Corazón de Profecía (Draco Ma...

By DarcyDianaSpencer

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Doce años tendrán Cuando sus miradas se cruzarán. A primera vista enemigos se harán. Serpiente y leona destin... More

Encuentro
Miradas
Miradas (II)
Miradas (III)
El Don
El baile
El gesto que lo cambió todo
Agárrate
Homenum Revelio
¿Aurora?
La Orden del Fénix
Confía en mí por una sola vez
El sueño de Hermione
Os necesitamos
La Sala de Los Menesteres
Enemigos con derecho a conocerse
Brigada Inquisitorial
Planes Frustrados
Problemas
La muerte de un inocente (I)
La muerte de un inocente (II)
Sálvame
Darcy Eleonora Healey Black
El comienzo de una nueva profecía
El sospechoso
El accidente en el tren
Juntos
Cielo Negro
Estás en la lista
Surrealista
Secretos de Familia
La Gran Revelación.
Solo
Cartas Reveladoras
Venganza por la sangre derramada.
Datos importantes
Un maleficio en la varita equivocada
El dolor de los recuerdos
Perdida
Capítulo Bonus Track
Mon petit cher cher ami
Tita
La leona herida
Ángel Caído
Nos volveremos a ver
SORPRESA
Misha
Avance de "Cualquiera puede ser asesinado (I)''
Preguntas y Respuestas
Cualquiera puede ser asesinado (I)
Cualquiera puede ser asesinado (II)
Manos Frías
...
Guarda tu fe
Nueva ronda de preguntas
De niña a mujer
Respondiendo Preguntas
"Renacida" Bonus Track
"El juicio" Bonus Track
Novedades

La vie est belle

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By DarcyDianaSpencer

Este capítulo está dedicado a todos aquellos que pusisteis vuestras esperanzas en esta historia y a los que he hecho sufrir. Aquí tenéis vuestra recompensa. Un capítulo que lleva escrito desde hace muchos meses cuando tenía esta historia en mente. Yo siempre cumplo mis promesas

Grimmauld Place, una semana después de la guerra.

- Tienes que comer algo, Darcy. Llevas semanas sin comer apenas nada...

- No me entra nada Cissy. Solo quiero dormir.

- Dar, tenemos que superar esto, juntas. No puedes quedarte en la cama todo el día.

Narcissa estaba sentada en la cama de Darcy mirándola de espaldas mientras le acariciaba el pelo. Hacía una semana que acabó la guerra y todavía no habían hablado de ello.

- Sí que puedo, no quiero seguir viviendo... - dijo Darcy llorando escondiendo su cara bajo la almohada.

- No digas eso ni en sueño Darcy Eleonora. - le retó Narcissa. - Tienes que seguir viviendo.

- ¡Tu no eres mi madre! - le gritó Darcy sin pensar.

Narcissa se levantó de la cama en shock y se fue poco a poco, pero, antes de salir, Darcy se arrepintió.

- Tita, lo siento. No se porque he dicho eso. - dijo Darcy sentándose en la cama con la cara empapada.

Narcissa se sentó a su lado y le aferró contra su pecho. Y lloró con ella.

- ¿Quieres hablarlo Dar? ¿Quieres contarme lo que te come la cabeza? Suéltalo Dar. - le animó entre lágrimas su tita.

Entonces, Darcy le enseño un papel que tenía debajo de la almohada. Narcissa lo desdobló extrañada y lo miró.

- ¿Qué significa esto? - preguntó Narcissa.

- Cuando fuimos a Gringotts, vi una cámara escondida entre las montañas con el numero pi en ella. Al pasar por ella, escuché unas voces en mi cabeza que decían ''¡Hija! ¡Estamos aquí!". Era la voz de mi madre, Tita. Te juro que era ella. Venía de esa cámara. Cuando caímos al lago del dragón, este aterrizó a mi lado y me habló. Era una dragona llamada Misha y, antes de irse, me dijo que mis padres me estaban buscando, que me necesitaban. - le dijo Darcy llorando.

Narcissa se levantó con tapándose la boca de asombro y temblando mientras observaba el papel.

- ¿Qué quieres decir con esto? - dijo Narcissa sentándose de nuevo.

- He descubierto en los libros de Regulus que los Avada Kedavra solo se pueden lanzar con una razón. Voldemort mataba por y para ser el mejor mago del mundo pero, ¿y si Dumbledore tenía razón? ¿Y si cuando nacimos Ron, Hermione, Harry, Draco y yo destronamos a Voldemort de ese puesto? ¿Y si sus Avada Kedavra y los de sus seguidores hacen desaparecer a la gente en una niebla blanca y reaparecen en esa cámara de Gringotts? - dijo Darcy muy rápido.

