Rivales (Camren)

By Lumcall

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Lauren Jauregui comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la... More

Welcome to the Camren land
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45 (Final)
Epilogo.
Extra #1
Extra #2
Extra #3
Extra #4
Extra #5
Extra #7
Extra #8

Extra #6

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By Lumcall

Camila estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez.¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Vero y a Lucy por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Lauren Jauregui, su Lauren. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Camila amaba los suaves labios de la ojiverde. (¿Quién no?)

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Lauren la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Camila tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor. Andrea alzaba una ceja, riéndose un poco. Camila evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con Lauren, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

(Hasta estaría en el periódico)

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Sinu seguro estaría montando una fiesta de celebración (Con tortas cubanas *guiño*) pero a Alejandro no la agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando Lauren se dignará tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Lauren no podía dejar sola a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Camila sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la ojiverde. Sospechaba de cierta latina.

(Nah, fue Andrea)

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Camila Cabello y Lauren Jauregui había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. (Super amigas harmonicas ¡Yey!) Camila estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos verdes y sonrisa angelical.

-Estoy frustrada-fue el comentario inútil que hizo la chica castaña.

-¿Por qué?-Vero estiró los brazos, ella también esperaba a Lucy.

-Hace dos días que me he besado con Lauren y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces-su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna-. ¿Qué se supone que somos ahora?

-¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas?-la latina tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos-. No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Lucy soltera, verdad?

-La haría un favor-rodó los ojos.

-Pff, claro-chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás-. Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo.

(Todas quisiéramos)

-No le deseo tanto mal, Verónica. Espero que no existan dos como tú, con una me basta-Camila movió las manos, esperando que la latina se picara.

-¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía-le dio un golpe en el brazo, la castaña sonrió -. Soy increíble y estoy segura que Lucy piensa igual.

Una voz tras ellas respondió, divertida.

-Tienes razón, Vero-Lucy sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la latina se mostró en sus labios-. Eres maravillosa-se sonrojó.

-Aww, gracias, Lu-la latina le hizo ojitos.

Veronica se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Lucy reía como idiota, aún ruborizada. Camila rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacían sentir diabetes nivel III. Si es que existía. De todas formas, eran empalagosas.

(¿Qué te pasa? Si tú eres igual, querida)

-Ya, esperen estar a solas-sonrío a las dos chicas, Lucy asintió más la latina alzó la barbilla.

-Tu te callas. Es mi novia y puedo besarle cuantas veces quiera-rodeó el cuello de su chica con un brazo, cariñosamente, plantándole un beso en la oreja y dejando a una atontada Lucy junto a ella. Alzó una ceja-. Al menos nosotras tenemos un título ¿no?

(Uh, hasta a mí me dolió)

Camila hizo una mueca amarga.

-Yo no fui la que tardé meses en aceptar que estaba enamorada-los ojos miel se abrieron, Camila sabía jugar sucio.

Lucy volteó a ver a su novia, entre divertida y sarcástica.

-¿Meses?

-Ehh, cariño. No la escuches, quiere lavarte el cerebro-sonrío nerviosa, lanzando dagas imaginarias a la cabeza de su mejor amiga.

-¿Segura? No parecías pensar eso cuando... -la gran revelación de Camila fue cortada por la latina.

-¡VAYA! Hablando de Lauren ¿Dónde está la rarita? -Verónica logró zafarse, ya que la atención de Camila fue completamente en dirección a Lucy.

Los ojos chocolate observaban a la otra castaña, con expectación y emoción. Lucy no pudo evitar sonreír ante el rostro de Camila.

-Ah, Lauren.

-Sí, Lauren-repitió Camila, esperando respuesta.

-Exacto, Lauren-Lucy siguió el juego, con una sonrisa enigmática.

Camila perdía paciencia, no pensaba desquitarse con Lucy puesto que le caía bien, por ella intentó sonreír.

-Esa misma.

Verónica intervino, arruinando el jueguito mental de su novia con su amiga. La pobre Camila terminaría arrancándose los pelos si no escuchaba noticias de la ojiverde.

-Si, si. Lauren Jauregui. La rarita, fenómeno, la closetera, la hija de Satán. Como quieran llamarla-movió la mano para dar a entender que habían más nombres, luego miró a Lucy con ojos cariñosos-. ¿Sabes dónde está, Lu?

Lucy se encogió de hombros, dándole a Camila una sonrisa traviesa. Luego sujetó la mano de la latina, entrelazando sus dedos y empezando a caminar.

