talk - jhope

By D-Girrl

168K 15.9K 6.4K

Oh Sun Min es muda, y Jung Ho Seok es el chico más ruidoso que alguna vez haya pisado la faz de la tierra. ... More

「 p l a y l i s t 」
「 s i n ó p s i s 」
「 u n o 」
「 d o s 」
「 t r e s 」
「 c u a t r o 」
「 c i n c o 」
「 s e i s 」
「 s i e t e 」
「 s i e t e 」 [II]
「 o c h o 」
「 n u e v e 」
「 d i e z 」
「 o n c e 」
「 d o c e 」
「 t r e c e 」
-
「 c a t o r c e 」
「 q u i n c e 」
「 d i e c i s e i s 」
「 d i e c i s i e t e 」
「 d i e c i o c h o 」
「 v e i n t e 」
「 v e i n t i u n o 」
「 v e i n t i d o s 」
「 v e i n t i t r e s 」
「 v e i n t i t r e s 」 [ II ]
「 v e i n t i c u a t r o 」
「 v e i n t i c i n c o 」
「 v e i n t i s e i s 」
「 v e i n t i s i e t e 」
「v e i n t i o c h o 」
「v e i n t i n u e v e 」
「 t r e i n t a 」

「 d i e c i n u e v e 」

4.6K 372 317
By D-Girrl

HI !
Frijolitos bellos, primero: muchas gracias por todas las leídas, por los comentarios y sus votos.
Fact #3: Taehyung y Yoongi están basados en mis otras dos mejores amigas.
No tengo imaginación para crear personajes, WJSKDJ.

Ahora sí, disfruten!



Me estiro sobre el desordenado edredón mientras bostezo, me acomodo sobre mi estómago y pongo ambas manos bajo mi rostro con expresión pensativa.

Tras unos segundos, llego a la conclusión del día: estoy jodidamente aburrida.

Ya gasté todas mis posibles distracciones. Releí todos los libros de la saga de Cazadores de Sombras, terminé todos los animes que me quedaban pendientes y creo que ya no quedan series en Netflix que no haya visto. Hasta ya memoricé los números telefónicos de Yoongi, Taehyung, Boo y Hoseok por puro ocio.

En serio, me aburro como una maldita ostra.

Aún así, me obligo a buscar el lado positivo de tener toda una semana de licencia médica con reposo absoluto. Por ejemplo, le agradezco a todas las deidades existentes no tener que enfrentarme a las miradas curiosas de los otros estudiantes, e incluso de algunos profesores. Según los chicos, los rumores vuelan y ya toda la escuela está al tanto de mi pequeño accidente. Boo dijo que habían varias versiones, su favorita (como ella misma denominó) era la teoría de que soy miembro de una secta satánica. La verdad, aún no entiendo cómo demonios es que alguien llegó a esa conclusión, pero al menos me causa gracia. Por otro lado, aún tengo que lidiar con Hyeji. Solo pensarlo el estómago se me revuelve.

Hace dos días Mingyu vino a visitarme junto a Boo y le pusimos al tanto de la situación. Y con "pusimos" me refiero a que yo explicaba a través de señas y Boo hacía de traductora. Mingyu es un angelito, pero pedirle que aprenda el lenguaje a señas ya es mucho pedir para su hermosa cabecita. El chico tuvo la reacción esperada: prometió tener cuidado con respecto a mí y tener paciencia en cuanto a Hoseok. Aunque en eso último no estoy de acuerdo, si alguien es quien debe cambiar su faceta de macho alfa es Hoseok, no Mingyu.

El sonido del timbre me hace dar un respingo sobre la cama. Miro la hora en el reloj azul de mi habitación que marca las tres de la tarde, y frunzo el ceño confusa.

Los chicos vienen todos los días a verme para ponerme al día con la escuela, pero siempre llegan pasadas las cinco.

¿Tal vez es papá?

No. Imposible.

Agito mi cabeza con suavidad para olvidar esa pequeña posibilidad.

Desde el episodio en el hospital, no he vuelto a verlo directamente. Ni siquiera fue por mí cuando me dieron de alta, hace ya cinco días. A todo esto...es extraño que me hayan dejado salir de allí sin la firma de mi tutor legal.