- Tenemos que contárselo al resto de la Orden. - dijo Narcissa en shock.

- ¿Me crees? - dijo Darcy emocionada.

- Siempre lo haría.

Narcissa bajó al salón de la casa y llamó por la Red Flu al resto de la Orden y amigos para comentárselo. No tardaron mucho en reunirse todo en el salón de Grimmauld Place. Darcy volvió a contarles lo mismo que le había dicho a Narcissa y provocó el shock general. Nadie sabía que hacer hasta que Shacklebolt sacó un gran mapa de su túnica, el mapa de Gringotts. Estuvieron observandole minuciosamente durante largos minutos buscando la cámara de la que Darcy hablaba, hasta que la encontraron, sin número, en un lateral del mapa.

- ¡Es esta! Os lo juro. - dijo Darcy emocionada.

- Entonces no hay tiempo que perder. - dijo Arthur Weasley.

La Orden entera se preparó para la partida. Darcy estaba a reventar de nervios. Subió a su cuarto a cambiarse y coger su varita cuando una Narcissa ya preparada irrumpió en su habitación.

- Dar, si no nos encontramos nada cuando lleguemos, quiero que sepas que la vida sigue y que, por mucho dolo y sufrimiento, como tu madre decía: la vie est belle.

Darcy le abrazó con fuerza y juntas emprendieron el viaje a Gringotts.




- Darcy se parece mucho a ti, Eli.

- ¿De verdad cariño?

Draco asintió y observó su brazo siendo vendado por la viva imagen de su novia, su madre: Eleonora. Llevaba en esa cámara una semana. No se acordaba de nada de lo que pasó después de que Lucius lo cogiera. Pero el estar en ese lugar le daba una pista, le había matado y ahora estaba allí. Había llegado muy herido de su brazo izquierdo y Eleonora se había encargado de curarlo todos estos días. Pese a lo oscura y fría que era la cámara, esta era grande y se podía hacer magia dentro... pero ningún hechizo les podía hacer salir de allí. Dentro de lo malo no estaba solo. Eleonora le trataba como a su hijo como el resto de su familia política. Pero, lo que más le reconfortaba, era su padre Severus.

- ¿Cómo te encuentras hijo? ¿Te duele?

Draco asintió dolorido y observó su brazo nuevamente vendado apenado.

- ¿Qué te ocurre? - preguntó Severus sentándose a su lado.

- ¿Saldremos de aquí algún día? - dijo Draco preocupado.

- Nos sacarán de aquí. Averiguarán nuestro paradero. Te lo prometo. - le dijo Severus.

Draco asintió y se echó en su cama tratando de dormir. No habían pasado ni media hora cuando unos golpes le despertaron.






- ¡Darcy! ¡No lo conseguirás así! Necesitarás toda tu magia para derribar ese muro. Es imposible. 

- ¡No lo es, Ron! Mis padres, mis tíos, mi novio y muchos más de los que amamos están ahí dentro... - dijo Darcy desesperada mirando la puerta de piedra que tenía enfrente de ella con el número pi tallada en ella.

- No lo sabemos. Puede que no haya nada del otro lado. - le dijo Ron.

Darcy negó varias veces y se secó el sudor que caía por su frente. Estaba muy cansada. Habían intentado derribar esa puerta todos pero les faltaban fuerzas. Estaban empezando a plantearse marcharse, pero Darcy seguía intentándolo. Sus padres, sus tíos, su novio, sus padrinos... No se iba a marchar de ese lugar. Volvió a apuntar a la puerta y lanzó otra Bombarda sintiendo la magia corriendo por sus venas. Cayó al suelo cansada y volvió a secarse el sudor. 

-  ¡Darcy! ¡Para! - le gritó Narcissa asustada. 

Pero Darcy no hizo caso, volvió a levantarse y respiró hondo. Pensó en todos aquellos a los que deseaba ver detrás de esa puerta. Sintió como la magia corría de nuevo por sus venas de una forma que jamás había sentido. Sintió el poder del que tanto le han hablado que tenía y que nunca había experimentado y volvió a apuntar con su varita a la puerta. Cerró los ojos con fuerza y desató su poder.

- ¡Bombarda Máxima! 

