Saga Elementos III: Agua

By Mysagy

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El chico agua nos sorprenderá por su carácter y por su fuerza. Un rebelde sin causa que se ve en medio de un... More

Prólogo.
Capítulo 1: Nadie sabe nada de mí.
Capítulo 2: Vacaciones obligatorias.
Capítulo 3: ¿Cómo puede haber una fiesta en mi honor?
Capítulo 4: Podría haber sido una noche prometedora.
Capítulo 5: No consigo centrarme.
Capítulo 6: Necesito saber de ti.
Capítulo 7: Necesito ayuda.
Capítulo 9: La búsqueda
Capítulo 10: Sentimientos confusos.
Capítulo 11: Mentiras forzosas.
Capítulo 12: El juego de las preguntas
Capítulo 13: ¿Estás loca?
Capítulo 14: Bella desconocida.
Capítulo 15: Descubrimientos y planes.
Capítulo 16: Una visión clara.
Capítulo 17: Lo que parece olvidarse con los años.
Capítulo 18: Errores y mentiras del pasado.
Capítulo 19: Ir en contra de mis principios.
Capítulo 20: ¡Vamos, piensa!
Capítulo 21: Aprender a defenderse
Capítulo 22: Tristes despedidas.
Capítulo 23: Bolas de fuego.
Capítulo 24: Más mentiras en mi vida.
Capítulo 25: Momento inoportuno.
Capítulo 26: Esta vez sí, ¡Feliz cumpleaños!
Capítulo 27: Viajes a lugares imposibles
Capítulo 28: Una visita esperada.
Capítulo 29: Planes y peleas.
Capítulo 30: La huida.
Capítulo 31: La persecución y las promesas.
Capítulo 32: Tú lo has querido.
Capítulo 33: Tienes elección.
Capítulo 34: La llegada.
Capítulo 35: Obviedades y muerte.
Capítulo 36: Olas de fuego y engaño.
Capítulo 37: La espera y una horrorosa sala.
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS Y NOTAS DE AUTOR

Capítulo 8: Me siento inútil.

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By Mysagy

WILL/KAI

Salí de mi habitación por primera vez desde que había subido de comer, ni siquiera con la extraña conversación entre Samantha y yo había salido. Ya hacía unas horas de eso y había decidido olvidarlo, no sabía muy bien que pensar ni como tomarme sus palabras, pero lo que sí sabía es que había plantado una duda dentro de mí.

No es que tuviese dudas sobre si se iría o no, ahora lo que no sabía era si mi obsesión por aquella chica se debía más al misterio de su nombre y sus cualidades físicas o, como había dicho Samantha, se debía a que quería mucho más de ella.

Y por más que pensaba sobre aquello, más irracional me parecía. ¿Cómo puedo querer estar con una chica que lo único que quiere es estrangularme? Pero estaba decidido a averiguarlo, hoy mismo.

Salí de mi cuarto descalzo para no hacer ruido. Alexa se había quedado con mi antigua habitación, la que estaba cerca de la de Berta y la más separada de la mía, lo cual no había mucho peligro de que me oyese. Llegué por el pasillo de la izquierda, según salías de mi cuarto, y entré en la sala de música, a mi padre le encantaba coleccionar instrumentos que nunca aprendería a tocar. Pero desde esta sala podía ver la verja de casa y como me esperaba, estaba abierta.

Ya estaba la primera parte del plan hecho, ahora solo me quedaba saltar por mi balcón, haciendo el menor ruido posible, y conseguir llegar hasta el garaje sin que me viese ni me oyese nadie. Una vez ahí, debía abrir la puerta de este y sacar mi moto arrastras, sin arrancarla para que no me oyesen antes de tiempo. Luego me montaría en ella y la arrancaría a la vez que saldría disparado como una bala.

El problema del plan era que me oyesen antes de tiempo. Mi padre, desde su despacho, controlaba los mandos del mecanismo para cerrar la puerta, si él me oyese antes de yo estar subido en la moto, no me daría tiempo a salir con ella. No es que me encerrase, podría salir a pie, pero entonces tendría que ir andando hasta la otra punta del pueblo, donde vivía la prima de mi misteriosa chica. Y sentía una enorme pereza de tal largo paseo.

Conseguí bajar trepando por una enredadera hasta la parte de atrás de la casa. Una vez ahí, me agaché y fui andando en cuclillas por todo el jardín para que no me viesen por las ventanas de la casa. Entré por la cocina y de ahí pasé al garaje. ¡Mierda!

- ¿Dónde vas guapo? – dijo Alexa que me esperaba con un escote más que provocativo.

- ¿Quieres venir? – dije mientras ideaba mi siguiente estrategia, tenía que conseguir despistarla.

- Tú y yo en una moto, ya tuve bastante este mañana, gracias. – dijo mirándome con asco.

Pero si no quería subir en la moto y fugarse conmigo, ¿qué quería? Debía hacer que aceptara a venir para que el plan que empezaba a formarse en mi cabeza surgiera efecto. El problema de mi plan era que volvía a obligarme a ir al límite, siempre al límite.

- Conozco un sitio para estar…a solas. – dije levantándola una ceja y poniendo una de mis miradas provocadoras. – Prometo conducir despacio.

La vi morderse el labio de placer y como sus ojos se iluminaban de excitación. Ya está, lo había conseguido.

“Alexa, eres una ilusa – pensé”

- Esta bien, ¿qué necesitas que haga para largarnos de aquí? – dijo con cierto entusiasmo en la voz.

- Abre la puerta del garaje y yo saco la moto sin hacer ruido.

Aceptó y fue abrir la puerta. Yo la seguí y sin que ella me viera, metí las llaves en el contacto e hice el primer movimiento, encendía la moto pero no la arrancaba.

Alexa pulsó el botón de apertura, había que mantenerlo pulsado hasta que puerta estuviese abierta del todo, sino esta se cerraba automáticamente. Espere lo suficiente a que la moto cogiera por el hueco conmigo agachado a su lado. Y una vez que ese momento llegó, salí a la carrera con los gritos de Alexa a mi espalda.

Me pedía que parase con toda clase de insultos, pero yo me subí a la moto de un salto y la arranqué. Salí disparado hacia la puerta, estaba a unos cien metros de donde estaba yo ahora mismo y ya iba tarde, mi padre ha debido de escuchar los gritos y estaba cerrando la puerta.

Aceleré todo lo que pude, apurando el cambio de marchas para que la moto acelerara todo lo posible, gastando más gasolina de la necesaria. Solo había un problema, en el caso de que llegase a la puerta a tiempo, apenas había metro y medio a la carretera, es decir, si llegaba y de repente pasaba un coche, digamos que estaría dando votes por todo el país.

Mi pulso estaba acelerado, la adrenalina corría por mis venas quemándome la piel. Sin casco, el aire se llevaba el sudor que empezaba a caer por mi frente. La meta cada vez estaba más cerca, solo me quedaban unos diez metros y a la puerta algo más de un metro para cerrarse.

- Lo conseguirás Kai, debes hacerlo – me dije a mi mismo

Un último acelerón y noté como la puerta rozaba ligeramente con mi rodilla, lo había conseguido. Clave los frenos y la moto empezó a vibrar bajo mis piernas. Aproveché esa vibración para girar la moto y ponerla en el sentido correcto de la circulación.

Un coche pasó casi rozándome por mi derecha, mis oídos estaban taponados debido a la cantidad de sangre que llegaba a mi cerebro, pero aun así pude oír su claxon y una buena cantidad de improperios. Ni siquiera le contesté, reduje la velocidad a una más normal y tranquila e intenté concentrarme en la sensación de libertad que solo la moto me proporcionaba.

Sabía donde vivía la prima de mi misteriosa chica, así que fui ahí directamente.

EVE

Me sentía mal por lo que les había hecho pasar a mis tíos, incluso a mi prima, ella sentía una preocupación diferente a la de mis tíos, pero me sentía mal por no ser capaz de decirla que sabía defenderme muy bien y que no había razón para su preocupación. Así que fui a intentar hacer las paces con ella.

