Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo...

By Josh_Ellian

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"... Atada ella, entre sus piernas, había un trozo de pastel y un cuchillo ensangrentado, el resto del pastel... More

Prólogo. (Editado)
Acto 1
Acto 1: No Hay Retorno. (Editado)
Acto 1: Principio de la condena. (Editado)
Acto 1: Tatuajes Y Cigarrillos. (Editado)
Acto 1: Un Día Como Otros. (Editado)
Acto 1: Sorpresas. (Editado)
Acto 1: Viejas Heridas. (Editado)
Acto 1: Desenterrando la verdad. (Editado)
Acto 1: Consejería. (Editado)
Acto 1: Maestro y Aprendíz. (Editado)
Acto 1: Imprevistos. (Editado)
Acto 2
Acto 2: Dulces Sueños. (Editado)
Acto 2: Cumpleaños Felíz. (Editado)
Acto 2: Luto. (Editado)
Acto 2: Historiadores. (Editado)
Acto 2: Problemas. (Editado)
Acto 2: Misterios. (Editado)
Acto 3: Ascenso
Acto 3: La Trampa. (1) (Editado)
Acto 3: La Trampa. (3) (Editado)
Acto 3: Astinvil
Acto 3: El Trago Más Amargo. (Editado)
Acto 3: El Capitán Y Dafi. (Editado)
Acto 3: Aguas inquietas. (Editado)
Desenlaces
Desenlaces: Un Gran Espectáculo (Editado)
Desenlaces: Dos Huérfanos. (Editado)
Desenlaces: ¿Quieres Más Repuestas? (Editado)
Desenlaces: Flores Y Estrellas. (Editado)
Final: Un Día Como Ningún Otro (Editado)
Epílogo. (Editado)
El Telar (Anuncios) 6/12/2020

Acto 3: La Trampa. (2) (Editado)

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By Josh_Ellian

~Kerry~

Al caer el sol, la puerta sonó, yo permanecía tendido en el suelo, superando el dolor de cabeza que cada vez se agudizaba más .

Raguel interrumpió su lectura para abrir la puerta, se abrió paso a través del desorden, de todos los trastos sucios, los desperdicios, ésto es un basurero.

Al abrir la puerta, Miguel no esperó mucho para soltar la sopa. Raguel le pidió que pasara y tomar asiento, Miguel sólo permaneció de pie impaciente por lo que tenía que decir.

—Como lo había dicho antes, fue difícil, pero lo conseguí: Los estudiantes no tenían nada que ayudara, hablé con el director y tengo el listado en el maletín, sin embargo hay algo más. —Dijo Miguel colocando el maletín en el sofá.

Ambos se sentaron al lado del maletín, mientras Miguel lo abría dejando ver un folder crema con algumas hojas adheridas con clips a su interior.

Se pasaron algunos hojas que Raguel inspeccionó al instante, no pude ver su expresión ya que me encontraba de espaldas a él, en un asiento del comedor.

—Leí sus recuerdos y se enteró pero, tuvo contacto hace unos días con personas las cuales olvidó, no ví quienes eran, lo hizo a propósito, obviamente oculta algo.

—¡Entonces busquemos! —Exclamé con la botella de vodka en alto.

Ambos miraron en mi dirección, no me prestaron atención y se concentraron en murmurar palabras que no escuchaba.

Miguel se acercó a mí, me entregó un medallón de madera, algo curiosamente bonito, obviamente algo tallado con dedicación.

—Toma, supe que no te dieron el tuyo pero aquí está, esto te representa como un ángel guardián. Te ayudará con algunas de tus habilidades.

El pequeño círculo de madera tenía el logo de la hermandad y detrás un pequeño escudo tallado.

Me sentí realmente feliz, dentro de tanta desgracia había logrado formar parte de ellos y aunque tal vez no lo necesitara, lo tendré como un trofeo.

—Es peligroso lo que quieres hacer, Raguel. Pero estás en la mejor posición ahora que no tienes nada que perder.

—Todavía me pueden quitar los poderes que me quedan y expulsarme del cielo. —Respondió este con una expresión de súplica y preocupación.

—No lo harán, tengo la influencia suficiente para evitarlo. Hacer caer a un ángel no es desición de él. —Asientió agarrándose la punta del sombrero, luego caminó hacia su auto mientras el viento le alborotaba la gabardina.

