Blindfolded

By Ana5Harmony

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Vendé mis ojos ignorando lo que eras. Me perdí en al abismo de tus labios, de tus ojos, de tus palabras. Me e... More

Prólogo
Capítulo I: "Negocios"
Capítulo II: Greenwich Village
Capítulo III: Cuento de Hadas
Capítulo IV: "La Primera de Muchas"
Capítulo V: "Fake Magic"
Capítulo VI: "Todos tus Sueños"
Capítulo VII: "Negocio Final"
Capítulo VIII: "Que Empiece el Juego"
Capítulo IX: "El Contrato"
Capítulo X: "Un Día Más"
Capítulo XI: "¿Tenemos un Trato?"
Capítulo XII: "La Boda (P.1)"
Capítulo XIII: "La Boda (P.2)"
Capítulo XIV: "Dinamarca"
Capítulo XV: Suecia
Capítulo XVI: "In the Dark"
Capítulo XVII: "Grecia"
Capítulo XVIII: "Día a Día"
Capítulo XIX: "Cosas de Pareja"
Capítulo XX: "Perspectivas Diferentes"
Capítulo XXI: "Antoni 44"
Capítulo XXII: "La Jugada Perfecta"
Capítulo XXIII: "Our Dream"
Capítulo XXIV: "Conociéndonos"
Capítulo XXV: "Pruebas (P.1)"
Capítulo XXVI: "Pruebas (P.2)"
Capítulo XXVII: "Carlo"
Capítulo XXIX: "Necesidad"
Capítulo XXX: "Otro Enfoque"
Capítulo XXXI: "Adiós Control"
Capítulo XXXII: "The Real Blindfolded"
Capítulo XXXIII: "Elizabeth Allen" (P.1)
Capítulo XXXIV: "Elizabeth Allen" (P.2)
Capítulo XXXV: "Elizabeth Allen" (P.3)
Capítulo XXXVI: "Cambio de Juego"
Capítulo XXXVII: "Nuevo Comienzo"
Capítulo XXXVIII: "Todo por Amor"
Capítulo XXXIX
Capítulo XL: "Inesperado"
Capítulo XLI: "Howland"
Capítulo XLII: "Vermont"
Capítulo XLIII: "Chica Misteriosa"
Capítulo XLIV: "Cosa de Negocios"
Capítulo XLV: "Olvidarme Jamás"
Capítulo XLVI: "Lauren Morgan"
Capítulo XLVII: "Nada es lo que parece"
Capítulo XLVIII: "Lauren Scott" (P.1)
Capítulo XLIX: "Lauren Scott" (P.2)
Capítulo L: "Lauren Scott" (P.3)
Capítulo LI: "Nota 1: Espejismo"
Capítulo LII: "Nota 2: TID"
Capítulo LIII: "Nota 3: Choque de Personalidades"
Capítulo LIV: "Nota 4: Hipnosis"
Capítulo LV: "Nota 5: Progreso"
Capítulo LVI: "Nota 6: Polos Opuestos"
Capítulo LVII: "Nota 7: Unión"
Capítulo LVIII: "Nota 8: Una Nube"
Capítulo LIX: "Nota 9: Me odia"
Capítulo LX: "Nota 10: Todo sobre Lauren"
Capitulo LXI: "Camila"
Capítulo LXII: "Extrañas Alianzas"
Capítulo LXIII: "Punto en Común"
Capítulo LXIV: "Un solo motivo" (P.1)
Capítulo LXV: "Un solo motivo" (P.2)
Capítulo LXVI: "Promesa de Amor"
Capítulo LXVII: "Corazón y Razón"
Capítulo LXVIII: "Nueva Historia"
Capítulo LXIX: "Familia"
Capítulo LXX: "Final Perfecto"

Capítulo XXVIII

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By Ana5Harmony

N/A: Antes que lean este capítulo quiero decirles que como ya saben la historia del personaje de Camila encierra muchos matices. Durante  el viaje ilegal a USA he escuchado historias terribles y he tomado algunas cosas que espero que no hieran la sensibilidad de nadie al leerlas. He tratado de escribirlas con respeto, así que no hay nada explicito más que transmitir la idea espero no ofender a nadie con algo como esto cuando imaginen las escenas. Lastimosamente es la realidad que pasan muchas personas, sobre todo mujeres al viajar de forma ilegal a USA. 