- Suss, ¿te apetece enseñarme el pueblo? Así sabré manejarme si algún día me pierdo. – dije con una sonrisa radiante en mi cara.

- Vale, pero si me dejas vestirte. – mi sonrisa radiante desapareció para convertirse en una mueca de desagrado – Prometo no pasarme, solo algo de ropa menos cómoda, peinarte un poco y algo de maquillaje, no mucho.

¿Quería jugar a las princesitas conmigo? Nunca usaba maquillaje, era molesto y superficial. Claro, que nunca he salido con gente ni he acudido a fiestas para poder usarlo. Lo de la ropa menos cómoda, eso era un problema, iba en busca de sombras y si necesitaba pelear no me las apañaría bien con un vestido o algo así.

- Nada de vestidos ni de tacones. - era lo único que no podía aceptar, lo demás era pasable.

Ella se levantó de un salto y empezó a dar palmadas al aire, como si esto le hubiese hecho olvidar todas sus preocupaciones.

- ¿Tienes alguna clase de trastorno de personalidad múltiple? – dije sarcásticamente al ver su exagerada alegría después, de tan solo una hora, haber sufrido una crisis de pesimismo.

- No, es solo que se me pasan rápido los enfados…y los disgustos. – dijo bajando su sonrisa a una más aceptable, una de menos psicótica.

Durante la siguiente hora hizo lo que quiso conmigo, ya pensaba que se nos haría de noche con tanto preparativo. Tras una ducha, ella me secó el pelo y me lo alisó de tal manera que estaba claro que era artificial, nadie podía llevar el pelo tan perfecto. No es que yo lo tuviese rizado, pero sí tenía unas cuantas ondulaciones rebeldes que, con el pelo tan largo como el mío, he conseguido moldear a mi antojo. Pero a ella le gustaba liso y no la iba a contradecir.

La vestimenta fue otra cosa, me colocó unos pantalones negros tan cortos que creo que no se merecen ese nombre, más bien maxi braga, ese nombre le iba mejor. En la parte de arriba me colocó un top rojo sin mangas, ella dijo que era un corte de palabra de honor, pero la verdad es que me dio un poco igual como se llamara, lo que me importaba es que me sentía desnuda.

Una vez vestida, vino la peor parte, el maquillaje. Me pintaba y a continuación me hacia lavarme la cara porque no le gustaba. Así unas cuatro veces hasta que dio con lo “perfecto.”

- Lo he estado enfocando mal, he intentado ponerte mucho maquillaje y a ti lo que más te va es la sencillez. – dijo mientras contemplaba su obra de arte, es decir, mientras me miraba como si fuese su gran creación.

Me cogió un espejo de mano y me obligó a mirarme, no presté mucha atención a la imagen del espejo, solo lo suficiente para no dañar los sentimientos de mi prima. Yo solo quería ir a investigar.

- Ha quedado genial, ahora ¿podemos ir a dar ese paseo turístico por Castlesite? – dije con un tono dulce, para no parecer grosera.

- Solo una cosa más. – Y tras decir eso, salió corriendo hacia su cuarto y regresó con una caja en la mano – Eres alta así que no te conviene llevar tacones. – como si eso fuese a pasar…

Sacó de la caja unos zapatos planos de color rojo, como mi camiseta, ella los llamó bailarinas. Seguía sin importarme como se llamara, solo me importaba que con esto pudiera pelear de manera decente sin partirme un tobillo.

Y ya no había motivo para demorarlo más. Salimos de casa tras despedirnos de mi tía e indicarla que no sabíamos cuando íbamos a regresar. Y si hasta ahora no me había arrepentido de pedirla que me acompañara, ahora sí.

Dios, es que no callaba. Hablaba de cualquier cosa, sin importarle de que escuchara o no. Llevábamos una media hora andando y me preocupaba el hecho de que parecía no respirar entre frase y frase, debía de tener la boca seca de tanto hablar.

