Desde el incendio en la cabaña de Jack, Kate y yo nos habíamos vuelto inseparables, tanto así que la gente comenzaba a mirarnos raro.
El incendio había sido ya, hace un año exactamente... era una fiesta, que se había vuelto un completo desastre. Jack, había decidido un fin de semana dar una pequeña reunión de amigos, pero claro, alguien había decidido correr la voz para hacerlo mas grande. Comenzaba a llegar más y más gente hasta que el lugar estaba completamente lleno, y dado el hecho que la cabaña estaba ubicada justo al centro del bosque y bastante cerca de las cascadas, a el mundo le parecía mas irresistible la idea de asistir. La idea de mezclarme con los demás, comenzó a cautivarme bastante. Yo era una chica bastante reservada y tranquila, hasta entonces. Luego, se acerco a mi una chica bastante extraña, traía una polera roja, y bastante corta, que dejaba a la vista su ombligo, un short bastante roto y desgastado, con unas panties negras debajo y solo una chaqueta de cuero negro que cubría sus brazos y hombros. La verdad, la chica no había dejado de mirarme desde que había llegado, y cuando comenzó a acercarse me sentí, nerviosa. La chica tenia los ojos verdes, su pelo era bastante despeinado, que hacia creer que era bastante loca y despreocupada, y era de tes blanca, muy blanca, pero hermosa.
- hola - sonrió - como te llamas? - dijo bastante interesada -- ho ...la - respondí - Alice... -- lindo nombre - sonrió otra vez. Su sonrisa era hermosa, y llamaba mucho la atención de cualquiera que la viera. Era despampanante
- y ya que no preguntas, mi nombre es ... -
- Alice! necesito ayuda... - interumpio Lori, del otro lado del lugar -
- Lo siento... ahm, hablamos luego?... - dije mientras me tomaba con ambas manos -
- Si, claro... te veo luego, Alice. No desaparezcas. - dijo mientras se dirigía al camino de las cascadas -
Corrí a ver que ocurría con Lori, y al llegar, lo único que logre ver, fue su chaqueta tendida en el piso.
-¡¿Lori?! - grite, pero nadie respondió -- hey, has visto a Lori? Necesito hablarle... - dijo una completa extraña a mi lado -- no, pero la estoy buscando, me acaba de llamar y ... todo lo que encontré de ella fue esto -le mostré la chaqueta y seguí buscándola entre la gente -- espera, tu eres Alice, verdad? -- si - respondí - y tu eres...? -- Kate, mi nombre es Kate - hizo un raro gesto con las manos - crees que debemos preocuparnos por Lori? Me refiero a que, deberíamos buscarla? - pregunto -- Quizás haya ido a la orilla del Rio, a Lori le encanta ese lugar - respondí - quizas deberíamos empezar a buscar por ahí. - Claro, vamos... ¿tienes alguna linterna o algo así? -- No lo creo,pero dentro de la cabaña, en la habitación de Jack, el deberia tener.
Entramos a la casa y había un extraño olor, habían unos chicos bebiendo unas cervezas, y otros besándose... pasamos rápidamente a la habitación, y cerre la puerta para buscar las linternas, busque por los cajonesy no había nada mas que unas píldoras para el dolor de cabeza. Revise en el armario y ahí estaban, debajo de unos extraños papeles, no quise leerlos, porque me parecía que no era de mi mayor incumbencia. Cuando intentamos salir, la puerta se había trabado, y no podíamos abrirla, a pesar de todos nuestros intentos, luego de un rato de espera, la gente comenzaba a gritar y humo pasaba por debajo de la puerta, Kate y yo nos miramos desesperadas, sin saber que hacer, la ventana era muy pequeña, y también estaba trabada. Mientras mas tiempo pasaba, mas llena estaba la habitación de humo y mucho mas calor podía sentirse dentro, mientras yo intentaba abrir la puerta, Kate lo intentaba con la ventana. Luego de unos segundos, logre abrir la puerta, pero no había salida alguna, la casa estaba ardiendo en llamas, y el fuego se acercaba cada vez mas a la habitación, comenzando por el techo, Kate tomo una polera de Jack y golpeo la ventana, pero sus manos tiritaban y le era imposible romperla para salir. La casa, comenzaba a caerse, y la desesperación era cada vez mayor, me quite la chaqueta y rompí el vidrio por mi misma, le dije a Kate rápidamente, que saliera primero, pero tenia miedo de que algo pudiera pasarme a mi, pero entonces ayude a que subiera y lograra salir rápido. Cuando ella ya estaba afuera, comencé a subir a la ventana yo, el fuego comenzaba a entrar a la habitación y al parecer, todo el mundo había salido corriendo. El humo, casi no me dejaba respirar, así que perdí las fuerzas, caí al piso de la habitación. Mis ojos se cerraban lentamente, ni para mantenerlos abiertos me alcanzaba la fuerza.
