Disclaimer: Naruto Shippuden.(NARUTO−ナルト− 疾風伝) Historia y Dibujo de Masahi Kishimoto.
Parejas: Uzumaki Naruto x Uchiha Sasuke.
Advertencias: Ninguna
Nota: Quiero concentrar la historia en lo tierno y complicado de ser padre soltero. Quizá en futuros capítulos haya Hard, eso depende de que tanto les guste la obra.
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Naruto escuchaba pacientemente al Hokage mientras trataba de no alterarse. Lo que le pedía u ordenaba estaba fuera de su disposición.
—Naruto, debido a que la mayoría de los Jounin y Chunin están en misiones para los acuerdos de paz con las demás naciones no contamos con suficientes Shinobi para esta misión. Créeme que no te mandaría a esta misión si no fuera altamente necesario. —explicaba el Hokage.
—Kakashi-sensei usted sabe que no puedo aceptar misiones largas, no puedo dejar a Menma tanto tiempo solo. Además ya no tengo quien lo cuide. Ino y Sai están en una misión de reconocimiento, Hinata tiene miedo de cuidarlo, Rock Lee no sabe cómo cuidar a un bebé, Shikamaru está ocupado con el embarazo de Temari y Tenten es demasiado ruda para dejarle a Menma. No tengo con quien dejarlo-ttebayo. —decía Naruto dando vueltas en la oficina.
—¿Que hay de Sakura?— preguntó Kakashi.
—Ella no me habla desde que se enteró de lo mío con Sasuke, además no me da confianza dejarselo, no es que crea que le hará algo malo es sólo que pienso que será demasiado para ella ver a un bebé de Sasuke que no es de ella también.— explicó bajando la mirada.
El Hokage suspiro— ¿Que hay de las guarderías? Hay muchas por el lado este de Konoha.
—¿Esta loco-ttebayo? ¿Sabe como tratan a los niños en esos lugares? Preferiría llevarlo a la misión antes de dejarlo en un lugar así. —gritó apoyando las manos en el escritorio.
Debido al grito y el ruido que provocó Naruto al estampar sus manos contra la madera, Menma lloró asustado desde su carreola. El rubio fue hasta el pequeño y lo tomó en sus brazos para calmarlo. Caminaba dando vueltas mientras lo mecía y le susurraba "ya, ya".
—Lamento no ser de ayuda en las misiones Kakashi-sensei, pero no puedo descuidar a Menma. Tendría que llevarlo a la misión pero sería muy peligroso.— se disculpó mirando a su hijo quien volvió a dormirse.
—Necesitamos el poder el Kyuubi en esta misión, aparentemente hay gente que siguió los ideales de Akatsuki y quieren tener el poder de los Bijuus. Hay que detenerlos antes de que vuelva a renacer Akatsuki. —el Hokage explicó viendo a Naruto.
Debido al silencio de Naruto, Kakashi suspiró y añadió.
—De ser necesario podrás llevar a Menma a la misión, te daremos Anbus que se harán cargo de mantener a ti y al bebé a salvo. Pero es de suma importancia que vayas a la misión.
Naruto miraba con aflicción a Menma, dejarlo ir a una misión como esa era muy peligroso. Su deber como padre era mantenerlo a salvo, incluso si eso costaba su vida. No permitiría que nada malo le pase a su hijo, jamás se lo perdonaría.
Sin embargo no le quedaban más opciones, debía tomar una decisión.
Naruto saltaba por las ramas de los gigantescos árboles con más ninjas a su lado, y entres las sombras estaban los Anbus vigilando que todo estuviera en orden. En su pecho iba Menma sujetado por una cangurera que Kurenai-sensei le había regalado. La mayoría de cosas que tenía o sabia sobre bebés era por su sensei, ella era quien más lo había apoyado. Kurenai al ser madre soltera comprendía la situación de Naruto y por eso intentaba ayudarlo lo más que podía.
