Capítulo 2: “De pinta”
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Pov. Lector
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Hoy es jueves 6 de mayo, por lo tanto hay escuela y nuestro protagonista de tez acanelada no era la esepción.
Su uniforme consistía en una camisa blanca magas larga, suéter a cuadros rojos sin manga y unos pantalones granates con zapatos negros, el suéter tenia la insignia del colegio “RR” dentro de un rombo.
Una vez acabado su desayuno, cogió su mochila la cual se encontraba en el sofá para luego salir de su casa con apuro.
Eran las 6:51am, el entraba a las 7:00am y su colegio estaba a 12 minutos caminando, 8 si iba corriendo.
Cuándo cruzo la puerta de su casa lo primero que vieron sus ojos fue una motocicleta estacionada en frente de su hogar, justo en la acera, con un chico de cabellos negros y ojos plata apoyado en el biciclo.
—¿Fred?
—Buenos días, primor~ -Saludó con su infaltable tono coqueto.
Fred venía con un traje azul rey, en la parte superior portaba una camisa blanca y sobre ella un suéter sin magas a cuadros azules, debajo de esta, una corbata a rallas azules; pantalones a juego con el saco y zapatos negros, en el chaleco tenia la insignia del colegio “AA” dentro de un etaxagono.
—¿Te llevo, ángelito~? -Por más que le preguntará aún así no lo dejaría ir por su cuenta.
El castaño quería rechazar la oferta pero ya iba tarde y si se iba en la moto es muy probable de que llegue a tiempo e incluso con tiempo de sobra.
—V-Vale -Aceptó luego de pensarlo un momento.
El pelinegro le entregó el casco, el también se colocó el suyo, arrancó la moto pero antes de partir preguntó:
—¿De que colegio eres, Freddy?
—Soy de “Rocas Rojas” ... Espera, ¿Como sabes mi nombre? -En ningún momento recuerda haberlo mencionado.
—Me lo contó un pajarito~, conozco tu escuela, es más, es el rival de mi colegio “Almas Azules”
—Eso explica tu uniforme -Reconoció, ya decía que lo había visto antes en alguna parte.
Sin más retraso partieron a su destino.
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—Fred, ¿A donde me llevas? Este no es el camino a mi escuela -Le reprocho con fastidio.
—Es solo un atajó~
— -Frunció el seño al recibir tal respuesta- Fred, estamos sobre una carretera y hemos estado montados en esta cosa de metal hace, más o menos, media hora -Ya le irritaba está situación.
—Jeje, me atrapaste dulzura. Nosotros vamos a dar un pequeño paseo -Sonrió con malicia.
El de piel canela suspiró, de todas maneras ya habían perdido las clases de ese día. Ahora estaba ansioso de saber a donde podría llevarlo el azabache.
Por alguna extraña razón confiaba en ese chico, a pesar de que casi lo mató con su moto y que ignoraba el hecho de que tecnicamente, lo está secuestrando.
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—Llegamos, amor~ -Canturreo el azabache.
El osito miró el lugar curioso, era la ciudad vecina. El lugar donde se detenieron y su aparente destino era un parque donde había una especie de feria, la cual, aparentemente, iniciaba hoy y se extendería hasta el 15 donde se anunciaba un evento de pirotecnia programado para la noche del 14 y madrugada del 15, o eso decía un anunció que estaba pegado cerca.
Freddy estaba emocionado, ni bien bajaron y estacionaron la moto en un lugar cercano y donde no moleste, el castaño jaló a su contrario para ir a la feria, cuando el de piel pálida notó esta acción, este atrajo hacía sí a su acompañante. A causa del tirón, el de cabellos chocolates chocó con el bien formado pecho de Fred el cual aprovecho la poca distancia para robarle un castro beso para luego decir:
—El viaje no es gratis, osito~ -Sonrió con cierta malicia.
Antes de que el de ojos celestes pudiera quejarse, Fred ya estaba devorando sus labios, por la impresión Freddy abrió sus labios para dar una queja, dando así la oportunidad al contrario para invadir su cavidad bucal con esa lengua juguetona.
Un beso fogoso era ése y duró hasta que hubo la extrema necesidad de aire, al separarse un fino y transparente hilo de saliva se reveló uniendo ambos labios inchafos y algo rojizos por la acción anterior.
—Ahora si podemos irnos -Sonrió coqueto y satisfecho.
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19:12pm.
Todo el día de hoy se la pasaron de aquí para allá, no se quedaban quietos, recorrieron todo esa ciudad, visitando y fotografiando todo, la feria estuvo buena pero no era muy diferente a lo que acostumbraban así salieron de ahí por otras aventuras.
