Eres mía en cuerpo y alma ✓

By ensaladachan

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Su piel blanca Sus cabellos esparcidos Sus labios rosa entreabiertos... No debo...pero quiero... Un solo bes... More

➸Próloɢo
Soy tuya...Boruto
Dulce Venganza
Celos
Celos II
Propuesta
AVISO
Preparativos
Preparativos
Unión
Imagen
Noche de Bodas
Discusión
Sensaciones extrañas.
Nuestro.
Familia parte I.
Familia parte II.
Epílogo.
Agradecimientos.

Descuido

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By ensaladachan

El rubio bufó frustrado, ya estaba harto de aquella conversación entre sus amigos y quería ponerle fin de una buena vez. No se sentía para nada comodo hablando de un tema así frente a ellos, ya que sentía que no podían entender sus razones.

- ¿en serio no quieres tener hijos? - preguntó ChouChou frente a el.

Boruto casi pega un grito, ni siquiera noto en que momento llego y justamente era ella, ahora le seria imposible librarse de la situación, suspiró y luego calló en cuenta de algo: eran las siete de la noche y Chou estaba ahí, solo significaba una cosa y era que su esposa estaba ahí.

Miró a un costado y en efecto tenia razón, estaba platicando animadamente con la dueña del local en donde estaban, su corazón se aceleró cuando su mirada obscura lo atrapó, era bastante vergonzoso para el sentir aquello, llevaban dos años de matrimonio y sentía como si aun fuesen unos adolescentes enamorados. Sin dudarlo se acercó a ella la cual le sonrió, podia sentir el cansancio que emanaba, el igual estaba mas que agotado, había tenido una misión y que mejor manera de relajarse que darse una ducha y dormir con su esposa en brazos.

- ¿Cómo te fue? - preguntó Sarada apoyando una mano en su pecho.

- Bien, pero si fue algo cansado - bostezó y ella rió.

- Vamos a casa.

- ¡Sarada! - la pelinegra miró a su amiga al escucharla.

- ¿Qué pasa?

- Necesito tu ayuda - se acercó a ella y luego miró a los demás chicos del fondo - asignale una misión a Shikadai mañana, una falsa ya que le haremos una fiesta sorpresa - susurró y lugo miró al rubio - ¡y tú! - lo apuntó - me ayudarás.

El asintió resignado y Sara sonrió para luego asentir. No tardó nada y el Nara se despidió, tenía que llegar a su hogar, no quería vérselas dura con su esposa.

- Chicos - dijo Chou acaercandose a los demás con la pareja - tenemos que decirles algo - todos los demás miraron expectantes.

- ¡Al fin! - exclamó Himawari llamando la atención de los demás quienes miraron sin entender.

- ¿estas embarazada Sarada? - preguntó Inojin al entender el comentario de su esposa.

- ¿Qué? - la novena se sonrojo y mostro una gran sorpresa ¿estaba embarazada? Se preguntó ella misma en su interior - No... - respondió dubitativa por el incomodo ambiente.

El Uzumaki se tensó al instante y tras la manera de responder de su esposa sintió pánico. Era como si toda la aldea esperara con ansias que tuvieran un hijo y el no se veía como padre aun, amaba a sus llamados sobrinos que no eran de sangre a excepción del bebé de Himawari, los adoraba, pero solo por un rato, no era por ser cruel, pero un niño no se cuida solo un rato y el hecho de tener que irse y que ellos le rogaran que se quedará le partía el corazón.

- ¿Estas embarazada? - preguntó Chou en voz alta llamadno la atención de los demás clientes.

- No - repitió Sarada fulminando a Chou con la mirada

- ¿no eso nos iban a decir? - preguntó Himawari

- No, era sobre la fiesta de Shikadai.

- Ah, lo siento Sarada - se disculpó Himawari

- No importa - rió nerviosa - será mejor que mañana me digan como quedará esto. Estoy bastante cansada al igual que Boruto.