No puedo evitar sonreír.

¿Qué tuviste que hacer para sacarme de allí, Jung Hoseok?

Todo lo que sé de papá es que sigue vivo, lo oigo llegar todos los días pasadas las dos de la madrugada. Solo Dios sabe en qué está metido ahora.

Hoseok se queda conmigo hasta las diez y a veces, hasta media noche. Según él, es en caso de que papá vuelva a emborracharse o a hacer cualquier cosa potencialmente peligrosa para mí, así que decidí no decirle a Hoseok sobre el horario de papá. Es decir, ¿para qué, si sirve como excusa para tenerlo conmigo hasta la noche?

De un brinco me enfundo en un hoodie azul de Hoseok que me llega hasta las rodillas y bajo las escaleras con el corazón en la garganta. Cuando ya estoy en el último peldaño, suenan dos golpecitos en la puerta seguido de un grito:

—¿Minnie? ¡Abre, estoy a punto de convertirme en un maldito cubo de hielo!

Dejo salir todo el aire que estaba conteniendo y ruedo los ojos  aliviada.

Ah, Min Yoongi.

¿Estabas durmiendo? Que perezosa eres. —Es lo primero que dice cuando abro la puerta. Ruedo los ojos y me hago a un lado para que entre, el chico me da un beso fugaz en la coronilla y da un par de zancadas fuertes para luego arrojar su mochila sobre el sofá con naturalidad. Lo observo encaminarse a la cocina y me limito a seguirlo con una ligera sonrisa en el rostro.

Yoongi tiende a ser exageradamente reservado, así que solo puedo verlo con las defensas bajas en momentos como este. La vida de Yoongi no ha sido fácil, desde que era un pequeño tuvo que apañárselas solo. Así que verlo sonreír, es un constante recordatorio de lo afortunada que soy por tener amigos tan fuertes como él.

Al pasar a la cocina, saco una pequeña caja de leche de chocolate de la nevera y la dejo frente a Yoongi. Inmediatamente lo veo luchar usando sus casi inexistentes uñas para abrir el envoltorio de la bombilla.

—Gracias. —Murmura mientras gira sobre su asiento hacia mí.— El profesor de Psicología faltó, así que me largué antes. —Me explica encogiéndose de hombros. Alzo ambas cejas, incitándole a que me de la versión completa.— Yah. No me mires así. —Refunfuña.— Ya sé que se supone que tengo que quedarme en la escuela de todas maneras. Pero pensé: ¿qué tal si Minnie me necesita y yo no estoy ahí? —Dramatiza poniendo una de sus manos bajo su barbilla. Le doy un golpecito en el hombro divertida. En serio, con este niño no hay caso.

Pasan varios segundos donde lo único que se oye es a Yoongi exprimiendo la pobre cajita de leche. Me pongo en pie decidida a ir a mi habitación a terminar lo que estaba haciendo: nada.

Estoy a mitad de la escalera cuando oigo pasos a mi seguidilla, no me es necesario voltear para saber que Yoongi me sigue. Cuando llego a mi habitación lo primero que hago es tomar una manta lila para enrollarme como un jodido handroll. En serio, el frío aquí no es una broma.

Me dejo caer en la cama y oigo a Yoongi chistar mientras me da una mirada agria.

—Claro, yo te vengo a ver y a ti te da por dormir. —Reclama entrecerrando los ojos.— Pero si fuera Hoseok...

Le lanzo lo primero que encuentro para que cierre la boca. Casualmente se trata de mi almohada, la que Yoongi atrapa al vuelo antes de que lo golpee.

Estúpido Yoongi y sus estúpidos reflejos de Basquetbolista.

—¡Agresiva! —Suelta una carcajada antes de volver a lanzarme la almohada. La cuál -claramente- no tengo tiempo para atrapar y termina golpeándome en el estómago.

Le doy una mala mirada, mientras el chico continúa descojonandose de la risa. Al parecer está en una especie de inspección, porque todo lo que hace es mirar las antiguas fotografías en mi pared y revisar las cajitas acumuladas sobre mis estantes. Siempre que Yoongi entra a mi cuarto hace exactamente lo mismo, a pesar de que las ha visto mil veces, le encanta tomarlas y mirarlas desde todos los ángulos posibles.

