Capítulo 8: "El camión de helados"
- Pero qué demonios - la Morena empresaria se despertó en su propia cama, dentro de su cuarto y con su pijama puesto - ¡JAUREEEEEGUI!
A los tropezones la morena salió de su cama y con todo furia caminó hacia la sala - ¿Quién se piensa que es? Si yo digo que duermo en ese sillón es que duer....
- Jajajajajaja - ecos de risa entraban por el pasillo, Camila apuró aun más su paso -Jajajajaja - las risas se hacían cercanas
- ¿Qué están haciendo? - apenas entró en la sala vio a Lucy y Lauren sentadas en el sofá cama mirando antiguos dibujos animados. Al parecer era algo que las dos estaban disfrutando al máximo. Mientras la bailarina devoraba su desayuno, la tatuadora jugaba con unos de los tantos almohadones que tenía a su alrededor cubriéndola.
Apenas escuchó la voz de la morena Lauren volteó a verla, por supuesto que vino el famoso mirar, torcer, entreabrir la boca y después las palabras - Yo.... ella.... el correcaminos - no sabía para donde señalar, si para Lucy,para el televisor o hacia ella misma. Desesperaba gesticulaba sin encontrar la forma de explicarle a Camila que estaba pasando
- Yo llegué y me puse a mirar la tele, Laur despertó después - explicó Lucy ayudando a la ojiverde .
Lauren asintió la versión de Lucy - Eso - agregó esta vez segura.
Camila caminó hasta la cocina en busca de su café diario - Pues será mejor que te olvides de la televisión por el momento porque quiero hablar contigo, no te vas a escapar más de mi Jauregui ¿me oyes? Lauren.... - insistía - ¡Dios! ¿Por qué es tan difícil? - volvió a la sala en busca de ella, no pensaba posponer la charla, lamentablemente no contaba con el correcaminos.
Camila chocó su pie contra el piso indignada. ¿Por qué todo era más importante para la otra chica que ella? ¿Por qué Lauren no se fijaba en ella como ahora estaba fijándose en como ese estúpido coyote siendo aplastado una vez más por una enorme roca? Esto se tenía que acabar de inmediato. Camila caminó con paso firme rodeando el sillón y se puso enfrente del televisor, ambas televidentes torcieron sus cuerpos para poder mirar entre los agujero que Camila dejaba libre, lo que le dio más rabia a la empresaria y después de un nuevo pisotón en el piso, se dio vuelta dándole la espalda a las otras y apagó el televisor
- ¡AUCH! - algo le había pegado en la cabeza y se dio cuenta que era un almohadón cuando el objeto cayo al lado de sus pies
- ¿QUIÉN FUE? - aunque se dio vuelta con la idea de sacarle a tirones la culpable, lo supo de inmediato porque Lauren miraba a Lucy con el ceño fruncido y su cara se había puesto de la misma forma que la tenía segundos antes de irse contra Harry.
- Fue Laur - Lucy señalaba injustamente a la tatuadora.
Lauren miró el dedo acusador de Lucy y apenas se dio cuenta de que la señalaba a ella miró a Camila y empezó a agitar su cabeza negando la acusación - No.... yo.... yo.... no fui - lo negaba con énfasis.
Camila la iba a calmar, pero la divirtió la idea de jugar un poco con ella, después de todo, la ojiverde la había desobedecido - ¿ Lauren? Explícame porque me tiraste un almohadón - le exigió levantando su ceja.
Lauren seguía agitando su cabeza, hasta que la ceja levantada de Camila la frenó. La ojiverde enfocó su mirada en esa parte del cuerpo de la Morena- ¿Cómo haces eso? - le preguntó sin suprimir una sonrisa.
La cara de Camila se relajó y cambio su estado
- No, no, no - Camila no entendía a que se negaba Lauren - Hazlo de nuevo - pidió ella poniéndose de rodillas en la cama.
- ¿Qué quieres que haga? - Nunca tan difícil entender a alguien
- Eso, que haces con tu ceja - le dijo señalando
Sin querer, Camila lo hizo
- ¡Eso! - Festejó Lauren poniéndose de rodillas en la cama - ¿la ves Lucy? ¿La ves? - Laureb quería que todo el mundo le prestara atención al truco de la empresaria.