- Bueno - suspiro la morena - pero no me dejes mal - apuntó de nuevo al rubio y este rodó los ojos para luego reir, era como la vigésima vez que se lo decía en el dia.

La pareja caminaba hacia su hogar en silencio, para ambos fue incomodo y para Sarada no paso desapercibida la expresión de su esposo ante ese comentario lo cual la llevó a la duda de el que pensaba al respecto, habían bromeado, pero no habían decidido tener hijos, ambos se turnaban para cuidarse, pero ella en especial y ya estaba cansada de la píldora, no le daba buena espina tomarla seguido, podia poner en riesgo su fertilidad ya que si seguía a ese ritmo le seria muy difícil concebir en algún momento, quizá aun no tengan hijos, pero en un futuro si querra algún descendiente. Con algo de pena lo miró, tenia el semblante serio, los mechones rubios caian a los costados, pero sin tapar esas dos marcas que amaba tocar al igual que esa cicatriz que lucia tan tentadora bajo la luna llena.

Apretó con delicadeza su mano para llamar su atención, la cual consiguó, se sintió tan sumisa ante esa mirada azulada. El sonrió ladino al entenderla, tomó su mentón y abrazo sus labios con delicadeza, Sarada rodeó su cuello con sus brazos, al principio, fue tranquilo y tierno, pero luego se encontraban tirando lo que estuviese en su camina y tumbándose en el primer sofá de la sala.

Ella suspiró ante las caricias y besos que su marido le brindaba con amor y deseo, era como si todo el cansancio se hubiese esfumado en un siantamen, Boruto a penas y podia caminar hace unos momento y ahora forcejeaba sus prendas con desespero. De nuevo calló ante el.

Recobró la conciencia al escuchar el sonido de la cremallera de su pantalón bajar, como pudo colocó sus manos en su pecho descubierto, dudo un momento al sentir esos pectorales bien formados, pero negó.

- Espera - susurró y la miró.

- ¿te sientes muy cansada? - preguntó imagiando que ese fuese el motivo de la interrupción.

- No...bueno si, pero no es por eso - titubeó, tenia que decirlo ahora y no podría ante el encanto de su esposo.

- ¿entonces...?

- Te toca.

- ¿Qué cosa? - preguntó enarcando una ceja

- Usar protección - frunció el ceño con delicadeza cuando el hizo una mueca.

- Sabes que lo prefieres sin... - besó su cuello y ella ahogo un gemido.

- Pero no siempre yo tomaré pastillas.

- ¿quieres que yo las tome? - bromeó divertido.

- No funciona contigo tonto - rodó los ojos

- Lo sé - rió y luego bufó frustrado - bien, como diga Hokage-Sama - sacó su billetera y de ella un preservativo - nunca le habias tomado tanta importancia al tema.

- Supongo - desvió la mirada - es solo que no quiero poner en riesgo mi fertilidad de tantas píldoras - dijo a lo bajo. El comprendió a lo que se referia y temió que la conversación se alargue.

- Te entiendo - susurró mirándolo con ojos brillantes, el se sorprendió - no tenems que tener hijos ahora, aun somos jóvenes - acarició su mejilla deslizando su pulgar por aquella cicatriz hasta llegar a su flequillo el cual hizo a un lado - aún no te sientes listo ¿no es así? - el asintió y ella sonrió - pero en un futuro lo estarás.

- Gracias - sonrió, no creyó que lo entendiera, pero como siempre lo apoyaba en todo.

Unió sus labios de nuevo y al separarlos haló con sus dientes la parte superior del paquete y con una mirada cargada de deseo sacó el contenido ante la mirada expectante de su mujer.

- Pero te recuerdo que igual existe el condón femenino - sonrió con burla al ver el rostro de Sarada completamente rojo.

- Callate y hazlo - susurró avergonzada y crispada por la risa burlona. Su ceño fruncido desapareció al sentirlo adentrarse entre sus muslos.

Le avergonzaba tanto, se sentía pervertida por el constante placer que compartían, pero era común en una pareja recién casada además que esa era una gran ventaja de no tener hijos, según su amiga. Podían darse el lujo de pasar el tiempo a solas que quisieran.