Ya me alargué mucho pero quería decirles eso para evitar malos entendidos por cualquier cosa. 

~*~

**CANCIÓN SUGERIDA: "No Fue Suficiente- Paty Cantú"

"Los Cincuenta Pasos del Éxito Empresarial"

Escritos por: Camila E. Howland Allen.

28. Nada es lo que parece, así que debes estar siempre alerta. No pienses las cosas y actúa de la mejor forma posible. Siempre debes recordar que un gran empresario va un pie adelante de su adversario. Nunca te quedes atrás.

$~*~$

LE BERNARDIN RESTAURANT

—Este postre no se encuentra en nuestro menú—dijo el mesero llegando con un pequeño carrito después de que retiraran el último plato de la mesa y sirvieran un poco más de vino a cada una de las cuatro mujeres que habían compartido un almuerzo exquisito—, pero fue un pedido especial de la señora Howland y a nuestros clientes favoritos tratamos de darles siempre lo mejor.

Camila no dijo nada mientras tomaba un poco de vino observando a algunas personas a su alrededor tratando de averiguar si a pesar de ya haber hablado con Rizzo seguía enviando a sus ignorantes a seguir a su esposa.

—El postre consiste en un brownie hecho con el mejor chocolate francés y un delicioso glace—dijo en francés—, de nueces y vanille. Para terminar con una capa de chocolat—los ojos de Lauren brillaron al ver el postre perfectamente decorado frente a ella.

—Es perfecto—dijo Lauren emocionada viendo como servían a sus amigas que se quedaron completamente maravilladas. Los ojos de Lauren fueron a Camila que parecía distraída viendo a su alrededor, pero con un solo beso en la mejilla captó su atención—. Gracias, mi amor.

—Lo que sea por mi esposa—dijo Camila alzando la mirada y viéndola directamente a los ojos. Lauren se inclinó dándole un leve beso en los labios. Camila había tomado mucho vino y sintió el sabor en sus labios al separarse notó a Camila un poco dispersa. ¿Estaría borracha? Jamás en los meses que llevaban saliendo y el mes de casadas había visto a Camila borracha.

En ese momento no podía considerarla borracha; pero sin duda no estaba completamente sobria, lo cual, era raro en Camila.

—¿Puedo ayudarles en algo más? —preguntó el mesero al terminar de servir el postre. Lauren negó pero Camila lo llamó antes de que se fuera.

—Otra botella de vino—dijo y la mirada de Lauren se encontró con la de Dinah unos segundos antes de que Lauren decidiera intervenir y negar al mesero.

—Creo que es suficiente cariño—Camila la observó sorprendida.

—Es mi dinero y yo pido lo que quiero, Lauren—fue la respuesta cortante y Lauren respiró hondo—. Si quiero otra botella de vino, pido otra botella de vino porque soy yo la que va a pagar la maldita cuenta—no gritó ni levantó la voz pero Lauren no dudó en que estaba furiosa lo notaba en lo tensa que estaba su esposa.

—No van a traerte otra copa de vino aunque sea yo la que tenga que pagar la cuenta, Camila—fue la respuesta de Lauren y negó de nuevo al mesero—. Le agradezco los postres, puede retirarse—le dijo al mesero que no se movió incomodo ante la situación pero para sorpresa de Lauren Camila no dijo nada hundiéndose en la silla un poco más.

Al ver que el mesero se retiraba en la mesa reinó el silencio. Normani y Dinah se veían entre ellas esperando que Lauren dijera algo ya que Camila estaba observando a cada lugar del restaurante menos a ellas.

—¿Qué pasa? —preguntó Lauren a su esposa sin tocar su postre favorito. Camila no respondió y tampoco le dirigió la mirada. Lo que sí hizo fue terminar el vino que quedaba en su copa de golpe—. Tú jamás tomas de esta forma.

—No tengo porque darte explicaciones así que termina tu postre y cállate Lauren—los ojos de Lauren se abrieron sorprendidos al escucharla—. No tienes idea de lo que está pasando y si lo supieras estarías igual o peor de borracha que yo.