Menma reía cada vez que su padre realizaba alguna pirueta para avanzar con más rapidez. Algunos ninjas veían al infante como una carga innecesaria para la misión, ya que su llanto o risa podrían alertar al enemigo. No era que la misión fuese peligrosa, sólo iban a confirmar rumores y sospechas, sin embargo siempre debían estar preparados para la pelea. Y Menma era un blanco muy visible.
Aunque claro no podían objetar nada, eran ordenes del Hokage y el pequeño era hijo del próximo Hokage. Sus opiniones no tenían mucho valor.
—Bien, descansaremos aquí. Obscurecerá en par de horas, no podemos arriesgarnos a seguir sin luz.—ordenó Naruto deteniéndose en una rama.
—Pero Naruto-sama a este paso llegaremos al pueblo al atardecer del siguiente día, si seguimos de noche estaremos ahí al amanecer.— comentó un ninja.
—No.—dijo Naruto.—En la obscuridad es más fácil que seamos emboscados, nuestro campo de visión se reduce. Además es muy peligroso para Menma.
Los cuatro ninjas presentes sólo asintieron con la cabeza. Una orden era un orden. Naruto bajó de la rama del árbol y se situó junto a unos arbustos para camuflarse. Dejó su mochila con sus provisiones y otra pequeña mochila donde tenía las cosas de su hijo. Sacó con cuidado a Menma del cangurero sentándolo en el césped en lo que buscaba su saco para dormir. Buscó en su mochila dándose cuenta que este se encontraba hasta el fondo, suspiró y empezó a sacar sus cosas una por una hasta llegar al saco. Mientras hacía eso se mentalizaba no volver a poner esa bolsa de dormir tan al fondo.
Se alertó cuando Menma empezó a llorar. Asustado, Naruto dirigió su atención en él. El pequeño tenía muchas hormigas picoteando sus piernas y brazos; al parecer su padre lo había sentado en un hormiguero. Naruto rápidamente quitó a Menma del pasto retirando las hormigas de sus extremidades, eso sin que el llanto parara. Tenía pequeñas ronchas y unas con gotas de sangre, sí Sasuke pudiera verlo de seguro lo electrocutaría por ser tan mal padre.
Menma seguía llorando fastidiando a los ninjas que rezaban porque sus enemigos no escucharan al bebé.
—Shu, shu, ya Menma ya pasó.—arrullaba Naruto al niño entre sus brazos.
Sin embargo el infante seguía derramando lágrimas y su llanto se hacía más fuerte. Naruto optó por caminar lejos de los demás ninjas para evitar atraer a los enemigos, sí bien podrían atacarlo a él por llevar a la fuente del ruido, tenía a Kurama y a los anbus para ayudarlo.
Caminó lo suficiente para alejarse del resto y siguió intentando callar a su hijo. Naruto entendía que lloraba por el dolor en sus piernas y brazos, pero no contaba con pomadas especiales para curarlo. Menma tampoco tenía chakra de Bijuu para curarlo...
—¡Que estúpido-ttebayo!— se dijo el rubio al darse cuenta de un detalle muy importante.
Envolvió a Menma con el chakra de Kurama para curarle sus ronchas y así aliviar su dolor. Hizo eso tantas veces durante la cuarta guerra ninja, ¿cómo es qué lo olvidó? Naruto trataba de excusarse con las clases que llevaba y el asunto de ser padre, pero ninguno lo convencía del todo. Sólo podía imaginar la voz de su amado diciéndole, "eres un usuratonkachi olvidadizo"
—Nunca estoy de acuerdo con ese bastardo, pero tiene razón, eres un idiota.—dijo Kurama.
—¿Tienes que hablar justo en este momento-ttebayo? Además no te veo ayudando.—le reclamó Naruto.
—¿De quien crees que es el Chakra que estás utilizando, imbécil?
Naruto calló ante la inminente derrota. Cuando Menma estuvo totalmente curado dejó de llorar, sólo quedaron los hipidos finales. Los ojos azules del niño estaban húmedos y su nariz y mejillas rojas, Naruto pensó que se veía adorable.
