MPOV.
Actualidad.
Finalmente faltaba solo un día para volver a la escuela. Louis se fue muy temprano a su casa, habíamos logrado terminar todo lo que necesitaba para no perder el año.
Durante toda la noche estuve pensando en mi extraño sueño, o lo que recordaba de el. Sobre todo, en aquél personaje misterioso, aquél hombre que me tomaba en sus brazos y me susurraba que todo iría bien, que cuidaba de mi. ¿Quién era? ¿Era... una metafora? No comprendía como el cerebro trabaja con los sueños, al final de cuentas, podía ser solo un sueño, solo eso... Sin significado, solo soñé porque tenía que soñar.
Había algo que tampoco me había dejado concentrarme mientras leía unos ensayos, había sentido un extraño dolor en el pecho, como... Un mal presentimiento. De pronto tuve la necesidad de salir corriendo a ningún rumbo en concreto, y me invadieron unas tremendas ganas de llorar. Entre el sueño extraño, y ese presentimiento, mi cabeza estaba revuelta, no sabía qué pensar.
— Estás demasiado callada.— giré mi cabeza para ver a Chloe sentada en el otro sofá. Suspiré.
— Tengo la cabeza en otro lado.— respondí cortante.
— ¿Qué sucede?— se interesa.
— Estoy cansada, solamente.
— ¿Comiste?
— No tengo hambre, Chloe.— me masajeé la frente.
— Ya dime qué te pasa, Mia.— insistió.
Me levanté del sofá, un poquito fastidiada.
— Nada, Chloe. No me pasa nada.— negué y caminé fuera de ahí, subí a mi habitación y cerré la puerta, estaba demasiado sensible, y mi humor estaba bastante cambiante.
Me dejé caer en mi cama boca abajo y comencé a llorar. No encontraba motivos para hacerlo, pero lo necesitaba, de alguna forma, necesitaba sacar toda la frustración que tenía dentro. Me sentía mal por haberle gritado a mi hermana de esa forma, me sentía mal conmigo misma por no recordar mi vida, me sentía mal por el sueño, y me sentía mal por la extraña punzada en el corazón, sentía que me indicaba algo, pero no podía saber el qué. Estaba sintiendome asfixiada, desesperada, con ganas de patear algo o romper algo... Quizá me estaba volviendo loca. Me levanté y me dirigí al baño, tal vez con una ducha se me podría pasar.
Para despejarme y pensar en otras cosas, salí a dar una vuelta a la ciudad, pasear por las calles podría hacerme recordar algunas cosas, también buscaba de alguna manera, mis gustos, ¿Era una chica de compras compulsivas? ¿Era más de entrar en librerías? ¿Quizá un museo de arte? ¿O historia? No encontraba qué me apasionaba. Maldita sea, mi perdida de memoria trae consigo demasiados problemas de identidad. Sin darme cuenta, había pasado demasiado tiempo visitando cada lugar y empezaba a sentir hambre. Inmediatamente, y aprovechando que estaba cerca, caminé a la cafetería de Niall, necesitaba un lugar agradable y hasta quizá encontrarlo ahí y platicar un poco. Curiosamente, estaba cerrada, no tenía idea que cerraban en domingo, o quizá cerraban más temprano.
Me di vuelta y preferí caminar de regreso a casa, eran las 5:30 y necesitaba alistar mis cosas para regresar a clases, quería que todo estuviera perfecto y que no se me olvidara nada. No podía darme el lujo de dejar proyectos en casa, aunque esperaba que si sabían mi condición, no me trataran de forma "espacial" no necesitaba que me recordaran cada maldito segundo que no tenía los recuerdos de mi a lo largo de los años. Tampoco quería que me miraran raro... Me estaba aterrando de ir a la escuela, definitivamente llamar la atención no era algo que me gustara o formara parte mi.
Entré a mi habitación con un nudo en el estómago, un malestar más a mi lista. Me concentré en acomodar todo para no perder tiempo en mi mañana.
HPOV.
Abrí los ojos poco a poco, sintiéndome desorientado. Me dolía ¿Dónde estaba? Una luz fuerte me cegaba, traté de mirar al rededor para ubicarme, había muchas figuras borrosas y se movían de un lado a otro ¿Había muerto? ¿Estaba muerto? Mis oídos despertaron y comencé a percibir susurros y murmuros inteligibles.