El primero en despertar fue el rubio quien abrio los ojos perezosamente al sentir los pequeños rayos del sol de la madrugada, supuso que eran al rededor de las cinco de la mañana.
Jadeó de dolor al sentir una punzada de dolor en el cuello, maldijo a lo bajo por quedarse dormido en el sofá de nuevo.
Aún aturdido se intentó levantar y sintió peso encima, recordó todo al ver a su esposa dormida comodamente sobre el, estaban tan cansados que al terminar quedaron profundamente dormidos, cuanto hubiese deseado usar como almohada esos suaves pechos que subían y bajaban contra su piel.

Tampoco quería despertarla, podía sentir su respiración chocar contra su cuello, sus delgadas manos abrazadas a su pecho, sus cabellos regados en su espalda. Delineó su silueta con sus manos, recorrió ese trasero bien formado para luego subir a su cintura de nuevo, ella dormía comodamente mientras que el en su lugar ahora tenía un horrible dolor de cuello y espalda.

- Sara... - habló acariciando su cabello, ella se removió, pero no contestó, suspiró pensando en la manera de poder levantarse.
Sintió como unos dedos acariciaban su pecho: estaba despierta.

Tomó sus cabellos y halo con delicadeza de ellos hacía atras para que ella levante el rostro. Sarada pestañeó con pereza y enarcó una ceja, el sonrió y rozó sus labios.

- Buenos días - llevó sus mechones rebeldes hacía atras - parece que alguien durmió cómoda.

- Si - se aferró a su pecho de nuevo.

- Sarada... - levantó su rostro de nuevo para mirarla - Querida, mueve tu lindo trasero a otro lado o moriré por dolor en la columna - sonrió y ella frunció el ceño.

- Fue tu culpa por dormir en el sofá - lo acusó y pues en parte tenía razón, el dejó su cabeza en el antebrazo del sillón cuando pudo dejar los pies afuera y recostarse en el suave cojín.
Se reincorporó sin importarle su desnudez ante la mirada deseosa de su esposo, puso ambas manos en sus hombros y lo jaló hacía abajo para que se recueste bien.

Se asustó ante el grito que soltó Boruto y la cara de dolor que mostró ¿tanto le dolía la espalda y cuello?

- Oh dios - gimió de dolor y ella comprendió que si le dolió el brusco cambio de posición, pero lo que le causa tremendo dolor fue su rodilla.

- Lo lamento - se disculpó presipitadamente, no se percató de que su rodilla estaba en cierta parte.

- Ni siquiera Kawaki me hizo sentir tanto dolor - apretó los parpados ante la ola de dolor que lo invadía, siempre se le olvidaba que su mujer era incluso más fuerte que el en ciertos aspectos.

- No era mi intención tonto, ¿Qué hago? - preguntó sintiendo pena hacía su dolor.

- Dame un masaje.

Ella se sonrojó - ¡eres un pervertido! - golpeó su pecho.

- ¡Oye! - frunció el ceño - no me refería a eso dattebasa, yo quería un masaje en el cuello - susurró - pero igual no estaría mal tu idea.

Ella se sonrojó - Eres...

Ambos guardaron silencio al escuchar el timbre de la puerta, Sarada se levantó de inmediato y fue corriendo a su habitación por una bata, lo más probable es que sea Chouchou, se la puso en seguida y bajo con la de Boruto, este se levantó gimiendo de dolor mientras tocaba su cuello.

- Vistéte - ordenó ella con las mejillas ruborizadas.

- Ya voy, ya voy - se levantó con pesadez y se colocó la bata.

- Hola... - dijo la pelinegra abriendo la puerta, en efectivo era Chou.

- Tienes que asignarle la misión - bostezó.

- si, ya voy solo me cambio - cerró la puerta antes de que su amiga empiece con sus sospechas. Subio a su habitación y no pudo evitar reir al ver a Boruto tendido en la cama, se acercó a el y beso sus mejillas.

