Connor suspiró y se sacudió el polvo de la ropa. Por fin había terminado de limpiar el cadáver de la rata después de 30 minutos de diferentes hechizos y mucho jabón. En serio esperaba que Baz hubiera arreglado las cosas con Simon o él mismo lo mataría.
Salió de las catacumbas con una sonrisa en el rostro mientras se imaginaba a si mismo tomando una ducha caliente y una merecida siesta. Baz le contaría luego que sucedió.
Iba tarareando Livin' On a Prayer muy feliz cuando vió a Penny sentada en un banco frente a él leyendo un libro. Se detuvo abruptamente con miedo. Al principio había pensado en saludarla pero luego supuso que si Simon y Baz habían arreglado las cosas ella ya lo sabría y necesitaría a alguien a quien culpar y él era quien estaba más cerca. Así que se dió la vuelta silenciosamente y dió un pasó antes de...
—¡Connor! —gritó Penny haciendo que el chico se tensara y se diera la media vuelta con nerviosismo en su rostro—. Oye, me preguntaba si... ¿Qué te pasa?
Connor frunció el ceño haciéndose el tonto.
—¿Qué me pasa de qué? ¿Qué dices? No me pasa nada. ¿De qué hablas?
—Tienes una mirada rara y... Tus ojos me asustan un poco. ¿Estás bien?
—Sí, sí, todo bien.
—De acuerdo —dijo Penny no muy convencida—. Cómo sea, ¿haz visto a Derek? Necesito hablar con él.
Connor tragó saliva.
—¿Quién?
—Derek, el chico nuevo de nuestra clase. ¿Lo haz visto?
—¡Ah, él! No, no lo he visto para nada —dijo Connor asintiendo extrañamente con la cabeza cuando vió a Derek caminar hacia ellos detrás de Penny. Casi le da un paro cardiáco—. Pero te ayudo a buscarlo, vamos.
—No gracias, mejor me espero a que...
—¡No! —exclamó Connor asustando un poco a Penny—. ¡Vámonos! Hay que buscarlo ya.
—¿Qué te pasa, Connor? Me estás asustando.
—Nada, nada, sólo...
—Penny, justo a ti te estaba buscando —los interrumpió Derek—. Tengo que hablar contigo.
—Claro, yo también tengo que hablar contigo —dijo Penny.
Connor miró alrededor buscando alguna excusa para irse.
—Bueno, yo mejor los dejo. Tengo que... Buscar a Baz para preguntarle algo sobre un proyecto.
—Buscalo en el Sicómoro, seguro sigue ahí con Simon —dijo Derek.
Penny volteó a ver a Connor entre confundida, enojada y sorprendida. Él quiso huir pero sus piernas no se movían. No entendía como es que Penny daba tanto miedo.
—¿Qué? ¿Simon está en el Sicómoro con Baz? —preguntó Penny y luego se volteó hacia Derek—. ¿Y por qué no estás tú con él?
—Eso es lo que te quería decir, Simon no me quiere a mi y no voy a obligarlo a estar conmigo —explicó Derek.
—¡Bien, entonces no lo hagas, pero no lo dejes con Baz!
—¡Oye, Baz es un buen...! —reclamó Connor pero Penny lo volteó a ver con una mirada asesina antes de que terminara la frase—. Digo, o sea... Es buen chico pero... Buen rompecorazones también, ¿no? Muy mal, muy mal.
Penny bufó molesta y comenzó a caminar hacia el jardín principal.
—¿A dónde vas? —preguntó Connor.
—A hablar con Simon—contestó Penny.
—Bien, tú ve a hacer eso —dijo Connor tranquilamente y luego se volteó a Derek con miedo—. Tenemos que hacer algo. Esa pequeña chica llena de hormonas e intenciones nobles pero tontas va a arruinar la vida de mi mejor amigo y de Simon.
Derek asintió con seguridad.
—Tengo una idea —dijo.
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Penny caminó hasta el Sicómoro azotando los pies en el suelo. Estaba molesta con Baz. Creía que para él solamente era un juego, que no le importaba lastimar a Simon una y otra vez, pero ella no estaba dispuesta a aceptarlo.
Llegó hasta la colina y a lo alto, debajo del Sicómoro, pudo ver a Simon y Baz riendo mientras se daban uno que otro beso. Penny apretó los puños y se dirigió hacia ellos.