— ¡Está consciente!—escuché una voz y pronto pude notar que me estaban moviendo y las luces iban de altas a bajas.
No pude mantener mis ojos abiertos por más tiempo, un terrible dolor me invadió, obligándome a cerrarlos.
— Necesita oxígeno.
— Hay que anestesiarlo.
— No te preocupes, hijo. Vamos a extraerte la bala.
¿Bala? Me duele el cuerpo. Intenté abrir de nuevo los ojos pero no pude, en cambio, escuché una ultima cosa antes de volver a desvanecerme.
— Relájate, vas a estar bien.
(...)
¿Qué carajos...? ¿Por qué no puedo abrir los ojos? No puedo moverme ¿Aún no despierto? ¿Qué esta sucediendo? Intenté mover aunque fuera un dedo, pero no pude, como si no tuviese fuerza. Una puerta se escuchó.
—¿Cuál es el informe?
—Tenía una bala en el pecho, afortunadamente no perforó ningún órgano pero quedo muy cerca del corazón, ya la extrajimos. Le hicimos una transfusión de sangre ya que perdió mucha en la cirugía. Le hicimos unos estudios, su cuerpo tenía una considerable cantidad de marihuana y alcohol en su sangre, encontraron un arma a su lado, tenía sus huellas por todos lados, creemos que fue él mismo quien se disparó justo después de drogarse, pero aún estamos en investigaciones.
— ¿Quién lo reportó? Estaba en medio de la nada ¿No?
— Un chico que al parecer estaba cerca, lo estamos interrogando. Estaba casi en las afueras de la ciudad.
— ¿Alguien lo ha reconocido?
— El mismo chico que lo reportó, dice que es su mejor amigo. Tuvo mucha suerte de que la ambulancia llegó a tiempo, si se hubiera demorado unos minutos más, habría muerto desangrado.
— Harry Styles... Sácame una copia del expediente, cuando despierte avísame, tiene que haber una explicación a esto.
—¿Cree usted que necesite ser internado en el área especial?
—Probablemente tenga problemas, pero para eso necesito su versión de la historia.
Volví a escuchar la puerta y supe que salieron.
(...)
— Hey, Harry, despierta. Harry, soy Niall.
La cabeza me dolía y me sentía débil como la mierda. Poco a poco abrí los ojos hasta acostumbrarme a la luz. Me quejé, no tenía fuerzas y me sentía demasiado cansado.
— ¿Dónde... ¿Dónde estoy?— logré articular. Estaba mareado y desorientado.
— En el hospital ¡Cabrón! Te dije que era una pésima idea.— usó un tono bajo pero sabía que se encontraba molesto, solo estaba evitando que alguien escuchara la conversación.
Me quejé, todo vino a mi memoria, Joseph, la estúpida historia de su vida, y el dolor en el pecho, me había disparado... Con mi propia puta arma.
— Es Joseph, por supuesto que iba a tenderte una trampa. Agradece que inmediatamente llamé a una ambulancia, pudiste haberte muerto allí, solo.— Niall estaba realmente molesto.
— Me contó una historia absurda...— hablé con dificultad y me quejé, tratando de acomodarme mejor en la cama. — Sé por qué me odia. Él estaba enamorado de mi madre, y por eso está tratando de matarme.
— Y casi lo logra.— Niall interrumpió. Asentí.
— Yo no tengo la culpa de que mi madre no haya querido a ese estúpido psicópata.— dejé caer mi cabeza hacia atrás, en la almohada, rendido, me dolía el cuerpo lo suficiente como para no moverme más. Cerré mis ojos y me di cuanta que no entendía algo.
— Espera, ¿Cómo sabías qué había pasado o dónde estaba? No te dije nada, tampoco te llamé. Solo sabías que iba a verlo, pero no en dónde, ni a qué hora ¿Cómo lo supiste Niall? y más importante, si estabas ahí ¿Cómo es posible que no te vi y Joseph tampoco?— reflexiono.
El rubio suspiró.
— Lo intuí. Es Joseph, Harry. No iba a recibirte con un cariñoso abrazo.
— ¿Y cómo sabías dónde estaba?— quise saber.
— Mande a que te siguieran de lejos y con precaución.— se encogió de hombros.