—Tendría una idea si me dijeras las cosas, Camila—Lauren la tomó suavemente del brazo haciendo que la viera a los ojos. Estaban en una mesa cerca de esquina del restaurante con una vista al hermoso jardín, había pocas personas pero no podía hablar de la manera en que querían—. No me dices nada y esperas que te permita ponerte borracha para que hagas el ridículo en el restaurante—Camila la vio furiosa—. Posiblemente ahora mismo no puedas ni ponerte de pie sin que alguien te ayude a sostenerte.

—No exageres—Camila puso los ojos en blanco—. Me molesta que pienses que tienes el poder de decirme lo que debo hacer, Lauren. Eres mi esposa, no eres mi dueña—los ojos verdes de Lauren se abrieron sorprendidos aún más al escucharla—. No te equivoques al pensar que puedes decirme como debo actuar cuando lo único que haces es engañarme con reunirte con tu ex y usarla como experimento para ver que tan celosa y posesiva puedo ser contigo.

Normani se aclaró la garganta incomoda y la mirada de Camila se dirigió a ella, y luego a Dinah que comía en silencio al lado de Normani.

—No creo que esto sea algo que deban discutir en un restaurante—Lauren respiró hondo viendo hacia la ventana.

—Yo estoy de acuerdo en eso, pero no voy a permitir que se ponga borracha. No es conveniente—Lauren negó rápidamente.

—¿No puedes permitir? —Camila soltó una risita cruzándose de brazos—. No tienes el poder para impedirme nada—Lauren la vio fijamente y con intensidad.

—Tengo todo el poder de hacerlo y lo sabes perfectamente—Lauren le mostró el anillo de matrimonio—. Desde el momento en que me diste este anillo me diste el poder de darte mi opinión.

—Bien—Camila tomó su bolso y empezó a buscar su dinero—, espero que tengas el poder de entrar por la chimenea cuando no te abra la puerta de la casa—Camila dejó una cantidad exuberante de dinero sobre la mesa y cerró su bolso antes de ponerse de pie un poco tambaleante.

Lauren ni siquiera se movió de la silla al verla caminar hacia la salida con esa prepotencia que siempre la caracterizaba a pesar de ir un poco tambaleante. Lauren empezó a comer su postre y sintió la mirada de Normani y Dinah sobre ella.

—Luego dice que la infantil soy yo—murmuró Lauren volviendo a comer—. Dejó casi tres mil dólares en la mesa—Lauren desvió la mirada—. Espero que se sepa la dirección porque tendrá que pedir un taxi.

—Ve con ella, Lauren—dijo Dinah tomando cierta cantidad de dinero de la mesa y poniendo el resto cerca de Lauren—. Pagaría la cuenta pero no quiero quedarme trabajando de por vida en este lugar—le mostró el dinero—. Tu esposa está borracha y hemos ido a suficientes fiestas para saber que Camila jamás se ha emborrachado ni perdido el control antes. Algo debe pasarle.

—Lo que le pasa es que algunas veces se comporta como una niña arrogante que quiere que haga todo lo que pide—Lauren respiró hondo—. Tardé en darme cuenta pero ahora lo sé. Hace todas estas escenas para que yo corra atrás de ella aprovechándose que la adoro con todo mi corazón—Lauren vio el postre con tristeza—. Que la amo y que daría casi mi vida por ella—Lauren alzó la mirada y su rostro se encontró con el de Dinah.

—Ve con ella—Dinah le tomó la mano tiernamente—. No la dejes sola, Lauren.

Ambas amigas se vieron a los ojos y Lauren asintió tomando su bolso y el dinero que Dinah había puesto a su lado y se levantó de la mesa apresuradamente despidiéndose de sus amigas. Dinah la vio salir y respiró hondo sintiendo la mirada de Normani sobre ella.

—Sé lo que vas a decir...—empezó Dinah pero Normani la interrumpió.

—No tienes idea de lo que pasa por mi mente—respondió Normani y Dinah suspiró—. No tengo idea de que traman Lauren y tú, pero las dos saben algo que yo no sé—Dinah respiró hondo y le sonrió un poco a Normani.

—Bueno—le tomó la mano—. Algo que ella y yo sabemos y que tú ignoras es lo profundamente enamorada que estoy de ti—Normani abrió sus ojos sorprendida y Dinah la vio con tristeza.