- Siempre lo ha hecho - opinaba Lucy con poco entusiasmo. Nada la pone de peor humor que le apaguen sus dibujos animados - En la secundaria hasta facebook tenía esa ceja, era más popular que muchos alumnos - siguió mientras Lauren se entretenía mirando los gestos de Camila - Al único al que he escuchado quejarse de eso fue a su novio, Mathew
Camila se limitó a mirar a Lucy por arruinar el momento, y se alegró de haberle apagado los dibujos. Lauren ya no sonreía, había vuelto a sentarse en el sofá y ahora miraba hacia abajo mientras jugaba con sus almohadones.
- ¿Qué pasa contigo Vives? - El Apellido de Lucy que Camila utilizaba para recordarle que la estaba haciendo enfadar - ¿Te cruzaste a la salida con la morena que se pasó Verónica? ¿O qué? - insistió
Lucy la miró sin susto. Si era cierto, apenas llegó al departamento se chocó con la morena saliendo del mismo, tuvo que aguantar todo lo que podía para no ir a golpearle la puerta a la latina y empezar una nueva batalla, no quedó otra que refugiarse en los dibujitos, y al menos estaba Lauren durmiendo y le hacía compañía. Pero eso no quiere decir que a la bailarina le gustaba que se lo refregaran por la cara - Te enojas porque digo la verdad - le recalcó a su amiga - Además a Lauren.... ¿Y Lauren? - la ojiverde ya no estaba en el sofá cama.
- ¿Otra vez? ¡Dios! Juro que le falta la bombita de humo y sería un perfecto ninja - comentó Camila mirando para todos lados tratando de encontrar a la chica en cuestión.
- ¡BUENOS DIAS A TODAS! - Vero se levantaba de buen humor - Lucy, Camila, asumo que la rarita está escondida por algún lugar planeando la forma de robar alguna de nuestras personalidades para después sacarnos nuestros rostros y vivir nuestra vida - exageró haciendo que las otras dos giraran los ojos.
- ¿Y estás bolsas? - claro todavía estaba ese pequeño detalle. Camila giró a verlas a medida que se acordaba de como Lauren era las responsables de estas.
- Son de Jauregui- le dijo Camila mientras veía como Verónica se acercaba a las bolsas negras.
- ¿Qué carajo es esto? ¿Un auto a control remoto? ¿Una playstation? ¿Juegos de mesa? ¿Qué mierda Cam? La rarita robó una juguetería y trajo el botín a casa - miró a la Morena - Hay que hacer algo, nos piensa echar la culpa a nosotras, estoy segura - no será mucho.
- No seas idiota Vero. Tanto sexo con desconocidas te está arruinando - de paso la morena aprovechaba. - Cuando se digne a aparecer le preguntamos - le dijo calmada.
- ¿Y cómo vas a hacer eso? ¿Tienes una galera para sacarla desde adentro? Si es más difícil de encontrar que un puto conejo Cam- opinó - Además, si no está en su rarisillón
- ¿En su qué? - la empresaria no había entendido
- En su rarisillón, el sillón de la rarita - explico y siguió - Si no está durmiendo es porque.... - unos silenciosos pero que no pasaron desapercibidos, pasos la frenaron.
- ¿Qué haces? - preguntó Camila que ya había visto a una vestida Lauren aparecer.
La tatuadora caminaba hacia sus bolsas con toda cautela y pasando lo más lejos posible de Verónica
- Jajaja - rió Lucy maliciosamente - Te esquiva a ti Vero- se burló de su novia de a ratos.
- No es cierto - nadie esquiva a Verónica Iglesias a no ser que eso sea lo que ella busque - Nos esquiva a todas, esquiva a todo el mundo, por eso es rarita - les aclaró.
Camila no seguía la conversación, por el contrario seguía mirando a como de forma silenciosa para pasar desapercibida, Lauren empezaba a agarrar bolsas y cajas para salir por la puerta.
- A mi no me esquiva - le dijo Lucy en tono de pelea. Era tanta la fricción que había entre Vero y Lucy que cualquier tema era tema de discusión.