Me estaban siguiendo y no me di cuenta. Creo que debo ser mucho más precavido.
— Eso no me hace sentir tranquilo.
— Si no lo hubiera hecho, estarías muerto, y Mia...
— No lo digas.— lo corté. — Por favor, a ella no la menciones si vas a nombrar a Joseph en la misma oración.
Niall asintió comprendiendo.
— De todas formas... Gracias.— le dije con toda sinceridad.
Niall estaba por decir algo cuando la puerta abriéndose interrumpió.
— Lamento molestar, pero el Doctor Nicols quiere hablar con usted.— una chica alta de cabello negro y traje de enfermera, se asomó por la puerta. Niall asintió y tras darme una última mirada, se levantó y salió junto a la enfermera.
Un minuto de espera después, un hombre en bata blanca entró con una tabla y un bolígrafo en las manos.
— Señor Styles. Buenas tardes ¿Cómo se siente?—se aclaró la garganta y se acomodó frente a mi cama para escribir algunas cosas en las hojas que llevaba en la tabla.
— Podría estar mejor.— me limité a decir.
— Sé que acaba de despertar y debe sentirse un poco cansado, pero es necesario que le haga algunas preguntas.— simplemente asentí. — ¿Recuerda algo de lo que pasó antes de llegar al hospital?
Me aclaré la garganta, dudando de mi respuesta.
—No mucho.— mentí.
— Puede decirme lo que recuerda, por favor.— insistió. Suspiré.
— Estaba en la calle.— el hombre asintió mientras me observaba en silencio. Con un movimiento de manos me pidió que continuara. Volví a suspirar. — Alguien me disparó.
— ¿Quién le disparó, señor Styles?— inquirió.
— No lo sé.— volví a mentir. El Doctor suspiró y escribió rápidamente algo en la tabla.
— ¿Y qué estaba haciendo en ese lugar a esa hora?
— No lo sé.— volvió a escribir.
— Lo encontraron con un arma junto a usted ¿El arma era suya?— preguntó con una ceja alzada. Negué lentamente con la cabeza.— Tenía sus huellas por todas partes ¿Sabe cómo llegó allí entonces?— volví a negar, fingiendo indiferencia.
— Bien. No sabe cómo llegó a esa carretera, no sabe quién le disparó, no sabe cómo esa arma llegó allí, tampoco es suya, sin embargo tiene sus huellas. Dígame una última cosa, en las últimas 24 horas ¿Usted ha consumido algún tipo de sustancia, pastilla... Drogas?— me miró. No pude evitar mostrar una leve sonrisa torcida.
— Seguramente ya me habrán hecho estudios, usted conoce la respuesta ¿No?
— Preferiría que me lo dijera usted.
— No tiene caso.
El Doctor se aclaró la garganta y anotó en la tabla.
— Lamento informarle que veo la posibilidad de que entre a un centro de rehabilitación.— mencionó, con tono serio. Bufé.
— Esos lugares no sirven para una mierda.
— Estar ahí le puede ayudar, señor Styles. No es un lugar tan malo como cree. También le puedo apartar una cita con el psicólogo del centro.
— No estoy demente, Doctor Nicols. No necesito ver a nadie.— murmuré en tono bajo.
— No se necesita estar demente para visitar a un psicólogo. Todos necesitamos de vez en cuando hablar con alguien.
— No hablo de mis asuntos con extraños. Mucho menos con extraños con un titulo que los hace creer que pueden entender a las personas, no necesito que me entiendan, yo sé cómo manejar mi vida.
El hombre suspiró y terminó de anotar una última cosa en su tabla. Me miró fijamente por un momento hasta que se decidió a hablar. Tengo suficientes preocupaciones como para que venga un tipo en bata a decirme que estoy loco y que necesito hablar con alguien. No lo haré.
— Hablaré con el encargado del área de psicología, podría visitarlo una vez, probar. Quizá le agrade la idea de quedarse.
— Lo dudo.— lo corté.
— Ya lo veremos.— advirtió por última vez antes de abrir la puerta.— Si necesita algo, no dude en llamar.— salió de la habitación, dejándome solo.
— ¡Carajo!— murmuré.
Inscribí "MUTE" y "Cambiemos Roles" a los Wattys <3 y no sé por qué estoy nerviosa.