- Ya me tengo que ir - susurró y permaneció igual - ¿te doy un masaje en la tina?

El entreabió un ojo - ¿de qué masaje hablamos?

- El que guste - besó sus labios con una sonrisa y corrió al baño seguida del Uzumaki.

En Nara bostezó, eran las siete de la mañana e Inojin le había dicho que lo mando a llamar la hokage, pero no había rastro de ella.

- Dusculpame - Sara sonrió entrando a su oficina - se me hizo tarde - fue hacía su escritorio en busca de un pergamino - solo es encontrar estas plantas medicinales en la nieblaa - se lo entregó.

- Bien.

Sarada iba a hablar, pero calló enseguida, recordó que el olvidó que hoy era su cumpleaños y era parte del plan entretenerlo para que no se de cuenta de nada.

- Ten un buen día - sonrió nerviosa.

En la casa de Shikadai todos daban vueltas con los preparativos, en especial el rubio a quien pusieron a cargar cosas.

- ¿Aquí? - preguntó yo fastidiado de las ordenes de la Akimichi.

- Si - sonrió - no, mejor ahí - apuntó a otro lado.

- Mitsuki - se quejó al verlo entrar - controla a tu esposa.

Este solo miró con gracía la escena - Sarada podría cargar con facilidad eso - dijo apuntando lo que al rubio ya le había cansado.

El chasqueó la lengua y siguió las ordenes de Chou.

Después de varias horas de mandados y encargos miró la hora, eran las cinco, se sorprendió bastante, ni siquiera almorzó. Fue al su local preferido y pidió su orden para luego ir con su esposa, lo más probable es que igual no haya comido.

Entró con sigilo en la oficina por la ventana, ella estaba tan concentrada que ni se percató de su presencía.

- Sarada yo... - el gritó cuando ella gritó - ¿¡Qué pasa!?

- Me asustaste - la pelinegra se recostó en su silla - ¿Qué ocurre? - Boruto se adentró a la oficina y se sentó en la orilla del escritorio.

- ¿No puedo venir a visitarte?

Ella uso su típico monosílabo y sonrió.

- te traje una hamburguesa - mostró su reluciente sonrisa - se que no te gustan, pero es un sabor nuevo y dicen que es raro así que como eres una mujer rara supongo que te gustará.

Ella la tomó indignada - gracias.

- No es nada - rió - por cierto ¿podrás ir?

Ella negó - tengo mucho papeleo.

- Me quedare a ayudarte...

- No - sinrió - Ve, igual has estado ocupado te mereces un descanso.

- Pero no quiero ir solo - hizo un pequeño puchero y ella sonrió enternecida.

- Estarás con tus amigos.

- Lo sé - rascó su nuca - pero esta bien, no te esfuerces mucho.

- puedo restaurar mi chakra - sonrió con arrogancía.

- espero no cambiés de opinión en la noche - tomó su mentón.

- Que pervertido - cerró los ojos sonrojada y el rió. Las horas pasaron y la casa de Shikadai no tardó en llenarse de sus amigos.

El caminaba con pesadez a su hogar, a penas abrió la puerta bostezó y casi muere del susto ante el grito de sorpresa que pegaron los demás. Estaba bastante aturdido pues miró eo calendario en la mañana y no era su cumpleaños, el no era tonto, bueno eso creí, solo se fijó en la fecha y recordó que antes de dormir su esposa estaba misteriosamente por el calendario, dedujo que lo cambió y por ello no se percató. Sin poder evitarlo una sonrisa se dibujo en su rostro.

- Yo lo planee así que espero lo mismo en el mio - fanfarroneó Chou con el aire en los cielos.

- Gracias - recibió gustoso su felicitación.

- Creí que te darías cuenta antes - dijo la rubia acercandose a su esposo.

- No creí que cambiaras el calendario.

- es cierto que tuve la idea, pero yo no lo cambié - sonrió y miró a la pequeña que estaba en los brazos de una Temari más adulta. Sonrió al acercarse a su hija quien le sonrió con esos enormes ojos azulados que heredo de su madre.

