Amor por Contrato[SAV #3] ©

By andreawoon

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[Libro #3 de la serie amores verdaderos] Nota: Las cinco historias están relacionadas pero ninguna es secuela... More

Personajes
Prólogo (*)
Uno (*)
Dos (*)
Tres (*)
Cuatro (*)
Cinco (*)
Seis (*)
Siete (*)
Ocho (*)
Nueve (*)
Diez (*)
Once (*)
Doce (*)
Trece (*)
Catorce (*)
Quince (*)
Dieciséis (*)
Diecisiete (*)
Dieciocho. (*)
Diecinueve (*)
Veinte. (*)
Veintiuno. (*)
Veintidós (*)
Veintitrés (*)
Veinticinco (*)
Veintiséis (*)
Veintisiete (*)
Veintiocho (*)
Veintinueve (*)
Treinta (*)
Treinta y uno (*)
Treinta y dos (*)
Treinta y tres (*)
Treinta y cuatro (*)
Treinta y cinco. (*)
Treinta y seis. (*)
Treinta y siete. (*)
Treinta y ocho. (*)
Treinta y nueve. (*)
Cuarenta. (*)
Cuarenta y uno (*)
Cuarenta y dos. (*)
Cuarenta y tres. (*)
Cuarenta y cuatro. (*)
Cuarenta y cinco. (*)
Cuarenta Y Seis. (*)
Cuarenta y Siete. (*)
Cuarenta Y Ocho (*)
Cuarenta y nueve (*)
Cincuenta (*)
Cincuenta y uno (*)
Cincuenta y dos (*)
Cincuenta y tres. (*)
Cincuenta y cuatro. (*)
EPÍLOGO
Agradecimientos & Aclaraciones
AVISO
Extra "Especial de San Valentín"
¡Aviso Super Importante!

Veinticuatro (*)

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By andreawoon

ANNA

Hoy era el aniversario de los padres de William, nos habían invitado a asistir a una elegante cena que se llevaría a cabo en casa de los señores Blake, así que pasé un largo rato intentando encontrar la ropa adecuada para llevar.

—Sabes que te ves hermosa en cualquier prenda —pronuncia Liam cuando no consigo decidirme entre el vestido color rojo y el turquesa. —Cualquiera de los dos es espectacular.

—Dijiste que habría demasiadas personas importantes — le recuerdo dándome por vencida y regresando los vestidos al armario. No quiero llevar algo que no sea para la ocasión.

Lo observo batallar para acomodarse la corbata, así que suspendo mi tarea de la búsqueda del vestido perfecto para ir hacia él.

—Déjame a mí —pido. William sonríe mientras se mantiene quieto, en espera de que termine mi labor. Cuando lo consigo, paso mis manos sobre el saco alisando la tela y sonrío.

—Luces muy apuesto —una sonrisa se dibuja en sus labios mientras se inclina con ligereza hacia mi cuerpo. Deja un rápido beso sobre mis labios antes de apartarse.

—Y tú luces igual de hermosa en esa bata de baño —responde divertido —si no queremos llegar tarde, debes de comenzar a alistarte —sugiere. Toma un par de cosas antes de darme una mirada. —Estaré abajo, intenta no demorar demasiado —pide antes de salir de la habitación.

Cuando se ha marchado, suelto un suspiro mientras tomo mi celular. Escojo uno de los vestidos que ya había descartado y le tomo una fotografía, y hago lo mismo con algunos más antes de enviárselo a Montserrat.

"Cena de aniversario con los padres de William ¿Cuál está mejor?"

Me siento en el borde del colchón, con los vestidos rodeándome e impaciente por que mi mejor amiga decidiera responder. Tarda alrededor de cinco minutos en hacerlo, y cuando lo hace, deduzco que debí de haber hecho eso desde el inicio,

"El blanco no es un muy buen color, se ensucia con facilidad y para una cena de aniversario no creo que sea la mejor opción. El rojo, demasiado sensual, al igual que el negro, así que el rosa palo es sin duda el mejor, es tu color"

Luego de responderle que literalmente me ha salvado, dejo el celular a un costado y me dispongo a cambiarme de ropa. No demoro demasiado, o intento no hacerlo, mi cabello lo dejo suelto, solamente sujeto de un lado con un broche de color dorado, el maquillaje lo tenía listo antes de elegir la ropa, así que solo me resta colocarme las zapatillas y bajar hacia donde Will me espera.

Él levanta la vista al escuchar el sonido de mis pasos, por unos segundos parece sorprendido. Abre la boca y sus ojos toman un brillo, no deja de mirarme mientras camino hacia él. Una ligera sonrisa se posa en mis labios cuando nos encontramos a centímetros de distancia.

—¿Qué te parece? ¿Crees que luzco presentable? —inquiero.

—Luces más que presentable —responde colocando las manos en mi cintura —luces tan hermosa y bella que quiera comerte a besos aquí mismo, de hecho, ese escote es bastante tentador.

—No me molestaría que lo hicieras —respondo acercando mis labios a los suyos —pero tenemos una cena a la cual asistir.

—Creo que mis padres pueden esperar —responde con una sonrisa juguetona en el rostro. Su fragancia llega hasta mi inundando mi sistema por completo. Por una brevedad de segundos cierro los ojos para deleitarme con su aroma.

—Puede ser —respondo —pero he invertido mucho tiempo en arreglarme y no quiero arruinarlo. —Me aparto de él y casi quiero reír cuando observo el rostro de Will. Camina hasta llegar a mi de nuevo, su agarre en mi cintura se vuelve firme mientras me apega a su cuerpo.

Coloca sus labios sobre los míos con rapidez, enrosco mis manos alrededor de su cuello mientras me deleito de las sensaciones que sus labios producen. Me veo en la necesidad de apartarme, de lo contrario terminaríamos en la habitación y estaba completamente segura, de que dejaríamos a sus padres esperando.

Coloco mis manos en su pecho y lo empujó para alejarlo logrando un gruñido de su parte.

—En serio tenemos que irnos —insisto. Acerco uno de mis dedos para limpiar el escaso rastro de labial que hay en sus labios, al parecer el anuncio de que era prácticamente intransferible, ha funcionado en un noventa por ciento.

—Bien, tu ganas esta vez —masculla. Toma mi mano mientras ambos caminamos hacia fuera del departamento.

Will abre la puerta del copiloto cuando llegamos, permitiéndome entrar. El sol ha comenzado a ocultarse cuando nos ponemos en marcha, los rayos son fuertes en nuestra dirección por lo que observo a Will colocarse las gafas oscuras antes de encender el auto.

Por las bocinas comienza a sonar la canción de Sugar, la voz de Adam Levine es tan hermosa que subo el volumen de la canción.

I just wanna be deep in your love

And it's killing me when you're away

Ooh baby, cause I don't care where you are

I just wanna be there where you are

And I gotta get one little taste

Mi voz se deja escuchar mientras cierro los ojos. La risa de Will me hace abrirlos de nuevo, sin embargo, me observa por un par de segundos antes de unirse al coro de la canción.

—Sugar Yes please

Won't you come and put it down on me

Oh right here, cause I need

Little love a little sympathy

Yeah you show me good loving

Make it alright

Need a little a sweetness in my life

Sugar

Yes please

Won't you come and put it down on me.

Me dedica una mirada de soslayo sin detener su canto, la escasez de trafico nos permiten una carretera libre, y se siente bien.

Él cantando a mi lado, riendo cuando desafinamos, me hace sentirme tan bien, como probablemente no me he sentido. Me hace sentir relajada, feliz.

—Definitivamente no tienes dotes como cantante —dice en tono divertido cuando la canción acaba.

—Oh, vamos —sonrío —tampoco eres el mejor cantante que digamos.

William ríe mientras niega con la cabeza. La sonrisa no desaparece de su rostro en ningún momento, y la mía creo que podría durar por el resto del día.

(...)

Will toma una de mis manos cuando nos adentramos a la gran casa de sus padres, atravesamos la instancia esquivando a todos los invitados y deteniéndonos a saludar a algunos de ellos.

William parecía conocer a cada uno de ellos, por mi parte, me limitaba a dar sonrisas y a intercambiar un par de palabras amables con las que suponía eran las esposas de los socios de la empresa.

Cuando llegamos al jardín, la decoración es completamente asombrosa, esto más parecía una boda, que una celebración de aniversario.

El jardín se encuentra iluminado por diversos faroles, sobre nosotros se encuentran algunas lonas de color blanco y algunas tiras de luces decoran los árboles. Hay varias mesas distribuidas por todo el lugar y muchos meseros caminan alrededor llevando bandejas en una de sus manos.

—Tus padres sí que saben celebrar a lo grande —pronuncio cuando tomamos asiento en una de las mesas que estaban vacías.

—Cumplen 30 años de casados —informa —deben celebrarlo de la mejor manera.

Antes de que pueda darle una respuesta, sus padres llegan hasta donde nos encontramos.

—¡Querido! ¡Anna, linda! —Miriam luce emocionada al vernos. Rompo el agarre que Will ejerce en mi mano cuando su madre lo abraza, y luego sonrío con sinceridad cuando ella lo hace conmigo. —Me da gusto que vinieran.

Su cabello rubio como el de Liam, se encuentra recogido en una trenza que le rodea la cabeza y se encuentra decorada con pequeñas flores blancas. Luce hermosa, y el vestido color crema que lleva puesto solo revela la envidiable figura que posee a sus casi cincuenta años de edad.

—No podíamos perdernos esta celebración —responde Will mientras toma de nuevo mi mano. —¿Cómo la están pasando?

—Estupendo, cariño —responde. —Ahora los dejamos porque necesitamos atender a los invitados.

Camino de la mano de William hacia una de las mesas que se encuentran vacías, el no conocer a nadie aquí comenzaba a agobiarme, no quería parecer una de esas mujeres estiradas que le huían a socializar, pero me temía que no era la mejor en ese ámbito.