—Dinah...—Normani bajó la mirada—. No empieces con eso, me prometiste que me darías tiempo.

—Solo estoy respondiendo tu pregunta—Dinah fue sincera—. También hay algo que tú y yo sabemos y que Lauren ignora—Normani la vio a los ojos—. Que su mejor amiga se está acostando con la mejor amiga de su esposa. Toda queda en familia.

—Tampoco quiero que me recuerdes a Jennifer—Normani empezó a jugar con el brownie.

—Exacto—dijo Dinah de repente—. Hay cosas que las dos sabemos, otras que ignoramos. Pero existen cosas de las que preferimos no hablar y eso pasa entre Lauren y yo.

—¿Tiene que ver con Camila? —Dinah simplemente negó, pero dentro de ella Normani supo que le mentía.

—Para Lauren todo tiene que ver con Camila—fue la respuesta de Dinah mientras seguía comiendo—. Así de grande es su amor, Normani. Las dos están obsesionadas la una con la otra.

—No sé si eso sea bueno—murmuró Normani.

—Tampoco sabemos si es malo—Dinah se encogió de hombros—. Solo sé que Lauren está madurando y poco a poco va perdiendo su inocencia y transformándose en una mujer.

—No sé si eso también sea bueno—respondió Normani pensando en Lauren perdiendo su característica inocencia.

—Se llama crecer—Dinah la vio a los ojos—. Todas pasamos por eso en algún momento de la vida. Es solo que Lauren decidió casarse antes de pasar por esa etapa y ahora le está costando el doble de trabajo entenderlo. Lo único que sé es que no debemos meternos en sus asuntos—Normani respiró hondo—. Aunque si tú quisieras podríamos tener asuntos en común tú y yo de los que si debamos preocuparnos—Normani la vio a los ojos—. Como por ejemplo, si vamos a tu casa o a la mía.

—¡Dinah! —Normani bajó la mirada avergonzada y Dinah le tomó el mentón alzando el rostro de Normani para darle un suave beso en los labios.

—Toda la gente de este restaurante debe preguntarse qué tipo de día es que este lugar se llenó de lesbianas—Normani sonrió maravillosamente y volvió a darle un suave beso a Dinah en los labios por un momento olvidando el problema de Lauren y como Dinah había dicho enfocándose en sus propios problemas, por lo menos por unos minutos.

~*~

MIENTRAS AFUERA:

Lauren llegó hasta la calle principal y vio a todos lados buscando a Camila. Había buscado en el estacionamiento sin éxito así que su primer instinto fue ver si estaba esperando algún taxi.

—Si buscas a la exitosa empresaria—dijo una voz que Lauren reconoció y que la hizo suspirar de alivio—. No sé exactamente si se fue a la izquierda o a la derecha estaba enfocada en tratar de no caerme—Lauren se giró para encontrarse con Camila apoyada en la pared del restaurante con un hombre impecablemente vestido con traje a su lado—. Donald ella es mi esposa Lauren Howland—le dijo a su guardaespaldas y luego vio a Lauren—. Es tu nuevo guardaespaldas—le explicó a su esposa y Lauren frunció el ceño observando al hombre fijamente.

—La estaba convenciendo de subir al coche, señora—le explicó el hombre de intensos ojos azules a Lauren que lo veía sin parpadear—. Ella se negó y no quise dejarla sola.

Lauren frunció el ceño de nuevo al ver que el hombre sostenía a Camila de un brazo y no dudó en acercarse a los dos. Lauren a pesar de ser gay podía considerarlo guapísimo.

—Le agradezco, Donald—dijo Lauren inmediatamente—. Yo me haré cargo de mi mujer—Lauren tomó a Camila del brazo y la hizo apoyarse en ella.

—No necesito tu ayuda, Lauren—murmuró Camila mientras Donald se alejaba para darles espacio pero sin dejar de observarlas a la distancia y también girando para ver a su alrededor para asegurarse que todo estaba bien—. Soy perfectamente capaz de cuidar de mí misma.

—Permíteme dudar eso cuando no puedes ni sostenerte por tu propio pie, Camila—Lauren la vio con tristeza—. Jamás te había visto así. Incluso en nuestra luna de miel yo tomaba mucho más que tú. Jamás bebes más de una copa de vino y si te sirves más te dedicas a jugar con él hasta que dices que está muy caliente y que no quieres.