Creo que lo hace por los recuerdos.

—¡Te compraste el peluche! —Exclama emocionado. Su repentino grito me trae de vuelta al planeta tierra, pestañeo con fuerza y frunzo el ceño mientras volteo a verlo.

No, joder.

Yoongi sostiene entre sus manos el peluche azul que pusieron en mi puerta hace un par de días con una sonrisa en el rostro. De pronto, el aire a mi alrededor se vuelve pesado.

—¿Hm? —Murmuro. Yoongi parece ridículamente feliz de oírme hacer un sonido, pero yo me siento demasiado agobiada como para reparar en ello.

Me las arreglo para reincorporarme sobre la cama y liberar mis brazos de la manta con torpeza. El hecho de verlo ahí de pie con el peluche contra su pecho me choca demasiado, de hecho, tardo varios segundos en recordar cómo diablos es que debo empezar la pregunta.

"¿Acaso habíamos visto ese peluche antes?"

Yoongi luce desconcertado. Aún así me sonríe enseñando las encías y ladea su rostro con suavidad, perdido en el espacio.

—Eh...¿sí? —Ríe ligeramente, como si fuese algo obvio.— ¿No te acuerdas? Fuimos con Jimin al cine y de camino encontramos una tienda con este peluche en la vitrina. Te quedaste ahí más de diez minutos chillando que lo querías. —A medida que habla, mis sentidos parecen nublarse. Reaparece el nudo en mi garganta y ni siquiera sé porqué quiero llorar.— De hecho, unos días después de ello, nos llevaste a la tienda para comprar el peluche pero ya no estaba. Aunque eso ya fue hace mucho, —Vuelve a reír dándole una mirada enternecida al peluche.— ¿como lo encontraste otra vez?

Mierda. No.

No, maldición. No, no, no.

—Sunmin, ¿te sientes bien? —Por fin suelta el animal de felpa y vuelve a dejarlo sobre mi repisa. Se acerca hasta quedar arrodillado en la cama y me observa con el entrecejo fruncido.— Te pusiste pálida. ¿Qué pasó?

Los engranajes en mi mente comienzan a moverse contra mi voluntad. Por mucho que me opongo, no puedo frenar las imágenes que se mueven frente a mí con una nitidez irregular. La avalancha de recuerdos es tan agobiante que tengo que tomar aire a bocanadas. Siento las manos frías de Yoongi en mis brazos pero no puedo responderle, lo siento lejano, como si estuviese del otro lado de la puerta.

Retrocedo.

El cuerpo me duele. El dolor es casi tan lacerante como el hecho de tener que ver el cadaver inmóvil a unos metros de mí. Trago fuerte, pero el aire se niega a ingresar en mis pulmones. Todo lo que puedo hacer es contener los sollozos para que no me descubran.

Apoyo ambas manos en la tierra húmeda y avanzo a gatas por entre los montones de sillas rotas. Oigo la música de la fiesta desde aquí, si tan solo pudiera correr de aquí sin que me vieran yo-

—¿Qué es...—Presa del pánico, en cuanto veo al chico con las manos ensangrentadas fijar la vista en mí, me pongo en pie y corro.

Sin importar lo rápido que corra, sé de antemano que van a atraparme.

Caigo al suelo. Algo me rasguña la pierna y pierdo el control de mí misma. Chillo, me retuerzo, intento pedir ayuda a quien sea.

Dios, por favor, a quien sea.

El frío me invade por segundos. Ahora mi mejilla está apoyada contra la tierra y alguien está intentando sujetar mis brazos. No puedo verle la cara, solamente puedo mirar al frente.

Y lo veo.

Lo veo con la mirada vacía y la mandíbula tensa, tiene ambas manos ocultas dentro de sus bolsillos, y lo único que puedo distinguir a través de mis lágrimas para asegurarme de que es él, es precisamente su cabello teñido de gris.

Sé que me está viendo. Sé que sabe que yo lo veo. Pero aún así, comprendo inmediatamente que no va a ayudarme aunque se lo suplique.

