Saga Elementos III: Agua

By Mysagy

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El chico agua nos sorprenderá por su carácter y por su fuerza. Un rebelde sin causa que se ve en medio de un... More

Prólogo.
Capítulo 1: Nadie sabe nada de mí.
Capítulo 2: Vacaciones obligatorias.
Capítulo 3: ¿Cómo puede haber una fiesta en mi honor?
Capítulo 4: Podría haber sido una noche prometedora.
Capítulo 6: Necesito saber de ti.
Capítulo 7: Necesito ayuda.
Capítulo 8: Me siento inútil.
Capítulo 9: La búsqueda
Capítulo 10: Sentimientos confusos.
Capítulo 11: Mentiras forzosas.
Capítulo 12: El juego de las preguntas
Capítulo 13: ¿Estás loca?
Capítulo 14: Bella desconocida.
Capítulo 15: Descubrimientos y planes.
Capítulo 16: Una visión clara.
Capítulo 17: Lo que parece olvidarse con los años.
Capítulo 18: Errores y mentiras del pasado.
Capítulo 19: Ir en contra de mis principios.
Capítulo 20: ¡Vamos, piensa!
Capítulo 21: Aprender a defenderse
Capítulo 22: Tristes despedidas.
Capítulo 23: Bolas de fuego.
Capítulo 24: Más mentiras en mi vida.
Capítulo 25: Momento inoportuno.
Capítulo 26: Esta vez sí, ¡Feliz cumpleaños!
Capítulo 27: Viajes a lugares imposibles
Capítulo 28: Una visita esperada.
Capítulo 29: Planes y peleas.
Capítulo 30: La huida.
Capítulo 31: La persecución y las promesas.
Capítulo 32: Tú lo has querido.
Capítulo 33: Tienes elección.
Capítulo 34: La llegada.
Capítulo 35: Obviedades y muerte.
Capítulo 36: Olas de fuego y engaño.
Capítulo 37: La espera y una horrorosa sala.
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS Y NOTAS DE AUTOR

Capítulo 5: No consigo centrarme.

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By Mysagy

WILL/KAI

¿Qué era lo que me pasaba? Esa estúpida niña creída me estaba volviendo loco. Eran las cinco de la mañana y su cara no se iba de mi mente. Sus ojos verde claro, su pelo rubio con pequeños mechones marrones, su esbelta figura,…pero sobretodo, sus modales, su manera de comportarse conmigo, como si yo le importara menos que la mierda, como si yo fuese un ser repulsivo al que debe odiar sin conocer, era lo que me volvía loco.

Aunque lo que creo que me mantenía despierto era algo muy diferente:

“¿No será que es la primera chica que no se ha fijado en ti? – me dije mentalmente a mí mismo”

Y era cierto, por muy mal que tratase a las mujeres, ellas seguían viniendo a mí, suspirando cada vez que pasaba por su lado, haciendo corrillos alrededor de mi moto para que tuviera que pasar por delante de ellas para irme.

Por eso estaba solo, porque no podía estar más de una noche con cualquiera de ellas. Sabía que las utilizaba. Intentaba ver algo en ellas que las hiciese especiales, pero el simple hecho que ellas se dejaran utilizar, era repulsivo. Daba igual que las hiciera o que las dijera, ellas volvían a mí como moscas a la mierda. Nunca podré salir con ninguna de ellas.

Pero esta chica era diferente, ella no se había interesado en mí, es más, se puede decir que ha hecho todo lo contrario a interesarse.

“Podría ser porque ella no sabe nada de mí, quizás cuando su prima hable sobre todo lo que he hecho y todo lo que puede conseguir estando a mi lado, cambie de idea – pensé”

Pero mi mente no veía la realidad, ella sí sabía de mí, en la playa me había llamado por mi nombre: Pues al parecer soy la que ha tirado al suelo al intocable William – había dicho ella. Y con esa frase demostraba que su prima me había mencionado y que había contado mi historia.

Entonces la rabia me inundó todo el cuerpo. Si su prima había contado mi historia, ¿qué versión había dado? ¿la de chico triste por la muerte de su madre o la de rebelde que viene de una familia de pescadores que tiene que trapichear para conseguir la moto y el resto de sus caprichos? Ambas falsas.

Y por primera vez en mi vida, siento ganas de contar la verdad, de que alguien me conozca realmente, que sepa porque soy como soy o porque hago las cosas que hago.

- Quítate esa idea de la cabeza, Kai. – dije en voz alta.