Casi no podia moverme, pero lo intentaba, mire hacia la ventana y la chica que se habia acercado a mi antes, estaba entrando, me ayudo a levantarme y me ayudo a subir a la ventana para salir, cuando sali, kate me miro, y no hacia mas que sonreir porque habia salido. A los segundos, la chica salio y me miro.
- ¿Estas bien? - pregunto preocupada -- Si, gracias.. - respondi. Aun me costaba respirar, pero me hacia sentir meor la idea de que la chica hubiera llegado, era mi heroina-- Por cierto... mi nombre es Sophie - sonrió y me tendió una mano para ayudar a levantarme-- Creo que deberíamos llevarla al hospital - dijo Kate, interrumpiendo nuestras fuertes miradas -- Si, deberiamos llevarla- contestesto -La verdad, a mi no me gustaban mucho los hospitales, ni mucho menos los doctores.. lamentablemente, a mi madre hace algun tiempo, le habian diagnosticado, cancer, y desde entonces, no habia vuelto a entrar a una clinica u hospital. Les tenía una clase de odio, algo estúpido dado que definitivamente no era la culpa de ellos su enfermedad, pero aún así... eran unos malditos desgraciados por su servicio inútil y desesprerante, al igual que caro. Pero por alguna razon, al llegar, me sentia bien, pero solo porque Sophie, estaba a mi lado. Era extraño, por alguna razon sentia que la conocia, que de alguna manera, tenia que conocerla.
Luego de eso, me dejaron unos dias en reposo, solo por precausión, me sentía bien, creía que todo esto, no era necesario, pero Kate y Sophie, insistieron. Y no me importaba lo que dijera Kate, más me interesaba lo que Sophie opinaba al respecto.
Desde que ella había entrado a mi vida, la sentía diferente, era extraño... sólo la había visto una vez en mi vida y ya lo había cambiado todo, quizás... me había golpeado la cabeza o algo, durante el incendio... por que de verdad me estaba volviendo loca.
Luego de los dos dias, debi volver a clases. Y bueno, me senta mejor, y la mayoria de los alumnos se habian enterado de mi 'accidente' y todos me observaban de una manera calida, y preocupante. No estaba acostumbrada a que el mundo se fijara en mi de tal manera, me afirme en mi casillero, y solo podia ver como la gente me miraba, hasta que Sophie tapo mi vista, interponiendose en mi camino. Su esbozante sonrisa, podia hacerme sonreir a tambien, era inevitable. Y esos enormes y hermosos ojos verdes, hipnotizaban a cualquiera. Caminamos juntas hasta las escaleras, y luego propuso una bastante mala idea, para mi. - Porque... en vez de entrar a clases, no vamos ... a no lo se, a dar un largo paseo?- pregunto ansiosa-- Y no entrar a clases?... ¿Estas loca? me matarian... - respondi alterada -- Vamos...-- No lo se, quizas... esta bien, solo esta vez.-
Salimos de la escuela y era patético que nadie nos hubiera visto, era una gran escuela, donde ningúna persona podía safarse de ir. Nos acercábamos cada vez más al bosque, y era lindo, sí... una de las cosas que yo más amaba de esta ciudad, eran los gigantescos bosques. Nos acercamos a un arbol, el cual tenía una pequeña casa arriba.
- Solía venir aquí de pequeña.. sabes?- sonrieia, y cada vez se acercaba mas al arbol.- Antes del accidente de mis padres. - Accidente?- pregunte- Que pasó? - me acerqué a ella-- No lo sé... y creo que jamás lo sabré- respondió riendo irónicamente-- ¿Porqué? - entré en dudas -- Porque la policia apesta, sabes? - subio al arbol -- Donde vas? Que haces? .. - pregunté alterada, esa casa no se veia demasiado resistente-- Arriba... vámos, acompáñame-- ¿Estas loca?, eso no resistirá -- "¿Estas loca?"- imitó mi voz- la gente suele decirme cosas asi. Y al final, creo que terminaré creyendolo. -continuó-- Eres extraña, lo sabias? -- Claro. Pero, no... no soy extraña, lo que sucede es que soy diferente a los demás. Siento las cosas de otra manera, veo las cosas... diferente. - A qué te refieres? - pregunté-- Te lo contaré todo si subes.- siguió subiendo, y me dejó sola, mientras esperaba que yo subiera.-- ¿Como esperas que suba?... yo, no sé... dudo que pueda subir- grité hacia arriba -- Intenta tomar la cuerda, yo estiraré la mano y ayudaré a subirte-- Harás que me mate, estoy segura - me tomé la cabeza con ambas manos, y mire al suelo unos segundos- Okay-respondí y volví la vista a ella. Sus ojos, eran completamente hipnotizantes, y cuando los miraba, se sentía como si algo como una corriente, pasara por todo tu cuerpo. Intentaba despegar las miradas, cuanto más rapido me era posible.-
Cuando logré subir, me percaté de que, por lo menos en este mes, no era la primera vez que ella subía a la casa. Habían unos lindos y cómodos asientos, claro que la pintura por dentro de la casa, estaba saliendose y eso le daba un aspecto bastante viejo. Por lo demás, estaba bien, desordenada, claro y con algunos cigarrillos en el suelo, por supuesto que ya usados.
- Quieres una cerveza? - preguntó -- Cerveza? ... Tienes, agua o ... no lo sé.-- Dios, agua? encerio?- me miró levantando una ceja -- Okay, dame la adorada cerveza.- sonrió al escucharme decirlo-- Has tomado alguna vez en tu vida, una de estas?- preguntó-- Hmm, no. Jamás.-- Oh... tu si eres rara.-- ¿Lo soy? ¿Por no beber?- la miré bastante extrañada-- No lo sé. Quizás. - ¿Que ha pasado con tus padres?- pregunté cambiando totalmente el tema. Despúes de todo, había subido con un propósito-- Es una larga historia, pero te lo resumiré. Mi padre no sobrevivió. Y mi madre es todo lo que tengo.-- Y como lo sobrellevaste? Digo.. Estás bien?-- Lo superé hace tiempo ya. Yo sufrí, sabes?... Lloraba, cada noche. Hasta tenía deseos de no seguir aquí, y lo intenté, varias veces. Pero luego recordé que, había perdido a mi padre, pero que mi madre seguia aqui. Tengo dos hermanos mayores, y ellos tienen sus vidas. De alguna forma, fui lo que le quedaba a mi madre. Lo superé. Y te darás cuenta, de muchas cosas, si llegamos a conocernos más.-- ¿Porqué actuas como si nada te importara?... Te he visto, y es como si así fuera. Actuas como, una persona distante, sin sentimientos, fria. Pero por dentro sé que no es así, verdad?.-- No lo sé. Quizás.-- ¿Te has enamorado de alguien?-- No lo sé, el amor existe?- preguntó-- ¿Qué?, claro que sí.-- Entonces... creo que para mí no. Supongo que no es gran cosa-- ¿Que no es...?. Eres extraña. - Es un cumplido? Gracias.- sonrió-- Como quieras- reí-- Crees que ya deberíamos irnos?- preguntó-- A donde?- respondí-- No lo sé, caminemos... podemos encontrar muchas cosas aquí-- Esta bien, si... - sonrei, y dejé la botella a un lado, por supuesto ni siquiera la había probado-
Bajamos del arbol y comenzamos a caminar, cada vez se escuchaba más fuerte el sonido del agua, estabamos bastante cerca del rio. A veces, me sentía extraña... había algo en ella, que me hacía no dejar de mirarla. Y cuando ella me miraba, bajaba la cabeza. Como si sintiera verguenza, o algo así..
Caminamos hasta llegar hasta la orilla del rio , tomo algunas piedras y comenzó a lanzarlas. No hablábamos, nada. Ella no decia nada, yo solo observaba. De un momento a otro, se quitó el polerón, y la miré extraña...
-Nos lanzamos?- miró soriente, esperando que yo asintiera.--Estás bromeando, verdad? Está fría...--Y? siempre lo está, si esperamos a que un día no lo esté, para ese día, ya estaremos muertas.--Buen punto, pero... encerio quieres nadar?- me abracé a mi misma, dando una señal de frio y luego me quité el polerón- Dios, estas loca.--Si lo estubiera, no estarías quitándote la ropa también-dijo mientras terminaba de quitarse el pantalón y se lanzó al algua.-
Me quité la camiseta, los pantalones, y luego enrollando los brazos en mi cuerpo, me lancé sin pensarlo. Estaba fría, muy fría. Podía llegar a mis huesos, lo helado del agua, me estaba congelando. Comencé a mirar hacia los lados y no logré divisar a Sophie por ningun lado.
-Sophie?... - dije un tanto alarmada--Bú- salió por debajo del agua--Tonta- le lancé agua con mis manos--Vámos sígueme... -- A dónde vamos?- pregunté completamente intrigada-- Acompáñame, te gustará...--Pero como, iremos nadando? - pregunte sorprendida-- Sí, no es mucho. Ves esa orilla de allá? Es a dónde tenemos que llegar.- Además, no está hondo, podemos caminar.-- Caminar. Si, caminar. Llegaré horriblemente cansada.-
Al final de todo, nos fuimos por el lado dónde el agua no sobrepasaba nuestros tobillos. El camino fue largo, pero llegamos al acantilado, dónde se podía ver todo. Hasta pequeños animales correr por el medio del bosque.
- ¿Te gusta? - preguntó-- Sí, es grandioso, pero solo hay un detalle... -respondí-- ¿Cuál? - levantó ambas cejas-- Mis pies están mojados - reí -- Me asustaste, creí que... olvídalo. Se secarán pronto... además debemos volver-- Que creíste? - pregunté intrigada -- Te has sentido atraída a una chica alguna vez? -- No... porqué lo dices? - Desde niña me habían enseñado que eso iba contra las reglas, que estaba mal visto, y que podría causarme problemas. ¿Porqué me ha de preguntar eso? -- Es que... nah, olvídalo - sonrió y se dió la vuelta -- ¡Dime!... - insistí -- Quizás en otro momento, relájate...
Los días pasaron y la amistad con Sophie cada vez se agrandaba más, a pesar de que sólo nos conocíamos hace algunas semanas, se había vuelto ese tipo de "mejor amiga" para mí, me preocupaba todo lo que le sucediera, tenía la necesidad de saber lo que ella pensaba, o lo que me dejaba en duda. La quería, y cuándo lo pensaba me parecía extraño, porque no la quería como a una amiga más... no era normal.
Habían pasado días desde que me había preguntado, por alguna extraña razón, si me había senntido atraída hacia una mujer. Y no dejaba de pensar en eso, que pasaba si esa pequeña respuesta era "sí"? No dejaba de pensar en ella, y cada vez que ella aparecía la miraba como una estúpida babosa. ¿Que a caso me gustaban las chicas? ¿O ella? ¿Puede ser normal?... Ya casi no comía, me pasaba los fines de semana encerrada en mi habitación, esperando su llamado, o un mensaje de texto, o un simple piedrasito en mí ventana. Y cuando nada de eso sucedía, me desesperaba y comenzaba a escribir estupideces.
¿Amigos? bueno, a todos mis amigos, incluyendo a Kate, los había dejado de lado por Sophie, faltaba a la escuela solo por ella, porque era inevitable decirle que no. Mis notas habían bajado notablemente, y mi mamá ya casi ni se enteraba de las reuniones de padres. Mi hermano solo me hablaba para pedirme algo o decirme que estaba en la luna todo el tiempo. Y confíaba en el, así que por primera vez en días salí de mi habitación y golpee su puerta.
- Quién? - gritó -- Yo, tarado, abre ya - respondí y luego abrió-- Que se le ofrece, señorita astronsuta?-- Astronauta? Y eso? A qué vá? - Has visitado demasiado la luna este último tiempo, no crees? Ya debes ser profesional en lo tuyó... - rió -- Idiota, deja ya de molestarme. Quiero decirte algo, la verdad, preguntarte algo. - Qué cosa? - se sentó en su sofá, cruzando los brazos esperando que soltara todo. - Alguna vez... por alguna u otrs razón, has confundido amistad con amor? - pregunté nerviosa-- Sí, claro que sí... Que sucede? Problemas con algún chico?... - Chica... - corregí -- ¿Qué?... A que te refieres con "chica"? - se alteró un poco -- Creo que me gusta una chica, Josh. Hemos pasado mucho tiempo juntas, y a veces lo único que pienso es en como saben sus labios. O que sentiría si ella me toma de la mano, cosas así. Y espero que lo entiendas, necesito que me aconsejes, no que me atormentes o me regañes. Sé que está mal, y creeme he intentado detenerlo. - No... no pensaba regañarte, en realidad, no puedo decirte que hacer y que no. Ya sabes que es lo que quiere para tí, para tu vida... Estás segura de todo esto? - No, estoy asustada. No sé que hacer, ni siquiera sé que siento en realidad, o que es lo que siente ella. O va a creer de todo esto. - confesé afligida -- Piénsas decirselo?- preguntó -- No hasta que esté o segura, o hasta que haya algún indicio de que debo decirselo.
Se sentía bien poder hablar con mi hermano, poder decirle todo y que el me apoyara. Era nueva en esto, o eso creía... Lamentablemente mi teléfono interrumpió, y bueno era un mensaje de Sophie...