-¡Papá! ¡Llegué!- exclamé, dejando mis zapatos junto a la puerta, y arrojé mi mochila al sofá.
-¡Taehyung!- escuché una voz alegre de regreso. -¿Otra vez en detención?
-¡No ha sido mi culpa!
Le oí reír desde la cocina.
-Ven acá, muchacho.
Me deslicé hacia donde él se encontraba. Lucía alegre cocinando esa sopa que siempre repetía.
La que mamá hacía cuando yo era un niño.
Fue entonces cuando vi los malditos cuatro lugares en la mesa, y suspiré.
-Te he dicho que...
-Ya no me digas.- contestó.
-Sabes que es un gasto que pongas servicio de cuatro personas. Sólo somos tú y yo, papá.
-¿Qué más da?
-No recuerdo ni su rostro.
-Dame el gusto, Tae.
-No es ningún gusto ver cuatro lugares en una casa de dos.- regañé.
-Hay fotos en la...
-No quiero ver fotos de esa señora.- dije seco.
-No es "la señora", Kim Taehyung. Es tu madre.
-No tengo una mamá. Tengo un papá, pero mamá no.
-Taehyung...
-Nada.
-¿Dónde estás?
Papá alzó los brazos al aire, indicándome que me acercara a él. Exhalé y seguí sus instrucciones, postrándome frente a él. El hombre palpeó mi pecho subiendo sus manos a mi rostro.
Pasó sus dedos por mi barbilla, escalaron a mi nariz, acariciaron mis mejillas, y pararon en mi frente.
-Qué guapo se está haciendo mi hijo.- mencionó orgulloso.
Reí.
-Guapo. Como su padre.
-Algo así, algo así.- repetí.
-Pero no me traes ninguna chica a conocer aún, te recuerdo.
-¡Papá!
-¿Para cuándo?
-Pero...
-¡Eso debió haber sido para ayer!
-No seas...
-No me hago más joven. ¡Viejo ya no podré jugar con mis nietos!
-¡Eres molesto!- grité.
-¿No te gusta nadie?
-No, señor, no.
-¿Ninguna chica?- insistió.
Mi cabeza se inundó entonces de la más maravillosa melodía. Series de imágenes mentales me llenaron y mi estómago contuvo sus emocionales mariposas.
-Ehm...
-¡Ajá!
-N... No, no la conozco.
-¿Eh? ¿Es famosa?- cuestionó confundido.
-No, no va en mi colegio. Asiste al el que está frente al instituto.- expliqué imaginando su rostro.
-¿Y cómo es?
-Bonita.
-¡Taehyung, sabes que soy ciego!
-Ah, vale, vale.- refunfuñé. -Tiene cabello castaño, largo. Ojos grandes, piel pálida, y nariz pequeña, labios chiquitos, rosados, dedos largos. Y... no es muy alta.
-¡Es hermosa!
-Es hermosa.- admití.
-¿Y su personalidad es hermosa también?
-Seguramente.
-¿Seguramente?
-No hemos... hablado.- respondí simple.
-¿Por qué? ¿Tú? ¿Tan cínico y sin poder hablarle a una chica?
-Me mantengo a la distancia.- dije torpe.
-Ya quisiera que fueras así de tranquilo en casa.
-¡Papá!
-Pues es que hijo, ¿cómo conseguirás su atención de esa manera?
-Un amigo suyo me pasó su contacto.- recordé. -Sólo que... no sé cuándo será el momento preciso para hablarle, ya casi salimos de vacaciones y...
-El momento es ahora.- papá pegó un golpe en la mesa, haciendo temblar los cubiertos y el agua dentro de los vasos. -¡El futuro es hoy!
-¿Ah?
-Que le mandes un mensaje ahora.
-¿¡Ahora ya!?
-Ahora ya.
Fruncí el ceño y alcancé mi móvil.
-No sé, padre.- tecleé su nombre lentamente, y esperé. -No sé si me responderá siquiera. Dicen que es muy tranquila.
-No entiendo por qué no lo haría.
Su perfil apareció casi al instante, provocando que mi estómago se hiciera un remolino de sensaciones en tan sólo segundos. Tragué saliva y presioné la imagen de perfil instintivamente.
Vaya, si antes me rehusaba a hablarle, esto jamás me ayudaría.
shinyoo_ra
♡Yoo♡
"El arte de la música."
Enviar mensaje / Bloquear / Crear grupo
Me era molesto leer las opciones. Sólo un loco se atrevería a bloquearte, Shin Yoora.
Mis dedos se movieron en círculos varios segundos. Enviar mensaje me llamaba.
-¿Y bien?- papá habló.
-No sé. Sencillamente no sé.
-Mira, puedes mandarle un saludo, comer, y revisar si te ha contestado.- movió el dedo a modo de explicación. -Si no te ha contestado para cuando termines, borra todo y finge que jamás perdiste tu dignidad.
-Gracias, te amo.- rodeé los ojos.
Volví la mirada al celular, y oprimí rápidamente la opción de molestarla.
O mandarle un mensaje.
Que era lo mismo.
