Fantasías prohibidas de una v...

By SeleneNix

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He aquí una compilación de las cosas que a veces pienso pero nunca digo en voz alta, por qué ¿quien podría de... More

Observados
Tentaciones...
Asuntos pendientes (Encuentros con un extraño #2)
Tres (observados parte 2)
Sucumbiendo a la tentación (tentación parte 2)
La próxima vez (encuentros con un extraño #3)
El sonido de la satisfacción (observados parte 3)
Mía (tentación parte 3)
Di mi nombre (encuentros con un extraño parte #4)
Juntos (Tentación parte #4)
Fantasía o Realidad?
Hora de comer! (Observados parte #4)
Emma
La realidad
Se acerca el final
Buenas Noches, Emma (POV Dmitri)
continua

Encuentros con un extraño parte 1

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By SeleneNix

-no quiero entrar- dije mientras me estiraba. La espalda me dolía por estar acostada en el suelo, acababa de descubrir que las baldosas no eran tan cómodas.

-ninguno de nosotros quiere, pero es obligatorio- Andrés se encogió de hombros

-quejumbrosa- me dijo Sam

Rodé los ojos y me levante, tenía un leve dolor en la parte baja de la espalda

-Vamos-diji Andrés, levantando mi bolso y colgándolo en su hombro

Le sonreí -iré por algún dulce a la cafetería y luego al baño. Los alcanzo allá-

-aja- dijo Sam con voz incrédula, ella y Andrés me dieron una última mirada antes de dirigirse a nuestra siguiente clase.

Baje los dos pisos para hacer mi camino a la cafetería y cuando gire en el siguiente pasillo. Lo ví.

Estaba sentado, recostado contra la pared, una de sus piernas estiradas y la otra flexionada mientras apoyaba un bloc de dibujo en su muslo, cada tanto alzaba su mirada al paisaje frente a él y luego volvía a concentrar su mirada en el papel, haciendo trazos y luego sombreando con los dedos.

Lo había visto varias veces desde que habían empezado las clases.

Cabello negro largo hasta su mentón, piel blanca como la leche, alto, delgado pero aun así musculoso, también tenía una sonrisa asquerosamente sexy y luego estaban esos increíbles ojos grises. Pero no era un gris común, eran como el humo, casi cristalinos. Eran como una luz de neón en contraste con su piel y su cabello negro, que caía casualmente sobre sus ojos.

Ese chico me hacía babear cada vez que lo veía y había tenido la mala fortuna de solo verlo en unas pocas ocasiones.

Recordaba muy bien la primera vez que lo había visto, yo estaba saliendo de mi bloque, dirigiéndome hacia una pequeña "tienda" (pero era más bien dos mesas con manteles de cuadros) donde 2 estudiantes vendían un café -que presentía le echaban cocina o algo así porque era súper adictivo y delicioso-

Cuando llegue, una chica me atendió y mientras esperaba a que me diera mi taza de café, sentí como los vellos de mi nuca se erizaron y luego estaba esa firme sensación de ser observada, no sé porque, pero casi siempre sabia cuando alguien me estaba observando y hoy no era la excepción. Ya me había pasado varias veces en el día -suponía que mis shorts negros tenían algo que ver con ello-

Espere a que la chica me diera mi café y darle el dinero para girarme a enfrentar la mirada de cualquier idiota que estuviera mirando mi trasero.

Cuando mi mirada choco con esos ojos grises, casi jadeo. Eran unos ojos hermosos y nunca había visto ojos grises. Bueno, quiero decir, había visto ojos azules y verdes y montones de ojos cafés, empezando por los míos, que los veía cada mañana al mirar mi reflejo en el espejo, y había ciertas personas que decían que tenían ojos grises pero para mí eran más azules que grises... en fin, mi cerebro divagaba con todas esas estupideces mientras lo miraba totalmente estupefacta y de repente no me importo en absoluto si él estaba o no mirando mi trasero, miles de pensamientos indecentes pasaron por mi cabeza pero había uno que se había presentado como una imagen vivida en mi cerebro y era él entre mis muslos, mirándome con esos ojos hipnóticos mientras su lengua jugaba con mi centro y mis dedos se enredaban en su cabello. Mis muslos instintivamente se apretaron y vi como una lenta y sexy sonrisa se dibujaba en su rostro.

