Seis meses después...
Caminé por el campus de manera graciosa. Parecía un bodoque. ¿Por qué? Les explico. Este era mi segundo día en la universidad como Freshman y como buena alumna me ofrecí a llevar unos libros de lenguaje a la biblioteca. Soy una burra, lo sé. Pero si con las justas terminé la secundaria en este país hace un par de meses con calificaciones mediocres, me gradué, y logré ingresar a este lugar con mi esfuerzo, no pensaba arruinarlo, iba a ser la persona más responsable de la institución y estudiaré desde el primer día.
Con cuidado baje unas escaleras y traté de evitar a las personas que venían en contra mío, aunque ellos me veían y sabían que tenían que rodearme.
Les contaré un poco de como llegue a este lugar.
Hace seis meses salí de la comisaría habiendo dejado un sobre lleno de los papeles con las cifras de los lavados de dinero de mi papá, ya que uno de ellos involucraba a la familia de Brian y a la de Erik. Obviamente estaba planeando hacérselo a la familia de Tyler y de Brian.
Con los nervios aumentando, no de que me descubran, si no de lo qué pasará después, maneje al próximo destino. Preguntas rondaban mi cabeza, a donde iré, con quién, por cuánto tiempo.
Solo fui al único lugar que se me ocurría. Casa de los Smiths primeros, los abuelos de Wren, la única familia que me quería. Antes de tocar la puerta se me ocurrió tirar piedras en la ventana antigua de Wren. Tenía fe de que haya leído mi carta y de que haya sabido qué hacer. Había escuchado entre los empleados que el Señorito Smith había regresado un tiempo a la ciudad a ayudar a sus abuelos con una renovación en su casa.
Mi cara y cuerpo de llenaron de alegría cuando un somnoliento Wren sacó la cabeza por la ventana. Al verme, vi como ese sueño se caía rápidamente como si fuera una máscara de polvo y sonrió de manera gigante quedándose con la boca abierta. Pensé que se había congelado así que le tiré una piedrita en la cara, haciendo que me miré de mala manera, y yo riera. Sin esperar dos veces bajó y me envolvió en un abrazo gigante.
Como es de esperarse lloré de la felicidad y en el carro le conté todo. Lo del dinero de mi papá, su plan de alianzas estratégicas con las familias más millonarias del internado y como me usó de anzuelo. También hubo una confesión de mi parte. Le dije que no me había dado cuenta de lo feliz que era antes que todo se vaya al carajo. Admití que necesitaba a mis amigos en mi vida y especialmente, admití que necesito ayuda profesional. Esta vez iba a hacer todo lo posible para mejorar, quería mejorar.
Él le escribió a Tyler para decirle que yo estaba bien, y le dejó un mensaje de mi parte. Que iba a encargarme de este asunto, de mejorar mentalmente y físicamente, y cuando todo haya acabado, iría por él.
Felizmente el juicio no se demoró tanto ya que se tenían todas las pruebas necesarias. Mi papá tenía a los mejores abogados del continente bajo su manga, así que hubieron más días en la corte de lo planeado inicialmente y testigos, especialmente yo. Era un testigo anónimo para el público. Sabía que si él sabía que era yo, mandaría a alguien por mí. Y no quería eso.
Seis meses después él fue declarado culpable. Los de servicios sociales contactaron a Christine la segunda semana del enero en que pasó todo lo que causó que llorara un mar de lágrimas. Estaba preocupada por mi y mi salud. Cuando le conté algunas partes de la historia se culpaba a ella misma ya que nunca confió en mi papá, pero no era su culpa.
Ella se volvió oficialmente mi "madre" adoptiva. Le dije que no era necesario porque ya acababa de cumplir 18, pero me dijo que la familia es importante.
Terminé el segundo semestre de secundaria en... un instituto especial. Cuando le dije a Christine que quería ayuda, buscó en todos lados la mejor opción y no le importó el dinero, me internó en una casa de ayuda. ¿Qué es eso? Se preguntarán. Por unos 5 meses viví en una casa con supervisión completa las 24 horas del día con personas con problemas similares a los míos. Fue difícil, pero mejorar toma tiempo y esfuerzo. Teníamos reuniones con psicólogos a diario y reuniones grupales tres veces a la semana. Conocí a muy buenas personas que estaban pasando por algo parecido y eso me ayudó bastante. Mutuamente logramos mejorar. Yo era la única que iba a la escuela ya que la mayoría era mayor de 20 años y en esta conocí a un gran amigo. Fabricio.
