- uhm, esta caja esta llena de ¿cartas?. Parece que esta es casa de escritores - Niall rié.
Toma todas las cartas depositándolas sobre su cama, y revisa una por una, notó allí que lo único que dicen los sobres son fechas. "Éstas cartas no serían para envío" pensó Niall. Esas cartas estaban simplemente guardadas dentro de un sobre cualquiera.
- ¡30 años! - Gritó sorprendido el joven.
Sobre sus manos yacían decenas de cartas firmadas por allá en los 1978. Una locura.
"¿Acaso nadie más a vivido aquí desde entonces?", se cuestionaba Niall un tanto, confundido.
La respuesta era un simple, sí. Esa casa no había sido habitada por casi 30 años.
Niall acomodó las cartas por fechas, desde la más vieja escrita hasta la última carta de la caja. Tomó la primera y rompió cuidadosamente el viejo sobre que la cubría.
Carta 1:
Miércoles, 12 de Julio, 1978
"Bueno, le prometí a mi abuelo escribir en esta máquina si algo "hermoso y puro" me pasaba, así que aquí estoy para escribir para alguien. Mi abuelo siempre me dijo "si escribes, escribes para alguien, ya sea para un familiar, un amigo una pareja y hasta un desconocido" y creo que estas cartas se basan en la última opción.
Estas cartas son para ti, Louis. Aunque seguro nunca las leerás.
Tu no me conoces, al menos no por ahora. Yo si te conozco, y me encantas.
Pero hay algo que te hace malditamente jodido para mi, tu heterosexualidad.
Se que ser gay es algo muy mal visto pero, ¿acaso puedo evitarlo?. La maldita respuesta es no.
Se que tu no eres gay. A millas se puede ver cómo babeas al ver las mujeres mientras entran a tu casa, luego de que llegas de la universidad. Y no es que te espíe, simplemente no eres nada callado, ¿sabes?.
Te vistes con esos pantalones tan apretados que, ¿para qué mentir?, marcan tan jodidamente bien tu trasero. Hacer fútbol te sienta tan bien, honey.
Creo que es bueno esto de escribir cartas, tal vez lo haga mas seguido. H"
- Okey, no me esperaba esto - Niall rió - Es como un diario íntimo, separado en cartas. -
Se paró de su cama a buscar algo de comer y una bebida. Si se trata de mezclar chismes con lectura, solo llamen a Niall Jordan y lo tendrán en la puerta de sus casas.