No había problemas de que alguien me escuchara. Mi padre no venía hasta mañana al medio día y la habitación de Berta está en la otra punta de la casa. Antes dormía en la habitación que había junto a la suya, era la de la zona oeste y las vistas eran al pueblo y a la carretera. Pero hace dos años me trasladé a la segunda suite principal, daba a la playa y tenía un enorme balcón en el que había puesto unas tumbonas apuntando al mar.

Y ahí es donde me encontraba ahora. Dado que no me podía dormir, había cogido una manta y me había salido al balcón. Las estrellas en el cielo empezaban a confundirse debido a la pequeña claridad que indicaba el inicio de otro día, parecía estar amenazándome con su luz, advirtiéndonos de un nuevo día se acercaba y que no sabías que esperar de él.

Pero no salía aquí a mirar las estrellas, salía a escuchar el mar. La playa estaba a tan solo veinte metros de nuestra casa. De la zona de nuestro jardín salía un pasillo de tablas de madera que llegaba casi hasta la orilla.

Me encantaba esta playa, como la casa estaba a las afueras del pueblo, a unos quinientos metros de las primeras pequeñas urbanizaciones, no venía nadie hasta esta zona. Podías bajarte con la tabla y surfear sin problemas de atropellar a alguien. Además en la zona había corrientes marinas y eso provocaba unas olas perfectas para surfear.

De hecho, si seguía sin ser capaz de dormirme, en cuanto salga el sol me pondré mi traje de neopreno y bajaré a quemar algo de calorías, con un poco de suerte me entre sueño y consiga dormir.

Y ahí me quedé, mirando al cielo expectante, esperando que por fin me diese los buenos días con su luz. Y lo que antes veía como una amenaza, ahora era mi salvación.

EVE

Era un imbécil. De esos que con solo mirarles le partirías la cara. Ojala le hubiese tenido en los entrenamientos de la comunidad, le habría pateado su hermoso trasero hasta dejárselo el doble de grande. Le habría hecho suplicar con sus ojos azules repletos de lágrimas. Le habría hecho desear ser de otra manera.

Pero lo que más rabia me daba, era que me había equivocado. Sí, hay que reconocer las cosas, había dejado que mis emociones nublasen mi juicio. Él era un futuro brujo, su gran fragancia así lo decía. La más grande que jamás he olido, eso sin duda.

Debía ser inteligente, debía convencerle de que se uniera a la luz, debía hacerle ver que nuestro bando era el correcto.

“Aunque claro – pensé malvadamente – si le dejo que se una a los sombras, tendré la excusa perfecta para darle la mayor paliza que jamás le hayan dado. Y podré dársela yo.”

Ya me imaginaba el inicio de la pelea. Me la imaginaba exactamente igual que la de ayer con Meison, mirándome como si no quisiera hacer daño a una chica, como si por el simple hecho de ser mujer tuviese la pelea ganada. Odiaba esa actitud.

Pero tenía que ser coherente, estaba claro que sería un brujo muy poderoso, destinado hacer grandes cosas con su don. Alguien así en el otro bando nos pondría aun más en inferioridad, no podía hacer eso solo porque el chico me sacara de quicio. Debía ser madura y responsable, hacer mi trabajo, bueno no exactamente mi trabajo, pero sí hacer lo correcto.

Yo me había entrenado para matar sombras no para encontrar y guiar brujos desencaminados. Entonces el plan se ideo en mi mente, me comunicaría con Ralph y le comentaría mi situación. Hasta que él mande a alguien, podría ocuparme yo.

Pero ¿qué le diría? ¿un brujo con una fragancia descomunal anda indeciso por el pueblo al que tú me mandaste para conocer mundo? Para empezar me iba a costar que se creyera que había un futuro brujo, pero en el caso de que lo consiguiera, él pensaría que lo hago para escaquearme de este viaje a modo de tortura mental.

Debía pensar que podría ser ese chico para que tuviera una fragancia así. Nunca antes había conocido nada igual, ni siquiera Ralph que era el mejor brujo que conocía. Él también tenía una fragancia muy fuerte, pero comparada con la del chico este, apenas era un olorcillo.

Porque cuando he estado cerca de William, que por desgracia he tenido que estar demasiado cerca en dos ocasiones, su olor abrumaba hasta tal punto que me deja bloqueada, sin saber cómo actuar. La primera había sido cuando le he tirado en la playa, al inmovilizarle las manos encima de la cabeza, había dejado mi rostro demasiado cerca del suyo. He sentido tal bloqueo que me ha devuelto la jugada sin apenas enterarme.