Cuando se dieron cuenta que ya era algo tarde decidieron volver, el viaje duró una hora y Fred aun tenia “Secuestrado” al castaño, así que en lugar de llevarlo a su casa como todo buen caballero el lo llevo a la suya donde no había nadie, su madre vendría hasta dentro de tres días ¿Hermanos? Tiene uno pero esta en Suiza, ¿Padre? El también quisiera saber donde esta.
Era obvio que el no perdería la oportunidad de “Casa sola y chico violable” y todo eso en en el misma oración, eso era demasiado tentador para un pervertido Play Boy como lo es Fred.
A querido ver al castaño de bajo de el gimiendo su nombre desde la primera vez que lo vio en el café, o sea ayer, y las ganas no se fueron al enterarse de que era hombre, todo lo contrario, lo deseo más y eso lo asustó.
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—Fred, esta no es mi casa -Dijo extrañado, lo que el quería era llegar a darse una ducha para luego tirarse a la cama para dormir como todo buen oso que es. Pero ese no era el plan del ojiplata.
—Eso ya lo se, esta es mía -Aclaró con total tranquilidad encojiendose de hombros.
Ambos chicos bajaron del vehículo de dos ruedas motorizado una vez que lo estacionó entraron a la casa.
—Fred ¿Porque estamos aquí?.
—¿A caso no puedo mostrarte mi casa?.
—N-no es eso -Desvío la mirada apenado por la potente mirada que le dirigía.
—¿Quieres algo de comer o tomar? - Quiso ser hospitalario, o más bien era costumbre.
—No gracias, creo que ya comimos demasiado -Se sobo el estomago recordando un poco toda la comida chatarra que consumieron.
—Si, creo que sí. Bien, vamos a mi habitación, tengo algo que mostrarte.
Llegaron al sitio, el castaño entro primero y el azabache después, este último cerro la puerta con pestillo sin que el otro osito se diera cuenta, no quería que su presa escapara.
—¿Qué me querías mostrar? - Preguntó inocente mientras se volteaba para ver al contrario, lo que no esperaba es qué se estuviera desvistiendo- ¡¿Q-qué haces?! -Cuestionó alterado y rojo por la vergüenza.
Fred solo sonrió con picardía y siguió quitándose la camisa de manera sensual en un silencio excitante. Al ver que su acompañante seguía con su acción, el se tapó los ojos con ambas manos, tal cosa le pareció tierno al ojiplata que al terminar de quitarse toda prenda superior se acerco al menor para luego quitarle las manos del rostro, soltó una pequeña risita al ver que Freddy apretaba los ojos con un notable sonrojo de vergüenza.
—Freddy~ abre los ojos.
—No. Estas desnudo.
—No lo estoy... {Aun} –Susurró lo último para sí mismo.
Con lentitud el de piel tostada abría sus orbes azules, con nervios paseo su vista por el cuerpo del azabache y era verdad, no estaba desnudo, solo se había quitado el chaleco, la corbata y la camisa.
Notó algo extraño en el cuerpo del pálido, justo en su pecho o pectoral izquierdo se encontraba un dibujo de un lobo aullando a una luna llena. ~•Un tatuaje•~ pensó impresionado, de forma inconsciente llevo las yemas de sus dedos a esa imagen plasmada en tinta negra y blanca, no tenía color pero igual era impresionante, sea quién sea que lo hizo tiene talento.
—Es hermoso -Susurró hipnotizado por el dibujo.
A Fred le encantaba ese brillo en esos ojos zafiros. Sin poderlo aguanta más se acercó tanto a el como para unir sus labios y así lo hizo, por el repentino acto el menor suprimió un pequeño quejido de sorpresa en su garganta pero luego empezó a corresponder el beso.
Los ositos se besaban con ternura, pero al cansarse de ese movimiento tan lento, Fred aumentó tanto la velocidad como la intensidad que portaban sus labios, incitando así, al otro para continuar con ello.
Sin darse cuenta, Freddy se encontraba acorralado entre la pared y el cuerpo del azabache que lo recargaba a la pared enredando sus piernas en la cintura de este.
Se separaron para respirar, en los ojos de ambos ya se notaba la lujuria, sin poderlo resistir más atacó ese cuello acaramelado que lo a estado tentando mucho, el castaño no hacia más que suspirar por las atenciones que recibía.
Con cuidado los dos se recostaron en la cama, con paciencia y deseo se empezaron a sacar cada prenda la cual tiraban sin importarles en donde caigan.
El deseo los consumía, la lujuria llego y ellos le dieron rienda suelta a ello, no se resistieron, no lo pensaron, se entregaron por completo a la excitación.
—Fred~♡ -Suspiró acalorado.
El nombrado repartía besos por todo su torso, se detenía en esas lindas y apetecibles tetillas la cual degustaba con deleite, las mordía, chupaba y lamia, le fascinaba.