Él me ayudó en mis momentos difíciles y yo en los suyos. No quería que sepa de mi estado actual, después de todo no es algo de todos los días conocer a personas que residen en estos hogares, pero un día luego de una fuerte pelea con su padre se quedó conmigo. Por lo que le tuve que contar. Compartimos historias y déjenme decirles, que él era team Tyler.
Bueno, ya era el 8 de agosto. Me había acomodado en un nuevo país, me encontraba bien conmigo misma y con mi vida luego de terapia intensiva y había comenzado clase en la universidad de mis sueños. Todas mis metas estaban cumplidas. Solo me faltaba una.
No sé si me quiere ver. Fácil no me quiere ni ver la cara, pero prometí buscarlo cuando todo termine. Y ya todo había terminado.
Planeaba viajar hoy en la tarde a donde Wren me dijo que Tyler había ido a estudiar después de salir del colegio, para llegar en la noche y desearle buena suerte en su primer año universitario.
Eso me daba mariposas en el estómago. Dolería saber que alguien que amo me odia, aunque si era así el caso, lo entendería. Ese pensamiento hacia que me quiera comer las uñas.
Logré sanar mi relación con la comida gracias a un nutricionista famoso que se volvió un buen amigo mío. Me había enamorado de hacer deporte, especialmente en ir al gimnasio. Mi cuerpo había cambiado, ya no era solo hueso y pellejo bajo ropa holgada, ahora tenía un cuerpo atlético cubierto por ropa maso menos holgada. Los viejos hábitos se quedan con uno por mucho tiempo, pero día a día lucho para combatir en contra de estos. Aún tenía un largo camino por delante.
Estaba tan cerca de la biblioteca que podía ver el edificio por encima de la torre de libros. Los brazos me estaban comenzando a doler, necesitaba dejar estos libros cuanto antes pueda. Estaba apunto de entrar al edificio cuando alguien me empujó al piso haciendo que caiga para adelante, y los libros se esparcieran por el suelo.
Estúpidas personas distraídas. Respira Ella, utiliza lo que haz aprendido en terapia.
-¿No crees que si hay alguien con una torre de libros en frente tapando su vista, tu deberías ser el cuidadoso? – dije de manera pasiva agresiva sentada en el piso sacudiéndome las manos. Au.
Estaba esperando una respuesta, una puteada o un perdón pero nada vino de la persona sentada sobre su culo en frente mío.
-¿El gato te comió la lengua o...?- dije alzando la mirada, pero me detuve cuando vi su cara. Todo lo que tenía que decir se evaporó de mi mente. Todos los pensamientos se introdujeron a una basura mental. Me había quedado sin palabras.
-¿Ella?- preguntó Tyler mirándome como si fuera la cosa más increíble y asombrosa del planeta. Sus ojos brillaban y su boca estaba abierta. Podía sentir como se me cerraba la garganta y como mis ojos se llenaban de lágrimas de felicidad.
Así que Wren me mintió a propósito. Imbécil.
Me paré antes que él y le extendí mi mano para que lo use de ayuda. La miró un segundo y la tomó como si fuera a desaparecer si esperaba más de dos segundos.
-"En serio, perdón por tus manos, y por todo... tu" –dije repitiendo exactamente las palabras que él me dijo cuándo nos conocimos. Quería saber si me perdonaba. Si no reaccionaba ante esto me iría y lo dejaría seguir con su vida, pero si decía algo o reaccionaba de alguna manera buena, lo tomaría como una disculpa. Cuando no dijo nada entendí – Disculpa, recogeré esto y te dejaré solo- dije volteándome decepcionada, pero para mi sorpresa su mano agarró mi brazo y me envolvió en el mejor abrazo que había tenido en toda mi vida.
La respiración que estaba aguantando en mis pulmones salió de mi boca, y mis brazos con felicidad lo envolvieron en un abrazo. Odio a las lloronas y creo que yo soy una de ellas. Sentía como mi vista se nublaba con lágrimas de felicidad.
- Estoy bien, no es nada – repitió mis palabras del año pasado en mi oído. Eso hizo que los dos riamos entre lágrimas. Podía notar como sus mejillas estaban mojadas cuando nos separamos del abrazo - No sabes cuántas veces he soñado con este momento Ella, por tenerte devuelta en mi vida.
-Yo también Tyler, fuiste la razón por la cual me prometí mejorar - le dije mirando sus increíbles ojos azules que había extrañado tanto. Estaba igual, solo que ahora tenía una barba al ras de la piel. Seguía siendo un inmaduro probablemente, y un idiota - La razón por la cuál me encuentro de pie hoy, frente a ti - dije sintiendo el nudo de mi garganta haciéndose más grande.