—Parece que no soy la única que se fija en tus pequeñas manías—Camila apoyó su rostro en el hombro de Lauren—. Han pasado casi cinco años desde la última vez que estuve borracha. Sé que no lo estoy completamente pero odio perder el control.

—Vamos al coche—Camila negó mientras seguía apoyada en Lauren que la abrazaba contra ella firmemente—. Te llevaré a casa. Puedo robarte la llave para no tener que entrar por la chimenea.

—Eso fue infantil—dijo Camila de inmediato y Lauren le besó la cabeza cerrando sus ojos para abrazarla tiernamente—. Tengo que viajar a Miami esta misma tarde, Lauren. No tenemos tiempo de nada más que de ir y hacer nuestro equipaje.

—Ya me dijiste eso—Lauren la abrazó cerrando sus ojos y pasando sus manos por la cintura de su mujer—. Yo iré contigo—le dijo al oído—, pero necesito que me digas que pasa por tu mente, Camila. ¿Por qué emborracharte? ¿Por qué ahora?

—Eric tiene la culpa de todo, Lauren—dijo Camila suavemente enterrando su rostro en el cuello de Lauren—. Eric Rizzo.

—¿Eric? —Lauren preguntó sin entender y se apartó un poco para ver a Camila a los ojos—. ¿Quién es Eric?

—Alguien de mi pasado—Camila suspiró y besó el cuello de Lauren con mucha suavidad escuchándola suspirar—. Alguien que no quisiera volver a ver sin embargo debo hacerlo.

—¿Por qué? —Camila se apartó un poco de Lauren y la vio profundamente a los ojos—. ¿Quién es Eric?

—Un ex amante—Lauren sintió un nudo en la garganta al escucharla—. Fue a visitarme a la oficina y eso ha hecho que...me sienta nerviosa. Por eso fui a buscarte, porque necesitaba tenerte cerca.

—¿Por qué fue a verte a tu oficina? —Camila se encogió de hombros.

—Vino de Italia y solo quería saludar. Él sabe que estoy casada contigo porque nuestra foto salió en una revista aunque dije que no quería notas de esa forma de nuestra boda—Lauren respiró hondo tratando de entender—. No es una buena persona así que te envié al Donald—Camila lo señaló—. Querían enviarte a una mujer de la agencia pero me negué—Lauren la vio fijamente—. Sé que con Donald mi matrimonio no corre peligro. Normalmente todas las mujeres terminan queriendo acostarse contigo. Donald no es tu tipo, ¿o sí? —Lauren negó de inmediato.

—Sabes que no—Lauren abrazó a Camila por la cintura—. No entiendo nada de lo que está pasando, Camila. Un ex amante vino a tu oficina para saludarte y verlo te hizo enviarme a un guardaespaldas...¿Quién es ese hombre?

—Es difícil de explicar cuando todo da vueltas a mi alrededor—Lauren la abrazó más fuerte—, pero te lo diré todo cuando vayamos en el avión. Un jet privado que nos lleve a mi casa en Miami. Son como cinco horas y puedo hablarte sobre todo lo que pasa con él.

—¿Tienes una casa en Miami? —preguntó Lauren sorprendida y Camila asintió.

—Tenemos una casa en Miami—Camila le acarició la mejilla a Lauren y buscó sus labios hasta juntarlos con los suyos en un beso apasionado—. ¿Por qué no puedo dejar de desearte, Lauren? —la voz de Camila fue suave contra los labios de su esposa—. ¿Por qué eres tan buena amante? ¿Por qué no pudiste ser solo un desastre o ser una desgraciada sin corazón? Todo hubiera sido más fácil.

—Todo sería más fácil si las cosas salieran como nosotros queremos—Lauren le besó la punta de la nariz—, pero la vida no es así.

—Desde el fin de semana anterior he querido mostrarte algo y no he podido hacerlo—Camila respiró hondo—. Esta semana todo ha salido mal. No he tenido un plan de contingencia para nada de lo que pasó.

—Algo que odias—dijo Lauren entendiendo pero cambió de tema—. ¿Qué es lo que quieres mostrarme? —preguntó Lauren suavemente mientras lentamente caminaba hacia el coche.