Sus rodillas tocaron el suelo abatida. No veía con claridad lo que pasaba. Escuchaba gritos y sentía una gran polvareda a su alrededor. Su espalda tocó el suelo. No podía más. Volvió a sentir el dolor tan horrible en su pierna. Le pesaban los ojos. Lo último que recordó fue una imagen de una mujer agachándose a su lado y abrazándole cálidamente. 

- Mi niña...











Dos meses habían pasado desde que se abrió la cámara número pi de Gringotts, dos meses desde que la gente a la que creían muerta fue salvada. Hogwarts se había renovado y había abierto sus puertas a todas aquellas familias que necesitaban un techo hasta que encontraran su nuevo hogar, entre ellos Los Black. La enfermería de Hogwarts se había convertido en un pequeñó San Mungo para todos aquellos heridos. Darcy llevaba en una de las camillas del medio, dos meses en coma. La magia que había usado para abrir la cámara la había consumido y debilitado todo el cuerpo. La herida de su muslo, la que se hizo en la sala de los Menesteres, había empeorado con la debilitación, pero Madame Pomfrey se había encargado de curarla pese a que le dejará secuelas: estaría varios meses coja. En cuanto a Draco, Madame Pomfrey le tuvo dos semanas en la enfermería para inspeccionarle bien pero ya llevaba varias semanas fuera esperando el nuevo hogar que sus padres estaban buscando. Y ese día, era hoy.

Draco se encontraba sentado a un lado de la cama de su novia observándola con todo el amor que tuvo que ocultarla durante mucho tiempo y acariciándola con la mano derecha ya que su brazo izquierdo tuvo que ser escayolado. No se podía creer lo que había hecho por ellos. Era una autentica leona, su leona.

- Draco, tus padres ya están listos. Te esperan en la puerta principal. - dijo Lionel, padre de Darcy. - Tranquilo. Serás el primero en enterarse cuando despierte.

-Gracias Señor Healey.

- Oh, Draco. Llámame Lionel. Sos el novio de mi chiquitina. A demás, vos sos mi ahijado.

Draco abrió los ojos sorprendido al oír quienes eran sus padrinos y una alegría inmensa le recorrió el cuerpo. Solo necesitaba que Darcy despertara. Se despidió de su padrino con un cálido abrazo y se acercó a su novia deseando ser la ultima vez que la vería en coma.

- Nos vemos pronto mi leona. - dijo sobre sus labios.

Y le dio un suave beso en ellos provocando una pequeña sonrisa dormilona en su rostro. Y se fue hacia sus padres directo hacia su nueva vida.

Horas después la enfermería se quedó en silencio. Al caer la noche, Eleonora fue a cuidar a su hija dándole el relevo a su marido. Al llegar, vio a su esposo sentado en un orejero (sofá individual muy cómodo) leyendo el periódico junto a su hija a la luz de las velas. Eleonora se sentó en la cama de su hija y la cogió de la mano cariñosamente.

- Es igualita que vos. - dijo Lionel observando aquella imagen.

- Tengo tantas ganas de que despierte... - dijo Eleonora nostálgica.

- Muy pronto lo hará. Ya lo verás. - le consoló su marido.

Eleonora le besó con dulzura y le dio el relevo. Se sentó en el orejero y sacó su libro favorito para leer hasta quedarse dormida: Romeo y Julieta. Pero su mente estaba en otra parte. No dejaba de pensar en lo que diría su hija después de diecisiete años sin ellos pero, sobretodo, necesitaba mirarle a los ojos y decirle de una vez por todas lo que no la decía desde hacía diecisiete años: te amo. Y pensando y mirando a su hija, se quedó dormida. 

El sol iluminó la enfermería de Hogwarts a través de las ventanas provocando el despertar de varios de las personas que dormían allí, entre ellas Eleonora. La Black se despertó adormilada y se acercó a su hija para darle los buenos días. Le dio un beso y se levantó para correr los biombo que les daba privacidad. Lo que ella no sabía, es que unos ojos la miraban a su espalda... Unos ojos que se abrían por primera vez desde hace dos meses.

- Mami... ¿Eres tú?

Eleonora se dio la vuelta emocionada y, al ver a su hija mirarla con ese amor, comenzó a llorar de alegría y correr hacia ella. La cogio de la cara y la miró emocionada.

- Mi amor, claro que soy yo. Mi niña... Mi Darcy. 

Darcy comenzó a llorar de alegría y se lanzó a los brazos de su madre. Era real, estaba viva. Lo había conseguido. Su madre estaba viva. Al separarse, vio entrar en la enfermería a Sirius... Y su padre, Lionel. 