Me desarmo. Dejo de forcejear en el instante justo en el que el chico gira sobre sus talones y se pierde entre los árboles que nos separan de la fiesta.

Vuelven a rasguñarme en los brazos y esta vez el dolor desaparece. Me veo envuelta en una neblina espesa, y solo hay espacio para un pensamiento coherente:

Jimin, ¿por qué no me ayudaste?

—¡Minnie! —Respiro hondo y la visión borrosa de Yoongi frente a mí se vuelve clara de un instante a otro. No sé cómo es que terminé de pie frente a la puerta, con Yoongi sosteniéndome contra sí para evitar que colapse sobre mis rodillas.— Dios, Sunmin. ¿Me escuchas?

Asiento tontamente, con el cerebro aún embotado. Yoongi deja salir un suspiro que denota alivio y me estrecha contra él. Ese simple gesto me reconforta lo suficiente como para tragarme las lágrimas y sonreír con liviandad, como si nada hubiera pasado.

—Pensé que...pensé que te estabas ahogando. —Balbucea.— N-no supe...quiero decir, estabas respirando extraño y-

Asiento con los ojos cerrados mientras doy palmaditas suaves en la espalda de Yoongi. Necesito tranquilizarlo para que no tome importancia del reciente episodio.

De momento, todo lo que sé, es que el novio de mi mejor amiga estuvo en el mismo lugar que yo la noche en que me quedé sin voz.

Y no puedo permitir que esté cerca de Boo ni un solo día más.

»

—Estás distraída. —No es una pregunta, es una afirmación. Me encojo de hombros con suavidad, reacomodandome sobre el sofá.

Yoongi se había marchado hace una hora, justo cuando Hoseok llegó. Logré convencerlo para que no le dijese a Hoseok sobre mi episodio, bajo la condición de que yo misma le diría.

Já, iluso.

Hoseok se planta frente a mí y acomoda sus manos sobre sus rodillas. Pese a su posición, aún así tengo que levantar la barbilla para mirarlo.— ¿Qué pasó?

Bueno, ¿por dónde empiezo? ¿En que el novio de mi mejor amiga es un maldito psicópata?

Dejo salir un largo suspiro. Intento ordenar las ideas en mi cabeza, pero tan solo pensar me provoca náuseas. Estoy agotada. Cada vez que recuerdo algo, es como si parte de mi cerebro se fracturara y se volviese más pesado.

Así me siento. Débil, confusa, y ridículamente sensible. Y toda esta mierda sumada a que hoy llegó mi periodo...bueno, me apetece morir.

Cuando estoy a punto de ponerme de pie para buscar hojas y lápices, mi útero decide dar piruetas que me obligan a soltar un gruñido y fruncir el ceño.

Maldición, no ahora.

Por lo general, la que sufre con esto es Boo, no yo. Aunque supongo que todo el estrés al que he estado sometida durante estas semanas finalmente está haciendo efecto en mi sistema.

—¿Te sientes mal? —Pregunta Hoseok ladeando el rostro, aún inclinado hacia mí. Siento unas ganas casi irrefrenables de echarme a llorar sin razón aparente.

Asiento con lentitud, con la boca presionada en una línea.

— ¿Te duele? —No sé si lo hace por pura coincidencia o porque es realmente observador, pero guía una de sus manos a mi cadera y presiona con suavidad.— ¿Es...ese momento del mes?

Dios mío, ¿tanto se me nota?

Revoloteo los ojos con el único fin de evitar mirarlo. Mis mejillas no tardan en acalorarse y me siento estúpidamente avergonzada, y me siento aún más avergonzada por el hecho de que algo como esto me avergüence.

Resoplo un mechón de cabello que me obstruye la vista y asiento secamente. No puedo creer que algo tan normal como el periodo me ponga tan...susceptible.

—Oh. —Mi sol radiante suelta un suspiro y se reincorpora poniendo ambos brazos en jarras.— ¿Miel y limón o canela?

¿Eh?

Frunzo el ceño, a lo que Hoseok suelta una estúpida -encantadora- risita.

