Todo está perdido. No sé que vamos a hacer ahora con este mundo, está lleno de odio, que nunca cesará en nuestro ser. Somos todos tan iguales, que no deberíamos luchar por las diferencias, o incluso la fortaleza. Eso es lo que le tocó vivir a mi hermano mayor.
Estábamos aquella noche en el campamento que habíamos cogido para descansar. Hasta que de pronto.. un sonido de disparos se oyó en la oscuridad, y comenzaron todos los de aquel sitio a correr y la gente, estaba muy asustada. Muchos gritaban 'que saliéramos de hay lo más rápido posible, era muy peligrosos seguir en ese sitio'. Entonces mi hermano, corriendo entre los disparos, y el fuego que habían producido las *fuerzas armadas Inglesas del sur* me protegía ante todo. Hasta que llegamos a una caseta que estaba alejada del campamento y situada debajo de un barranco, donde me dejó en una cuna cubierta con una manta y me tapo bien para mantenerme a salvo. Yo simplemente era un bebé, que lloraba porque estaba asustada del ruido que había. Triste, me acarició la cara, y me sonrió dándome un beso en la frente, con unas lágrimas en los ojos que no pudo contener. Y así, se marchó para alejar de mi a las bestias de sangre fría, y arriesgando su propia vida en hacer que le siguieran lejos de la cabaña por un camino poco iluminado, donde al final se encontró con un precipicio, y todo lo hizo por salvarme. Pero no le sirvió de nada con solo alejar a unos cuantos, ya que había quedado uno, que había sido mandado por el jefe Inglés, para que investigará los lugares sobrantes. Y así acercándose y escuchando mi llanto fuerte, situó donde se escuchaba, y entró a la cabaña, descubriendome por las mantas con las que estaba tapada. De acercó a mí, y me destapó, mirándome con una expresión de odio. Y de nuevo, yo comenze a llorar con mucha energía, que casi hizo que los soldados Franceses que investigaban en ese momento la zona, le descubrieran. Y para evitar eso, cogió la manta que tenía, y me tapo por completo la cara, y el cuerpo. Impidiéndome así que respirara, durante un buen rato, incluso agonizando y moviendo mis brazos para quitarla, no le prestó ni la más mínima atención a mis gestos. Hasta que de pronto, un vagabundo que perteneció a un escuadrón militar Italiano, se acercó al oír mis quejidos, y presenció la horrible acción que cometia Entonces con rabia, cogió su cuchillo, y furioso gritó abalanzandose contra el, y clavándole un cuchillo en el pecho, matándolo al instante, sin dejarle dar su último suspiro. Rápidamente, me destapó la manta, y cogió lentamente, con una triste expresión en su rostro, donde me abrazó con llanto, pensando que había muerto. Hasta que de pronto, comenzè a respirar lentamente, y me desperté un poco aturdida, lo que hizo que se sorprendiera al verme, y me abrazara de nuevo, agarrando mi cabeza con cuidado, y poniéndola sobre su pecho para calmarme, estaba tan feliz de que estuviera viva. Ya a la madrugada, y esperando a que pasara el peligro. El salió corriendo en dirección al bosque, cuando pasó todo. Manteniéndome oculta todo el rato, dentro de su gran abrigo echo arapos, sin dejarme de apretar fuerte contra el. Mientras, en el camino que tomo mi hermano y que llevaba a una avalancha, seguía despistando a los Ingleses que estaban cerca de la cabaña, hasta que de pronto el camino se terminó, y no pudo retrodecer más hacia atrás. Entonces simplemente tuvo que enfrentarse hacia ellos. Y el primero fue el cabezilla con un revólver, hacia el que se tiró, cogiéndole el arma. Mientras los demás soldados Ingleses, fueron a rastrear la zona de la cabaña, donde entraron, y allí encontraron mi cuna, pero no a mi en ella, entonces decidieron cogerla, y llevársela, como su jefe quería. Mientras mi hermano, luchaba con sudor y lágrimas contra el Inglés. Con una fuerte lluvia que helaba hasta el alma, pero sin importarles ni siquiera eso para parar. Hasta que llegaron ellos y le avisaron... (1)