La tarde fue remplazada por la noche rapidamente, entre bromas y risas el cumpleaños del Nara iba transcurriendo.

Las chicas se encontraban cuidando de sus hijos quienes aún eran unos bebes de unos cuantos meses mientras que los adultos bromeaban entre ellos junto al Sake el cual ya se les había pasado de copas.

El rubio a duras penas empezó a beber, no estaba acostumbrado a hacerlo y no le agradaba la idea de embriagarse, pero sin darse cuenta se encontraba riendo sin parar con una botella en la mano.

- Eres muy débil ante el alcohol Boruto - dijo Inojin mientras bebía.

- Callate que aún no te perdono.

- ¿perdonarme? ¿por qué? - se exaltó.

- Por robarme a mi hermanita.

- Himawari ya es una adulta - suspiró

- Para mi sigue siendo una niñita.

Mitsuki y Shikadai solo miraban expectantes la pelea que estaban por presenciar.

- Creo que ya bebieron mucho - comentó el albino.

- Son un fastidio - rió el Nara, todo iba bien, pero de la nada Boruto desapareció, suponieron que fue al baño y efecto ahí estaba, se sintió mareada y se lavó la cara para reaccionar, pero no fue suficiente, salió tambaleandose y recordó a su esposa.

Ya eran más de las doce de la noche, sin despedirse salió por la ventana y fue directo a su hogar saltando de casa en casa como podía.

Intentó abrir, pero olvido la llave, se sentía aturdido que hizo lo primero que le vino a la mente, forcejeó la puerta y la pateó para romper el seguro. Al entrar la obscuridad lo hizo chocar con todo lo que tuviese en su camino, escucho varias cosas caer, pero no encendió la luz ya que olvido en donde estaba el interruptor.

- Sarada - balbuceo entrando a la habitación, tocó la pared y encontró el interrumpor para encender la luz, se percató que no estaba así que bajo y con ayuda de la poca luz fue encontrando los otros interruptores.

Abrió los ojos como platos al ver el desastre en su sala, todo estaba tirado y los cuadros en el suelo, incluso había una silla en el suelo. El pobre rubio al ver el lugar y no encontrar a su esposa se exasperó, con la ebriedad de sobra solo lo llevó a pensar algo.

Shikadai y Mitsuki ya se habían asustado al no encontrar a su amigo por lo que le llamaron, pero dejo su teléfono en la mesa.

- Que fastidio.

- Quizá fue con Sarada.

- Vamos, si algo le pasa ella nos matará.

- ¿Tan ebrió estaba? - preguntó la morena

- tanto que ha de hacer cualquier estúpides - suspiró el Nara.

- Hokage-sama - el rubio golpeó desesperado la puerta de la oficina, la pelinegra se desconcertó ¿era la voz de Boruto?

Shikadai y los demás llegaron a tiempo, la Akimichi lo jalo para alejarlo de la puerta, Sarada le dijo: vigila a Boruto. Y si lo encontraba así la mataría.

- Mitsuki - Boruto tomó de su camisa a su amigo y lo sacudió - Mi esposa.

- ¿Qué ocurrió?

- ¡Secuestraron a mi esposa!

- ¿Secuestraron a la hokage? - preguntó Shikadai asombrado.

- No - lo miró el rubio - vine para pedirle ayuda para encontrar a mi esposa.

Shikadai y Mitsuki se miraron sin entender - ¿Qué?

- La hokage es tu esposa idiota - dijo Chou golpeandolo.

- ¿Qué? Yo me casé con Sarada.

- Ella es la Novena Boruto - rió el Nara por la sitiación.

- ¿¡Novena!? Pero si Konohamaru-sensei es el Hokage.

- Si bebiste mucho - dijo Mitsuki divertido por la situación.

- Demasiado.

- ¿Qué esta pasando? - preguntó Sarada saliendo al pasillo de donde provenían todos los gritos.