Santo dios!

Esa mirada y esa sonrisa parecía como si él supiera exactamente en qué pensaba.

Sentía mis mejillas arder mientras apartaba la mirada y prácticamente corrí devuelta a mi bloque para mi siguiente clase, aunque mi clase no empezara hasta dentro de otras 2 horas.

Volví de mi viaje al pasado y gracias dios el todavía no me había notado, la imagen que había visto todavía me atormentaba cada vez que lo veía y -esto solo me lo admitiría a mí misma- también me había hecho despertar sudando y frustrada sexualmente varias noches.

Me alegraba de que hoy no era uno de esos días en los que venia toda desarreglada, con vaqueros viejos y una camiseta que a veces era un poco demasiado grande, y mi cabello recogido en un moño desordenado en la cima de mi cabeza. Aunque él ya me había visto así e incluso con esas fachas me había sonreído igual que la primera vez, con esa sonrisa que hacía que mis hormonas atrofiaran mi cerebro.

Pase caminando frente a él con la cabeza gacha tratando de evitar el contacto visual, no podría soportar la clase si mi frustración sexual aumentaba y estaba segura de que si lo miraba eso era exactamente lo que iba a suceder.

-Una snickers por favor- le dije al chico detrás del mostrador una vez llegue a la cafetería

-toma-

Le pase el dinero -gracias-

Empecé a comer mi chocolate tratando y fracasando de sacar esa cantidad de pensamientos inapropiados de mi cabeza.

Me sentía supremamente excitada con solo imaginar todas las cosas que prometían esa oscura y sexy sonrisa que siempre me daba.

Basta! Me regañe mentalmente

Mi frustración solo aumentando mientras sentía mis pezones adoloridos y el vértice de mis piernas clamar por atención.

La idea de irme ahora era tan tentadora. No me masturbaba muy a menudo pero la mayor parte de veces que lo hice era debido a él y a esa sucia y lujuriosa mirada. Ahora necesitaba desesperadamente el alivio.

Sentí mis mejillas y mi cuello arder ante mis pensamientos.

Jesús es solo un chico! Cálmate

Me decepciono y me alegro al mismo tiempo ver que ya no se encontraba en el pasillo.

Arroje el paquete a la basura una vez termine y fui al baño a lavarme las mano, una vez salí y doble la esquina choque con alguien... cuando mis ojos escanearon los vaqueros desteñidos y subieron lentamente por la camisa gris con las mangas recogidas sobre los codos y se fijaron en ese pecho firme y musculosos, mis ojos se negaron a alzar la mirada durante un momento, sabia con lo que me iba a encontrar una vez inclinara mi cabeza, mi cerebro me gritaba que diera media vuelta y me fuera pero como siempre pasa, mis hormonas inutilizaron mi capacidad racional y mire esos ojos grises que me miraban con diversión pero también con algo más, algo que hizo que mis pezones se volvieran picos y que una cosa como aceite caliente se derramara todo el camino desde mi vientre hasta mis pliegues sensibles.

Se quedó mirándome un rato más y luego como si nada siguió caminado exactamente por donde yo había venido, el baño.

Me quede estoica mientras intentaba recuperar mis sentidos. Si antes estaba excitada, ahora estaba mucho peor.

Mi corazón latía a una velocidad peligrosamente rápida y mi respiración venia casi en jadeos.

Luego, cuando recupere un poco de cordura, un pensamiento se filtró a través de la bruma de lujuria y deseo.

Qué tal si...

Sacudí la cabeza pero la curiosidad me venció y me devolví sobre mis pasos. No se veía nada fuera de lo normal incluso parecía vacío. Con una punzada de decepción igual entre a arrojar un poco de agua en mi cara, sin mirar mi reflejo abrí el grifo y con las manos recogí un poco de agua antes de arrojarla a mi rostro.

Escuche como alguien se aclaraba la garganta y a través del espejo lo vi recostado perezosamente en la pared con los brazos cruzados sobre su pecho, mirando hacia mí con una ligera sonrisa.