-Estoy muy orgulloso de ti. Sabía que podías hacerlo, eres la persona más fuerte que he conocido en mi vida– dijo haciendo que seguramente me ponga roja- Y te ves... increíble - dijo analizando mi rostro causando que mi sonrisa crezca - Estaba a punto de ir a buscarte, me prometí esperarte un año pero no aguantaba más sin tenerte en mi vida – dijo haciendo que lo abrace nuevamente – Vi lo de tu padre en las noticias, lo lamento- dijo y yo reí.
-Si yo fui quien lo entregó – dije haciendo que se le abran los ojos – Hay una larga historia detrás de eso, tengo mucho que contarte – dije tratando de ignorar el tema.
-Tengo tiempo, ¿Qué tal si vamos por un café? – preguntó haciendo que sonría. Si le interesaba.
-Me encantaría- dije sonriendo. Todo este tiempo que habíamos estado hablando él estaba con sus manos en mi cintura y yo con mis brazos envueltos por su torso. Parecíamos de seguro unos cursis idiotas.
Antes de comenzar a caminar lo tomé de la mano y lo arrastré hacia mí. Lo rodee el cuello con mi otro brazo y uní mis labios con los suyos. Había soñado con hacer esto, de tenerlo conmigo, todas las noches desde el ultimo día que lo vi. No podía creer que estaba sucediendo.
Sus labios se me hacían tan familiares, como si nunca me hubiera separado de ellos. Como si él siempre hubiera sido el único para mí. No quería soltarlo, nunca.
-Te amo idiota – le dije sonriendo sobre sus labios antes de separarme.
-Yo te amo más princesa -dijo apoyando su frente contra la mía y reí entre lágrimas. Iba a comenzar a caminar cuando me atrajo hacia él y volvió a unir sus labios con los míos – Soy tu idiota, princesa. Gracias por cumplir tu promesa - me dijo dandome un beso largo en la frente.
-¿Cual? - pregunté cerrando los ojos.
-No desaparecer de mi vida - dijo haciendo que más lagrimas cayeran. En eso lo miré y le dije:
-Gracias a ti por cumplir la tuya - dijo y alzó la ceja - Nunca soltarme - dije y puso su mano en mi mejilla acariciándola con ternura.
-Nunca lo haré - dijo hipnotizándome con sus ojos.
-¿Seguro? - dije causando que una sonrisa graciosa aparezca en mi rostro. Él rio y me miró.
-Seguro
Sentía una felicidad inmensa dentro de mí. Pensaba que mi corazón iba a salir de mi cuerpo e iba a comenzar a bailar la macarena o algo así. No podía contenerme más. Solo quería abrazarlo y nunca dejarlo ir.
-¡Les dije que había una sorpresa! – gritó alguien a nuestro lado haciendo que volteemos. Imbécil de Wren.
Después de todo lo que sucedió, cambiar valió la pena. Vivir, hacer amigos, abrirme hacia los demás, trabajar todos los días sin falta para mejorar como persona, todo valió la pena. No me arrepiento de nada, bueno... probablemente de algunas cosillas, pero si no hubieran pasado, probablemente no sería la persona que soy ahora.
Con el chico más idiota y arrogante a mi costado, y un mejor amigo llamado Wren que está en la lista de espera para ser asesinado por no decirme que estaba en la misma universidad que Tyler, y que Tania y Alex habían ingresado a una universidad que estaba a una media hora de la nuestra. Y que todos nuestros amigos se encontraban en el mismo país.
Bueno, este es el mejor final posible para mi historia.
Miré el perfil feliz de Tyler mientras que caminábamos y me di cuenta de que no podría estar en un lugar mejor.
-¡Oigan! Los libros- grito Wren haciendo que ría.
-¡Llévalos tú!, ¡eso fue tu culpa! – dije y comencé a correr jalando a Tyler de su mano.
-¡Eso no es justo! – nos gritó. Solo se me ocurrió responderle con una simple frase.
- ¡Nada en la vida lo es!
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Bodoque: mi significado: una persona cargando cosas mucho más grande que ella y que su potencial. Un pequeño desastre.
Voy a llorar ahora si. GRACIAS A TODOS. YA LO DIJE PERO LOS AMO. Va a haber un capitulo extra, no se cuando, ya que una querida amiga se hizo un maratón y leyó todo en un día. XD. Denle las gracias a ellas. Obviamente es un regalo para todos los que han leído y les han sido fieles a la historia.
Pasen a leer la nueva historia que estoy escribiendo llamada "Hasta Nunca". No va a pasar de los 20 capitulos, ojala que les guste.
MIL GRACIAS, ojalá escuche de ustedes en sus comentarios, díganme que tal les pareció.
VOTEN, COMENTEN
GRACIAS (no saben como lloré apretando el botón de COMPLETADA)
ADIOS