-Anda, haz lo que te digo.- papá aplaudió animoso. -¿Ya?
-¡Estoy en eso!
-¡Vamos!
▪ Hola, soy...
Borrar, borrar.
▪ Hey...
Eso no, borrar.
-Papá, no sé qué debería escribir.
-¡Sólo un saludo!
-¡Ni me conoce!
-¡Sólo escribe como Kim Taehyung!
-¡Si hago eso me bloqueará!
-No hay más opciones, hijo.
Tomé una bocanada de aire, y escribí.
-¿Pizza o hamburguesa?
Enviar.
-Bien, soy un imbécil.- pegué la palma directo a mi frente.
-¿Qué pasó?
-Le pregunté si le gusta la pizza o hamburguesas.- murmuré.
-Me parece normal.
-Cómo se nota que eres mi padre.
Papá soltó una carcajada.
-Anda, vamos a comer.
-¡Espera!- frené.
-¿Qué?
-Cambiaré mi foto.
-¿Por...
-¡Para que no note que soy yo!
-¡Dices que no te conoce!
-Estoy en sincero pánico.
Mis dedos actuaron fugaces, casi impresionantes a través de la pantalla. Escribí un nombre diferente, un estado y fotos distintas se incluyeron a mi perfil también.
Busqué en mi rollo fotos donde mi cara no se apreciara en su totalidad, encontrándome con fotos nada útiles.
Sólo una.
Ya qué.
kimm_97
> T.
"Skate."
Mi perfil.
Suspiré aliviado.
-Vale, ahora sí podemos comer.
Papá relamió sus labios y me lanzó una sonrisa honesta, llena de confianza al escucharme dejar el móvil.
-Eh, Tae.- dijo. -¿Podrías servir los...
-Ya estoy en eso.- mis manos alcanzaron la cazuela llena de sopa, que desprendía un olor hogareño y caliente. Serví con paciencia cada plato.
Papá siempre dejaba la cocina hecha un desorden al preparar la comida todos los días. Al notar su costumbre de hacer la misma sopa, opté por empezar a dejarle los ingredientes necesarios cerca de la estufa, y él, por medio del tacto y olfato, reconocía cada uno.
Debía dejar de hacerlo, esa sopa siempre me molestó.
Pero a él cuánto le gustaba.
La disfrutaba con un amor, placer y un gusto tan puro, que simplemente no podía quitárselo.
-¿Te suspenderán?- preguntó de repente, haciéndome caer al mundo real.
-Eh... Sí.
-¿Le pegaste tan duro?
-Algo...
-¿Te hizo algo malo?
Suspiré, mirando mis brazos que a partes adoptaban un color violeta y azul. Estaban dañados, golpeados.
-Bueno, él ya traía algo conmigo desde hace mucho.
-Yo entiendo tus razones, Taehyung, pero no puedes ir por la vid...
-No puedo ir por la vida solucionando los problemas sin razonarlos antes de manera seria.
-Mira, ya te lo sabes.
-Lo siento.
-¿Cómo resolverás los conflictos que tienes con ese muchacho?
-Aún no lo sé.- respondí, jugando con las verduras cortadas a trozos dentro de mi plato lleno de líquido humeante.
-De acuerdo. Piensa en una solución, quiero saberla hoy, ¿sí?
-Pero, papá...
-Y que sea madura, Kim Taehyung.
-Vaya.- resoplé. -Pues ya qué más me queda.
Comimos un rato entre instantes de silencio, sin incomodidad. Las tardes con mi padre se habían vuelto algo rutinario pero no aburrido. Muchas veces me hablaba de su juventud, otras salíamos a caminar, y otras, me ayudaba a hacer mis tareas.
O trataba, porque se quedaba dormido.
Y si él se quedaba dormido, yo me dormía también.
Yoongi venía a casa cada día a saludar a papá, ayudarme a recoger el desastre dentro de la cocina, y a dejarme galletas, sándwiches, o algo que él hubiese comido ese día para quitarme el sabor de la sopa que sinceramente no me agradaba en lo absoluto. No por su sabor, sino por su significado.
-He terminado.- avisé. -Levantaré mi plato.
-¿Quieres un poco más?
-No, estoy bien.
-¿Te gustó?
-Cada día mejoras tus técnicas culinarias, papá.
Papá sonrió.
-Me alegra.
Dejé mi plato limpio sobre los demás, y giré a verle.
-¿Harás algo?
-Iré a escuchar la radio.- llevó la cuchara a la boca y degustó.- ¿Vendrá Yoongi? Le compré una USB nueva. La última vez dijo que la suya no tenía memoria para sus nuevas canciones.
-Ah, sí, en un rato.
-¿A qué hora?
-A las cuatro y media.
-¿Y qué hora es?
-Las...- palpeé el celular dentro de mi bolsillo trasero y lo posé delante de mí. -Las cuatr...
Mis ojos bajaron al percibir notificaciones reluciendo en mi pantalla principal. Leí.
° shinyoo_ra: ???
° shinyoo_ra: Pizza.
° shinyoo_ra: También depende.
° shinyoo_ra: Pero, haha, ¿quién eres?