YoonGi abrió la puerta, dejando ver al pelirrosa con un puchero en sus labios. Lo primero que hizo y sin pensarlo fue abrazarlo, con toda su fuerza pero a la vez con mucha delicadeza. El pequeño correspondió, dejando su carita en el cuello del mayor, lo que instantaneamente lo hizo sonrojar.
-JiMin...- acabó hablando, tomándole por la cintura y llevándolo al sofá, dejándolos a ambos sentados. La diferencia estaba en que JiMin ahora estaba sentadito en las piernas de YoonGi.
-Hy-hyung...- se hizo pequeño entre los brazos del mayor.
-JiMin, lo que sea que tengas en mente respecto a HyoJin y yo, es falso...- acarició el suave cabello ajeno -Ella no me gusta, ni lo hará. Solo... Solo somos amigos...
-Pero... Hyung m-me dejó de lado... No me gu-gusta...- jugó con sus deditos.
-No volverá a pasar. Te lo prometo, pequeño...- lo tomó de los hombros -Solo... solo te prestaré atención a ti cuando estemos juntos...
JiMin lo miró con una pequeña sonrisita.
-Sí... H-hyung...
"Cuando estemos juntos".
Esa frase había hecho el pequeño corazoncito de JiMin latir fuertemente.
-Hyung...
-¿Sí... Bebé?
-HyoJin noona le dio un besito en la mejilla... ¿Puedo hacerlo yo también...?
Y YoonGi no supo que decir...
-Y-yo...- parpadeó y agitó su cabeza -S-sí... pequeño.
JiMin sonrió grande y tomó al mayor del cuello para dejarle un besito en la mejilla, muy dulce. Y en esa tarde juntos, JiMin no había parado de darle besos en la mejilla a YoonGi.
Ambos reaccionaban de la misma manera ante esos actos tan cariñosos. Sus corazones se agitaban.