-Tendríamos que entrar para averiguarlo ¿No? -los ojos cafés fueron la única motivación que necesitó Camila.

Algo planeaba. Fue prácticamente corriendo hasta la entrada, seguida de unas divertidas Lucy y Vero. Ellas se susurraban entre sí, y se daban pequeños besos en las manos.

-¿Dónde?-la castaña observaba, entre el grupo de estudiantes, en el pasillo.

-Deja que tu corazón te guíe-Lucy dijo con aire teatral.

Verónica rió como tonta enamorada.

(Lo que hace el amor, te hablo a ti también, Lauren)

Camila no estaba para soportar chistes.

-Lucía-repitió con tono severo.

-Vale, ve a tu casillero. No era fan difícil-la chica hacia un puchero falso, le habían arruinado la diversión.

-Descuida, Lu. Camila es una aguafiestas-la latina la abrazó por la cintura, besándole la coronilla -. Ya tienes lo que querías, mueve el culo y vamos a tu casillero.

-Tu no me mandas, Iglesias-aun así, la castaña se puso en marcha, de camino a lugar señalado.

Fueron las tres, buscando una cabellera negra entre las otras cabezas. Camila contuvo un suspiro de alivio y luchó contra su sonrisa boba al ver a la ojiverde, recostada del casillero y charlando con Dinah. Lauren parecía igual de radiante que siempre. Su cabello cepillado con sus dedos y hacia un lado, jersey y vaqueros oscuros. Sonreía muy feliz, mientras charlaba con Dinah. Camila comenzaba a sentir las piernas temblarle, por lo guapa que estaba hoy. Se detuvo. Las otras dos la miraron, sin comprender.

-¿Qué sucede, Camila?-Lucy preguntó, con preocupación.

Camila comenzó a jugar con su cabello, nerviosa, mientras halaba el bordillo de su falda.

-¿Mila?-Verónica ya tenía una idea, sonrió por lo patética y tierna que era su amiga -. ¿Todo va bien? Estas sonrojada.

-Gracias, si no me lo dices, nunca me entero-dijo sarcástica, puesto que ella era perfectamente consciente del estado de sus mejillas, al sentir un fuerte calor en ellas.

-¿Entonces? De verdad, debes estar bromeando, Cabello-Verónica soltó una risa, Lucy le dio un codazo-. ¡Pero, mírala! Está nerviosa por ver a la rarita, cuando hace unos días estaban comiéndose en el laboratorio de Biología.

(¿Comiéndose? Era canibalismo)

Camila enrojeció hasta la raíz del cabello. Maldijo el momento en que tuvo la magnífica idea de contarle a su mejor amiga, acerca de su pequeña confesión a Lauren.

-¡Vero! Déjala, tiene derecho a estar nerviosa-volvió a regañar a la latina, esta guardó silencio aún reteniendo la risa. Lucy regresó su atención a Camila, sonriendo dulcemente-. ¿Es eso lo que sucede?

Camila asintió, avergonzada y mordiéndose él labio.

-Si, yo... yo no sé cómo actuar ahora, frente a ella. Además... no.... hoy no creo estar tan bonita, no traje mi lazo de la suerte-confesó, como si fuera de vital importancia, Lucy colocó una mano en su hombro.

-Descuida, Camila. Lauren...

La risa de la latina llegó hasta un límite, tenía que explotar.

-¡JAJAJA! ¿UN LAZO? ¿EN SERIO, MILA? -se apoyaba de sus rodillas mientras reía, las dos castañas la atravesaban con los ojos. Ella recuperándose, la señaló-. Perdón, ja ja... Descuida, estas perfecta. Por algo tuve que esperar dos horas, para que te arreglaras frente al espejo ¿no?

Camila se sonrojó.

-¿Dos horas?-Lucy abrió los ojos, apretando divertida el hombro de Camila -. ¿Cómo así?

Verónica resopló, recordando la razón de su sueño. Sin dar tiempo a la castaña para explicarse.

-¡Si! Me hizo ir temprano a su casa, para ayudarle a escoger lo que llevaría hoy-señaló el conjunto que utilizaba la castaña, falda y una blusa-. Tardaba un montón, creo que dejamos su habitación desastrosa-dio un guiño exagerado.

Lucy carraspeó, apretando los labios. Ella no quería reír, se supone que estaba allí para apoyar a la castaña no para burlarse.

-¿Y qué tiene? Pienso que estás bien-ánimo a Camila.

-Sí, pero. No traje mi lazo-hizo una carita de perrito triste, Lucy aguantó la respiración -. Me lo dio mi mamá, es de la suerte y me siento segura de mí misma con él.

-Entonces ¿dependes de un lacito lila, para estar menos nerviosa? -la latina colocaba las manos en su cadera.

Camila frunció el ceño, cruzándose de brazos.

-No seas ridícula, Verónica-Camila rodó los ojos-. Es un lazo azul.

Hasta este punto también llegó el límite de la risa de Lucy. La castaña soltó una carcajada, cubriéndose los labios con una mano e intentando sujetar el brazo de una enojada Camila con el otra, para evitar que se largara.

-¡JA JA JA! No, espera, Camila. Perdón, no quería ¡Fue culpa de Vero! -señaló a la latina, que silbaba inocentemente.

-¡¿Qué?!

¡¿Yo?!-se señaló, esquivando los golpes de su mejor amiga y escondiéndose tras su novia -. ¡No! Yo solo dije que era lila, Lucy se rió sola.

-¡ES AZUL!-la castaña deseaba clavarle las uñas.

Lucy se interpuso entre ambas, ya tranquila y olvidando la razón de su risa. Aunque protegía mayormente a la latina, alejándola de las manos homicidas de Camila.

(Favoritismo ¿dónde?)

-Ya ya. Mejor vamos con las chicas-observó nuevamente los ojos nerviosos de Camila-. No tengas pánico, estoy segura que Lauren estará aún más enamorada al verte. No tienes nada que perder-la tranquilizó.

Camila le sonrió, desviando sus ojos asesinos a la latina, que volvió a refugiarse detrás de su novia. (Cobarde)

-Vamos-estaba enojada con Verónica y aquel sentimiento le daba un poco de equilibrio con su propia cabeza.

¿Quién se creía Verónica para burlarse de su lazo? ¡Era sagrada, al igual que las pizzas! Su amiga sufriría un castigo durante las noches de pijamada, la enviaría a dormir al sofá. Para que aprendiera

(Seguro se encontraba con a Alejandro)

Camila respiraba lentamente, al ir directo a su casillero, ignorando completamente todo a su alrededor y con sus ojos sobre Lauren. Dinah le dio un ligero codazo a la ojiverde, para llamar su atención y con una sonrisa pícara, la señaló. Camila se encontraba lo suficientemente cerca para escucharla, prácticamente estaba detrás de Lauren.

-¿Quién?-lo lenta no se lo quita nadie.

-Camila, idiota. Está tras tuyo-la rubia rodó los ojos, señalando exageradamente a una pequeña castaña.

Lauren rápidamente volteó la cabeza, encontrándose el esmeralda con los ojos chocolates. Camila sonrió y sintió su corazón latir a mil, esta mañana los ojos de su chica eran de un color azul verdoso, muy claros.

-Hola-dijo tímidamente, colocando un mechón detrás de su oreja.

Lauren abrió y cerró la boca varías veces, mirando fijamente los ojos chocolate para después bajar la mirada y observarla.

-Ho-hola, tú... tú, si tú. Estas, estas... muy... Ehh-balbuceaba, volviendo a clavar sus ojos en los de Camila, y ocasionando un mariposario en el estómago de la castaña-. Te ves increíble, estas hermosa. Muy hermosa-se sonrojó.

(Lucy tenía razón, denle un premio)

Camila igualmente sintió todo su rostro sonrojado, mordiéndose el labio y acercándose un paso a la ojiverde.

-Gracias. Tú tampoco lo haces mal-ladeó la cabeza, con el corazón hinchado de felicidad por el simple hecho de estar con la ojiverde -. ¿Cómo estuvo tu fin de semana?

Lauren sonreía, sonreía mucho y no dejaba de ver el rostro de Camila, como si lo analizará y guardará cada detalle en su memoria. Ocultaba sus brazos detrás de su espalda, achicando los ojos con diversión.

-Bien, en realidad. Bueno... -juntó las cejas, sacudiendo la cabeza antes de volver a sonreír-. No fue tan agradable como esperaba, te extrañé.

Camila podía morir feliz, la expresión idiotizada de amor, no se borraba de su rostro. Tanta miel debería estar prohibida, gente podría sufrir un ataque al leer esto. Si los lectores estaban muriendo de diabetes por leerlo, no imaginen como está la escritora (¡AYUDA!)

-Yo también, Sofía preguntó por ti-su hermanita seria otra persona que tampoco estaría alegre, porque ella robara a su novia dragón.

(Uy, corre ahora que estás a tiempo)

-¿Si? A ella también la extrañé mucho-la ojiverde asintió, torciendo la boca adorablemente-. Pero más a ti.