Y a unos metros de ahí, bajando la colina, se encontraban Connor y Derek escondidos detrás de un arbusto.
—¿Cuál es tu plan? No tenemos mucho tiempo, Penny ya los vió —dijo Connor mirando hacia el árbol nervioso.
Derek estaría mintiendo si dijera que no pasó por su cabeza dejar que Penny arruinara todo entre Simon y Baz, tal vez había desarrollado un pequeño gusto por Agatha pero aún deseaba estar con Simon. Pero ese pensamiento se esfumó rápidamente de su cabeza cuando se dijo a si mismo que era mejor que eso y que lo único que quería era que Simon estuviera feliz y si estar con Baz lo hacía feliz, que así fuera.
—Tú rodea el árbol y llega con Simon y Baz desde atrás. Diles todo y luego corre con ellos bajando la colina por el lado contrario al que está subiendo Penny. Mientras, yo corro hacia ella y la distraigo y la ayudo a buscar a los chicos cuando vea que ya no están. Los escondes en el cuarto de Agatha y para cuándo llegue el baile, será muy tarde para separarlos.
Connor frunció el ceño.
—Gran plan, pero acabas de tardarte 30 minutos en decir eso y Penny está a punto de llegar a ellos así que... —Connor tragó saliva y reunió todo el coraje que pudo. No quería enfrentarse a Penny cara a cara pero debía hacerlo por su amigo con colmillos favorito—. Nuevo plan.
Y salió corriendo hasta donde estaba Penny. Corrió como nunca había corrido en su vida y logró llegar con ellos tan sólo unos momentos después de que la chica los comenzará a reprender.
—Simon —lo llamó Penny con tono de madre molesta. Los dos la voltearon a ver un poco molestos y confundidos.
—¿Qué quieres Penny? —preguntó Simon.
—¿Qué está haciendo? ¿Quieres salir lastimado de nuevo?
—No saldrá lastimado, Penny. —Baz se levantó para quedar a su altura. (Casi. Es mucho más alto que ella)—. Sé que fui un idiota pero estoy seguro de lo que quiero. Quiero estar con Simon, y te prometo que lo cuidaré.
Penny se quedó callada por unos segundos viéndolo con rencor. Luego miró a Simon y le hizo una seña con la cabeza.
—¿Y tú? —dijo con un tono duro, casi dolida—. ¿También estás seguro?
Simon asintió y le sonrió con empatía.
—Muy seguro.
—Bueno, entonces yo... Aggh, no puedo creer que esté haciendo esto. —Se llevó una mano a la frente masajeándose como si le doliera la cabeza—. Tú —apuntó a Baz con el dedo índice—, ven conmigo.
Lo tomó del brazo y estaba a punto de arrastrarlo colina abajo cuando...
—¡Penny! —gritó Connor. Cuando por fin llegó al lado de ellos, se puso las manos en las rodillas y trató de normalizar su respiración—. Ya... Ya basta... Estás exagerando.
Baz se paró y le ofreció su hombro a Connor para que esté se pudiera recargar en él.
—¡Sí! —exclamó Derek llegando unos segundos después de Connor—. No es como que... —inhaló profundamente antes de continuar hablando—. Cómo qué Simon no fuera a salir lastimado algún momento de su... —respiró de nuevo— vida.
—¿Por qué están tan cansados? —preguntó Simon que parecía haber estado poniendo más atención al hecho de que Connor y Derek llegaron hechos la raya que a lo que estaban diciendo.
—Sí, ¿qué les sucede a ustedes dos? —preguntó Penny.
Al parecer a ninguno le había importado un bledo lo que estaban diciendo.
—Eso no importa —contestó Connor agitando sus manos en el aire una vez que recobró la compostura—. Lo que importa es que debes dejarlos estar juntos, mujer.
—¡Sí! Eso. Deja de exagerar y que se lastimen si quieren —exclamó Derek.
—¡Exacto! Cada quien tiene derecho a hacer lo que quiere de su vida. Si a Simon le gusta que lo maltraten, ¡déjalo ser maltratado!
—¡Ajá! —le seguía el juego Derek.
—¡Y si ellos quieren sufrir, que sufran!