- ¡Sarada! - el corrió a abrazarla - ¿estas bien? ¿no te hicieron daño?

Ella lo miró desconcertada y luego a sus amigos - ¿Qué te pasa? - preguntó

- ¿Quién fue el idiota que inrrumpió nuestro hogar?

De nuevo miró interrogante a sus amigos. En cuestión de minutos la pelinegra se encargaba cargando a su esposo como un costal de papas.

- Así que bebió de más - negó ella misma divertida.

- Fue culpa de Inojin - dijo Chou encogiéndose de hombros.

Ella rió - lo supuse - luego miro a shikadai - disculpa por no poder ir y por no felicitarte - sonrió apenada y el negó en señal de que no se preocupe.

- Aquí un pequeño detalle - dijo entregandole un sobre. Chou se adelantó y lo tomó.

- ¿pequeño? - preguntó en un grito - ni en mi cumpleaños me diste tanto, Sarada - se quejó haciendo un mohín- con esto podría comprarme las papas que quiera.

- Es por eso que no te lo doy - dijo a lo bajo.

Sarada iba a sacar sus llaves, pero notó que no era necesario, se frotó la cien al ver tremendo desastre.
Subió a la habitación y metio como pudo a Boruto en la ducha, al final termino sentado en el suelo del baño.

- Boruto, Boruto - negó divertida y abrio la regadera. Este comenzo a reaccionar y ella salió para buscarle ropa, de paso se quitó la capa y el vestido quedando en ropa interior, busco entre los cajones y sacó un camizón corto y sencillo, quería sentirse fresca.

Se quitó el sujetador para sentirse más cómoda con esa prenda. Dejó la de su esposo en la orilla de la cama y comenzó a acomodar la misma, reacomodó las sábanas y se inclinó para meterlas bien.

Boruto salió del baño dejando pequeños charcos en el suelo, había reaccionado y se quitó la ropa para salir con una toalla atada en su cintura, pero aún seguía ebrió. Sus ojos azulados recorrieron la habitación y se centraron en ella.

Le encantaba como ese bello camizón de seda delineaba su figura, la tela era tan delgada que dejaba a la vista la mayor parte de su cuerpo. Tragó hondo sintiendo la habiración acalorada. El efecto del Sake aún seguía en el y no podía controlar el deseo que sintió al verla. Se acercó a ella y su deseo aumento al verla en dicha posición, si ese camizón era corto de por si, lo era aún más si estaba inclinada.

Sarada jadeo al sentirse chocar contra el colchón, pestañeó seguidamente y al levantarse sintió un peso de más sobre ella y sus muñecas fueron pegadas al colchón junto a su rostro.

- ¿Boruto?

Ella calló al sentir su lengua deslizarse por su nuca, sintió un cosquilleo el cual llegó hasta su vientre, el liberó sus manos y alzó el camizón para acariciar su piel. Sarada suspiró al sentir besos humedos en su espalda, iban bajando y bajando para luego subir. No pudo evitar gemir al sentir algo duro contra sus gluteos.

- Boruto - susurró - sera mejor que descanses...estas... - apretó sus labios para evitar que salgan más gemidos. Quería detenerlo, pero a la vez no. El debía dormir en cuanto antes o mañana tendría un terrible dolor de cabeza, pero tampoco quería que pare.

Giró sobre la cama para verlo y al instante fue aprisionada por ese cuerpo varoníl que le sacaba suspiros, sus musculos estaban helados por el agua helada de la regadera, sentía su cuerpo reaccionar debajo de esa tela que impedía que se rozaran por completo. Acaricio su espalda ancha y subio a su cuello el cual lo rodeó para profundizar el beso.
Jadeo al sentir su lengua recorrer su cavidad bucal, el sabor a alcohol la excitó aún más. Enrredó sus dedos en sus cabellos humedos y se fundió más a el.

Boruto alzó por completo aquella prenda y descubrió sus senos los cuales llevó a su boca al instante, ciñó su mano izquierda en su cintura mientras que con la otra recorría sus piernas, las cuales se separaron por voluntad propia ocasionando que sus caderas chocaran.