Y ahí estaba la segunda ocasión en la que hemos estado demasiado juntos, cuando he tenido que librarme de él dándole un cabezazo en la barbilla. He tenido que dejar de respirar para poder hacerlo.

Pero no era posible, no había nada que pudiera oler así. A no ser que…pero no, era más probable que un meteorito cayera justo en este punto del mundo y justo encima de mi cabeza. No, me negaba a pensarlo, me negaba a pensar que William, el tío más odioso que jamás he conocido, fuese un elemento. Imposible.

Solté una carcajada en voz alta solo por pensarlo, tuve que taparme la boca para no despertar a mis tíos que dormían en la otra habitación. Al final mi cuerpo empezó a relajarse, como si supiera algo que yo no sabía. Pero no le puse objeción alguna, me dejé llevar por el inexistente agotamiento y digo inexistente ya que después de haberme tirado toda la mañana durmiendo, era imposible que estuviera cansada.

Pero mi cuerpo se durmió y mi mente se despejó.

Me desperté empapada de sudor, la humedad se había vuelto a pegar en mi cuerpo y me aprisionaba el pecho. Me enfadé conmigo misma por tener que soportar esto, debía haberme impuesto con más fuerza a este viaje, debía haber plantado cara a Ralph, ¿qué era lo peor que podía hacerme? Esto ya era un infierno.

Pero a pesar del calor, solo eran las ocho de la mañana. Decidí castigar a mi cuerpo, ya que estaba completamente sudada, ahora sudaría pero con razón.

Me puse el bikini deportivo que había cogido de casa, unas mallas elásticas, una camiseta que sabía que no me pondría, las zapatillas de correr y salí, lista para dar a mi cuerpo el entrenamiento que necesitaba.

Mi tío ya había partido a alta mar y mi tía estaba en la cocina, limpiando cacharros.

- Buenos días. – dije nada más llegar.

- ¡Vaya! Si que has madrugado. – dijo con sorpresa y la verdad es que era tarde para la hora en la que solía levantarme todos los días. – Pues tú prima fijo que no se levanta hasta las doce o la una.

- No importa, voy a correr por la playa y luego me daré un baño. – ella puso cara de preocupación.

- ¿Sabrás volver?

- No saldré de la playa, no puedo perderme ahí. – dije con una sonrisa para intentar que no se preocupara.

- Esta bien, pero desayuna antes, estas muy flaca.

No estaba flaca, tenía músculos, era fuerte. Pero aun así obedecí, lo último que quería era una discusión sobre mi alimentación. Pero no desayuné mucho, un zumo y una tostada, no quería que luego fuera repitiéndome en la carrera.

Salí de la casa y fui directa a la orilla. Calenté e hice unos cuantos estiramientos y cuando estuve lista me quedé mirando hacia el final de la playa, sentido contrario a la zona donde ayer hicimos la hoguera, no quería que los recuerdos me distrajeran.

Me propuse recorrer todo el pueblo por la costa, llegar hasta la zona de las mansiones y luego ver que hay más allá.

Empecé con carrera rápida, controlando la respiración y practicando un buen juego de manos y rodillas. Pero a eso de la mitad ya estaba aburrida, necesitaba más. Me paré en seco y me preparé para una salida perfecta, me agaché y me imaginé un disparo que indicaba el inicio de la carrera.

 Esprinté todo lo que mis piernas daban, creía que se me saldría algún hueso de la fuerza con la que daba cada zancada. Pero era divertido y extrañamente relajante, el esfuerzo físico me relajaba y me ayudaba a no pensar, a estar solo concentrada en lo que tenía que estar.

Llegué a la zona de las casa caras demasiado pronto, pero aun así me paré. Estaba apunto de echar las tostadas por la boca y el calor empezaba a molestarme.

Me quité las zapatillas y a continuación las mallas y la camiseta, que al final sí me puse. Di una pequeña carrera hasta la orilla pero no me detuve, seguí corriendo hasta que las gélidas aguas llegaron por encima de mis rodillas, entonces me tiré de cabeza y buceé hasta que me quedé sin aire, luego seguí nadando mar adentro hasta que mi cuerpo volvió a entrar en calor.

Me quedé flotando en el agua, mirando al cielo y siendo balanceada por las tímidas olas que había. El frío del agua ayudaba a mi circulación y sentirla a mí alrededor era una experiencia única.

Al cabo de un rato algo duro me golpeó la cabeza. Al principio pensé que era una roca pero cuando me giré me di cuenta de mi error. No era una roca sino una tabla de surf con un chico tumbado encima, parecía que dormía.