—Eres una fotógrafa con talento, y ese talento no tiene un lugar donde crecer y expandirse—Lauren se detuvo ante las palabras de Camila—. Hice un estudio para ti—Lauren abrió sus ojos sorprendida—. Una fotógrafa profesional lo diseñó con todo lo necesario para que realices tu trabajo. Yo lo hice para ti—Camila se acercó más a ella—. Mi regalo de bodas para ti y no he podido dártelo. Los instrumentos son los mejores del mercado y tiene un espacio físico enorme para que puedas hacer tus sesiones de fotos. Estoy investigando algunos clientes potenciales para ti.

—¿Un estudio para mí? —Camila pasó sus brazos por el cuello de su esposa que la abrazó por la cintura en el estacionamiento del lugar mientras Donald estaba a lo lejos.

—Yo vi tu talento antes que ellos—Camila pegó su frente a la de ella—. Yo siempre estoy un paso delante de todos y yo vi tu talento y por eso te di el mejor estudio fotográfico en todo New York. En la mejor zona de Manhattan—Lauren sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas—. Cuando lo veas, estoy segura que estarás muy impresionada. Serás la mejor fotógrafa de New York—Camila se acercó a sus labios—. Eres una Howland. No hay nadie que pueda contra ese apellido. Eres mía. Eres mi mujer y tienes talento.

—Lo dices de verdad—no era una pregunta pero la voz de Lauren sonaba completamente emocionada—. En realidad si crees que tengo talento.

—Si—Camila asintió sin dudarlo y le dio un beso a Lauren—. No solo para la fotografía—se mordió el labio inferior sin dejar de ver a Lauren—, también para el sexo—Lauren la vio con intensidad—. Tienes talento para el violín. Tienes talento hasta para cocinar o para hacer que Duke cuide de ti de la forma en que lo hace. Te adora incluso hace cosas por ti que no hace por mí—Camila respiró hondo—. Sé que no soy la esposa más detallista, pero sé que serás reconocida, admirada y exitosa—Lauren se sintió orgullosa ante sus palabras y saber que Camila si admiraba su arte—. Sin importar lo que pase tu talento es algo que tendrás para siempre contigo—Camila la vio con pasión—. Todo el talento lo tienes en tus manos y eres tan hermosa—Lauren la vio con amor—. Me pareces la mujer más preciosa del mundo.

—Oh, Camila—Lauren sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Estaban en el lugar menos romántico del mundo pero Camila la estaba diciendo la verdad lo sabía, lo sentía—. ¿Piensas que soy hermosa? —la voz de Lauren mostraba la inseguridad que siempre había sentido, esa inseguridad que seguía dentro de ella desde que era adolescente.

—Si—Camila la vio a los ojos—. Eres hermosa y eres mía. Yo jamás pierdo y al tenerte a ti gané—los bellos ojos marrones de Camila reflejaban tal intensidad que Lauren se quedó sin aliento—. Eres el mejor premio de todos. Cuando te vi por primera vez jamás pensé que podría verte a los ojos y sentir que mi cuerpo reacciona solo a tu mirada o a tu cercanía. Stephanie se ríe de mí porque dice que caí en mi propio juego y que ahora tú tienes el control y...—Camila se acercó a Lauren hasta hablarle al oído—tiene razón—le besó el lóbulo de la oreja haciendo que Lauren temblara—. Tienes el control de mi cuerpo—Lauren cerró los ojos y la abrazó—. No puedo resistirme a ti, Lauren. Si estamos en una cama no existe nada que me pidas dentro de ella que no haría por ti.

Lauren la abrazó tiernamente aun en el estacionamiento del restaurante. Veía a algunas personas salir y entrar a sus coches mientras las observaban con curiosidad. Para la sociedad ver a dos mujeres mostrándose un afecto que iba más allá de la amistad seguía siendo algo que les llamaba tanto la atención que no se enfocaban en nada más. Los ojos de Lauren se cerraron aunque en ellos había cierta tristeza, pero el amor estaba escrito en cada parte de su cuerpo cuando se trataba de Camila.

—Vamos a casa, mi amor—le dijo al oído—. Te prepararé un café y puedes dormir un poco antes de ir al aeropuerto. Yo me encargaré de nuestro equipaje.

