Mala Conducta |KOOKMIN|

By _Abbyss_

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Muy popular. Excelentes notas. Hijo de una familia coreana-europea. Adinerado. Capitán y jugador estrella del... More

A V I S O
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I
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(dis)tensión
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Byun Baekhyun I
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🥀 | R O T O | 🥀
Byun Baekhyun III
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Oculto I

Jodidos III

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By _Abbyss_

Una vez, cuando pequeño, Jungkook se metió en problemas.

Llamaron a sus padres a citación con la profesora en jefe de su curso, pues estaba en último año del kínder y aún no entraba a la escuela. Para ese entonces, el matrimonio aún parecía funcionar y tanto su madre como su padre se sentaron frente al escritorio.

Resulta que Jungkook había golpeado a un compañero de clase. Un chico pequeño, de tez pálida, que nada había hecho aparte de no querer prestarle su juguete al castaño. La pelea podría haber quedado allí, como algo normal y corriente en preescolar, de no ser porque Jungkook lo golpeó hasta quebrarle la nariz y la maestra tuvo que intervenir entre gritos.

La madre de Jungkook se preocupó, y sus manos comenzaron a picar.

—Bueno, ¿Pero el niño no estaba dejándole jugar y por eso se enojó o qué?

La otra mujer negó con la cabeza.

—Hyun le pasó el juguete al rato. Alardeó un poco sobre lo genial que era jugar todo el tiempo, después se aburrió y se lo dió a Jungkook. Y Jungkook se enojó por algún motivo.

Las maestras sospechaban que Jungkook estaba siendo abusado físicamente en su casa, y no estaban lejos de equivocarse. Por aquella época, el padre de Jungkook solía golpearle cada vez que tenía la oportunidad. Cuando aún vivía, y supuestamente la pareja se amaba. Tuvieron que responder un largo cuestionario y dejar sus firmas en secretaría. Pero los Jeon sabían mentir muy bien, así que nadie descubrió lo que pasaba tras la puerta de la casa.

Cuando volvieron de la reunión, la madre de Jungkook fue a preguntarle por qué había golpeado al pobre chico. Y Jungkook respondió que había querido jugar con el robot tanto tiempo, que cuando finalmente lo tuvo en sus manos se dió cuenta que no sabía qué hacer con él. No sabía cómo usarlo. No sabía qué botones apretar. No tenía idea siquiera de qué significaban las palabras en inglés que salían de su boca. Así que se enfureció y golpeó al dueño de su descontento.

Hoy, doce años después de aquel encuentro, Jungkook volvió a experimentar el sentimiento al encontrarse de frente con Jimin en los baños del Instituto.

El rubio le miraba sorprendido. Con la boca muy abierta y los ojos casi saliendo de sus cuencas. Parecía incluso asustado. Sus piernas no temblaban, pero podía verse que no estaban ayudando a sostenerlo mucho.

—Park —Carraspeó el menor, tratando de comenzar una conversación.

— ¿Qué haces aquí? —Recibió como respuesta un tono venenoso.

—Lavarme las manos. ¿Tú?

—Mojarme el cabello.

—Bien.

—Bien.

El silencio se extendió, pero ninguno se movió de su lugar. Ambos sentían que estaban a punto de dar un paso adelante a lo que deberían de hacer, a hablar. Tenían que hacerlo, era importante.

Pero permanecieron callados. Y nadie más estaba entrando al baño, así que la ansiedad empezó a apoderarse de ambos.

Jimin fue el primero en sucumbir. Pero seguido inmediatamente del castaño.

—Escucha, sobre lo que pasó el sábado...

—Entonces, lo de la otra noche...

Volvieron a callarse y Jungkook empezó a perder la paciencia.

—Sé que estás perdiendo la cabeza ahora mismo pero...

—Jeon —Jimin alzó una mano, incitándolo a callarse. Tomó un respiro profundo— No estoy de humor. Estoy muy tenso ahora. Tengo que jugar bien y concentrarme en eso, ¿Podemos tener esta conversación después?

—Tenso —Jungkook repitió. La verdad, parecía que el cuerpo de Jimin estaba a punto de reventar. Debía de tener todos sus músculos apretados, esperando el momento indicado para saltar lejos— Yo puedo ayudarte con eso.

Se arrepintió apenas la última palabra salió de su boca. Jimin torció la cabeza hacia un lado, pareciendo no entender, y luego su rostro se puso rojo a una velocidad impresionante.

—C-Creo que estás confundiendo esto —Jimin retrocedió un paso.

— ¿Confundiendo? —Jungkook avanzó. Estaba siendo un descarado, siendo el primero en iniciar el contacto ahora mismo. Jimin podía rechazarlo completamente y mandarlo a pasear, pero algo dentro de sí le decía que el rubio parecía estar buscando cualquier tipo de contacto físico con él también.