—Creo que eres más del tipo de miel y limón. —Declara, dejándome aún más confusa que antes. Alzo ambas cejas, pero Hoseok ignora olímpicamente aquello y continúa como si nada.— ¡Tienes que ver un anime! —Exclama acuclillándose frente a mí.— Jackson me lo recomendó, y tú sabes que usualmente no veo nada que él me recomiende, pero este es genial. —Su expresión repentinamente emocionada me deja embobada. No sé cómo demonios ocurre, pero hace algo extraño con el televisor de la sala para que la pantalla de su móvil se proyecte en la del televisor.

—No me hagas leer el nombre. —Bromea señalando las letras japonesas que aparecen en medio de la pantalla.—Solo sé que va de una chica súper alta que se enamora de su mejor amigo que es súper bajito.

No puedo evitar soltar una risa ante su breve descripción.

Hoseok corretea por la sala buscando un cable, luego se da cuenta de que era innecesario y me dedico a reírme de él por los siguientes diez minutos. Una vez soy capaz de retomar la compostura, Hoseok trae una manta de mi habitación y me envuelve de pies a cabeza como un jodido handroll.

—Ya vengo. —Deja un beso fugaz en mi mejilla y lo único que atino a hacer, es sonrojarme. Este chico siempre ha sido hiperactivo, pero ahora acaba de superar todas mis expectativas.— Si tocan la puerta, yo voy abrir, ¿vale?

No me deja otra opción que asentir.

Hoseok se encamina a la cocina y yo dirijo toda mi atención al televisor. Estoy tan enfocada en ello que no noto cuando Hoseok regresa a mi lado. Es más, solo reparo en él cuando me pincha con suavidad en las costillas para captar mi atención.

Mi corazón se derrite por completo cuando observo la taza humeante junto a una cajita blanca que reconozco como analgésicos, acomodados sobre un taburete que Hoseok debe haber traído de la cocina para usarlo a modo de mesa.

—Pedí algo de comida china. —Me informa apoyándose sobre mi hombro.— Habría sido más romántico que cocinara yo, pero la verdad es que no es lo mío. —Termina farfullando con un puchero en sus labios.

La imagen del día en que cocinamos panqueques y terminamos envueltos en una guerra de harina llega a mi mente. Ese día fue maravilloso, a pesar de todo lo que ocurrió luego.

Al parecer Hoseok también lo recuerda, porque sus ojos se vuelven divertidos mientras habla.

—Tal vez no sé cocinar, pero hay otras cosas que sí sé hacer. —Pronuncia con una ligera sonrisa ladina.

Trago fuerte para evitar el inminente sonrojo en mis mejillas, aún así, los pensamientos impuros no tardan en llegar.

—Por ejemplo, —Inicia ciñéndose peligrosamente sobre mí— sé bailar. Ya sabes, todo lo que significa moverse, sincronización y sudar. Soy bueno en ello.

Voy a jodidamente morir por culpa de este chico.

—Leí hace un tiempo, que lo mejor para mitigar el dolor corporal y llevarlo a un equilibrio emocional, es el recibir atenciones. —A pesar de que aquello suena como algo terriblemente normal, el tono repentinamente dócil y bajo que Hoseok usa, sumado a que apenas y me mira por sobre sus pestañas cuando habla, me tiene respirando con dificultad.

Porque sé que Jung Hoseok es un buen chico, pero él siempre prefiere ser el malo.

—Las atenciones, pueden ser de variada índole. —Prosigue dando suaves golpecitos con la llema de sus dedos al sofá. Su respiración se entremezcla con la mía, provocándome contorsiones en el vientre que no son producto de mi útero, precisamente.— A lo que quiero llegar, Minnie, es que hay que ser creativos en esto.

Mierrrrrrda.

Ni siquiera me ha tocado y ya estoy hecha un manojo de nervios. Ni pensar en cómo estaría si la situación fuera diferente.

—Ah, en fin. —Suspira apenas a unos centímetros de mi boca.— Otro día pondremos en práctica la creatividad.

De un salto, se reincorpora sobre sus pies y camina a la puerta. Al parecer habían llamado al timbre, aunque yo no oí nada más que no fuese a Hoseok.

Salgo de mi trance cuando Hoseok reaparece en mi campo visual con una bolsa transparente en una mano y un paquete azul en la otra.

