Akashi salia tranquilamente de una librería, llevaba una bolsa consigo con su nueva adquisición, un libro de misterio.
Vio su reloj de muñeca y se dio cuenta que aun eran la 2:35 pm, aun tenia tiempo, sus únicos planes eran salir en la noche con Taiga y otros demonios.
Camino con tranquilidad en la calle hasta que se encontró con unos ojos grises demasiado familiares entre la multitud y el tiempo pareció detenerse por un momento. Era como si fueran los únicos en esa calle por un instante, hasta que un grupo de chicos paso entre ellos sacándolos de su ensueño. Cada quien siguió su camino como si nada.
Nijimura apretó los puños mientras caminaba, el pelirrojo siempre le hacia pensar en cosas que no quería.
Akashi frunció el ceño, pues odiaba encontrárselo por la calle, ¿que acaso Tokyo no era lo suficientemente grande para que eso no pase? Al parecer no. ¿Que acaso solo quería seguir desgraciándole la vida?,aunque para ser francos no es como si todo se hubiera arruinado cuando lo conoció, no, su vida ya iba cuesta abajo desde antes.Probablemente lo que mas le había dolido era haber podido pensar que las cosas mejorarían. Esa ilusión que el chico le dio... Y luego le arrebato.
Todo el asunto lo molestaba y su mente divago en su vida. No toda su vida había sido mala, hasta los ocho años estuvo bien, no fue mucho, pero fue su mejor etapa. Pues hasta esa edad vivió con su madre, Shiori, una humana. Eso era algo que no debía saberse, seguro los demonios no se tomarían bien el saber que su príncipe es un híbrido. El pelirrojo podía recordar el día en el que todo comenzó a ir cuesta abajo.
Años antes.
Elpequeño niño pelirrojo estaba sentado sosteniendo sus piernas con la cabeza apoyada en las rodillas, se encontraba llorando, pues acababa de terminar el funeral de su madre.
-Seijuro-lo llamo una voz imponente.
El niño elevo su mirada y se encontró con un hombre alto, imponente ycon una mirada fría en sus ojos dorados, su padre.
-Deja de llorar, eso es de débiles- le regaño.-Es hora de irnos-le indico que lo siguiera.
El niño no tuvo mas opción que obedecer, su madre ya no estaba y ahora viviría con su padre. El sabia lo que era su padre, su madre nunca se lo oculto y le advirtió que en algún momento, él querría llevárselo y ahora que ella no esta, el momento llego.
Esa noche la pasaron en una gran mansión, donde se le asignó una habitación, pero ese lugar le daba una extraña sensación, le hacia sentir una pesadez en el pecho y una gran incomodidad.
Al otro día fue por primera vez al infierno. El peor lugar existente, donde solo te rodea el mal, la desgracia y el sufrimiento.
Para alguien de tan corta edad que no había crecido ahí, era agobiante y aterrador. Estuvo en ese lugar por un par de años e incluso se acostumbro, sin embargo, volvió al plano terrenal para la secundaria, para acostumbrarse a estar entre humanos, pues al crecer se le dejaría a cargo de ese plano. Sin embargo, debía volver al infierno con frecuencia.
El chico aun no despertaba su lado demonio, es mas fuerte e incluso mas rápido que la mayoría que los demonios de su edad, pero aun no desarrollaba alas, cuernos y cola, la única razón por lo que nadie sospechaba nada es por que es algo que se manifiesta a voluntad.
Aun así el asunto molestaba a su padre, así que lo presionaba. Todavía tenia cierto brillo en los ojos, el mismo que había tenido su madre, este se volvió mas opaco desde la muerte de la mujer, pero seguía ahí. Tal vez el chico necesitaba experimentar mas emociones negativas.
Su inicio en la secundaria no fue el mejor, era un chico raro, su cabello llamaba mucho la atención, pero era un chico muy serio para su edad. No hacia amigos. Lo veían como el hijo de un hombre poderoso e influyente. Nadie se le acercaba.