—Y-Yo no soy así. No hago esto —La espalda de Jimin estaba tocando la puerta de un cubículo.

— ¿Hacer qué? —Ahora estaban muy juntos. No se estaban tocando más que por la punta de sus zapatos. Jimin tenía los de jugar, con toperoles, y se veían caros; los de Jungkook estaban viejos y gastados.

Unas voces en el pasillo hicieron que ambos giraran la cabeza. Este no era el momento para que los encontraran. Jimin abrió la boca para protestar a la vez que apoyaba las manos sobre el pecho del menor para empujarlo lejos, pero entonces sintió que estaba siendo presionado hacia atrás y cayendo a través de la puerta.

El castaño lo agarró, pasando con él dentro del cubículo y cerrando con llave detrás de él. El rubio le miró expectante, alzando una ceja.

—Voy a hacerte un favor —Jungkook se acercó, llenando el espacio y puso sus manos sobre la cadera del mayor— Y luego hablaremos.

—Y-Yo... —Jimin gimoteó, susurrando mientras sentía como era levantado con facilidad. Su trasero ahora estaba sobre el estanque del retrete, con sus pies colgando y Jungkook se metió entre sus piernas, bajando a su cuello.

Jimin iba a protestar cuando sintió como sus manos fueron agarradas con fuerza y alzadas sobre su cabeza. Jungkook le miró furioso antes de retomar su tarea, chupando y pasando la lengua por la piel tersa del rubio. Tuvo que morderse los labios para no jadear. Las voces se escuchaban dentro del baño. Eran unos chicos hablando sobre los posibles goles que el equipo del Instituto iba a anotar hoy.

Jimin sintió su miembro endurecerse dentro de la tela de su ajustada ropa interior. Eso iba a doler. Se revolvió bajo la lengua del menor en su cuello, sintiendo como su cuerpo comenzaba a tiritar. Estaba ansioso, pese a que su cerebro le gritaba que lo pateara lejos y no terminara de creerse que realmente estaba sucediendo todo esto.

Jungkook se pegó a su cadera. Jimin sintió como sus orejas se volvían rojas al sentir la dura entrepierna del castaño sobre la suya. Quería tocar. Quería sentir eso y grabarlo a fuego ahora que podía recordarlo todo. Pero el agarre sobre sus muñecas era condenadamente fuerte y no pudo moverse.

Jungkook empujó contra él con su propia cadera. La mente del otro chico ya estaba ida. Quería besarlo. Quería comerle la boca tan mal, romperle los labios a mordidas y meterle la lengua. Pero no estaba seguro si Jimin se sentiría cómodo al hacerlo, así que en cambio, dejó su cuello y fue acercando su propia boca a la oreja izquierda del rubio. Pasó la lengua detrás del lóbulo de este, lamiendo la piel tersa allá atrás y luego mordisqueó su lóbulo. Jimin se estremeció y trató de mover sus muñecas nuevamente, pero Jungkook le afirmó más fuerte contra la pared. Sus propio brazo comenzaba a doler por sostenerlos levantados un buen rato, así que golpeó la cadera de Jimin nuevamente.

El chico ahogó otro jadeo mientras a su espalda la conversación de los extraños se animaba. Había llegado alguien más y ahora hablaban de Jimin y su talento para ser un líder.

—Si supieran cómo te tengo aquí —Susurró en el oído contrario, sin dejando de lamer y morder mientras simulaba embestidas— ¿Qué dirían de ti?

Jimin apretó los labios y pegó su cadera más cerca.

—Vamos, no tengo mucho tiempo —Susurró también, con la voz rota— Hazme lo que quieras rápido...

— Por favor —Jungkook le regañó, usando su mano libre y apretando la erección del mayor sobre la tela de su ropa— Vas a pedírmelo por favor, pequeña mierda.

—Mh —Jimin jadeó, un poco fuerte. Los chicos fuera del cubículo se quedaron callados un par de segundos.

Jungkook alzó una ceja, sonriendo travieso frente a la postal del rubio avergonzado y todo rojo, pero apretando sus piernas alrededor de la cadera del menor.

—Por favor —Jimin susurró, cuando los estudiantes retomaron la conversación.

Rápidamente le bajó los shorts deportivos azules hasta los tobillos y liberó su miembro con cuidado. Jimin no se lo dijo, pero el castaño estaba tomando las precauciones de no estropearle el uniforme cuando estaban a treinta minutos de comenzar el partido. Tomó el borde de la camiseta blanca y se la colocó en la boca a Jimin, para que la sostuviera. Jungkook se quitó la corbata del uniforme y empezó a pasarla a través de las muñecas de Jimin.