Durante varios minutos, la pareja de sexo casual, repasaron varios puntos que poco le interesaban a Camila, la morena seguía enfocada en Lauren. Quien, tal cual lo había hecho la noche anterior había subido y bajado varias veces con bolsas y botiquines en su brazo. Camila solo se limitó a mirarla hasta que se dispuso a agarrar la ultima bolsa que quedaba, no pensaba dejar ir a Lauren así como si nada.
Lauren se frenó en seco cuando la vio y a la distancia empezó a balancearse en sus talones nerviosa, miraba a cualquier lado menos a Camila
- Quiero que me digas que estás haciendo - le exigió la Morena agarrando en sus manos la última bolsa que quedaba.
Lauren se enfocó en la cara de la morena e hizo todos sus movimientos - Eeeeh... yo.... yo.... me.... yo me voy - soltó finalmente.
- ¿A dónde? - si tenía que sacarle palabra por palabra con preguntas lo iba a hacer.
La cabeza de Laureb pasa de un lado a otro para quedarse en su posición torcida habitual - A un lugar - contestó
Camila no pudo evitar que su ceja se levantara por la respuesta de Lauren, y tampoco pudo evitar las ganas de comerse a besos a la ojiverde , que sospechosamente cada vez eran mayores, cuando la chica que tenía enfrente sonrió ante el gesto de la empresaria. No solo que sonrió sino que con sus propias cejas trataba de imitarlo sin éxito alguno, porque cada vez que subía una, la otra la acompañaba.
La empresaria resopló una risa por el intento y agitó su cabeza para concentrarse, no podía dejar que Lauren fuera su debilidad - ¡Jauregui! Concéntrate - le pidió - ¿qué es exactamente ese lugar? - insistió en su búsqueda de información.
Nuevamente en estado rara Lauren contestaba - Es un lugar.... un lugar.... donde yo.... donde vive.... - la cara de la pelinegra se iluminó - Voy a ver a mi amiga Ana - le dijo muy segura y orgullosa de su respuesta.
La peor respuesta que le podían dar a Camila era esa
- ¿Vas a ver a tu amiga Ana? - era una pregunta más para ella que para la otra, pero igual Lauren asintió contenta para pesar de la morena
Ante la pasividad de la empresaria, Lauren se acercó cautelosamente a ella y muy despacio agarró la bolsa, cuando Camila sintió el movimiento reaccionó - Momento - la frenó agarrando ella la bolsa - Voy contigo - anunció sorprendiendo a Lauren.
Lauren se hizo unos pasos hacia atrás - ¿Vas.... vas....?
- Si, voy contigo - le dijo - Esperas a que me cambié y te ayudo a cargar la bolsa - le dijo sin esperar respuesta
La ojiverde agitaba la cabeza en negativa y Camila frenó su caminar - ¿No quieres que vaya contigo? - la pregunta le salió triste
Lauren asintió contenta - No quiero que cargues la bolsa - le dijo - Eres una dama - comentó obviamente.
Camila la miró penetrantemente - ¿No vas a huir mientras me cambio? - Lauren lo negó - ¿Me vas a esperar? - Lauren asintió.
- ¿Esperar para que Mila? ¿A dónde vas? - Se ve que Vero y Lucy habían terminado de discutir porque la latina estaba sentada en viendo televisión - Hoy es domingo, nosotras los domingos tenemos planeado sentarnos en el rarisillón a ver películas - explicó Vero
- Pues esta vez no - se negó Camila - Me voy con Lauren - anunció saliendo de la sala
- ¿Con la rarita? - Vero miró a la ojiverde que seguía en el mismo lugar donde la dejó Camila
- ¡YO QUIERO IR! - Lucy ya estaba lista para empezar su día
- Tu no vas a ningún lado - la frenó Vero- Si la Camiluchis estúpida aquella quiere aparecer tirada en una zanja bien por ella, pero tu te quedas conmigo - la obligó
Lucy resopló fuertemente - Cómo si tu pudieras obligarme a algo - le dijo caminando hasta Lauren para abrazarla fuertemente sin permiso alguno - Me voy con Laur y punto - se definió.