Un día como cualquier otro, eso cambio. Se encontraba sentado bajo un árbol en el receso, cuando alguien le hablo.
-¿Te molesta si me siento contigo?-le pregunto un chico pelinegro de ojos grises.
Akashi se extraño, pero dejo que se sentara.
-¿Como te llamas?-.
-Akashi Seijuro-.
-Yo soy Nijimura Shuzou-le dijo con una sonrisa y Akashi se vio correspondiendo el gesto con una mas pequeña, no recordaba la ultima vez que sonrió.
-.-.-.-.-
Nijimura y Akashi se hicieron muy cercanos, hablaban en todos los recesos y en la salida caminaban juntos lo mas que podían antes de tener que tomar caminos diferentes.
El pelirrojo le tomo un gran aprecio al mas alto, pues a este no parecía importarle que fuera hijo de alguien influyente en el mundo terrenal y menos parecía saber quien era realmente.
Fueron amigos hasta el segundo año del pelirrojo y tercero del pelinegro.
El día en que todo termino Akashi se había dirigido a clases mas temprano de lo usual, en el camino paso por una plaza con un gran jardín, era primavera, por lo que se veía mejor que de costumbre, el pelirrojo podía recordar que su madre lo llevaba ahí, había sido el lugar favorito de la mujer.
Al verlo, el chico sonrió y decidió que volvería después de clase. La idea de volver acompañado se le hizo aun mejor, tenia que traer aNijimura, debía admitir que el chico estaba en su cabeza mas que nunca, ¿Pero como no estarlo?. El siempre lo animaba con su sonrisa amable y personalidad tosca. ¿Y para que mentir? Se enamoro de su mejor amigo. Ese que lo hacia reír en sus días mas oscuros y sin saber lo motivaba a seguir cuando pensaba que ya no podía con la carga que llevaba.
-.-.-.-
-Nijimura-san, ¿me acompañarías a un lugar después de clases?-le pidió el pelirrojo con una sonrisa.
-Claro,¿a donde?-pregunto animado el pelinegro.
-Es una sorpresas- respondió sin dejar de sonreír, incluso se veía emocionado, eso le dio mas curiosidad al mayor.
-De acuerdo-.
-.-.-.-
Los chicos caminaban después de clases al lugar sorpresa, Akashi tenia una linda sonrisa en el rostro que tenia a Nijimura embobado. Todo bien hasta que se encontraron a tres conocidos del mayor que estudiaban en otra escuela.
-¿Nijimura?-pregunto el primer chico que lo noto.
-¡Hey,cuanto tiempo!-respondió este, esos chicos eran ángeles, igual que el.
-¡Oi,Nijimura! ¿Andas con el?!- pregunto otro de los chicos, mirando de mala manera a Akashi. Esto hizo fruncir el ceño a Nijimura.
-¿Algún problema?-dijo el pelinegro de malas maneras.
-¡Es Akashi Seijuro!-exclamo el tercero al reconocer al pelirrojo.
-¿Y? ¿que tiene?-la situación lo estaba hartando y Akashi tampoco se veía muy feliz que digamos.
-¡Es un Demonio!-exclamo el primer chico, impactando a Nijimura.
-¿Q-Que?¡Claro que no!- se negó.
-¡Claro que si! ¡Y no solo es un demonio, es le hijo del rey!-afirmo.
-E-Eso no es verdad..¿cierto Akashi?- le pregunto dubitativo a el pelirrojo que se encontraba tenso.
-¡Oh vamos!¿ Vas creer lo que te diga?-.
-¡Seguro lleva mucho tiempo mintiéndote!- encaro el chico a Akashi el cual le dedico una fría mirada. Antes de que el pelirrojo pudiera hablar otro chico se adelanto.
-Un día seguro "te llevaría a un lugar" y cuando te dieras cuenta ¡Boom! ¡Estas en el infierno!- eso le cayo a Nijimura como balde de agua fría y no pudo evitar relacionar las cosas.