Al principio intenté escuchara, por educación solamente. Pero ahora mi conciencia iba a intermitentes, a veces la escuchaba y otras me concentraba en la búsqueda de algún rastro que me indicase que los sombras habían pasado por aquí. Pero en uno de esos momentos en los que buscaba, un nombre salido de los labios de mi prima y me hizo prestarla toda mi atención.

- … y es amigo de Will. Sí, vale, ya sé que no es tan atractivo y que no da tanto morbo como él, pero tiene moto, es de su banda y es muy simpático…

Hablaba sobre un chico con el que habló ayer durante la fiesta, al parecer había sido más que simpático con ella y ella se planteaba soñar con un posible romance. Pero había algo de lo que había dicho que me molestaba.

- ¿Realmente vas a salir con un chico solo por quien es su amigo? – empezaba  a molestarme que William fuese el centro de la vida de todo el pueblo, ¿acaso nadie tenía un poco de autoestima?

- Es que no lo entiendes porque no eres de aquí. – me dijo algo indignada por mis palabras. – Además, el chico, como tú lo has llamado, se llama Ed o Edmund si lo prefieres.

- Se llamará como quieras, pero aunque no sea de aquí, no se sale con alguien solo por quienes son sus amigos. Ese tal Edmund no se merece algo así, ni tú tampoco. – no me consideraba una experta en temas de amor, ni mucho menos, pero sabía que en esto llevaba razón y Sussan también lo sabía.

- Pero es que me cae bien. – hizo pucheros con los labios y ya no volvió hablar hasta pasado un rato.

Al fin la había conseguido callar, parecía algo imposible. Pero ahora me sentía culpable, otra vez. Quizás me había metido donde nadie me había llamado, ¿qué me importaba a mí los motivos de mi prima para salir con alguien? ¿ni los sentimientos de ese tal Edmund? No, no me importaba, pero si me molestaba esa actitud de la gente.

¿Cómo la gente puede decidir su vida en función de si William está cerca o no? Me molestaba que la gente le tuviese siempre en sus pensamientos. Pero ahora también entendía, un poco, solo un poco, el comportamiento de Will. Debe de ser difícil crecer así, donde todo el mundo de su alrededor está por motivos egoístas. Sentía pena de él.

Un movimiento de Sussan me sacó de mis pensamientos, habíamos llegado a una plaza y ahí había un gran grupo de gente joven alrededor de un banco. Ella los saludó con la mano.

- ¿Dónde estamos? – pregunté con curiosidad.

- Esta es la plaza del pueblo, ahí está la iglesia y ahí el ayuntamiento. – me dijo mientras me señalaba cada cosa con el dedo.

Era una plaza en pleno paseo marítimo. Al parecer, la iglesia y el edificio del ayuntamiento fueron las primeras casa que se construyeron a los pies del castillo. A raíz de ahí, se fueron construyendo más casas alrededor de los edificios principales, dejando esta plaza como zona cero, el centro de todo, de donde partió el pueblo para convertirse en lo que ahora es.

Fuimos hacia el grupo de personas y Sussan los saludó con su sonrisa psicótica, demasiado exagerada para poder ser real. Reconocía algunas caras de anoche, pero imposible recordar sus nombres.

Uno de los chicos se acercó corriendo a saludar a Sussan, era algo feúcho, no más alto que Sussan y con un aspecto de rebelde descuidado.

- Hola Suss, sabía que vendrías. – dijo el feúcho a mi prima.

- Hola Ed. En realidad ha sido gracias a mi prima que se ha empeñado en dar una vuelta. – así que este era el tal Edmund.

Edmund me miraba con suma preocupación, me pareció extraño ya que no le conocía de nada, pero pronto entendí porque.

- Espero que William no se portara muy mal anoche, le hiciste enfadar de verdad. – otro…¿es que nadie iba a dejar de recodármelo?

Su sola mención me hacía sentir inútil, debía de estar buscando rastros y no de cháchara con adolescentes sin autoestima.

- Tranquilo, se portó bien.