- Lucy por favor - la latina se paró de golpe - Temo por tu vida.... ¡Por Dios mira como tiembla solo porque la abrazas! - señaló a Lauren
Lucy ya había sentido los temblores de la tatuadora en sus brazos, pero desde que la conoció supo que más abrazos lo iban a arreglar - Pero cada vez tiembla menos, ¿cierto Mila? - por las dudas la bailarina se separó un poco para ver el sentir de la menuda ojiverde- Además quiero aprovechar para que me cuente de Keaton - Cuando Lauren escuchó el nombre del tatuador sonrió al mismo tiempo que tomaba por inercia un poco de distancia de Lucy
Distinta fue la reacción de Verónica al escuchar el nombre del chavo ese - Voy con ustedes - dijo y salió rápidamente para la habitación.
Una vez que todas estuvieron listas, Camila volvió a agarrar la bolsa que quedaba con todas las intenciones de cargarla en su hombro, pero Lauren se volvió a negar alegando que ella era una dama y que las damas no cargaban cosas pesadas.
- No estoy hecha de cristal Jauregui - le advirtió - Puedo cargar cosas - agregó viendo como Lauren entraba en pose sin decir palabras.
Lau procesó las palabras de Camila y caminó a la heladera para sacar la misteriosa caja azul hermética - Ten esto - se la dio a la empresaria y después buscó rápidamente en la bolsa que quedaba para sacar un paquete bastante grande que tenía su propia envoltura de regalo - Y esto - se lo dio a Camila - Cuídalos bien, son muy importantes - le recordó mientras ella agarraba la bolsa.
Camila la miró extrañada pero no dijo nada - De acuerdo, vamos.
Las tres chicas seguían a la ojiverde de camino al garaje del departamento. Mientras Verónica iba ideando un plan de escape contra Lauren, Camila seguía con su mirada clavada en la mencionada chica y con su cajita y regalo en sus brazos. Apenas entraron en la cochera, Camila pudo ver bastantes y variados autos, incluso vio su mercedes y el Porsche de Verónica, la cual le tiró un beso de pasada.
- O Dios, lo que faltaba, la rarita tiene su rarimovil - murmuró la latina.
Camila pudo entender el comentario recién cuando vio que Lauren caminaba hacia un camión de helados blanco con tayas rosas en los costados, una cara feliz pintada en su frente y para colmo un enorme helado se sostenía del techo del vehículo.
- ¡HELADOS! ¡BIENNNNNN! - Lucy corrió para llegar primera.
- En serio Cam, estamos en problemas, así empieza todo. Nos subimos a ese camión y somos mujeres muertas. De acá directo a la sierra eléctrica, nuestras cabezas van a estar en el freezer del cuarto escondido en un abrir y cerrar de ojos.
Camila giró los ojos y apuró su paso para dejar a Vero hablando sola, cuando llegó al camión Lauren ya había dejado la bolsa y ya estaba subida en el asiento del conductor, la Morena no dudó ni dos segundos en subirse a su lado y dirigió su mirada directamente a la Ojiverde esperando algún tipo de explicación, pero nada vino.
- ¡HAY HELADO DE VERDAD! ¡MIRA MILA, ¡HAY DE CHOCOLATE, TU PREFERIDO! - en la parte de atrás la bailarina revisaba las cosas entusiasmadas.
Apenas la latina se subió junto Camila, porque no pensaba ir entre los helados, la Ojiverde arrancó.
- PON LA MUSICA LAUR- insistió Lucy desde atrás.
Sin dudarlo la Ojiverde apretó un pequeño botoncito que estaba en el tablero y la música del camioncito empezó a salir.
- Tiririririririiiii...... Tiriririririr...... Tiririririririiiiii....
- ¡DIOS MIO! ¿QUIÉN ME MANDA A SUBIRME AL RARIMOVIL? - se quejó Verónica
Media hora más tarde
Media hora exacta hacía que Lauren estaba manejando como si nada, media hora que transcurrió entre las preguntas de Lucy sobre Keaton y media hora de Verónica quejándose. Pero el viaje no había sido del todo malo, porque entre tantas preguntas que la bailarina le había hecho a la tatuadora, Camila pudo averiguar que Lauren había estado en Londres, porque allí había conocido al chico, supo que el estudio de tatuajes de New York tenía solo dos años de vida y otras cosas como que el gusto preferido de helado de Lauren era menta granizada, a lo que también escuchó el murmullo de Verónica cuando dijo "típico gusto de un asesino serial"
Justo cuando estaba por preguntar por primera vez cuanto faltaba para llegar, o en el caso de la latina por decimocuarta vez, el camioncito dobló en una esquina que empezaba con una pared de ladrillos inmensa que cubría casi toda la calle. Lauren se detuvo a la mitad en lo que había una pequeña entrada de césped y a continuación una doble puerta de madera. Una enorme cruz colocada sobre una de las puertas, les dio una pista a las chicas de donde podían estar
- ¿Dónde está....? - Camila quiso volver a preguntar, pero Lauren ya se había bajado y empezaba a descargar las bolsas - Bájate Vero - empujó a su amiga, pero esta no se movió
- No Camila, no me bajo nada ¿Qué no ves dónde estamos? - Señaló hacia afuera - ¡Es un puto convento Cam! ¡UN CONVENTO! ¿Qué NO VES QUE ASI EMPEZO AMERICAN HORROR STORY? VAMOS A MORIR CAMILA A MORIR - Camila giró los ojos y se dio vuelta, iba a salir por el otro lado hasta que Lauren apareció.
- ¿Puedes.... puedes apretar el botoncito de la música por favor? - le pidió amablemente.
La morena la miró sospechosamente, pero le hizo caso - ¿Así está b....? - ya no estaba -
Dios mio, juro que me la voy a atar con una soga - se quejó mientras bajaba como podía sosteniendo el regalo y la caja azul.
- TIRIRIRIRIRIIIIIIII.... TIRIRIRIRIRII...... - la música de los helados sonaba y Lauren abría las ventanas laterales del camión. Dentro del mismo, Lucy, que se había puesto un gorrito blanco, estaba lista para trabajar.
- ¡Jauregui! - Camila ya se había cansado. Buscó a la Lau que estaba a un lado lejos del camión con todas las bolsas negras detrás - ¿Cuándo carajos me vas a decir que estamos haciendo acá? Porque déjame decirte algo, no me agrada para nada que.... - las puertas se abrieron y una marea de niños y niñas de varias edades salieron coreando el nombre de la Lauren. Varias monjitas salían con ellos procurando que fueran despacio.
Camila no supo ni cómo ni cuándo, pero los niños la habían empujado y alejado de Lauren. La ojiverde estaba entremedio de todos ellos saludándolos y entregándoles como podía los juguetes. Buscó el apoyo de sus amigas para que la ayudaran a entender, pero Lucy estaba muy entusiasmada jugando a la heladera, mientras que Vero se había bajado finalmente del camión y ahora muy alejada de los niños miraba todo con atención. Así que hizo lo que también sabía hacer, con sus dos cosas en los brazos se dedicó a mirar la sonriente cara de Lauren, una cara que de alguna forma estaba llenando el pecho de Camila con orgullo y paz.
Estaba tan ocupada mirando a Lauren, que no notó como una de las monjas se le ponía a su lado - Viene aquí por los niños desde que dejó este lugar - le dijo la monja a una distraída Camila.
La morena salió de su encanto y miró a la mujer - ¿Disculpe? - no estaba segura de haber escuchado lo que le había dicho.
- Lauren - insisntió la mujer señalando a la tatuadora, que ahora correteaba a un par de niños - Viene aquí con regalos y helados y otras cosas, desde que se fue de aquí cuando ya era mayor de edad - comentó
Camilaa frunció el ceño procesando la información, la mujer mayor le vio al cara de confundida y decidió encarar de otra forma - Buen día, yo soy la hermana Ana - le extendió la mano que Camila no dudo en agarrar - Y como no puedes dejar de mirarla con cara de bobita asumo que eres su novia - le dijo sinceramente - Lo que me da mucha alegría porque es la primera vez que trae a alguien con ella, quiero decir, ya es difícil tratar que ella se acepte y perdone a ella misma, que me alegra que tenga a alguien - explicó.
Camila no daba crédito a lo que estaba escuchando, no quiere decir que no le gustaba como sonaba - No soy la novia - corrigió - Soy, somos sus compañeras de cuarto - le aclaró por las dudas.
La hermana extendió un poco más tu sonrisa - No sabes que alegre que me pone escuchar eso, quiere decir que le está haciendo caso a su psicóloga , mi hermana Jane y yo estábamos de acuerdo en que lo hiciera cuando Lauren nos contó.... - la cara de confusión de Camila la hizo frenar - Disculpe, quizás no debería decirle estás cosas.
- No por favor, sígame contando - Si no obtenía la información que quería de Lauren, lo iba a ser de cualquier otra persona.
- Bueno yo....
- ¡ANA! - no pudo seguir porque tenía colgada a Lauren en su cuello
- Lauren cariño - la saludó con igual efusividad - ya te estábamos extrañando - le dijo acariciando la mejilla de la tatuadora - Y veo que trajiste buena compañía - le señaló a Camila - Y muy linda por cierto - codeó a la ojiverde que inmediatamente agachó su cabeza sonrojada pero no dejó de asentir.
- No la veo - Lauren volvía a hablar y esta vez buscaba entre la multitud de chicos - ¿dónde está? - volvió a preguntar sin mirar a la hermana
- Lauren.... - la monja llamó la atención de la tatuadora - Lleva una semana sin salir de su cama, el domingo creímos que la vendrían a ver pero....
- ¿Otra vez no vinieron a verla? - preguntó Jauregui resignada. A su lado Camila seguía la conversación tratando de captar algo.
La hermanita solo agitó su cabeza negando - No ha querido inyectarse tampoco, tenemos miedo que.... - no pudo terminar de hablar porque Lauren ya corría dentro del convento.
Camila y la hermana se miraron y la monja le señaló a la rubia que la acompañara.
Mientras tanto
Alejada del grupo mayor de los niños, Verónica estaba apoyada en una de las paredes del convento fumándose un cigarrillo.
Una niña de unos seis años, de piel blanca y cabellos oscuros pasó rápidamente enfrente de ella con demasiados juguetes en sus brazos. La latina calculó que llevaba más peso de lo que podía porque corría a paso lento mientras un niño la seguía de atrás.
- ¡OYE! DEVUELVE ESOS JUEGUETES - la frenó el niño
- ¿Y PORQUE TENGO QUE HACERLO SI YO LOS VI Y AGARRE PRIMERO? - se defendió la niña. Verónica seguía la conversación de cerca y estaba dispuesta a tener que enfrentar al pequeño si molestaba a la niña.
- PERO LO QUIERO YO - el niño se le acercó agitando su puño y la latina tiró el cigarrillo por las dudas.
Al contrario de lo que Verónica creería la pequeña no se acobardó - Pues tal vez también quieras esto ¡Pum! - la pequeña había pateado la entrepierna del chico. Asustado y adolorido el nene salió corriendo agarrándose sus partes.
- Y SI ME ACUSAS LA PROXIMA VA A LA CABEZA - lo amenazó la niña
- ¡Oye niña! - Verónica había pensado que tenía que defender a la pequeña, pero al parecer era al revés.
La nena que ahora estaba en el piso jugando con un autito a control remoto la miró - ¿Qué quiere? - preguntó amargada porque la seguían molestando.
Verónica se cruzó de brazos ante la forma de contestar de la niña - ¿No te enseñaron que hay que respetar a los mayores? - preguntó
- Y a usted no le enseñaron que ya está muy vieja para usar tenis de colores - contestó la pequeña en referencia a las converse amarillas que tenía puesta la latina.
Verónica se le acercó a la niña - ¿Qué dijiste? - preguntó furiosa.
- Encima de vieja, sorda - volvió a contestar la pequeña que seguía jugando con el autito.
La latina la miró por un segundo y...... - ¡HIJA MIAAAA! - se le abalanzó a la niña de tal forma que la pequeña quedó pataleando entre sus brazos.
- ¡LUCY MIRA LO QUE ENCONTRE! ES MI HIJA NO RECONOCIDA, TE DIJE QUE ALGUN DÍA NO ME IBA A ACORDAR ALGO DE TANTAS BORRACHERAS QUE HE TENIDO. - Con la nena en brazos Verónica caminó en busca de la bailarina.