(Sofía se enterará de esto *se esconde en las sombras*)

-Pienso... qué deberías ir a visitarla, hoy en mi casa. Ella estaría alegre-era la indirecta más directa del mundo, Camila contaba con que Lauren era la suficientemente lenta como para no captarla.

(Ni tanto)

-Ah... si tú quieres-se escuchaba un poco decepcionada, aun así no parecía molesta-. ¿También quieres que vaya, verdad?

(Al parecer si era así de lenta)

-Si, si quiero.

Ellas dos estaban en su burbuja de amor, las otras tres, más que sentirse incómodas en un momento tan íntimo, observaban fascinas el intercambio de las chicas. Claro, después de acostumbrarte todo este tiempo (y un libro entero) a verlas gritándose y dándose celos, con todo el drama incluido, era extraño verlas en una conversación tan civilizada y sobre todo cariñosa.

-Te juro que puedo ver una burbuja rosa alrededor de ellas-susurró la latina a las dos chicas.

Dinah estuvo de acuerdo, últimamente comenzaban a congeniar.

-Puedo sentir el amor hasta en mi vejiga-(¿Es posible? Ni idea) la rubia abrió los ojos, ante una revelación del cielo-. Este es mi shipp, para esto llegué a este mundo-sintió la tentación de arrodillarse, pero se contuvo.

(Y esta es la historia de toda camren shipper)

-Yo también las shippeo-Lucy observaba, sonriendo-. Se ven muy lindas juntas.

(Lucy nuevamente acierta *le lanza un premio*)

Ya, volviendo a las otras dos idiotas que seguían sonriendo e ignorando todo.

Lauren se revolvió nerviosa en su lugar, sonriendo y reduciendo el espacio entre ella y Camila.

-¿Puedo tener un beso de buenos días?-fue la audaz táctica. Buena jugada, Jauregui.

Camila sonrió coqueta, colocando un dedo en su barbilla.

-Mm, déjame pensar-después señaló los brazos de Lauren, escondidos-. ¿Qué tienes tras la espalda?

-Umm, es clasificado-chistó con la lengua, ladeando la cabeza con burla. Alzó las cejas rápidamente-. Podría dejarme sobornar con un beso, para decírtelo-fue la condición.

Camila se mordió el labio, colando una mano en el cuello del jersey de la ojiverde y jugando con la tela. Acercó sus rostros, más si era posible.

-¿Si? No estoy segura de que seas una fuente fiable-pestañeó, mirándole.

-¿Quieres saber o no?-la chica alzó una ceja, bajando su rostro hasta el de Camila-. Te aseguro que es muy...Mhm-fue callada por los labios tibios de la castaña.

Fue un beso breve y sin movimiento alguno, aun así, las dos chicas se sintieron en el cielo. Lauren abrió los ojos, con las pupilas dilatadas, cuando rompieron él contacto.

-Ahora ¿vas a decirme? -Camila reía divertida, por el rostro en blanco de Lauren, ella también se encontraba afectada, pero podía disimularlo mejor.

(Aja, las palabras: Camila y disimular, no cuadran)

Lauren asintió frenéticamente, suspirando antes de dejar ver una rosa azul y tendérsela a la castaña, en plan caballeroso.

-Es... una rosa para otra rosa-sonrío ahora más tranquila, al ver las mejillas rojísimas de Camila. Se la entregó con cuidado, en sus manos-. Perdona, estoy tan nerviosa que he utilizado una frase cliché. Tu culpa, no mía-se justificó, encogiéndose de hombros.

-¿Mia?-Camila olía la rosa que emanaba un aroma dulce, seguía sorprendida pero completamente encantada por el pequeño detalle.

-¿La rosa? Si-Lauren juntó las cejas, rascando su cabeza.

-No, boba ¿Si es mi culpa que seas tan cliché? -la castaña siempre lo diría, le resultaba adorable la lentitud de Lauren, la mayoría de las veces, al menos.

-Ahh-la ojiverde arrugó la nariz, esquivando los ojos chocolate para volver a verlos-. Es que estoy nerviosa. Si, definitivamente es tu culpa que actúe así, por ser tan perfecta y todo lo otrocolocó las manos con las palmas hacia arriba, como diciendo: <<¿Qué se le puede hacer?>>

-¿Hola? Chicas, seguimos aquí- Verónica quería llamar la atención de estas dos, que seguían sonriéndose y mirándose como retrasadas -. ¡Oh, vamos! ¿Qué no eras tú la que se quejaba de las muestras de afecto públicas, Cabello? -recriminó.