—Siempre cuidándome—dijo Camila mientras Lauren la ayudaba a llegar a su coche.

—Toda la vida—fue sincera besando la mejilla de Camila—. Así es el amor, Camila. Mi amor por ti es profundo—Lauren sintió un nudo en la garganta—. Que incluso olvida que dentro de ese restaurante me hablaste de una manera horrible.

—Yo soy horrible—dijo Camila mientras Lauren abría la puerta y Donald se acercaba a ellas pero Lauren negó haciendo que se detuviera—. La mujer dentro de ese restaurante es como soy en realidad—Lauren negó ayudándola a entrar al coche.

—No eres así—dijo rápidamente—. Yo sé que no eres así, Camila.

—No sabes lo que dices, Lauren. Estás equivocada—Camila se recostó en el asiento cerrando sus ojos sintiendo que todo a su alrededor se movía.

—No—Lauren la ayudó a acomodarse y le puso el cinturón mientras Camila mantenía los ojos cerrados. Lauren la observó con dolor pero sus ojos verdes no pudieron evitar verla con amor—. Solo estás tan sola como yo—Lauren le besó la mejilla dulcemente y le habló al oído—. Me necesitas—le besó los labios muy lentamente—. Nos necesitamos las dos.

Lauren besó repetidamente la mejilla de Camila una y otra vez hasta que finalmente supo que estaba dormida. Lauren cerró la puerta con cuidado y se encontró al guardaespaldas a unos pasos de ella.

—Supongo que nos veremos más seguido—él asintió—. No entiendo la razón por la que debo usar un guardaespaldas pero es un placer conocerlo—le extendió la mano y Donald la estrechó educadamente.

—El placer es mío, señora—dijo él y se acercó para abrir la puerta de Lauren del lado del conductor.

—Mis amigas están en el restaurante—él asintió—. Quiero que las espere y las lleve donde ellas le soliciten—él la vio fijamente—. Camila y yo vamos a casa así que no corremos ningún peligro.

—Pero le prometí a la Señora Howland que no me alejaría—dijo él y Lauren respiró hondo antes de entrar al coche.

—Trabaja para mí así que le pido que haga lo que le pido porque ellas no tienen como regresar—fue amable al hablar y Donald se vio respirando hondo sin poderse negar.

—De acuerdo, señora—asintió—. No tardaré mucho—Lauren asintió y subió al coche mientras Donald le cerraba la puerta. Lauren se quedó observando al hombre fijamente preguntándose quien sería Eric Rizzo y porque había provocado que Camila le pusiera un guardaespaldas.

Sus ojos fueron a su esposa que dormía profundamente a su lado y respiró hondo sabiendo que cada día había un nuevo misterio que envolvía a Camila Howland, y no estaba segura si alguna vez los lograría descubrir todos.

Nada era lo que parecía, y Lauren lo sabía mejor que nadie.

~*~

DIEZ AÑOS ATRÁS

TAMAULIPAS, MÉXICO

FRONTERA DE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS

—La pasamos tan bien juntos que no sé si te quiera dejar ir, chiquita—le dijo al oído mientras Camila cerraba los ojos tratando de soportar sentir sus manos sobre su cuerpo sabiendo que esa pesadilla estaba llegando a su fin.

—Hice lo que me pediste—murmuró Camila—. Quince mil dólares y una noche conmigo por cada día de viaje. Esta ha sido mi última vez. He cumplido lo que me pediste ahora quiero saber dónde está mi madre. Prometiste llevarnos después de terminar.

—Yo también he cumplido, ricura—le dijo el hombre al oído mientras su mano pasaba por sus piernas y las trataba de abrir—. Pero negocios son negocios.

Camila escuchó esa última frase y se apartó del hombre fuertemente. Estaban en una parte de la casa abandonada donde se hospedaban que estaba vacía después de haber hecho algo que Camila quería borrar de su mente.

—¡¿Qué quieres decir con eso?! —dijo exaltada—. ¿Dónde está mi madre? Me dijiste que enviarías por ella.

