Cualquiera pensaría que era un exagerado al lucir tan agotado por el simple hecho de haber perdido unas pocas horas de sueño, pero Billy Tucker siempre había sido un dormilón nato y pues perder aunque fuera una hora de sueño...era desastroso, para su semblante y su humor. Prueba de ello era que por la mañana, apenas si había compartido un par de gruñidos a modo de saludo con Max.
En las clase, apenas si podía mantener los ojos abiertos, así que había cambiando su lugar con un chico que se sentaba en el último asiento de la última fila, par poder dormir sin que los maestros se dieran cuenta.
¿Esa era lo forma en la que se creaban los zombies? Pues Billy Tucker tenía la sospecha de que si, de que bastaba que uno de tus compañeros de escuela te llamara a las tres de la madrugada para que tu cerebro colapsara y entrara en modo de reposo...entonces estarías tan cansado que te haría lucir como un zombie, lento y tonto.
En ese momento luchaba por mantener los ojos abiertos para captar lo más posible de la clase de matemáticas y de pronto fue como si las luces se apagaran...se quedó dormido. Estaba soñando sobre algo agradable, hasta que alguien lo sacudió con un poco de fuerza y lo trajo de vuelta al mundo de los despiertos...
—¡Ahhh!— gritó al tiempo que se ponía recto sobre su asiento y veía en todas direcciones —¿Nos atacan los zombicornios?
—¿Qué?— Jason Cooper estaba parado frente a él con cara de "¿Qué demonios?" — ¿Qué son zombicornios?
—Duh, son unicornios que se han vuelto zombies— dijo con tono obvio y luego recostó su rubia cabeza sobre el escritorio. —Ahora déjame dormir.
—Pero tenemos clase de Arte— Jason le revolvió el cabello de manera suave y eso solo sirvió para que Billy quisiera dormir por toda la eternidad— Anda, levántate.
—¡No!— se pusó las manos sobre la cabeza—Además es tu culpa que tenga tanto sueño.
Se formo un pesado silencio y entonces Billy alzó la vista para ver que pasaba y se sintió mal al ver la expresión culpable en el rostro del capitán. Puede que Billy no fuera muy cercano a Jason, pero había pasado el tiempo suficiente cerca de él para asegurar que nunca, nunca le vio una expresión tan triste y arrepentida.
—Lo siento, de verdad Billy, no fue mi intensión...solo quería hablar con alguien. Lo siento.
"Mierda" pensó Billy, no había dicho aquello con la intensión de poner en apuros al capitán.
—Ya, olvídalo— sonrio ampliamente y se pusó de pie. —La verdad es que me gusto hablar contigo, fue...interesante. Además no es culpa tuya que me afecte tanto el no dormir un par de horas.
—Aun así, si hay algo que pueda hacer para compensarte...
Y Billy sonrio aun más ante esa oferta. Se le ocurrían un par de cosas, pero justo en ese momento, lo que más le importaba era descansar un poco y por eso dijo:
—Si hay algo que puedes hacer para compensarme.
—¿Qué cosa?
—Date la vuelta.
—Eh...pero...
—Date la vuelta Cooper, si no te apuras, vamos a llegar tarde a la clase de Arte.
Y con cara de confusión el capitán se dio la vuelta dándole la espalda a Billy. El rubio no se lo penso dos veces antes de guardar sus cosas en la mochila y hecharsela a la espalda, luego colocó las manos sobre los hombros de Jason y de un salto se monto sobre su espalda, rodeándole la cintura con sus piernas.
—Ahora llévame al salón de Arte. — le susurró al oido.
Jason rió, pero no se opuso, en cambio lo sostuvo de las piernas para que no cayera al piso.
—Bien, sujetate fuerte, porque no quiero que termines sufriendo un accidente. —Jason salió del salón de clases, el cual estaba completamete vacío y camino por el pasillo bajo la atenta mirada de los demas estudiantes—Creo que llamamos mucho la atención.