El gimió sin pena, estaba demasiado extasiado como para prestarle importancia, regresó a su cuello el cual succionó mientras frotaba su cuerpo con el suyo. Sarada rodeo su cintura con sus piernas para sentir aún más el tacto, sus besos eran desesperados como si no se hubiesen tocado en años.

Ella quería tocarlo, se las ingenió para llevar sus labios a su cuello y acariciar su pecho, le encataba sentir ese perfecto cuerpo sobre ella. No tardó y el rubio la tomó de la cintura y la subió de nuevo. Ella fruncio el ceño, pero se vio interrumpida ante sus labios, los separó al escaparcele un gemido al sentir su mano rozar su parte íntima, el solía ser delicado, pero ahora metió sin permiso su mano debajo de esa tela la cual halo sin importarle de romperla o no.

Mordió su hombro al sentir sus dedos adentrarse en ella, el los movía sin parar y lameó su cuello cuando hechó la cabeza hacia atras. Recorrió con su lengua el camino entre sus senos para bajar a su abdomen plano.
Separó sus piernas y ella arqueó la espalda al sentir sus labios en su feminidad, haló de sus cabellos rubios y apretó los parpados sintiendo la ola de placer que la embriagaba.
Aferró sus uñas a las sábanas al sentirse invadida nuevamente.

- ¡Boruto...! - gimió su nombre, ya no podía más con esa tortura, quería sentirlo ahora, uso su fuerza para atraerlo hacía el y besarlo, adoraba tanto sentir sus leves mordidas al besarlo, su lengua juguetona que delineaba sus labios.
Algo divago por su cabeza, olvidaba algo y justo cuando estaba por recordar todo pensamiento desapareció ante la inesperada penetración. Se aferró a su espalda ante sus frenéticos movimientos que no le daban ni tiempo de regular la respiración.

- ¡Boru...! - apretó los labios ocasionando un débil gemido cargado de deseo. El jaló de su cabello hacia atras para tener acceso a su cuello el cual gozó, su lengua sentía su sangre hervir debajo de esa piel nívea.
Jadeó al sentir las uñas enterrarse en su espalda, le dolía, pero le excitaba. Se reincorporó y llevo sus tobillos a sus hombros para iniciar de nuevo.

Sarada miraba maravillada como esos cabellos se pegaban en su frente por el sudor, sus ojos azules estaba dilatados y esa cicatriz...adoraba tanto sus faciones, su mirada deseosa recorrió su cuerpo y subió a sus labios, estaba jadeando, gozaba de esos sonidos masculinos que emitía, adoraba cuando cerraba los ojos por el placer que los inundaba.

En su lugar el no podía con la imagen que tenía enfrente. El solo se dejo guiar por su deseo y no estaba siendo consciente de la brusquedad con la que la embestía, solo estaba concentrado en su rostro. Sus mejillas rojas, su frente y cuerpo perlados de sudor, sus ojos eran tan obscuros que no podía distinguir su iris, solo veía en ellos el deseo y amor llendo de la misma mano, sus labios cubiertos por eso color carmesí que intentaban oprimir los gemidos lo cual le era imposible. Su ego subía hasta el cielo al ver ese rostro lleno de placer, al ver como sus cabellos negros esparcidos en la sábana blanca, eran sacudidos por sus frenéticos movimientos.

Bajó sus piernas y ella las enrrollo en su cintura de nuevo, el paso un brazo debajo de su espalda para levantarla un poco y así poder ver de cerca su rostro mientras continuaba.

Ella ladeó su rostro avergonzada, estaban separados a unos centimetros con su mirada clavada en ella no podía evitar sentirse tan avergonzada - No... - jadeó al sentir las embestidas más profundas - No me mires - gimió aferrándose a su espalda de nuevo.

El sonrió con arrogancía.

- Haré lo que quiera - la pegó en el colchón y sujetó sus meñecas sobre su cabeza, ella se sintentó resistir, pero el deseo la debilitaba y el usaba más fuerza de lo común. Odiaba sentirse sumisa, pero igual le encantaba que el fuese dominante.