Me separé de ellos y les dejé algo de intimidad, vi como mi prima me sonreía dándome las gracias.

Seguí con mi investigación, parecía un perro olfateándolo todo. Pero todo estaba normal, había un cierto aroma a magia pero la reconocía demasiado bien, era el aroma mezclado de William. Parecía increíble lo rápido que me había familiarizado con su fragancia.

Pero nada, era desesperante. Me enfadé conmigo misma por estar aquí, plantada en una plaza y sin ser útil. Miré por la calle por la que habíamos venido y me oculté por ella, sabía que cuando Sussan descubriese que no estaba, se asustaría. Pero no podía permanecer ni un segundo más ahí.

Retrocedí un poco en mis pasos, caminaba cerca de la pared para ver si había algo impregnado ahí. Pero de repente mi corazón se aceleró de manera incontrolada y confusa, muy confusa. Todo porque se oía una moto que se acercaba despacio por el mismo camino que habíamos recorrido Sussan y yo.

“¿Por qué te pones así por una moto? – me decía a mi misma – aunque fuese él, no hay motivo para ponerse así.”

Pero era él, su moto era inconfundible. Me había fijado en ella anoche y me había parecido realmente bonita, mucho más que las otras que aparecieron tras la suya en la fiesta.

Para lo que no había ninguna explicación era para mi comportamiento, ¿no se suponía que debía hablar con él? entonces ¿por qué había girado el cuerpo para mirar a la pared y rezar de que no me reconociera?

Al principio pensé que había pasado de largo, pero entonces oí los frenos de la moto y como giró para ponerse a mi lado.

- ¿Ocultándote de mí, encanto? – me dijo más cerca de lo que pensaba.

Se había bajado de la moto y esta a escasos centímetros de mí, susurrándome aquellas palabras al oído. Me ponía nerviosa. Me giré y me separé todo lo que pude, que no era mucho ya que estaba la pared.

- He ido a casa de tus tíos a preguntar por ti. Bueno, no por ti exactamente, sino por tu prima.

- Esta en la plaza. – era lo único que se me ocurría decir, su cercanía me había dejado sin una gota de ironía o sarcasmo.

- No la quiero ver a ella. Solo he preguntado por ella porque no sé tu nombre, iba a quedar raro presentarme en casa de tus tíos y preguntar por alguien sin nombre, ¿no crees? – parecía divertido de verme así, bajo sus cuerdas.

- Supongo que habrás preguntado cómo me llamo y que ellos te lo habrán dicho. – dije deduciendo la conversación.

- En realidad no, prefiero oírtelo decir. – si antes estaba sin palabras, ahora simplemente estaba muda. – Esperaré a que se te escape a ti solita. Pero sería un detalle que me lo dijeras ahora, quizás, solo quizás, te dejaría en paz.

Sonreí por dentro, me había dado lo que necesitaba, si no le decía mi nombre él estaría rondándome hasta que se lo dijera, eso me permitía tenerle cerca y poder controlarle. Así al menos me sentiría algo más útil en esta misión.

- ¿Me enseñas el pueblo? Se lo he pedido a mi prima pero solo hemos llegado hasta la plaza. – así mataría dos pájaros de un tiro.

- ¿En moto o andando? – contestó él con la sonrisa más hermosa que jamás he visto a nadie.

Fue tan hermosa que me dejó durante unos segundos sin respiración. Podría pensar lo que quisiera de él, pero era indudablemente hermoso, su pelo tan negro que parecía carbón, sus ojos tan azules que parecía estar viendo el cielo en ellos. Su cuerpo tan atlético que parecía capaz de protegerte de cualquier cosa…

- Andando. – dije devolviéndole la mejor de mis sonrisas.

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Bueno, parece que empiezan ha tener un poco más de contacto...

Muchas gracias a mis ya más de 300 FANS ¡¡¡GUUOOO!!! capitulo dedicado a @Anto1096 por ser mi fan número 300. Gracias :D :D

 Y espero que os haya gustado y no olviden votar y comentar que les ha parecido. BESOS :D

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