- ¡Lio! ¡Sirius! ¡Venid! - les llamó Eleonora sin despegar a su hija de su pecho. 

Lionel corrió lo más deprisa que sus pies podían y se acercó a su mujer e hija. Observó la imagen con lágrimas en los ojos y cogió la mano de su hija.

- Mi Dar... - logró decir Lionel.

Darcy se lanzó a los brazos de su padre para después mirarle con dulzura. 

- Dinos algo cielo. - le dijo su padre.

Pero no pudo decir nada ya que apareció Sirius a los pies de su cama y se lanzó a él. Después volvió a los brazos de su madre y miró a los tres sin poder creérselo. Su familia entera estaba viva.

- No me puedo creer que estéis aquí. Pensé que nunca volvería a veros pero algo en mí me decía que estabais vivos. Cuando leí vuestras cartas, cuando supe lo que os hicieron, jure por nuestra sangre que os iba a vengar. - dijo Darcy con dificultad tras haber estado tantos meses sin hablar.

Sus padres la abrazaron cada uno por un lado y Sirius cogió su mano emocionado. 

- Puede que haya estado diecisiete años sin vosotros pero nunca he dejado de quereros. - dijo Darcy esta vez a sus padres íntegramente. - Algo dentro de mi siempre sabía que pronto estaría con vosotros. Cuando me hablaron acerca de vosotros me di cuenta de lo mucho que me parezco a vosotros. Siempre os he tenido en mi corazón. 

Sus padres la volvieron a abrazar llorando a mares de alegría al oir las palabras de su hija.

- Siempre estuvimos ahí Dar. Vimos por todo lo que pasaste en cada momento de estos diecisiete años. - le dijo Eleonora.

- ¿Cómo? 

- Cuando los Avada Kedavra nos teletransportó, llevaba conmigo un espejo exactamente  igual que el tuyo pero en grande. Desde él pudimos verlo todo mi amor. 

(izquierda Eleonora, derecha Darcy)

Du ved jeg har den samme gave til sprog, du? (¿Sabes que tengo el mismo don de los idomas que tú?) - le preguntó Darcy a su madre en danés con la esperanza de que le entendiera.

Ja, og du ved ikke, hvor glad og stolt jeg følte, da du opdagede det (Sí, y no sabes lo feliz y orgullosa que me sentí cuando lo descubriste) - le respondió su madre en el mismo idioma. 

Darcy la abrazó emocionada al descubrir que era cierto y estuvo hablando con sus padres y su tio sobre lo ocurrido hasta que nuevos invitados se sumaron al grupo deseando ver a la joven Black despierta. Pero la mejor fue Regulus, su tio, quien ''murió'' para evitarla sufrimiento.

- E aquí, tu tío el feo. - dijo Sirius nada más verle entrar.

Darcy le miró sorprendida pero a la vez llena de amor. Su tío le había evitado un sufrimiento terrible y lo amaba por ello. No era como le había visto en las fotos. 

- Jaja, te he oido hermano. Muy gracioso. - dijo Regulus nada más acercarse a la cama de su sobrina. 

Después de medio discutir con su hermano, miró a su sobrina acurrucada en el pecho de su madre mirándole con una ternura que no se esperaba y se sentó a su lado.

- Hola pequeña. Puede que no me conozcas mucho pero soy...

Pero Darcy no le dejó hablar ya que se lanzó a sus brazos con una ternura inmensa llena de amor. 

- Regulus, mi tío. Te sacrificaste por mí sin apenas conocerme. ¿Cómo no iba a saber quién eres? Te quiero mucho. - le siguió Darcy. 

Regulus no pudo evitar soltar unas pequeñas lágrimas de emoción y abrazó a su sobrina por la que sin dudarlo ''dio la vida''. Al separarse Darcy no pudo evitar sonreír de felicidad por primera vez. Su familia entera estaba reunida de nuevo. Y ya no volverían a separarlos nunca más. Por fin. Ahora, solo deseaba ver a Draco con vida

- Ahora soy feliz. Ahora la vida tiene sentido. - le dijo Darcy a su madre en voz baja.

Ma petite chérie, la vie est belle, toujours. Te amo. (Mi pequeña querida, la vida es bella, siempre.)

¿COMPENSA ESTO TODO LO QUE OS HE HECHO SUFRIR?

OS ADORO, QUE LO SEPÁIS.

ATT: ESTA HUMILDE ESCRITORA QUE OS DEBE MUCHO

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