—¿Todo en orden? —inquiere Will con una ligera sonrisa.

Antes de que pueda darle una respuesta, un hombre se acerca a él. Ellos intercambian algunas palabras antes de que el hombre se marche de nuevo.

—¿Tienes que ir a algún sitio? —inquiero al conseguir escuchar algo de la conversación.

—Mi abuelo quiere hablar conmigo —informa en un suspiro —no me tardo.

Asiento. Él se inclina para dejar un beso en mis labios y luego se incorpora del asiento, lo observo caminar hacia algún punto del jardín hasta que lo pierdo de vista.

Me quedo sentada mirando a mi alrededor en un intento de encontrar un rostro conocido. Sin embargo, no lo consigo.

—Pero miren a quien tenemos aquí —retengo la maldición que quiero soltar en cuanto reconozco la voz y al hombre sentarse frente a mí.

—Espero que esta vez podamos hablar sin que mi querido primo nos interrumpa —Joan sonríe, y la chica a su costado también. La reconozco de inmediato, es la misma a la que nos encontramos en aquel restaurante la otra noche.

Y tengo el presentimiento de que esto no terminará bien.

WILLIAM.

Sabía que el hecho de que mi abuelo pidiera hablar conmigo, no era una buena señal. Sobre todo, que me llamó al estudio de mi padre, lejos de la gente.

—Me dijeron que querías hablar conmigo —pronuncio.

—Así es —responde mientras centra su atención en mí —tú padre me dijo la renuencia de Anna y de ti al tener un bebé.

Ruedo los ojos.

—Si me llamaste para eso...

—Te llamé porque hay algo más que quiero tratar contigo —informa —como sabes, tu primo ha regresado y tiene serios intereses en ocupar el puesto en la empresa que le corresponde.

—¿Qué le corresponde? Nada es suyo, es un vividor, abuelo.

—No hables así de él —reprende.

—Oh, bien ¿ahora vas a defenderlo? —inquiero con molestia —sabes tan bien como yo que no podrá con la responsabilidad, solo ha llegado exigiendo eso porque no soporta que ahora todo sea mío.

—Nada es tuyo, aún no he muerto.

—Sabes a lo que me refiero —mascullo.

—Bueno, no te he pedido que vengas para pedir tu consentimiento, sino para que mañana coloques a Joan en el puesto que le corresponde. Tomará su lugar como mi nieto y el consejo le dará los beneficios que eso conlleva, compartirás responsabilidades con él, y no te estoy pidiendo tu opinión sobre eso.

Aprieto los dientes, mirando al hombre que luce desinteresado frente a mí.

—Así que él puede pasar años sin poner un pie en la empresa, y no dudas de sus capacidades —reprocho. —y a mí por un par de fiestas ¿me obligas a casarme? Gracias por demostrar la confianza que tú y papá me tienen.

Le doy la espalda, dispuesto a marcharme de ahí pero su voz me detiene.

—Eres un buen líder, William. Pero demasiado débil —mi cuerpo se tensa. —Casarte con Anna Harris fue solo el primer paso para convertirte en alguien como yo, en un hombre derecho y tenaz, debes aprender a hacer sacrificios para alcanzar el poder.

—No me interesa el poder, abuelo —mascullo —¿De qué sirven los sacrificios si al final no significan nada? —inquiero con reproche —me obligaste a casarme para que esto no sucediera, para que él no se quedara con el dinero y ahora resulta que llega como si nada a pedir algo que no le pertenece ¿qué es lo que te ha dicho? ¿Qué mentira te ha contado para hacer que cambiaras de opinión? ¿Qué tragedia en su vida sucedió ahora? Hablas de debilidad, pero cuando se trata de Joan, eres el más débil de la familia.

—Yo era perfectamente capaz de dirigir las empresas sin ese matrimonio, pero no confiaste en mí —continúo. —Y cuando hago lo que quieres, cuando me someto a tus deseos, simplemente decides que es hora de cambiar las normas.

—Joan entrará a la empresa, como el dueño de las acciones que le corresponden y tú no reclamarás nada —su voz es firme —nada será tuyo hasta el día que yo muera, William. Tal vez en ese momento, entonces seas capaz de deshacerte de tu primo sin problemas.

Mi cuerpo entero está tenso, aprieto los dientes tanto que han comenzado a doler y solo mantengo la mirada fija en el hombre frente a mí.

—Bueno, pues entonces tal vez debas buscar un nuevo CEO de las empresas —mascullo. Su semblante cambia —porque no estoy dispuesto a aceptar esto.

—William no te atrevas...

—Hablaré con el consejo mañana, para sugerir que Joan García sea el nuevo CEO de tu "imperio" —hago comillas con los dedos cuando pronuncio la última palabra. —a ver qué tan contentos están con esa decisión.

Luego me doy la vuelta, con una punzada de ira atravesándome el pecho, y me marcho. Sin hacer caso a sus llamados furiosos. Simplemente me marcho.

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