—¡Eso!
—¡Déjenlos hasta golpearse si quieren!
—¡Eso mismo! —gritó Derek cuál héroe de independencia antes de darse cuenta realmente de lo que su amigo había dicho—. Espera...
—¡Es más! ¡Sí así lo desean, qué se lancen desde el precipicio más al...!
—¡No! —lo detuvo Derek—. No, no, no, no, eso no. No queremos matar a nadie aquí.
—¡Precisamente! ¡Mátalo, Baz!
—¡NO! —lo interrumpieron todos, viéndolo como si hubiera perdido toda la razón.
Connor se hizo chiquito en su lugar antes de sonreír juguetonamente y comenzar a bailar.
—¡Con una sobredosis de ternura! —La risa de Connor fue apagándose lentamente hasta terminar en una mueca cansada—. Perdón. Pasé media vida limpiando el cadáver de una rata gigante, estoy cansado.
Penny puso los ojos en blanco.
—Ay, es por culpa de ustedes cuatro que no llegaré a la vejez —volvió a tomar a Baz de la muñeca y comenzó a caminar—. Vámonos, ya no queda tanto tiempo para que el baile empiece.
—¡Espera! No vas a enterrarle una estaca en el corazón, ¿verdad? —preguntó Connor.
Derek enarcó una ceja confundido por la extraña pregunta.
—¿Qué?
—¡Nada! —se apresuró a contestar Simon. No era muy seguro que más gente supiera sobre la "naturaleza" de Baz—. Connor siempre hace esos chistes.
—Tú me quieres ver muerto, ¿verdad? —lo cuestionó Baz—. ¿Es eso?
—Pues... —comenzó a decir Connor pero pronto sonrió y le dió un golpe juguetón en el brazo a su mejor amigo—. Es broma. Pero sigo sin entender. Penny, ¿tú ya estás bien con esto?
Penny tomó aire y asintió.
—No hay nada que pueda hacer. Pero estaré mejor después de tener una seria charla con Baz.
Connor y Derek chocaron los cinco y sonrieron.
—Wow, somos increíbles convenciendo personas —dijo Connor convencido de su excelente rendimiento.
—Eso creo, hasta estoy pensando en unirme al club de debate —habló Derek.
Simon los miró incrédulo de lo ridículos que podían llegar a ser esos dos.
—Creo que no deberías de juntarte tanto con Connor, Derek.
—Cierto —lo apoyó Baz—. Se necesitan años de experiencia y una gran resistencia mental para no deteriorar tu inteligencia al ser su amigo.
Connor lo fulminó con la mirada.
—Yo te he ayudado incontables veces para que me pagues así pequeño chupansagre de...
—¡Agh, ya cállense! —exclamó Penny, ya harta de sus tonterías—. Ya está, Simon y Baz van a estar juntos, ahora vámonos a arreglar que el baile empieza en dos horas.
Tomó a Simón del brazo y lo arrastró colina abajo para llevárselo a su habitación y ayudarlo a arreglarse ahí para que Baz no lo viera.
Los tres chicos restantes se quedaron en donde estaban viéndolos alejarse.
—Bueno, eso salió bien —habló Connor.
—Sí, muy bien —dijo Baz.
Derek entrecerró los ojos analizando algo que había dicho Connor.
—Esperen, ¿dijiste "chupasangre"?
Connor y Baz lo voltearon a ver levantando una ceja y negaron con la cabeza. Ambos se fueron dejando a Derek atrás.
—¡Esperen! ¿Por qué le dijiste así? —Derek comenzó a correr detrás de ellos—. ¡Connor!
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No puedo creer que de verdad haya pasado más de un año desde que actualicé aquí.
Noo sí me mamé.
Bueno, ya sólo falta un capítulo más. Sinceramente me había olvidado de esta historia pero cuando ví que alguien había vuelto a comentar aquí la recordé, así que gracias. En el próximo capítulo mencionaré a esa personita que hizo que terminara la historia y también a la primera persona que me diga cuál fue el indulto que Baz le había dicho a Simón y que éste no entendió.
Ahora sí, prometo tener el final esta semana porque sí quiero acabar la historia.
¡Eso es todo, amigos!
Suerte en sus exámenes si tienen (yo voy a empezar esta semana 😞)