—N-gh —Jadeó el mayor, extasiado y molesto a la vez. Quería tocar, pero el menor no iba a dejarlo.

Jungkook tenía una mirada tan sucia en los ojos, llena de lujuria mientras pasaba las manos por los muslos desnudos y el abdomen marcado de Jimin. Estaba entreteniéndose a sí mismo con el cuerpo trabajado del mayor. Jimin se sintió deseado y tuvo miedo al mismo tiempo. Jungkook no le estaba mirando con ganas de follárselo, como todas las chicas que solían deleitarse con su figura. Él quería comérselo. Jimin recordó sus palabras del sábado y tembló.

Jungkook se concentró en la polla bajo suyo. La rodeó con sus grandes manos y antes de comenzar a trabajarla, escupió sobre ella. Jimin jadeó, mordiendo su camiseta y echando la cabeza hacia atrás. Se moría por mirar cada parte de Jungkook en ese momento, pero no estaba preparado para la sonrisa de suficiencia que estaba cargando. Sonreía amplio, divertido con el sufrimiento ajeno y la incapacidad de Jimin de no gemir bajo sus toques. Se sentía genial, y estaba ganando el absurdo juego de superación aunque fue él quien lanzó la primera piedra y lo metió al baño a la fuerza.

Las manos del menor seguían moviéndose arriba y abajo, masajeando el tronco con lentitud y acariciando la cabeza con los pulgares. Jimin estaba desesperado, y no encontrando una mejor manera de decirle que se apurara, pasó sus muñecas atadas por sobre la cabeza de Jungkook, tomándolo por la nuca, y lo acercó hasta que casi pegaron sus frentes.

Jungkook rió silencioso debido a la mirada de enojo y reproche que estaba recibiendo en esos ojos cristalizados y el rostro sonrojado. Una gota de sudor caía por el borde del rostro de Jimin, aparentemente por el esfuerzo que hacía al mantener las piernas elevadas y aguantar la tortura sobre su miembro. El cabello rubio que entraba en contacto con su sudor se oscurecía adquiriendo un tono ceniza y Jungkook sintió otra vez esas ganas sinsentido de besarlo.

Aceleró el movimiento con una de sus manos mientras la otra acariciaba los muslos de Jimin. Este cerró los ojos con fuerza, respirando rápido y pesado mientras sus piernas se curvaban en torno a la cintura del castaño.

—Hazlo. Córrete para mí —Jungkook se acercó a su oreja y susurró— Dámelo.

Jimin gimió demasiado fuerte mientras se venía con una sacudida. La nube de placer nubló sus ojos los segundos siguientes, cuando Jungkook limpiaba el desastre que había hecho con el papel de baño. Sintió como sus shorts deportivos eran regresados a su lugar y su camiseta era estirada sobre su abdomen, cuidando que todo de él se viera bien.

Jungkook le bajó del estanque del retrete y lo puso en pie, sostieniéndolo un momento porque las piernas le estaban temblando. Le pasó un trozo de papel por el rostro y cuello, limpiando el sudor, antes de agarrarlo bruscamente por la nuca y jalarlo contra él.

Jimin volvió a la realidad cuando supo que la lengua de Jungkook estaba dentro de su boca. Abrió los ojos y se encontró con la dura mirada del menor. No lo estaba besando, estaba tomando posesión de su boca, reclamándole suyo. El rubio se dejó hacer con un suspiro, pero ni bien había logrado poner las manos sobre los hombros de Jungkook —en algún momento de su aturdimiento le había desatado—, este se retiró, sonrió y salió del cubículo cerrando detrás de sí.

Jimin quedó de pie, con el corazón acelerado y el cabello revuelto. Pronto, la vergüenza cayó sobre sus hombros y se golpeó la frente al percatarse de la mierda que había hecho recién.

¿Es que no aprendía?

Se regañó mentalmente en el trayecto a la cancha. Pero era inútil. No podía molestarse por su actitud si su cuerpo se sentía tan bien en ese momento. Estaba relajado, se sentía ligero, parecía flotar sobre el césped sintético.

Al final, cuando ganaron el partido, Jimin se encontró a sí mismo buscando la mirada del castaño en el público.

Y esa vez, sí le encontró.

————
En el próximo arco vamos a tener un pequeño salto en el tiempo, así que no se preocupen cuando vuelva a actualizar y sientan que se perdieron algo.

Nuevamente, muchas gracias por leer. No imaginaba que el fic llegaría a ser tan popular ni en sueños (y sí, 3k de lecturas para mí es popular).

Y discúlpenme el fanservice total de este capítulo pero va a tomar sentido más adelante (espero).

Son geniales. Les adoro.
Abbyss.

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