Raguel pasó día tras día revisando esa lista, hizo algunas llamadas, "amigos" en los cuales yo no confiaba, prometieron darle seguimiento al director y a algunos estudiantes.

No es que no confíe en ellos, sólo creo que llamarle amigos es demasiado apresurado. ¿Los conoce? ¿Ellos lo conocen a él? Porque si en verdad lo conocen ¿Por qué no estuvieron cuando Raguel se rompió en llanto?

Mientras eso, nosotros nos pudríamos en éstas paredes, me siento extraño con cada día que pasa, no tengo nada a lo cual ambiciar, estoy vacío y estar aquí me lo recuerda más de lo que debería.

Le pedí varios días que saliéramos a "patrullar" como yo le llamaba a salir a la calle a buscar problemas.

Una noche lo convencí, diciéndole que me vendría bien poner en práctica lo aprendido y así fue como me llevó a una estación de tren en la noche.

Salimos casi siendo la media noche, él llevaba su abrigo negro, con sus pantalón tipo buzo y en la espalda, debajo del abrigo, la vaina colgando con su espada adentro.

No buscábamos nada más que algún vendedor de drogas, queríamos acción pero no llamar la atención por eso la espada de él... Sólo para un caso de emergencia.

Algunas persona aún transitaban por ahí pero ninguna se acercaba a nosotros; Por tratarse de dos hombres, parados en un lugar, en medio de la noche.

Un auto se estacionó lejos de la estación, se acercó a la acera y apagó sus luces. Algunas sombras se vieron acercarse a el auto.

En la oscuridad se mezclaba todo, por lo que decidimos que debíamos interceder y no darle mas chance al negocio.

Me acerqué de frente pero Raguel me decía que me pegara a los apartamentos donde la luz ue había la tapaban los árboles de la acera.

No pude ni verlos bien cuando sonó el primer disparo de un arma de fuego, apenas rozándome la pierna y de todas formas me empezó a arder.

Las luces del vecindario empezaron a encenderse casi al mismo tiempo que los perro empezaron a ladrar.

Avancé corriendo agachado para cubrirme con los autos, mas disparos se escucharon pero con mayor cadencia lo qur indica un arma de asalto.

Raguel se les acercó en silencio, antes de que pudieran notarlo, ya le había arrebatado el arma h repartido un golpe en la cabeza a quien me disparaba.

El otro corrió mientras disparaba, el auto arrancó con gran velocidad perdiéndose en la carretera.

Cerré el puño para hacer un pequeño pulso, que le arrojé a quien iba a huyendo haciendo que cayera al suelo en consciente.

Las sirenas de policías sonaron a lo lejos, supimos que era hora de irnos y a pesar de que Raguel tuviera la boca tapada una mascara negra, sabía que se iba riendo.

Sé que se dedicaba a ésto y mi idea de que salir le ayudaría a pensar, funcionó, pues volvió a casa con una buena dosis de alegría y adrenalina en la sangre.

Más que emocionado Raguel, estaba preocupado, sus investigaciones no llegaban a conclusiones concretas, pero, sabe que los libros perdidos y los estudiantes tienen algo que ver.

La televisión no tenía nada bueno para mí, lo sé ya que había pasado las últimas cuatro horas revisando canales cuando al frente se plantó Raguel.

—Mañana volveremos a ese lugar, hay un estudiante que me interesa investigar, su nombre es Aldo.

—Pensé que sólo buscaríamos a la persona que tomó ese estúpido libro y recuperarías tu "empleo".

Me incorporé deo mueble en donde estaba regado, con una pierna en el respaldar y el resto del cuerpo acostado a lo largo del mismo.

—Ésto es más importante, hay terror allá, los estudiantes temen y el director no hace nada. Ese muchacho, según me dicen, es diferente y hablaba con todos los chicos de la lista.

—¿Adivinaste eso?

—No, me lo dijeron mis amigos en los cuales no confías

Intenté fingir que no le había molestado el comentario, pero me fue imposible. Él cree que tengo algo contra ellos sólo por tener más rango que yo.

Tomó una pila de trastos de la mesa y los llevó al lavadero, abrió el grifo y se colocó manos a la obra.

—¡No somos héroes, no somos profesores, ni si quiera somos admitidos ahí! —Exclamé.

Las gotas de agua salpicaban frente a él, unas de ellas llegando a mí, Raguel continuaba fregando.

—No somos héroes, eso no existe, no seas tonto. Nadie tiene una voluntad de hierro o poderes que utilice todo el tiempo para hacer cosas buenas. —Agitó sus manos en el aire, a la altura de sus hombros. —Lo hacemos porque es correcto, porque por encima de sus acciones y pensamientos son personas y temen.

—¿Cuándo te volviste tan noble? —Crucé mis brazos.

—No es nobleza, es sentido común, digas lo que digas mañana debes estar fresco y preparado. Sólo entramos, buscamos al chico y a ver que pasa.

—Bien, iré a bañarme y luego dormiré, no tengo la salud para seguir hablando.

En el baño me observaba un póster de un hombre, en blanco y negro, de ojos caídos y cabello naturalmente liso que cubría sus orejas, una nariz estrecha terminaba por decorar su expresión sin emoción, debajo de su rostro un predicado:

"Todo santo tiene un pasado y todo pecador un futuro"

Continué en mis oficios de lavado bucal y embellecimiento.

Tenía la cara llena de una barba fea que ni quiera tenía la textura ni el tamaño como para estilizarla.

La marca en mi pierna ya estaba desapareciendo, así como los moretones del entrenamiento de la semana pasada.

Podía fingir que todo andaba bien, no sé que tan eficaz sería eso, lo que importaba era que el sentimiento de incertidumbre jugaba con mi estómago antes.

¿Y si nos descubrían? ¿Consecuencias?

Haciéndome esas preguntas, mi pulso falló lo que hizo que me brotara sangre en medio de la espuma para afeitarme.

Antes era emocionante ponerle algo de drama a la vida, nunca fui de pensar en consecuencias, incontables fueron las veces que llegué a casa gracias a la suerte luego de salir con amigos.

¿Por qué ahora...? No debe preocuparme tanto, siempre he hecho cosas de éste tipo... Cuando los riesgos involucraban humanos, no extraterrestres.

—De todas formas saldrá bien. —Hablé al espejo. —Saldrá bien. —Susurré para mí.

~6:34 Am~

No importaba si no me gustaba levantarme temprano o, como amaba el frío de la mañana, el miedo llegaba a mí y no lo podía detener, por más que lo intentara.

Raguel tomó su lista de la mesa, bebió café e hizo verduras para desayunar, cuando vi eso sólo pude expresar indiferencia.

Me encontraba recostado al marco de la puerta, Miguel estaría pronto aquí y sólo tendría éste momento para pensar, como no lo había hecho en mucho tiempo.

Tal vez deberías hacerlo más seguido.

Tal vez, pero, no son cosas que yo haga, yo prefiero mejor...

Prefiero... ¿Tomar? ¿Salir? ¿Bailar?

¿Te sientes vacío?

No son temas para éste momento.

Miguel llegó en un auto particular, le avisé a Raguel. Por suerte ya había terminado de desayunar en el sofá.

—Andando, amigo. —Pasó al lado mío, no sin antes palmear mi hombro.

—Claro. —Respondí y lo hubiera seguido en el instante, pero tomé un envase plástico con un emparedados frío de la nevera.

Realmente la ansiedas era mucha y siendo así, no era conveniente ir con eo estómago vacío.

Adentro del auto nos acompañaba quien parecía ser un estudiante, puesto que era muy joven, tanto como yo para ser profesor; Además, vestía mal, solo un sueter verde sencillo y jeans compañado de un peinado hacia atrás con tanto fijador como habría en el frasco, un profesor tendría buena ropa y un corte decente.

Aún así me abstuve de decir o pensar algo más, no debo olvidar que podrían escuchar mis pensamientos, al menos, los que más emociones causen en mí.

La institución estaba tal cual como cuando me gradué, nada ha cambiado, pero, sí se puede notar a los estudiantes caminando con más prisa y en menor cantidad.

Miguel nos pidió esperar afuera del portón, al lado de unos arbustos.

—Saldrá bien. —Susurré para mí y mis manos frías.

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