-Tu...Ibas a llevarme al infierno- dijo mirando molesto a Akashi.
-No Nijimura-san, yo te iba a llevar a otro lugar- se quiso acercar al pelinegro pero uno de los chicos se lo impidió empujándolo al suelo.
-¡Si claro! Te has salvado por poco Nijimura- lo peor para el pelinegro fue ver que no negó saber del infierno ni ser un demonio.
Akashi aun en el suelo miro a Nijimura para hablarle pero este no le dejo.
-No puedo creer que casi caí en tu mentira- su voz había sido fría y su mirada tenia desprecio.
Akashi bajo la mirada con la mandíbula apretada y los puños cerrados fuertemente, esas palabras habían dolido. Nunca pensó que Nijimura podría hacerle algo así, despreciarlo por lo que es.
Sintió un gran dolor en su pecho, la persona que mas quería y en la que mas confiaba le daba la espalda, se sentía horrible. Eso es lo que se ganaba por tener bondad con la gente.
-¿Que pasa maldito demonio? ¿Te sientes mal por que arruinamos tu trampa?-se burlo uno de los ángeles y estuvo a punto de patear a Akashi. Sin embargo, con unos reflejos asombroso Akashi lo sujeto del tobillo antes de que pudiera golpearle.
-¿Eh?-lo siguiente que supo el chico fue que se estampó en una pared.
-¿Yo sentirme mal? Al contrario, estoy mejor que nunca- al subir su miradaa los restantes pudieron notar sus ojos ahora heterocromaticos.
Akashi se levanto mientras los ángeles lo miraban en shock. Les dedico una mirada sin emociones mientras unas impresionantes alas negras salíande su espalda, junto a unos cuernos del mismo color en su cabeza y finalmente, una cola.
El chico que había sido arrojado gimió en el piso, lo cual molesto a los otros dos ángeles que vinieron con el.
-¡Maldito!-le grito uno intentando darle un golpe, pero el pelirrojo lo esquivo como si nada.
Los dos chicos atacaron al mismo tiempo, pero Akashi los derroto dejándolos en el suelo. Nijimura solo había observado la pelea aun sin poder creer lo que pasaba frente a sus ojos, Akashi se encontraba volando a un metro del piso en donde estaban los demás ángeles, sin embargo, este no lo ataco, solo le dedico la mirada mas fría quehabía visto, se dio media vuelta y se fue volando a una velocidad increíble.
Nijimura se quedo viendo la dirección en la que se fue con los puños apretado, se sentía molesto, idiota y traicionado. Ese demonio lo había tenido donde quería, casi entra a la boca del lobo. Y pensar que se había enamorado de él y todas sus mentiras.
Básicamente hasta allí llego su historia, pues el resto del año se ignoraron y el pelinegro se graduó. Sin embargo, no pudieron evitar escuchar noticias del otro. Se habían vuelto populares.
Se oía mucho del príncipe de los demonios, Akashi Seijuro, ese chico cruel y despiadado que se deshace de cualquiera que se interponga en su camino. Y también, de Nijimura Shuzou, el chico que había logrado volverse arcángel a corta edad por su habilidad y poder.¿Como olvidas a alguien del que no dejan de hablar?, simple, no lo haces. Y es una mierda.
Actualidad.
Tanto Akashi como Nijimura estaban tan distraídos, caminando por atajos y envueltos en recuerdos similares que los atormentaban que no se dieron cuenta del peligro, hasta que fue demasiado tarde.
De repente sintieron una punzada en el cuello, se llevaron sus manos a estos y retiraron lo que se había clavado, dardos.
Al segundo siguiente todo se volvió negro para ambos.
Este es el capitulo mas largo hasta ahora, espero que les haya gustado. Como habrán notado el Nijiaka es mi pareja favorita (y el Mayuaka, pero eso no tiene nada que ver en esta historia), sin embargo, haré mi mayor esfuerzo por hacerle justicia a todas las parejas, aunque hay unas que me cuestan mas que otras.
Past=Pasado.