—Siempre quieres llamar la atención verdad— aseguró Seokjin mientras servía el almuerzo.
Hoseok lo miró desconcertado.
—Es por eso que no llegaste a dormir anoche, querías preocupar a mi hijo, él salió a la calle a esas horas tan peligrosas sólo para buscarte, ¿Es una especie de prueba o qué?
—No, para nada, sólo quería pasar el tiempo con mis padres— respondió Hoseok molesto
—Ni siquiera llamaste para avisar— Seokjin se sentó a lado de Jennie que trataba de pasar desapercibida para que no la metieran en sus problemas —no se tú, pero yo creo que al vivir en esta casa mínimo deberías mostrar un poco de respeto y llamar no te toma más de cinco minutos. Oh, espera ya sé, tu familia pobre no tenía crédito.
Hoseok se levantó de la mesa —ya no tengo hambre.
—No huyas jovencito— Seokjin volvió a sentarlo en la silla -esta plática no ha acabado.
—Para mi acabo desde que empezó.
—Deja de ser tan malcriada niño, está es mi casa y me debes respeto.
—El respeto se gana— le respondió Hoseok —y usted me ha tratado como basura desde que llegue.
—No digas tonterías, sólo hago lo mejor para mi hijo.
—Y usted cree que no soy yo, porque no soy Jimin, ¿qué es lo que quiere?, qué me vaya, qué deje a Taehyung, pues no lo voy a hacer porque lo amo.
—Sí lo amaras hubieras pensado en él, en su futuro y hubieras abortado.
Hoseok apretó los puños, se levantó de la mesa ignorando las quejas de su suegro y subió a su habitación para dormir todo el día.
Ya tenía suficiente, estaba muy cansado y sus ánimos nunca fueron mejores.
Tal vez sí debió haber abortado pero ahora era demasiado tarde.
Tarde, Taehyung había regresado más tarde de lo normal, ni siquiera lo miró a los ojos, ni lo abrazo cuando se acostó en la cama.
Hoseok odiaba ser negativo pero cada que Taehyung actuaba así de frío con él, no podía evitar pensar que el menor ya no lo quería.