliendo a la gente? Y Harry Potter es un personaje de fantasía, una historia de un joven brujo, hay libros y películas. Sal un poco, Eve.

- Los brujos olemos de manera diferente al resto. Se nos puede distinguir a que bando pertenecemos en función de nuestros olores, si huelen a jazmín y frutos rojos son brujos de la luz, destinados a proteger a la humanidad de los brujos de las sombras, los cuales huelen a frutos podridos.

Ella me olía a jazmín, como olía el perfume de mi madre, recuerdo que fue lo primero que me llamó la atención de ella. Pero aun así… era imposible.

- Se que a lo mejor me repito un poco, pero ¿estás loca? – dije mientras me levantaba lentamente del asiento y me acercaba a ella con los brazos en alto.

Ella me miraba con desconfianza y entonces hizo algo que me hizo detenerme a un metro de ella, se estaba descalzando. ¿Qué pretendía con eso?

Una vez descalza, extendió su mano para agarrar la mía y yo, tras un momento de dudas, me acerqué a ella del todo y le agarré la mano que me ofrecía.

- Nuestros poderes se basan en los elementos y un contacto con ellos hace que sea más fácil poder controlarlos. – dijo como si entendiese alguna palabra de lo que decía. Sus ojos me hipnotizaban y era casi imposible ver la locura en ellos, pero sus palabras… esas no dejaban lugar a dudas – Intenta explicar, de manera racional, lo que estas apunto de ver.

Y tras esas extrañas palabras, cerró un momento los ojos y las cosas a nuestro alrededor empezaron a flotar. Era como entrar en una de esas cámaras de gravedad cero, las piedras, las hojas secas, las ramas,… todo volaba a nuestro alrededor. Iban formando figuras en el aire e incluso, durante un momento, unas ramas formaron el nombre de KAI en el aire.

- Pero, ¿cómo…? – dije con la boca abierta.

Me había empujado con el aire y ahora veía las cosas flotar a nuestro alrededor, había olido el jazmín en ella y era imposible ver la locura en sus ojos. ¿Y si decía la verdad? Es decir, ¿y si realmente es una bruja y todas estas cosas existen de verdad?

- Es magia. – dijo ella mirándome con una hermosa sonrisa. – Por favor, no te alejes.

Eso era un ruego. Ella, la chica más dura que jamás he conocido, me rogaba que me quedara a su lado.

- Pero es todo tan imposible. Es decir, ¿Cómo puede ser todo esto verdad? ¿y por qué me lo cuentas? Me parece demasiada información para una primera cita, tendrás que tener una muy buena razón para confesar algo así.

- ¿Primera cita? – dijo con una risa en forma de suspiro – Sí tengo una buena razón, ¿te acuerdas lo que ha pasado antes en el agua? Las olas y todo eso… has sido tú. Tú has provocado ese movimiento de agua, eres un brujo igual que yo.

Me empecé a reír, no podía parar, era una de esas risas tontas que te acaba doliendo el estomago. Durante mi ataque de risa ella me miraba de manera severa, esperando a que pensara y me comportara de manera decente.

Un brujo yo, dice. Si que estaba loca, pero loca de remate. Deberían darla un premio a la más loca del mundo o algo así. Pero no me miraba como si estuviese loca y eso me desconcertaba mucho. ¿Qué pasó ayer en el agua con Alexa? El agua se reveló contra nosotros y se comportó de manera extraña. Y ahí no estaba Eve.

Mi risa se cortó de repente, era cierto, no era la primera vez que hacía cosas raras con el agua.

- ¿Puedes volverlo hacer? – pregunté mientras apuntaba a todas las piedrecillas del suelo.

Pero en lugar de volver a levantar los objetos, lo que hizo fue mucho más impresionante. De manera imposible, el viento empezó a soplar desde nuestros pies hacia el cielo, como si estuvieses en una rejilla donde el metro pasa por debajo, estilo Marilyn Monroe y su falda blanca.

- Will yo… lo siento mucho, pero aun tenemos que hablar de más cosas. – me dijo ella con una mirada de disculpa.

Aun me seguía pareciendo todo una locura, algo irracional e imposible. Pero, ¿acaso no era más irracional no creer lo que ven tus ojos? Ya me lo había demostrado dos veces e incluso yo había tenido dos experiencias extrañas con el agua, tenía que ser verdad.

Pero lo que me acabo de convencer fueron unos ojos verdes mirándome como si realmente temiera contármelo, como si por el hecho de saber yo fuera a salir huyendo. Ella tenía miedo de mi respuesta.

- Quiero saberlo todo. – dije para que dejara de temer, para hacerla entender que la creía aunque fuese una locura.

Su tímida sonrisa confirmaron mis miedos, pero solo para acabar asustándome a mí. ¿Qué sería lo que me tenía que decir? Por su cara, parecía ser peor que esto.

- Empezaré por el principio, ¿de acuerdo? – yo acepté con la cabeza, estaba ansioso por saber – Hay dos clases de brujos, como ya te he dicho antes, la diferencia entre ellos es que los que llamamos “Brujos de la Luz” nos encargamos de proteger a la humanidad ante los “Brujos de las Sombras” que solo se dedican a la destrucción e intentar entrar en la vida humana, por decirlo de alguna manera, y poder controlarles a su antojo. ¿Lo vas entendiendo? – preguntó mirándome con una ceja levantada.

- Es fácil, los brujos malos quieres el control absoluto de la humanidad y los brujos buenos intentan impedírselo. – dije para abreviar.

- Exacto. – soltó una pequeña carcajada, dando a entender lo mal que se le daba esto, parecía tener muchos problemas en encontrar las palabras exactas. – Los brujos llevamos en guerra desde más tiempo del que se pueda recordad. Muchas vidas han caído por esta causa, entre ellas, mis padres.

“Bien, pues hace casi dieciocho años, una bruja con el don de la precognición, predijo que nacerían cuatro brujos con el control absoluto de un elemento. Todos nacerían a la vez y juntos se convertirían en la mejor arma contra los sombras.”

- ¿Qué tiene que ver eso conmigo? – pregunté algo confundido.

- Todo. La magia no se activa hasta no cumplir los dieciocho años, pero toda magia deja un rastro, nosotros lo llamamos “Fragancia”, es esa manera en la que olemos. Y tú William, eres la fragancia más intensa y fuerte que nadie haya olido jamás. – hizo una pausa esperando a que yo dijera algo, a que diese señales de entender lo que me decía. Pero la verdad era que estaba bloqueado, las palabras llegaban a mi cabeza pero no las entendía. - ¿Te das cuenta de lo que digo, Will? Eres un elemento. Y si no me equivoco, eres el elemento del agua.

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Bueno, ayer por motivos "técnicos" no pude subir, pero aquí le tenéis....recién salido del horno :D :D :D jajaja!!

Espero que les guste, es un gran paso para la historia. 

No se olviden de votar y comentar. Muchos besos :D :D :D 

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