(La hipocresía es fuerte)

-¡Shh! Cállate, estoy grabando-Dinah alzaba su celular, apuntando la cámara hacia ellas y pretendiendo que lloraba-. Es un momento glorioso para el fandom ¿Qué no ves?

-¿El qué?-la latina movió las mano frente a la cámara.

-¡Noooo, para! ¡LUCY, dile a tu novia que me deje fangirlear!- señaló a la latina.

Lucy se cruzó de brazos.

-Verónica, deja de arruinarle la grabación a DJ-la latina se sintió indignada.

-¡Pero... !

-Si no la dejas, te quedas sin besos-afirmó.

-Perdona, Hansen. No fue mi intención-dio un apretón en el brazo de la rubia, alentándola a que siguiera con lo suyo.

Dinah observó a Lucy, fascinada. ¡Era como un perrito con su amo!

-¡Funciona! Vamos, Lu. Ahora pídele que me compre un disco de Beyonce, dale-la rubia ánimo a su amiga, Verónica quiso darle un pisotón, pero se arriesgaba a perder el cariño de su novia.

(Me estoy riendo mientas escribo)

-¡Ya, esto termina aquí!-la latina fue hasta donde las chicas, dándole unos golpecitos en la cabeza a Lauren-. ¡Eh! Aquí, llamando a rari-landia ¿Me escuchas? -ahuecó sus manos en la oreja de la ojiverde, para darle más efecto.

-¿Eh? ¿Verónica? -Lauren salía del trance, apartándose un mechón de cabello de la frente, entrecerró los ojos-. ¿Qué quieres? Cuando tú estás con Lucy, yo no voy y te arruino el momento ¿sabías?

-Ya, deja el lloriqueo-rodó los ojos, señalando el pasillo casi vacío -. Han durado casi quince minutos hablando de tonterías, tenemos que ir a clases.

Lauren abrió los ojos, mirando la hora en su móvil y comprobando que llevaba razón.

-¡Mierda! Lu, tenemos que ir a Historia...y tu también, Cabello-sonrío al recordar que compartía la clase con la castaña.

Camila, aún sin salir de su estado ensoñador, asintió.

-Vale, hay que irnos-la latina se acercó, para darle un beso en los labios a Lucy -. ¿Nos vemos en el almuerzo? -quería confirmación.

-Por supuesto, Vero-la chica se sonrojó y volvió a besarle.

-¿Lauren, por qué una rosa azul?-preguntó Dinah, con curiosidad.

Todas parecían querer saber, Camila se hacía la misma pregunta, Lauren les miraba como si fuera lo más obvio del mundo.

-¿No lo saben? Es el color del lazo favorito de Camila, pensé que así le encantaría la rosa, aún más-se sintió un poco culpable al ver los ojos abiertos de todas y por el inexplicable rostro que le daba su chica -. No quería escucharme como una acosadora, en realidad, me lo ha dicho Andrea- sonrojó, intentado ver si la castaña se sentía incómoda.

-¿Esta es una jodida broma?-Verónica dijo con la boca abierta.

Al parecer un lazo azul no era tan ridículo para otras personas.

-Estoy orgullosa de ti, Laur-Lucy aplaudió.

-¿Qué lazo?¿De qué hablamos? No comprendo-Dinah estaba perdida, lo normal.

-¡Lauren!-Camila se enganchó de su cuello rodeándola con sus brazos, cuidando de que la rosa no se estropeara.

-¿Qu-qué?-balbuceó confundida, al sentir el gran afecto cariñoso bienvenido.

Camila alzó el rostro, mirándola muy de cerca. Podía sentir como la ojiverde aguantaba la respiración.

-¡Lauren, te amo tanto!-le dio besitos en su nariz antes de darle más en sus labios, repetidamente. Escondió su rostro en el cuello de la ojiverde -. ¡Tú sí entiendes lo importante que es el lazo para mí!

-Cla-claro, ¿por qué no lo haría? Es tu lazo de la suerte, tiene mu-mucho valor sentimental para ti- sus palabras alegraron aún más a la castaña, la ojiverde mostraba una tonalidad roja sangrienta en su rostro.

-¡¿Escuchaste, Verónica?! ¡Ve y aprende algo de Lauren, para la próxima! -gritó la chica, aún con el rostro escondido en el abrazo de la ojiverde-. ¡Por eso a ella la quiero más!

-¡No me vengas con eso!-chilló la chica de ojos miel, abriendo los brazos-. ¡Es solo un puto lazo!

Al parecer el manual para conquistar de Lauren Jauregui se vendería muy bien, si escribiera uno.

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