Empujé hacia abajo el pico de la tabla que me había golpeado y eso hizo que el chico cayera de la tabla y se diera un buen susto, si que debía de haberse quedado dormido.

- ¡Eh! – dijo cuando salió a la superficie después de toser un poco de agua que había tragado - ¿Acaso no me has visto?

¡Mierda! No, no le había visto, de haberlo hecho hubiese huido de aquí. Era él, era William.

- Me has dado tú primero. – dije para defenderme.

Él pareció comprender quien era yo también y una extraña mueca apareció en su cara.

- ¿Qué haces aquí? ¿me estas acosando? –dijo acercándose un poco más a mí mientras que con un brazo se apoyaba en la tabla para no hundirse.

Me ofreció un cacho de tabla para que me apoyara yo también, pero no lo hice, era buena aguantando en el agua.

- Sí, claro. Me he levantado esta mañana y he dicho: Vamos a la zona cara del pueblo que seguro que está el idiota de anoche, durmiendo encima de una tabla en medio del mar – dije con sarcasmo. - ¿Qué haces aquí, por cierto? ¿no tienes una habitación donde poder dormir?

- ¿Eso ha sonado a interés? Cuidado Lara Croft, parece que empiezas a cogerme cariño. – dijo evadiendo mi pregunta.

- Si, siento un cariño especial por tu cuello. Me gustaría estrangulártelo con mis propias manos. – dije con mirada amenazante. – Y no me llames Lara Croft.

- Es que no sé tu nombre.

- Ni lo sabrás.

Salí nadando hacia la orilla sin mirar atrás, me daba igual que me siguiera o que no. Una vez fuera del agua fui a por mis cosas, pero antes de llegar empecé a oír como él también salía del agua y venía hacia mí.

Me sentía en desventaja, por primera vez en mi vida he de decir. El hecho de estar en bañador me hacía sentir indefensa ante sus ojos, nunca antes me había importado que me viesen así y eso que me he bañado con muchos de mis compañeros. Una de las pruebas físicas que teníamos que pasar en la comunidad era aguantar en el agua, sin tocar el fondo y sin apoyarnos en ningún sitio.

William tiró la tabla al suelo junto a mis cosas, se desabrochó la parte de arriba de su traje de buzo, dejando al descubierto una líneas perfectas de abdominales que cortaron mi respiración durante un segundo y se sentó encima de esta indicándome que hiciera lo mismo, que me sentara a su lado.

Por un momento estuve a punto de decirle que lo llevaba claro, que no me sentaría a su lado ni en broma. Pero entonces recordé lo de anoche, estar a su lado siempre me trastornaba y hacía que me centrara en cosas menos importantes. Pero había decidido ayudarle a elegir el bando correcto, debía contarle lo de la magia.

Él me miraba esperando mi rechace a su proposición, como si supiese que le iba a mandar bien lejos y que cogería mis cosas y me largaría. Sonreí hacia dentro al pensar lo mucho que le descolocaría lo que estaba a punto de hacer. Sentarme a su lado.

Pero no me senté muy cerca de él, tampoco hacía falta contacto para cumplir la misión que yo sola me había encomendado. Aunque él si lo deseaba y una vez se le quitó su cara de asombro, resbaló su trasero hasta quedar a un palmo de distancia de mí. No me gustaba tenerle tan cerca.

Ninguno decíamos nada. No sabía por dónde empezar y mucho menos como explicárselo. ¿Le diría que es un brujo, así, por las buenas? O ¿era mejor una demostración visual?

Pero justo cuando me decidí a hacer levitar todas las pequeñas piedras que teníamos a nuestro alrededor, una voz chillona apareció a lo lejos, justo detrás de nosotros.

- Señorito William – gritaba la mujer – Señorito William, su padre ha llegado.

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Sé que prometí subir ayer, pero con la caída de servidores no pude. Así que nada más levantarme hoy, lo primero que hago es esto...lo cual para mí, ahora mismo, es un BUENOS DÍAS :D :D

Capítulo dedicado a @Adlolo98 por gastar un poquito de su tiempo para hacerme un dibujo (que adjunto con este capi) Miles de gracias, ERES GENIAL!!! 

Y para el resto, como ya marca la tradición: Espero que os haya gustado y no se olviden de votar y comentar :D :D :D

P.D. Creé una pagina en Facebook para compartir más cosas con ustedes, pasensé...el enlace está en mi perfil. 

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