Por más que intentaba retener los gemidos de placer que le provocaba las atenciones que recibía no podía, era demasiado bueno y eso que solo eran besos.
Fred fue bajando sus labios hasta el descubierto miembro del menor, lo metió por completo a su boca subiendo y bajando consecutivamente, mirando hacia el chico, no se quería perder esas reacciones que el mismo provocaba.
El ojisafiro no paraba de retorcerse del placer, los espasmos cada vez eran más frecuentes, hasta que se corrió en la baca del otro sin poder evitarlo o si quiera avisar.
—¡¡¡AAAHHH~♡!!!
Calló al colchón con la respiración entrecortada e irregular mientras que se recuperaba de su primer orgasmo el otro saboreaba lo que aun quedaba de semen en su boca, le gustó y a causa de eso veía a su contrario como su presa, una presa que pronto comería, jamás pensó que se exitaria tanto por un chico.
Dejó que su acompañante respirara un poco más, se bajo de la cama y se dirigió a su cajonera, Freddy lo observada con curiosidad ¿Qué iba a hacer? Se sonrojo hasta las orejas al ver su respuesta, el azabache sacó una tira larga de condones y una pequeña botellita que por lógica era el lubricante que usaría. {Fred lo preparó todo, era ovbio como terminaría su cita}.
—Ahora si te comeré, corderito~ -Canturreo con una voz ronca y sensual.
Este se sonrojo por el nuevo apodo, o no solo era por eso, también era por el como lo dijo, con esa voz profunda, seductora, a atrayente.
El oso mayor(? Se acercó con cautela a el, de forma provocativa e imponente; por Dios, esto es demasiado para el o para cualquiera.
Fred se coloco en sima de el, elevó las piernas del otro a sus hombros, el ojiazul emitió un pequeño quejido de incomodidad al sentir el frío líquido del lubricante en su ano, luego de un rato sintió un pequeño intruso en su entrada.
—N-no, no me prepares, solo entra.
—Si lo hago te dolerá.
—No me dolerá.
—No quiero que tu primera vez lo recuerdes con dolor -Anunció preocupado.
—No es mi primera vez -Sonrió inocente.
Tal respuesta impresionó al ojiplata, a tal grado de solo responder un muy perdido...
—... ¿Eh? ...
—¡Solo entra!... Te necesito~ –Pronunció con la cara y voz más tierna que se sabía- Por favor~ -Rogó dulce y con toqué de desesperación.
A esa carita no le podía decir que no, es más, eso solo le causó más ganas de profanar ese, ya no, inocente cuerpo.
Con decisión y deseo fue metiendo poco a poco su miembro por esa estrecha cavidad.
Ningún detalle se le pasaba por alto, cada expresión, cada movimiento, cada jadeo del chico, nada se lo perdía ya que quería grabarlo en su memoria.
Freddy solo sentía incomodidad por aquel intruso más grande, una vez todo dentro ni espero más y empezó a mover sus cadenas.
Ahí se confirmó lo que dijo el castaño, a cualquiera le hubiera dolido tener semejante cosa dentro de sí... A menos que ya estés acostumbrado a ello.
Las embestidas empezaron y los gemidos no se hicieron esperar.
—¡Ah~♡! Más.. Maaas... Fred más... Ntg.
El pedido se realizo, la fuerza y la velocidad aumentaron, logrando hacer más placentero ese acto en ambos.
El azabache se acerco a sus labios lo rozó y se desvío para dirigirse a su nariz, eso hizo desesperar al castaño que buscaba los labios del contrario con ansias, el otro al fin cedió y accedió a la unión de labios, en ningún momento las embestidas pararon ahogando los gemidos en sus labios.
Se separaron por la falta de aire pero el menor no podía respirar como se debe por las sensaciones que le daba el miembro del contrario quien se acercó para quitarle esa liga de color rojo que según el “Molestaba el paisaje” y valla cambio~ el cabello se esparció por la almohada y algunos mechones se pegaron a su piel, esa imágen era muy erótica, esa imágen lo prendió más aumentando así las estocadas.
—¡¡AAHH~♡!! ¡Ahí!... Justo ahí... Mmmm~♡
Parece que que Fred encontró el punto dulce del osito y no dudo en dar repetidas veces en ese lugar donde lo hacia tocar el mismísimo cielo.
Las mordidas y chupones empezaron, en los pezones, en el pecho, en las piernas, en los hombros, en el cuello e incluso le mordió una mejilla.
Dos desconocido conocidos teniendo sexo, eso es algo común. Lo raro es que uno de ellos se enamoro.
¿Que es lo que hará esta persona para conquistar al otro?
Eso lo veremos en el siguiente capítulo.
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N° de Palabras: 2.333
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°•°•EDITADO•°•°
Dedicado a: