Ya había pasado una semana. Jin y NamJoon estaban llevando acabo su tregua. En donde ambos se ayudaban mutuamente para que sus momentos de estudios pasaran rápido y no tuvieran que verse las caras hasta el próximo encuentro.
Aunque a ambos les costara admitirlo, puede que muuuuuy en el fondo encerrado en una sala con 20 candado y 13 cadenas, dentro de un cofre con un límite de tiempo para poner la contraseña y poder abrirlo luego de cruzar los rayos laser y las flechas con veneno, disfrutaban esos momentos de estudio.
La mayoría del tiempo Jin intentaba ser serio y aguantaba las ganas de soltar una carcajada por los comentarios que hacía el alfa sin darse cuenta.
Habían terminado más temprano que otros días, por lo que cada uno juntó sus cosas y tras una rápida despedida, tomaron cada uno sus caminos, aunque se sorprendieron al darse cuenta de que ambos tomarían el mismo autobús.
El omega ya sabía que lo mejor era no hablarle al moreno si no quería tener problemas como la vez pasada. Por lo que tomó la suficiente distancia como para prevenir un golpe en caso de que ocurriera.
—¿Harás algo el sábado?—El alfa rompió el silencio, alertando al castaño.
—¿Cómo?
—¿Estás sordo acaso?—Atacó.
—¡No! Yo...perdón, solo que...¡No importa!—Sacudió su cabeza—Parece que los chicos quieren llevarme a algún lugar...así que supongo que sí...Mientras no me droguen, me aten y me encierren en Dios sabe qué lugar, estará bien supongo ¿Por qué preguntas?
—Harán una fiesta feliz al Oeste de la ciudad
—Y tú...¿Me estás invitando?—Se atrevió a preguntar—Creo estar viviendo un deja vú—Bromeó, aunque la última vez no salió del todo bien.
—Tsss...sigue soñando.
—Bueno, puede que lo tome en cuenta, ¿A qué hora comienza?
—A las cinco de la tarde, tienes que llevar regalo sino no entras. Habrá de beber jugo de frutas en caja y al salir te darán una bolsa con regalos—Respondió completamente sarcástico.
—Sí es así...—Fingió pensar—Puede que llegue a ir.
Al alfa rechistó irritado y prefirió dejar la conversación ahí. Pero Jin quiso sacar un tema "al azar" antes que dejar que el poco progreso que tuvieron se vaya al carajo.
—Yo...disculpa si te molesta que pregunte, pero...¿Estás bien?
—¿Es que no me ves aquí parado o qué?—Inquirió sarcástico.
—Lo que quiero decir, ¿Te sucede algo? Últimamente estás menos...¿Irritable?...Además, te vas más pálido y pareces no haber dormido bien...—No hubo respuesta—También, es como si...no tienes brillo en los ojos y...pareces...triste...
NamJoon lo observó completamente serio. Sí, había algo que lo atormentaba. Pero ¿Por qué decírselo al fastidioso omega? Era como todos los demás. Fingía preocuparse, pero sabía que en el fondo no le importaba lo más mínimo y sólo quería quedar bien para conseguir algo en el futuro.
En pocas palabras, hipócrita. Todos lo son.
—No me sucede nada—Dijo fríamente. Ya había conocido a personas como él, y no caería dos veces en dicha ridiculez.
Sacó del bolsillo de su mochila un paquete ya abierto de cigarrillos y un encendedor del bolsillo de su pantalón. Encendió uno y lo llevó a sus labios para intentar bajar el estrés que le provocaba tratar con personas como él.
—Deberías intentar dejar de fumar, daña mucho tu salud
—Respóndeme algo—Exclamó cansado de oír su voz—¿Por qué siempre tienes que decirme que debo o no hacer? Te metes en todo. CARAJO, ¡No eres mi jodida madre! ¿Qué es lo que tanto te molesta como para joderme las pelotas?—Soltó irritado.
—Yo...esto...—Balbuceó.
—Como suponía—Dio otra calada a su cigarrillo y se subió al autobús que acababa de llegar, sentándose hasta atrás.
Jin hizo, lo mismo, sólo que ocupó los asientos de adelante.
[. . .]
Ya en la mañana del último día de esa semana, todo pareció haber pasado muy lento
Los chicos decidieron presentar Monster en la primera competencia y ya había armado una lista con las coreografías que presentarían en las competencias oficiales, Tae se quejaba de que Jimin estaba pasando mucho tiempo en la biblioteca y casi no le prestaba atención, gracias a Dios no le dejaron tarea para ese fin de semana, y otras cosas más tan típicas y aburridas del colegio.
Al final, sus planes de fin de semana habían sido cancelados y pospuestos para un próximo fin de semana. Jin tendría una visita de su padre y los chicos decidieron practicar sus coreografías cuando un histérico Jimin llegó anunciando que no habían hecho nada y la competencia estaba a la vuelta de la esquina (aunque era una vil mentira y todo eran alucinaciones por los nervios de Jimin, pero prefirieron seguirle la corriente y practicar)
Ahora mismo, el trío estaba en el salón que JungKook tenía detrás de su casa que era usado para varías cosas. A veces encuentros familiares, a veces como taller de pintura para su madre, y otras para que la "Galletita" de la familia practicara junto con sus amigos. Como ocurría ahora mismo.
—Chicos...¡Paren! o me van a matar—Dijo un exhausto Tae, con la transpiración escurriéndole a chorros y sus manos apoyadas en sus rodillas intentando mantenerse de pie.
—No exageres Tae—Regañó Jimi—Todavía nos faltan algunos detalles, ¡Tienes que coordinar los pies y las terminaciones de las manos!
—Creo que podemos tomar un pequeño descanso Jimin, ya vamos la mitad de la canción y vamos muy bien
—¡Pero..!
—¡La galleta ha hablado!—Interrumpió el pelirrojo—Voy a buscar limonada ¡Les traeré un poco si no fallezco en el proceso!—Anunció una vez en el patio
—Genial...al paso que vamos no vamos a terminar—Reprochó el pelinaranja.
—Relájate ¿Si? ven, acuéstate un momento—Palmeó el suelo al lado suyo.
Con sus labios en forma de puchero y sus brazos cruzados, Jimin arrastró los pies hasta estar acostado al lado del pelinegro.
—Wao, esto es muy relajante...—Comentó
—Sep, ¡y eso es lo que necesitas!—Regañó
—¿Qué tratas de decir?—Se sentó apoyándose en sus manos para mirarlo con desaprobación.
JungKook lo jaló para que se recostara y siguieran mirando el blanco del techo.
—Se nota que quieres volver a verlo ¿eh?
—¿Crees que estoy exagerando? Digo, sé que hay buenos bailarines en la escuela que con práctica pueden llegar a...
—Jimin—Interrumpió—Estamos hablando de nuestra secundaria. No te voy a negar que no hay gente buena ¡Pero ni que fuéramos Glee! Están compitiendo contra Park Jimin. ¡Bailas desde que aprendiste a caminar!—Jimin dejó salir una risilla—Son ellos los que deberían prepararse, no nosotros.
—Gracias JungKookie, pero...—Giró su cabeza para ver el perfil del alfa—¿Qué pasa si no ganamos?
—Pues—Imitó su acción—Yo no me preocuparía por eso, ganarás.
—Ganaremos—Corrigió.
—Tienes razón—Puso su mano sobre la del omega y la apretó levemente—Ganaremos—Sonrió, Jimin le regresó la sonrisa para después perderse en el hermoso oscuro de sus ojos.
[. . .]
Ese fin de semana con su padre fue bueno. Le comentó como iba con su nueva relación y que esperaba que pudiera conocer a su nueva pareja muy pronto.
Jin estaba muy feliz de ver a su padre estarlo, pero aún más feliz estuvo cuando el lunes, en un intento desesperado de parte de los del club de baile, le pidieron ayuda para organizar el concurso porque todo estaba echo un caos. Y con "pedir ayuda" se referían a básicamente...organizar todo desde 0. En un principio se negó a hacerlo.
Aquello requeriría mucho tiempo y quizá un fin de semana sin sus amigos. Aunque al final (sí, pensarán que es un estúpido desesperado, pero ¡Hey! No lo juzguen. ¡Sus amigos le llenaron la cabeza para que aceptara!), un carismático chico de cabello azabache, cuerpo escultural y sonrisa matadora, lo convenció cuando se enteró de que era el nuevo presidente estudiantil y que se verían y hablarían seguido en caso de que aceptara.
Bien, era un hecho. Jin estaba perdidamente enamorado de Kyungil. Lo conoció siendo niños y ahora siendo adolescente pensaba que podría tener una oportunidad y que él fuera el alfa que su padre esperara. Además, sus familias eran amigas. ¿Qué podría salir mal? Lo único que tenía que hacer, era acercarse al azabache.
Los días fueron pasando y el omega encontró una armonía entre la ayuda para el concurso, el trabajo, la escuela y los amigos. Algo sorprendente para muchos pero normal para SeokJin quien siempre estuvo acostumbrado a mantenerse activo. Y no le fue un inconveniente, ya que debido a que estaría pasando cierto tiempo con su alfa soñado, parecía tirar brillos de colores por donde pasase de lo feliz que se sentía.
—¿Podrías dejar el celular un momento?—Reprochó el rubio.
—¡Oh! Si, lo siento—Contestó Jin dejando su celular con una gran sonrisa—Bien, ¿en qué estábamos?
NamJoon no le respondió, simplemente miró la sonrisa del "beta" como si fuera desagradable.
—¿Qué?—Inquirió sin dejar de sonreír.
—Pareces un maniático sonriendo así
—¿Enserio?—Llevó sus manos a sus mejillas—Creo que...¡es porque he estado muy feliz últimamente!
—Deja de hacerlo, es incómodo que las personas sonrían tanto cuando estoy yo—Agachó su cabeza y siguió resolviendo ejercicios de química.
—Eso debe ser muy triste...—Hizo un puchero—Pensé que quizás podría contagiarte mi felicidad—Tentó a la suerte.
—Eso es imposible—Trató de ignorarlo.
—¡Claro que no!
—Claro que si—Bajó su lápiz y subió su penetrante mirada—La felicidad no es sólo un sentimiento que podemos sentir en todo momento como la tristeza o el desagrado. La felicidad son pequeños momentos en nuestra vida que debemos aprender a apreciar.
—¿Entonces como explicas mi felicidad?—Se apuntó sin dejar de sonreír como hace unos instantes.
—Debe ser un muy largo momento por el que está pasando. Pero terminará.
—Todo final es un comienzo
—Sí, el comienzo de una depresión tal vez.
—¡Hey! No digas esas cosas
—Y mira. Así de fácil te quite la sonrisa.
—Espera...
Apoyó ambas manos en la mesa y acercó un poco su rostro asustado al del moreno dándole suspenso al momento.
—Aquí está—Volvió a sonreír.
Se sentó nuevamente en su silla y siguió haciendo lo suyo.
—Oye, NamJoon—Dijo sin dejar de escribir.
El alfa respondió con un sonido imitando la acción del castaño.
—Ya que dijiste que la felicidad sólo son momentos—Bajó su birome y apoyó su cabeza en su mano—¿Cuál es el momento más feliz que tienes?
—No tengo ninguno.
—¡Por supuesto que debes tener! Quizá no "él más feliz"—Hizo las señas con sus dedos—Pero...debe haber algún momento dónde no pudiste parar de sonreír y te sentiste...feliz—Lo dijo tan simple como era.
El alfa detuvo su escribir y se quedó en esa posición unos segundos pensando.
—Creo qué...
Jin escuchó atentamente en silencio.
—Mi momento más feliz fueron esos segundos que duraste callado
—¡Es enserio!—Se quejó
—Ya...—Rodó los ojos satisfecho con su predicción—Mi recuerdo sería cuando mi padre me regaló un robot de juguete en mi cumpleaños número ocho
—¡Ou! Eso es muy lindo
—Sí, lo que digas
El castaño le dedicó una última risilla antes de volver a sumergirse en su tarea.
El alfa no podía dejar de pensar en varias cosas que aglomeraban su cabeza. Pero el haber hablado con el castaño, le había permitido dejar de pensar en los demonios que lo atormentan. Sin embargo, pueeeeeeede que haya sentido una partícula de culpa por haberlo ignorado un poco.
—¿No vas a decirme por qué estás tan feliz?—Preguntó sin importancia, sólo para que siguiera hablando y distrayéndolo.
—¿De verdad quieres saber?—Levantó su cabeza para ver al alfa aún escribir—No creo que te importe...—Esperó una respuesta que no llegó—Ok ¡Ya que insistes!
Dejó de escribir y entrelazó sus dedos estirándolos para hacerlos sonar, después apoyó sus codos sobre la mesa y dejó su cabeza en ambas manos.
—Creo que me gusta alguien. ¡Y es tan extraño!...sé que es muy probable que pasemos mucho tiempo juntos en los próximos días...y cuando pienso en su cabello...en su sonrisa... y en lo amable que es...¡Ah!—Chilló de alegría.
NamJoon lo miró sin expresión unos segundos.
—Tienes razón, no me importa
—¡Hey!—Se quejó Jin dándole un empujón juguetón mientras reía.
El contrario parecía también haber reído sólo un poco con su infantil actitud.
—¿Pero cómo es posible que esa insignificante cosa haga que estés así?
—Porque eso es lo hace el amor Nam, hasta el más mínimo detalle te llena de alegría—Sonrió.