—¿Te molesta?
—No—el capitán se encogió de hombros— es divertido ver la cara de desconcierto que ponen.
—Es cierto.
Billy veía a su alrededor y no podía hacer nada más que reirse. Era bien sabido por toda la escuela que a pesar de ser compañeros en el equipo de futbol, él y Jason no eran los mejores amigos del mundo. Y andar por el pasillo de esa manera, era la fórmula perfecta para llamar la atención y causar revuelo.
—¡¿Qué rayos?!— Henry apareció de pronto con cara de confusión total —¿Y a ustedes qué les pasa?
Billy rodo los ojos y se aferro más a Jason. Henry Miles no era su persona favorita en el mundo, de hecho pensaba que no era más que un idiota pretencioso.
—Cierra la boca, Miles o se te meteran las moscas—dijo Billy con fastidio—Y quitate del camino, vamos tarde para nuestra siguiente clase.
Henry le dio una mirada de fastidio y luego lo ignoro.
—¿Por qué estas cargado a ese idiota?— preguntó Henry en dirección a Jason.
—Tucker no es idiota—respondió el capitán con un tono monotono, como si estuviera acostumbrado a responder siempre de la misma manera. —Y lo estoy cargando porque se lo debo.
—¿Por qué?
—Ese no es asunto tuyo— gruñó Billy empezando a impacientarse— y ahora quitate del camino.
—Ni siquira se como lo soportas, en serio es un rubio odioso.
—Cuidado te muerdes la lengua, Henry, tú tampoco eres muy agradable que digamos. —Billy le lanzó una mirada maliciosa— Estoy seguro de que ni tú te aguantas.
—No te metas conmigo, Tucker.
—¿O qué?— reto Billy bajándose de la espalda de Jason y caminando de manera amenzante hacia el otro chico. —¿Qué haras?
—Voy a golpearte.
—Ja, perdona si me rió, eso es ridículo, no podrías golpearme ni aunque me dejara.
Los dos se quedarón viendo fijamente mientras Jason rodaba los ojos con molestia. No era la primera vez que Billy y Henry se comportaban de esa manera y de sobra sabía que no se tocarían ni un pelo. Eran como un par de cachorritos, ladraban, pero no mordían.
—Ya basta, señoritas, vamos a clase.
Acto seguido, el capitán tomó a Billy por la cintura y se lo hecho sobre el hombro como si de un costal de papas se tratara. Cualquiera pensaría que el rubio se enojaría por tal acción, pero en cambio se soltó a reir como loco.
—Te golpearía— dijó entre risas— pero la verdad es que prefiero esto a caminar por el pasillo.
—Claro que si, eres un vago. — respondió Jason contagiándose de la risa del chico sobre su hombro.
Siguieron su camino dejando atras a un muy pero muy confundido Henry ¿Desde cuándo esos dos se llevaban tan bien?
Henry sacudió la cabeza y mientras caminaba en dirección a su siguiente clase, se preguntó si eso de verdad había pasado o solo era parte de un sueño absurdo.
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Para cuando la hora del almuerzo llegó, Billy ya se sentía como un ser humano capaz de pensar y sobre todo, comer. ¡Y maldita sea! Ese día estaba sirviendo lasaña ¿acaso había algo mejor que eso?
El rubio permaneció en la fila hasta que pudo obtener su propia porción de esa esquisita obra de arte que era la lasaña, sin borrar la sonrisa que adornaba su rostro... Pero esa sonrisa empezó a desvanecerse a medida que caminaba en dirección a la mesa que compartía con sus amigos. A lo lejos podía ver como Aron y Scott se alimentaban mutuamente, algo que le resultaba demasiado cursí. En cuanto a Daemon y a Max, bueeeno...ellos ni siquiera estaban comiendo, más bien se dedicaban a besarse como si llevaran meses sin verse, cuando la verdad era que pasaban todo el día juntos.
Alguna vez Billy había escuhado la expresión "ser la tercera rueda", que por lo general se utilizaba cuando alguien se veía obligado a pasar tiempo con una pareja, presenciando sus momentos románticos y que por eso resultaba en una experiencia incomoda. Pues Billy nunca había entendido muy bien esa expresión, hasta ese momento; aunque en realidad no se sentía como la tercera rueda ¿En aquella mesa con sus cuatro amigos? ¡se sentía como la maldita quinta rueda!
Billy de verdad se alegraba por sus amigo, en especial con Max, pero había ocasiones en las que de verdad no podía estar cerca de ellos y toda su melosidad.
—¿Piensas comer de pie?— se sobresalto al escuchar aquella voz a sus espaldas. —Lo siento, no quería asustarte.
—Oh, no— le sonrió a la chica pelirroja— Esta bien Let, solo me tomaste por sorpresa.
Scarlett se paro a su lado y fijó la vista en la dirección en la que Billy veía antes de que ella lo sorprendiera.
—Wow, ellos sique disfrutan demostrandose su amor ¿cierto?— dijo la chica refiriendose a Max y Daemon que seguían dandose arrumacos.
—No sabes cuanto. —suspiró.
Sacarlett lo observó detenidame con sus ojitos vivaces. Por un momento Billy sintió que la chica era capaz de leerlo como un libro abierto.
—¿Por qué no te sientas en mi mesa?— sugirió ella con una sonrisa y Billy nunca había estado tan agradecido en su vida.
—¡Claro! Gracias.
Caminaron hasta la mesa en la que Scarlett comía usualmente, y resultaba que esa mesa era la misma en la que Jason, Henry y una combinación de miembros del equipo dd futbol y las porristas, comían. Billy por lo general evitaba sentarse en esa mesa...pero es de sabios cambiar de opinión ¿cierto? De cualquier manera estaba ahí por Sacarlett, así que los demás le tenían sin cuidado.
—¡Billy Tucker! — gritó una linda chica de cabello corto y castaño, esa era Lana Shaw, la abeja reina de las porristas. —Vaya, es bueno verte por estos lados.
—Ya ves, estoy cambiando de aires— bromeó el rubio—¿Espero qué no les moleste?
—En lo absoluto, tú siempre eres bienvenido— ronroneó una rubia alta de mirada penetrante. Esa era Erika Gregory, la mejor amiga de Lana.
—Shu perras—dijo Scarlett sin cortarse y dándoles una mirada hastiada. —En serio, no pueden ver un chico guapo que ya empiezan a arrastrarse como vivoras.
—Callate Scarlett — siseó Lana atuzandose la melena con arrogancia— Ni siquiera se porque te sientas aquí.
—Porque me da la gana y porque no puedes impedírmelo.
—Okey— Billy trataba de no reirse de la mirada estupefacta de las porristas. —Creo que deberiamos comer.
Los presentes en la mesa se encogieron de hombros y empezaron a comer, entonces Billy notó que tanto Jason como Henry aun no llegaban...pero su atención fue robada cuando un texto hizo vibrar el teléfono guardado en el bolsillo de su pantaloón. Se apresuró a sacarlo y leerlo.
«De: Max 😺
¿Por qué te sentaste en otra mesa?»
Alzó la vista buscando la mesa en donde se encontraba su pequeño amigo y aun a la distancía pudo notar sus ojos azules empañados con tristeza y el pucherito que formaban sus labios, por un momento se sintió mal, pero de verdad necesitaba tomar un poco de distancia.
«Lo siento, pero Scarlett me invitó a sentarme en su mesa y no pude decirle que no»
Si, era una mentira a medias, pero sintió que era lo correcto por hacer.
«De: Max😺
Esta bien, lo entiendo. ¡Que tengas un rico almuerzo! 😋😋 Te quiero. »
Sonrió ampliamente al sentirse aliviado porque Max se lo tomara tan bien. Aunque Max era demasiado bueno para darse cuenta que en realidad estaba evitándolo.
«También te quiero Max»
Luego de eso guardo su teléfono y cuando volvió a poner atención en la mesa que ocupaba, se dió cuenta que Jason y Henry ya habían llegado.
—¡Hola!— saludó Billy en dirección a Jason.
—Hola— y para sorpresa de todos Jason sonrió de manera ¿tímida? ¿Desde cuándo el capitán sonreía de esa manera?
Billy se sintió un poco extraño, pero le resto importancia mientras comía su almuerzo. Las charlas en aquella mesa no se hicieron esperar y pronto Billy se encontro agusto, sobre todo cuando él y Scarlett se unieron para hacer enojar a Henry. Se la estaba pasando de maravilla, hasta que notó que Jason sonreía, pero a la vez parecía un poco ausente y prueba de ello era su plato, el cual conservaba su porción de lasaña casi intacto.
—¿Qué pasa, Cooper? No has comido casi nada— dijo Billy haciendo que todos se callaran y prestaran atención al capitán.
—Ah, eso— sonrió sin ganas —la verdad es que no tengo mucha hambre, me duele la cabeza. —Empujó la bandeja hacia Billy, quien ocupaba el asiento frente a él. —Si quieres puede acabarlo por mi.
—Pero...
—Adelante, esta bien.
Billy lo medito por un momento, pero era comida al fin y al cabo. Además no estaba dispuesto a despreciar esa deliciosa lasaña.
— Empiezo a creer que estamos en la dimensión desconocida— dijo Henry con gesto desconcertado. —Es que estan sucediendo cosas muy extrañas.
—¿A que te refieres?— Preguntó Brice Olsen, que era el compañero de fechorias de Henry.
—Bueno, es que Jason esta actuando exraño.
—¿Yo?— Jason soltó una risa nerviosa y trato de restarle importancia. —No se de que hablas...
—En primer lugar: te vi cargando a Billy por el pasillo—Henry arrugó la frente con molestia — y en segundo lugar: ¡Ahora también le regalas tu comida!
Jason abrió la boca para defenderse, pero Scarlett le robo la palabra al soltar una risa burlona.
—Hay Henry, a mi me da la impresión e que stas celoso —los demás en la mesa rieron, excepto Billy, Jason y Henry— ¿Acaso temes que Jason decida volverse amigo de Billy y te deje de lado?
—¡No!— respondió Henry con la carra completamente roja.
Ese gesto basto para que Billy entrara en su modo malicioso y sin pensárselo dos veces se estiró por sobre la mesa y tomó la mano de Jason para luego entrelazar sus dedos meñiques.
—¿Ves esto?— le preguntó a Henry mientras el capitán se había quedado estupefacto. —Jason es mi amigo y tú no puedes hacer nada para evitarlo.
—¿Amigos?— preguntó Jason que al parecer había recuperado su voz.
—Claro...¿por qué quieres ser mi amigo, cierto?— El rubio batió sus pestañas con fingida inocencia y Jason sintió que el corazón le dio un vuelco dejándolo fuera de combate.
—C-claro...si, podemos ser amigos.
Billy sonrió ampliamente y separo su mano de la del capitán.
—¿Lo ves, Henry?— dijo con burla—El capi y yo somos amigos— le enseño la lengua de manera infantil y volcó toda su atención en la lasaña.
Todos se echaron a reir (Henry incluido) pues era imposible no encontra graciosa la actitud del rubio. El único que permaneció en silencio fue Jason, quien no lograba salir de su asombro. Él y Billy nunca habían sido cercanos y ahora de la nada...ya eran amigo. Muy a su pesar el capitán esbozó una pequeña sonrisa sin saber que ese era solo el inicio de un cambió realmente importante en su vida.