—Por favor, no empieces con tus cursiladas de padre ahora.—rogó Kurama tratando de taparse sus orejas.
Y el encanto se perdió.
Poco después de regresar junto con los demás ninjas comenzó a obscurecer. Para la suerte de todos, Menma se quedó dormido después de beber su leche. Naruto lo acostó esta vez, muy lejos de cualquier hormiguera, había aprendido la lección. El resto de la noche se resumió en repaso sobre el plan y que hacer en caso de una emergencia.
Gracias a las clases que recibía de Iruka, Naruto pudo ascender a Jounin en poco menos de dos años. Por lo que sus conocimientos sobre misiones habían mejorado, volviéndolo un gran ninja preparado. De igual manera recibía una que otra clase de Kurenai sobre paternidad.
Naruto se deprimió, hubiera deseado que fuesen sus padre quienes le enseñaran eso.
—Naruto-kun.— dijo Hinata.—Me parece muy tierno que traigas Menma contigo pero ¿no crees que es muy...peligroso para él?
Hinata era la única entre los cuatro ninjas que Naruto conocía, los demás eran extras. A pesar de tener vacaciones por su boda con Kiba, Hinata decidió ir como apoyo a la misión. Ya que a pesar de no amar a Naruto como antes, sí que le tenía un gran cariño y admiración.
—Sé que es peligroso, pero Ka- el Hokage necesitaba de mi ayuda en esta misión y yo no podía dejar a Menma solo.—respondió cuando su compañera se sentó a su lado.
La azabache miró al durmiente bebé quien se encontraba justo a lado de Naruto, cerca de la fogata aunque no tanto para quemarse. Rió al notar como salía saliva por su boca, le recodaba cuando Naruto dormía en las misiones que les tocaban juntos. Sí no fuera por el color de pelo, Menma sería una mini copia de Naruto.
—Es triste saber que Sasuke-san no podrá ver a su hijo crecer.—dijo Hinata logrando que el rubio se deprimiera más.—¡Lo siento! ¡No era mi intención....!
—Esta bien Hinata.—le interrumpió.—Sé que Sasuke no verá como nuestro hijo crecer pero eventualmente lo hará. Sólo espero que no sea tanto tiempo.
Menma hizo un sonido con su boca mientras se restregaba los ojos para luego dejar caer sus manos. Abrió y cerró su boca repetidas veces, como sí estuviera bebiendo de su biberón.
—Debe ser lindo tener un bebé.—habló Hinata acariciando las mejillas de Menma.
—Je, no tienes ni idea-ttebayo.
Al amanecer cuando todos recogieron sus cosas, retomaron su camino para llegar al pueblo donde se originaron los rumores sobre el renacimiento de Akatsuki. Tal vez eran eso, sólo rumores que esparce la gente para sembrar miedo, pero aunque fuera mínima la posibilidad era el trabajo de los ninjas indagar en el tema. Y así continuaron hasta llegar al pueblo.
(En otro lado, no muy lejos)
—¡Suigetsu cara de mono! ¡Ese era mi pedazo de carne!—gritó Karin dentro del pequeño local de comida.
—¿Ah? ¡Por supuesto que no! Eso no tenía tu nombre grabado.—se defendió Suigetsu.
—¿Quieres pelear acaso?—retó Karin.
—¡Te estoy esperando bruja!
Sin embargo antes de efectuar su pelea un hombre grande y musculoso los sacó a patadas del local. Ya era el cuarto en tres días de los que eran echados. Cada uno culpaba al otro por dichos eventos. Ambos se levantaron del suelo sacudiendo sus ropas por la tierra que recogieron al caer.
—¡Por tu culpa bruja! Ahora ya no podremos comer aquí.
—¿Mi culpa? Tú eres el que-
Un estruendo, más parecido a un chirrido fue lo que llamó la atención del par volteando con temor a la fuente del ruido. Un azabache los veía con su sharingan activado y su tan característica técnica.