—Los chicos estaban cansados después del primer viaje y tengo que darles algo para divertirse—el hombre sonrió mostrando los dientes medio amarillos haciendo que Camila sintiera asco—. Ustedes son de las últimas dos mujeres y digamos que a la primera que eligieron iban tan...ansiosos que no tuvieron mucho cuidado y no funcionó para los demás—Camila palideció—. Tres de mis amigos quedaron necesitados y no me gusta tener a mi personal así—la vio a los ojos mientras se levantaba de la cama y se ponía los zapatos—. Me ofrecieron un trato por ti pero me negué—sonrió—. Nadie toca lo que es mío, pero me presionaron mucho así que acepté que te tuvieran una noche. Prometieron ser buenos—se acercó a ella y la tomó del brazo tirándola a la cama y Camila respiró hondo sintiendo horror ante lo que iba a pasarle—. Lamentablemente tu madre estaba escuchando mi negociación y los planes cambiaron.

—¡¿Qué le hiciste?! —gritó indefensa y el hombre le puso una mano sobre la boca y con su brazo impidió que se moviera. Los ojos de Camila se llenaron de lágrimas de inmediato.

—Yo no hice nada, osita—dijo él riendo—. Tu mami se ofreció en tu lugar y dio un discurso enorme que era para cuidarte—Camila sintió que su corazón se destruía ante sus palabras—. Ya sabes cómo son las madres de buenas personas. Así que mis amigos se la llevaron a la habitación del fondo. Creo que llevan una hora de pasarlo bien—Camila se levantó de la cama inmediatamente y corrió a la puerta pero el hombre fue más rápido deteniéndola. Camila gritó y pataleó hasta que un golpe en la mejilla la dejó atontada y tirada en el suelo, pero todavía consciente vio como él se acercaba a su rostro—. No hagas algo estúpido. Quieres ir a Estados Unidos, voy a llevarte a ti y a la vieja de tu madre—le gritó—. Solo es una vieja que seguramente ha tenido muchos hombres y podrá aguantar unos cinco a la vez. Depende de ti llegar o no.

Camila gritó de dolor mientras intentaba moverse hasta que sintió lo caliente de la sangre bajar por su rostro hasta su cuello. El golpe al caer le había hecho una herida en la cabeza.

—¡Mamá! —gritó Camila a todo pulmón y recibió otro golpe—. ¡Mamá, por favor!

No podía parar de gritar y al final él se cansó de escucharla y solo salió de la habitación dando un fuerte portazo y dejándola encerrada. Camila gritó, le pegó a la puerta y trató de abrirla. Sus manos sangran, sus uñas se había quebrado y sangraban al intentar incluso abrir las paredes con ellas en desesperación.

Las risas llegaban a sus oídos y la imagen de lo que podría estar pasándole a su madre la atormentaba tanto que terminó con las manos en sus oídos meciéndose adelante y hacia atrás mientras abrazaba sus piernas. Una y otra vez hasta que esa pesadilla finalmente terminara.

—Una casa en Miami—decía sintiendo que en ese momento estaba volviéndose loca—. Una casa en Miami para las dos mamá—sollozó sintiendo que su corazón se partía—. Para las dos.

El grito de una mujer llegó hasta sus oídos y sus manos temblaron mientras se acostaba en forma fetal en el piso mientras sus ojos se apretaban con horror. Era su culpa. Ella había obligado a su madre a hacer ese viaje.

No había esperado algo así. No lo había visto venir lo que significaba que no existía un plan para evitarlo.

—Perdóname, mamá—sollozó—. ¡Perdóname, mamá! —gritó esperando que la escuchara—. ¡Perdóname!

Pero no sabía si sus palabras llegarían a su madre o si tendría la oportunidad de decírselas frente a frente una vez más.

-------------------------

¡LISTO!

ESPERO QUE LES GUSTARA EL CAPÍTULO. ESTUVE LEYENDO SUS COMENTARIOS EN EL CAPÍTULO ANTERIOR Y SOLO PUEDO DECIRLES QUE...ESPEREN LO INESPERADO. ADORO LAS TEORÍAS QUE FORMAN Y HAY MUCHAS QUE SE FIJAN EN LOS DETALLES PEQUEÑOS Y ESTÁN CERCA DE LA VERDAD. FALTA MUCHO QUE DESCUBRIR ESPERO SE QUEDEN A AVERIGUARLO. UN BESO Y NOS LEEMOS PRONTO.

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