Mi razón ; Shinsou Hitoshi

Door Snowiiii-

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Pequeños relatos de la vida diaria entre Aleska De La Cruz y Hitoshi Shinsou. Una sabrosura latina y un aburr... Meer

Prólogo
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•mi razón para ser un héroe•
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🌸Ficha de personaje🌸
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Ingreso a la U.A. parte 1

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Door Snowiiii-


Capítulo 4; Compañeros.

—¡Shinsou!— El chico sintió el peso de la castaña en su espalda. —¡Seamos compañeros de ejercicio!— Dijo agarrada como mono en la espalda del oji-morado.

—Me niego.— Trató de quitársela de encima.

—Ya no quedan más opciones.— Dijo obvia, reforzando su agarre.—  No te hagas la difícil. — Bromeó.

Él suspiró. — Pero bajate de mi espalda.—

—¿Acaso te avergüenzas de mi?—

—Sí, ahora bajate o no vamos a empezar nunca. —

—Tienes razón. — Dijo bajando.

Ahora la podía ver mejor, llevaba el típico traje de deportes de la U.A. pero no el chaleco, sino, un polo simple de color blanco.

—¿Por que no usas el chándal? —

—Me muero de calor con esa cosa.— Dijo obvia.— Además de que sudo como puerco.— Lo último se lo dijo más a ella.

—Bueno, ¿Que tenemos que hacer? —

Ella se sentó y separó un poco sus piernas.— Llegar al piso sin doblar las piernas.— Dijo seria.

Él la imitó, sentándose a su lado.—¿Te refieres a los dedos?—

—Sí, pero así no es un verdadero trabajo en equipo.— Dijo levantándose y poniéndose frente a él, separando las piernas a la altura de las de él. — Ahora dame tus manos.—

Acostumbrado, solo la obedeció, ella lo jalaba para su lado, cosa que era demasiado sencillo.—¿Asi?— Dijo con el pecho casi pegado al suelo.

—¡¿Como chucha haces eso?!— Preguntó sorprendida por la elesticidad de quien creía vago por excelencia.—¿Que tan flexible eres?— Dijo ya casi echándose de espalda por jalar los brazos de su compañero.

—Muy buen trabajo, Hitoshi.— Dijo el profesor viendo el trabajo del chico. — Me doy una vuelta y vengo a ver el trabajo de la señorita Areska.— La llamó por su nombre al ser su apellido complicado para él.

Ella soltó las manos del de cabello morado.— Creí que eras un flojo.— Declaró con sorpresa.

—Hago ejercicio casi todo el tiempo— Dijo obvio.

—¡Que envidia!—

—Ahora te toca.— Extendió sus manos, ella los tomó.

—Para que sepas, siempre he sido una floja en educación física.— Declaró triste.

—Sisi.— La ignoró, mientras la jalaba en su dirección.

—¡Me dueleee!— Comenzó a quejarse.— No puedo, Shinsou, me duele.— Él no hizo caso y siguió. —¡Basta!— Gritó sin soportar más el dolor, lanzando sin querer a su compañero por lo menos, dos metros.

Ahora eran el centro de atención, ella se quedó congelada del miedo, lo que menos quería era lastimar a su amigo. Se relajó al ver que se levantaba como si nada.

—¡Intentemos otra cosa!— Gritó ignorando el hecho de que lo había mandado a volar.

Ella sólo asintió.—Perdón por eso. — Dijo sobandose su brazo.

—No te preocupes.—

—¿Que idea tienes?— Dijo curiosa, pero aun culpable.

—Voy a poner mi peso en tu espalda, luego te voy a empujar poco a poco, ¿Bien?— Ella asintió.

—Auch.— Dijo sintiendo el peso de Shinsou, mientras acercaba su pecho al suelo.—Mm-me duele.— Se quejó del dolor.

—Ya vas a lograrlo, aguanta un poco más. —

Ella asintió mientras respiraba agitadamente.—¡No, n-no puedo!— Comenzó a alterarse, sintiendo como si la estuvieran desgarrando.

—Allá viene el profesor, solo un poco más. — Dijo presionando su espalda con ambas manos y apoyando una rodilla.

—¡No, no puedo! — Dijo ya lagrimeando.—¡Controla mi mente!—

—No puedo hacer eso.— Dijo inseguro.

—¡Por favor, Shinsou!— Suplicó.

—Aleska...—

¡Que lo hagas, pendej-...— No pudo continuar, porque el chico ya tenia el control.

—Cuenta hasta cinco.— Ordenó mientras hacia presión y lograba que ella llegara al suelo completamente.

—Uno, dos, tres, cuatro, cinco.— Dijo mientras una lágrima se derramaba.

—Eh, muy buen trabajo, Areska.— Dijo el profesor apuntando algo en su libreta.— Ya pueden descansar. — Sugirió mientras se iba.

—De nada.— Dijo dándole un golpe en la nuca, despertándola.

—¡Ahhhhhh!— Gritó con todas sus fuerzas.— La chucha, duele como mierd...—Susurró mientras se retorcía en el suelo.

—Deja de quejarte y vamos a sentarnos en la sombra.—

Gimoteo de dolor.— Callese.— Dijo echándose de espalda, contemplando el cielo por unos segundos.

—Vamos.— Dijo cansado de estar en el sol. Haciendo que ella fijara su vista en él. — No me mires así. —Se sintió incomodo.

Ella asintió y se sentó. — Levantame.— Extendió sus brazos hacia él.

—Tú te puedes levantar sola.—

—¡Qué me levantes conchetumadre!— Exigió molesta, el chico cansado solo obedeció. —¡Gracias!— Dijo ya de pie.

—Solo vamos a sentarnos.—

—Espera.— Dijo agarrando su brazo y apretando.— ¡No puede ser!— Gritó incrédula.

—¿Qué?—

—¡La tienes bien grande!— Hizo una pausa y lo soltó. — Ahre, lo malpensé.— Dijo rascándose la nuca.

—Es porque hago ejercicio.—

—¡Entonces también haré ejercicio! — Dijo decidida siguiéndolo a la sombra de un árbol.—Me voy a meter al gym y me voy a poner bien pinshe buena.— Comentó con brillo en sus ojos.

—No es solo hacer ejercicio. — Se sentó. —Tambien debes aprender a luchar y cosas así. — Dijo recostándose en el árbol.

—Ya veo...— Supuso que su amigo lo hacia con la idea de ser un héroe.—¡Entonces dejame entrenar contigo!— Dijo sacudiendo su brazo.

—Entreno los sábados y domingos en la madrugada.— Dijo cerrándo los ojos.— Sé que tú usas esos días para dormir hasta tarde.—

—¡No importa! — Afirmó con seguridad.

—Y tienes que hacer ejercicio todos los demás días.—

—Iré al gym entre semana.—

—Los horarios se entreveraran con los de tus clases de modelaje.—

—Ire a mi agencia y apelaré para que me den los días libres.—

El chico la miró mal, ella sólo sonrió. —Agh, está bien.— Dijo ya cerrando los ojos.

—¡Muchas gracias!— Gritó emocionada.— Ahora tengo que ver que días iré al gym y los otros a mi agencia... — Dijo para sí misma mientras el celular salía y se posaba frente a ella.—También tengo que considerar los días que lleguen a ofrecerme una chamba...— Pensó en voz alta mientras agarraba el celular y abría la aplicación de calendario.

—Nos vemos el sábado a las 4 en el parque de siempre.— Dijo antes de volver a cerrar los ojos.

—¡Está bien!—

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