—¡Llegó la comida! —Chilla volviendo a revolotear por mi alrededor con vasos y cubiertos.— Te traje esto, aunque tal vez no te gusten.

A este punto, cualquier cosa que venga de ti me gusta.

El chico se deja caer a mi lado con el empaque azul extendido hacia mí. Lo acepto con una sonrisa mal contenida, que no tarda en convertirse en la felicidad más absoluta cuando volteo el contenido sobre el sofá.

¡Chocolate!

—El chocolate te gusta mucho, así qué-

Como estoy algo desesperada por besarlo, ocupo como excusa mi agradecimiento por el montón de chocolates esparcidos sobre mi regazo. Pese a la incómoda posición -yo envuelta en dos mantas- me las arreglo para llevar mis manos a su cabello y acercarlo más a mí.

—¡No seas entrometido!

Hoseok y yo nos separamos al instante preciso en que Boo se tapa la boca con una mano y golpea a Namjoon con insistencia para que deje de apuntarnos con su celular.

—Perdón, no me aguanté. —Dice el peli-morado encogiéndose de hombros con naturalidad. Boo luce totalmente agobiada: una mezcla de vergüenza, pánico y deseos de esconderse tras de Yoongi como usualmente hace.

—L-la puerta estaba abierta...—Balbucea mi mejor amiga con la mirada teñida de culpa.— Y Namjoon dijo qué...¡Yah! —Exclama volviendo a golpearlo en el brazo para que suelte su móvil. El más alto deja salir una carcajada y Hoseok por fin reacciona.

No puedo hacer más que reírme mientras mi sol radiante persigue a su mejor amigo por toda la sala, amenazándolo de poner en internet fotografías de cuando era un bebé.

Boo por fin sale de su estupor inicial y suelta una risita casi inaudible. La pequeña chica se acurruca contra mí, al parecer, tener a dos chicos corriendo y gritando a nuestro alrededor no le impiden tomarse su tiempo para apachurrarme contra sí.

—¡Hoy la escuela fue muy aburrida sin ti! —Lloriquea cerrando los ojos con fuerza.— Yoongi se fue antes y Taehyung estuvo todo el día ocupado. Si no fuera porque Namjoon y Hoseok me adoptaron, habría almorzado sola. —Hace una mueca y abre sus ojos de muñeca pepona más de lo normal.— ¡Te extraño, Hyung!

Sonrío mientras revoloteo los ojos. El mote de "hyung" había nacido por culpa de el idiota de Yoongi. Apostamos a que Boo tardaría menos de un mes en llamarle "oppa" al chico con el que salía en esos tiempos, pero todo se fue al carajo cuando Boo se enteró de la apuesta -por Yoongi, claro- y a modo de venganza, decidió cambiar nuestros honoríficos para siempre.

Así, terminé siendo su hyung, a pesar de que a) soy chica y b) soy apenas cuatro meses mayor que ella.

Aunque no puedo quejarme, Taehyung la tiene peor. De vez en cuando Boo lo llama "unnie" en público.

Con el tiempo terminé por acostumbrarme e incluso encariñarme con el apodo. Creo que vuelve el uso de honoríficos más significativo, porque es algo que solo nosotras entendemos.

Boo continúa hablándome sobre su día y lo sola que estuvo sin mí. Todo marcha bien, hasta que la mera mención de Jimin me pone tensa, y Boo parece notarlo.

—¿Hay algo mal sobre Jimin? —Pregunta con lentitud. Boo es despistada, pero definitivamente no es tonta.— Sé que algo pasa. Él está actuando raro...—Baja la vista con incomodidad mientras murmura.—...¿crees que ya no me quiere?

Dios mío.

El corazón se me rompe en pedacitos al verla así de indefensa, así de frágil frente a ese chico. Y el problema no es que ella esté enamorada, lo que me asusta es que, tal vez, él no es para nada quien creemos que es.

Al menos ya sé que, para empezar, debo alejar a Boo de ese chico.

Y cuanto antes mejor.

Continue Reading

You'll Also Like

168K 9.8K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
96.5K 12.7K 19
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...
149K 21.1K 64
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
149K 12.6K 33
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...