No pude evitar que mi mirada lo recorriera de arriba abajo, deteniéndome imprudentemente en su entre pierna, luego siguiendo su torso y otra vez haciendo una parada -esta vez más larga- en sus delgados, pero suculentos labios.

Cuando de nuevo me encontré con su mirada, la diversión en sus ojos había desaparecido y el gris era solo una fina línea alrededor de sus pupilas que estaban dilatadas.

Se acerco a mí al igual que un depredador a su presa. Contengo un gemido mientras siento su cuerpo tan cerca del mío, su respiración es pesada y sus ojos me escanean del mismo modo en que yo lo hice solo unos segundos atrás.

Se aleja de mi dejándome sorprendida, me mira sobre su hombro y me sonríe de forma perversa.

Sin estar muy segura sobre que carajos me posee, me lamo los labios y veo como sus ojos siguen el recorrido de mi lengua, luego de forma casual me siento sobre el lavado.

En ese momento él cierra la puerta y luego se gira completamente hacia mi, caminando con pasos deliberadamente lentos. Siento que si no me folla o me besa, o si quiera me toca, podría sufrir una combustión espontánea.

Suavemente pone sus manos en mis rodillas y las separa, luego mientras da un paso adelante acaricia hasta la parte superior de mis muslos tan deliciosamente cerca del lugar en el que tantas veces soñé que me lamia.

Sin soportarlo más una de mis manos vuela hacia la parte de atrás de su cuello y lo jalo hacia mí, sus labios chocando con los míos y no puedo evitar el gemido que brota de mis labios, saca su lengua y acaricia perezosamente mi labio superior y luego mi labio inferior, cuando abro mi boca y dejo entrar a su lengua para acariciarla con la mía un gruñido brota de su garganta y sus manos agarran mi cintura y me acercan más a él, dejando la mitad de mi trasero fuera del borde del lavado pero mi centro presionándose contra su erección. Mis caderas, con mente propia, se menean para rozarse contra él y él deja de besarme para enterrar su cabeza en mi cuello y morderme en el hombro, los pequeños pinchazos de dolor solo acrecientan mi excitación, con su lengua acaricia el lugar donde probablemente quedaron las marcas de sus dientes.

Beso mi cuello y luego detrás de mi oreja antes de apartarse, solo lo suficiente para poder mirarme.

-no sabes lo malditamente mal que quería tenerte así- me susurra

No respondo nada porque el ligero empuje que hace con sus caderas ejerce una placentera pero insuficiente fricción. Dejo caer mi cabeza hacia atrás golpeándome con el espejo, pero me importa un comino

Besa mi garganta -Desde la primera vez que te vi, lo único que podía pensar era en hacerte mía -Besa mi clavícula y sus manos viajan dentro de mi blusa acariciando mi vientre y luego mis pezones por encima del sujetador -en tener mi polla enterrada dentro de ti mientras te escuchaba gemir y gritar por mas- dice con voz ronca y profunda

Sus palabras son totalmente indecentes y sucias pero eso es exactamente lo que quiero que haga y no sé porque el hecho de que me susurre cosas sucias al oído solo me encienden más, si es que eso es humanamente posible.

-qué esperas entonces- respondo descaradamente. Él me mira con la misma sorpresa que yo siento

Vuelve a besarme, esta vez más lenta y apasionadamente mientras mis dedos viajan por su cabello y sus hombros, bajando por sus brazos para luego rodearlo y empezar a acariciar su espalda por debajo de su camisa.

Se aleja momentáneamente mientras le quito la camisa por la cabeza pero una vez el obstáculo se aparta vuelve a saquear mi boca, su lengua acariciando la mía, muerdo su labio inferior y luego repito lo que él hizo con su lengua pasándola perezosamente por su labio superior y luego por el inferior antes de volver a morderlo ligeramente. Él gime mientras vuelve y me besa y empieza a quitarme la blusa.

Una vez quedo solo en sujetador deja de besarme y concentra su mirada en mis pechos, no puedo evitar sentirme totalmente expuesta y un rubor rosa empieza a nacer en mi pecho, subiendo por mi cuello para luego acabar en mis mejillas.