—Dejen sus juegos y pónganse a investigar.—dijo Sasuke con su chidori en mano.
Ambos asintieron asustados.
Sasuke recibió ordenes del Hokage para investigar los rumores sobre un pueblo, el cual era el origen del supuesto renacer de Akatsuki. Con su equipo Taka comenzó la investigación desde hacía dos semanas pero no lograba conseguir información, por lo que el Hokage le mandó refuerzos para ayudar en su investigación. Algo que al principio le molesto a Sasuke ya que la mayoría de los aldeanos de Konoha lo odiaban pero al ser una orden directa del gran Hokage, el Uchiha no podía negarse. No sí quería redimirse.
Aunque fuera pequeña, Sasuke tenía la esperanza que Naruto viniera entre los ninjas que mandaron para ayudarlo. No obstante, él lo creía casi imposible. Conociendo como era Naruto, no dejaría a Menma solo por tanto tiempo y así lo hiciese, Sasuke le arrancaría los testículos. Por una razón él le había entregado a Menma un mes después de nacer, las misiones en las que era mandado eran demasiado peligrosas para un bebé tan frágil. Sólo quería lo mejor para su bebé.
Mentiría si dijera que no lo extraña. Ya que lo tuvo nueve meses en su vientre y poco más de un mes en sus brazos. Pero la vida que llevaba Sasuke no era la indicada para criar a un niño.
—Sasuke.—hablo Juugo sacándolo de su burbuja.—Mientras caminaba hacía arca vi a unos ninjas de Konoha. Y no creerás quien venia con ellos.
Al doblar una esquina un lloriqueo de bebé se escuchó a lo ancho. Un grupo de ninjas miraban al pequeño sin saber que hacer para calmarlo. Sasuke reconoció a Hinata, quien se veía desesperada por no saber que hacer con el bebé en sus brazos. Al bajar su mirada para ver al niño sus ojos se abrieron en sorpresa.
—¿Que hacemos Hinata-san?—preguntó un ninja.
—¡No lo sé! A Naruto-kun se le cayó el biberón al entrar al pueblo. Dijo que lo cuidara mientras él lo buscaba ¡pero sólo pasaron unos minutos y comenzó a llorar! —explicó Hinata alterada.
—Debe ser porque no esta acostumbrado a ser cargado por otra persona que no sea Naruto-sama.
Menma continuaba llorando en brazos que él desconocía. No tenían la calidez de los de su padre.
Sasuke caminó hasta el grupo de ninjas idiotas -como decidió llamarlos- captando la atención de todos. Hinata al verlo quiso saludarlo pero Sasuke le quitó al bebé de sus brazos.* Quien al cambió brusco dejó de llorar mirando hacía arriba.
—Hola Menma.—dijo Sasuke con una sonrisa en su rostro.
El llanto fue remplazado por risas incontrolables del pequeño. Las mejillas redondas de Menma se pintaron de rosa y sus manos se alzaban para que fuera puesto más cerca del rostro de Sasuke. Quien así lo hizo.
—Ba...bá.—balbuceó Menma tocando los cachetes de Sasuke.
El Uchiha sintió un calor lindo en el pecho.
—¡Lo encontré! Perdón, pero sin esto Menma no podrá...—Naruto calló al ver a Sasuke con su hijo en brazos.—Ho....la.
—¿Hola?—preguntó Sasuke tratando de enojarse tanto.—Tú, dobe. ¿Podrías decirme por qué Menma esta aquí y no en Konoha?
Naruto tragó hondo.
—Bueno, esa es un graciosa historia-ttebayo.—rió nervioso alejándose de la furia de su pareja.
—Me encantaría oírla. —dijo activando su sharingan.
Naruto rogaba salir con pelotas de eso.
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Gracias por leer. Esta es una historia que tengo muchas ganas de terminar. Los amo, muchas gracias por sus votos y leídas. No olviden comentar, me encanta leer sus comentarios. <3
1. Sasuke tiene sus dos brazos, sólo que el izquierdo lo tiene vendado.