Se dejó llevar.

Boruto tomó su cintura con la mano que tenía libre para empujarla mientras el arremetía. Lo sentía llegar mientras la habitación se llenaba del sonido de sus caderas chocar.

Ella gimió sin pudor alguno cuando sintió su miembro palpitar mientras todo su interior se calentaba en cuestión de segundos.
El sintió sus paredes contraerse en el con brusquedad.

- ¡Sarada...! - gimió al sentirse aprisionado en su interior, clavó su mirada en ella para no perder ninguna expresión. Sus labios se entreabieron dejando salir un sonoro gemido mientras sus parpados se cerraron con fuerza, curveó su espalda al sentir el placer como una descarga electrica invadiendo su cuerpo.
Aferró sus uñas a sus brazos y el hecho la cabeza hacia atras cuando el orgasmo los invadió ocasionando así derramarse en su interior.

Sin fuerza alguna se dejo caer y abrazo la cintura de su esposa mientras regulaban su respiración. Ella acaricio sus cabellos y poco a poco sintió sus párpados pesadoz para caer en los brazos del morfeo.

El sonido tintineante del despertador la hizo removerse, intentó levantarse, pero la mano de Boruto sujetando su cintura se lo impedía. Miro de reojo el reloj: eran las diez de la mañana.

¡Era muy tarde!

- Boruto... - lo removió - ya es tarde.

El se aferró más a ella.

- Quédate un poco más - susurró erizándole la espalda.

Ella suspiró y se volteó para poder acurrucarse a su pecho, su olor varonil llenó sus fosas nasales, se apegó más a el, estaba por cerrar los ojos de nuevo, aún se sentía muy agotada y es que casi no recordaba bien lo que sucedió, es como si ella hubiese bebido igual, pero lo gracioso era que no probó ni una gota de alcohol, solo los delicioso labios de su esposo que estaban impregnados con ese sabor.
Una sonrisa se dibujó en rostro y de la nada desapareció.

- Boruto.

El emitió un mososílabo incitándola a continuar.

- ¿Usaste protección?

El pestañeó e intentó recordar, pero la cabeza le empezo a doler ¿Había usado? Un leve recuerdo divago por su cabeza, en donde el abría un empaque, pero como aún seguía bajo el efecto del alcohol, olvidó que ese recuerdo no fue de anoche.

- Si - contestó cerrando los ojos de nuevo para que esa punzada de dolor desapareciera.

Ella aún seguía dudosa, pero decidió confiar en el, además de que ya no tenía pildoras y mientras iba a conseguir unas el tiempo pasaba y luego ya no haría efecto.

¿Qué más podría pasar?

Se preguntaron ambos en su interior, pues la duda seguía aún y aunque hicieran algo esa duda ya era una realidad, la cual ya estaba plantada en el vientre de Sarada...








Casi cinco mil palabras 😀🎉🎉 espero les haya gustado y disculpen las faltas de ortografía o si confundi letras, escribí desde mi movil y pues no me aparece el autocorrector en Wattpad :'v

Hice un capítulo largo como disculpa por no actualizar y porque creo que este será el final ya que la continuación sería 《Ser padre》 la cual creo que ya leyó la mayoría.

Todo depende de ustedes, si quieren que la continué lo haré, pero no será seguido ya que más bien sera como para poner cosas que me vengan de la inspiración.

Igualmente podrían dejarme en los comentarios ideas, si ustedes desean que ocurra algo puedo escribirlo, me mandan un mensajito si es así 😂

Y si no pues gastó 😅

Espero les haya gustado, en verdad me esforcé, lamento si no quedó tan cool como lo imagine 😓 pero bueno hice lo que pude.

Nos vemos y gracias por su apoyo 🤗

Que tengan linda noche 😊

Pd. Lo más probable es que olvide decir algo asi que cualquier cosa chequen los comentarios porque ahí pondré lo que olvide 😂😂

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