Libera uno de mis pechos y le da un lametón a mi pezón y es una sensación gloriosa que hace todo el camino hasta mis piernas, mis bragas están empapadas y mi pezón se pone más erecto, brillando por el lametón que me acaba de dar, pidiendo más atención

-Lo sabía- dice mirándome mientras hábilmente desabrocha mi sujetador -no solo eres hermosa, si no también deliciosa- con eso vuelve su atención a mi otro pecho y succiona mi pezón en su boca. Un grito se libera de mi cuando clava ligueramente su dientes.

Su boca cambia al otro, pero su mano empieza a retorcer y acariciar el pezón que acabo de abandonar, mi centro palpita de forma dolorosa pero exquisita y cruzo fuertemente mis piernas detrás de su espalda de forma que su erección se presione firmemente donde la necesito y empiezo a menear las caderas otra vez buscando la fricción suficiente para aliviarme un poco

Empieza a moldear mis pechos mientras sigue pellizcando suave pero firmemente mis pezones entre sus dedos y sus labios dejan un reguero de besos en mi cuello. Lo presiono más fuerte contra mí y giro ligeramente mis caderas

Él gime y deja caer su frente en mi hombro.

-necesito estar dentro de ti- dice con un gruñido casi animal

-por favor- suplico entre jadeos

Cuando sus manos empiezan a desabotonar mis vaqueros suena un golpe en la puerta, lo ignoramos mientras yo bajo la cremallera de su pantalón

Pero luego se oye un click y la puerta se abre.

Me congelo completamente, mientras él deja salir una maldición

La aseadora nos da una breve mirada mientras suspira exhausta, entra en el baño y prosigue con su trabajo, ignorándonos de forma deliberada

Él me cubre con su cuerpo

-nos da un momento- le ladra a la señora, luego se da cuenta de su error -por favor- agrega

Ella no tiene la culpa, es solo su trabajo, antes deberíamos darle las gracias por no delatarnos y aunque sé que eso es cierto no puedo evitar sentir rabia por su inoportuna interrupción

Él me ayuda a ponerme el sujetador y luego desliza mi blusa sobre mi cabeza

Él se pone la suya rápidamente mientras yo me abotono los vaqueros y recojo mi cabello en una cola de caballo.

Me ayuda a bajar del lavado y mis ojos se concentran es su mano mientras acomoda su erección.

Escucho que exhala pesadamente y evito su mirada y la de la señora del aseo mientras salgo con la cabeza gacha, frustrada sexualmente y por completo avergonzada. Aunque curiosamente no arrepentida.

Cuando salimos del baño empiezo a subir las escaleras pero él me detiene y me da esa sonrisa para luego darme un casto beso en los labios.

Luego se gira sobre sus talones y sale del edificio, me quedo mirando unos segundos y luego corro escaleras arriba. Cuando estoy a punto de entrar a mi clase un pensamiento me golpea

Todo eso sucedió y ni siquiera se su nombre.

Jesús, soy una zorra!

Las horas pasan de forma lenta y cuando por fin se acaba la clase salgo enfurruñada, mi estado de ánimo es un asco.

-por dios! pero que te paso que estas con esa cara- dice Sam

-nada- le escupo devuelta, luego frunzo el ceño ante mi grosería. Suspiro y en un tono de voz conciliador digo: -lo siento, no tengo ni idea- le miento

-no pienses mal- dice Andrés- no es que estuviera mirandote las tetas- se explica y yo le doy una mirada asesina - pero es inevitable, parece que tienes algo debajo de la blusa- dice señalando

Cuando miro hacia abajo veo como una esquina sobresale de mi blusa. Raro

Voy al baño y miro, cuando veo un pequeño pedazo de cartulina incrustado en el borde de encaje de mí sostén.

Lo cojo y vuelvo a organizar mi blusa.

No hay letras pero escritos con bolígrafo azul hay 6 dígitos.

En algún momento mientras me vestía me dejo su número de teléfono, sonrió y mi sangre empieza a bullir ante la posibilidad de terminar lo que empezamos.

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